25 mar 2012

Capitulo IX


Resultados.


Nuevamente se encontraba en el hogar de los Jennings; nada había cambiado desde su primera visita, sólo que los ancianos se mostraban algo ansiosos esperando a que él mostrara los resultados de su investigación.

-¿Y bien?- preguntó John Jennings, intentando ocultar un poco su ansiedad.

Demian sacó de un portafolios una carpeta con una gran cantidad de información, sólo omitiendo algunos pequeños detalles, pero eso era para evitar que encontraran a Keith y lo alejaran de su lado y con ello intervinieran completamente en aquel elaborado plan que había creado.

-Esta es toda la información que logré recolectar de su hija y su nieto.- respondió al momento que le pasó los papeles al hombre mayor para que éste lo leyera.

Los ojos del hombre mayor se abrieron de golpe al saber que su hija, su pequeña princesa había tenido que vender su cuerpo para sacar adelante a su bebé; había sido un mal padre y aquello era la prueba, ya que no le hubiera costado nada darle su apoyo a Natasha.

Continuó leyendo aquel informe donde estaban escritos varios nombres de familias importantes con las cuales él había hecho negocios en el pasado: Malcovich, Cox, Chase… para todas esas familias su hija había trabajado como sirvienta... si tan solo hubiese sabido… aunque nadie de ese estatus hablaría sobre la servidumbre.

Anzhelika sólo sufría en silencio al ver por todo lo que su niña había tenido que pasar, sabiéndose culpable se aquella miseria, ya que si hubiese sido más fuerte, si se hubiese opuesto a su marido, su hija no habría tenido que pasar por todo eso.

La verde mirada de Demian sólo observaba en silencio las notorias reacciones de dolor y cuando Anzhelika comenzó a llorar de manera desconsolada supo que había terminado por destruir aquellas esperanzas que tenían de volver a reunirse con su hija.

-El niño, ¿Sabe en donde está ahora?- preguntó el hombre mayor con una expresión provocada por el dolor.
-Lo siento, de lo último que me enteré sobre el chico fue que salió del país: por esa razón no pude conseguir la información de donde residía… en verdad lo siento…- decía mostrándose triste ante su supuesto fallo.

-Nosotros habíamos estado todos estos años sin saber del paradero de nuestra hija, pero gracias a usted, nuestras dudas fueron respondidas, aunque el resultado no hubiese sido el esperado.- habló John, en verdad agradecido con el trabajo del joven investigador.

Así que sin nada más que hacer por el momento, John Jennings entregó un cheque por una cuantiosa suma, mucho mayor a la que habían acordado en un principio y la vieja caja musical que Anzhelika había acordado de entregar.

Demian tomó su paga, se despidió amablemente de los ancianos y salió de aquel lugar, sabía que había sido un devastador golpe el enterarse de lo sucedido a su hija, el cual sería mayor cuando un video que mostraba sus juegos con Keith llegara a sus manos.

-Ese fue un día muy divertido.- murmuro para sí mismo aun recordando tan maravilloso día.

+++

David Stern se sentía sumamente desesperado al grado de incluso aceptar la sucia propuesta de aquel investigador. Pero aquello era miles de veces preferible a tener que quedarse sin herencia, por esa razón se encontraba en esa habitación en un hotel de segunda clase.

La puerta se abrió dejando entrar al joven investigador luciendo una vestimenta bastante informal y una vieja maleta.

-Pensé que no vendría Mr. Stern.- comentó con un suave tono de voz.

-¿Podrías darte prisa con tu enferma petición?- dijo de manera mordaz.- El tiempo es dinero y es obvio que no puedo perderlo de esta manera tan insulsa y humillante. 
En verdad se sentía molesto con lo que tendría que hacer para poder obtener la información que deseaba.

-¡Vaya! Lo dice como si yo fuera el peor ser de este mundo y usted una pobre víctima de mis oscuros deseos.
Una gran sonrisa apareció en sus labios mientras se acercaba al hombre mayor.

A pesar de sus grandes ansias por ver si aquel cuerpo reaccionaría igual al de Keith, mantuvo a raya sus deseos y fue una sesión de sexo bastante simple e incluso insípida, pero Demian lo había hecho de esa forma ya que si daba rienda suelta a su líbido simplemente este sujeto ya estaría muerto y no podía darse el lujo de hacer algo así, no cuando aun tenía muchas cosas que experimentar con él… aun tenía que torturarlo muy lentamente.

David comenzó a vestirse rápidamente una vez terminado aquel humillante acto.

-Ya cumplí mi parte del trato, ahora ¿Dónde está la información sobre mi hijo? - preguntó sin mirar al detective.

Demian que se encontraba aun desnudo; caminó hasta donde había dejado la maleta y de ahí sacó un sobre amarillo el cual lanzó hacia el hombre mayor.

-Ahí está toda la información que pude recolectar- comentó poco antes de entrar al cuarto de baño de la habitación.

David abrió con prisa el sobre amarillo y rápidamente comenzó a leer cada uno de los datos ahí escritos. Incluso contaba con algunas fotografías, las cuales miró con asombro y agrado, ya que ahí se mostraba su propia imagen, ni siquiera sería necesario hacer una prueba de ADN, ya que aquel joven era idéntico a él y con ello estaba asegurando su parte de la herencia. Es más: iría a ver al viejo de su padre y le mostraría toda esta información, ya poco importaba que aquel sujeto hubiese perdido la pista de su hijo ya que estaba más que dispuesto a encontrarlo con ayuda de algunos de sus contactos. Salió presuroso de la habitación con aquel sobre con la información sobre su hijo mientras que una gran sonrisa aparecía en sus labios. Llego al estacionamiento y se acercó a su elegante Mercedes-Benz. Sinceramente no se había sentido tan emocionado desde que la empresa había quedado a su total cargo y gracias a su hijo eso seguiría sin cambiar.

Pero cuando quiso poner su vehículo en marcha este no reaccionó, continuó intentándolo un par de veces más pero obtuvo el mismo resultado, así que salió del automóvil y caminó hacia la salida del estacionamiento. Pediría un taxi; ya mañana se encargaría de su vehículo. Para su suerte un taxi no tardo en aparecer: lo detuvo y lo abordó, cuando estuvo adentro se escuchó el sonido de los seguros de las puertas.

- Mr. Stern, ¿Por qué tanta prisa por irse? – la pregunta provino del conductor que no era otro más que Demian.

-¿Que significa esto?- preguntó David sumamente molesto.

-Significa que aun hay muchas cosas que quiero hacer- respondió dulcemente-: quiero saber si su sangre es dulce como la de Keith o si su cuerpo soportará los juegos que sólo Keith ha jugado conmigo...
Una gran sonrisa adornaba sus labios. Estaba sumamente entusiasmado.
–Quiero saber cuánto logra soportar su cuerpo antes de morir.

-Eres un maldito demente.- siseo al momento que ideaba el modo de escapar de aquello, sabiendo que la información tal vez era falsa o peor aun: tal vez su hijo había caído en manos de aquel psicópata.

En verdad para Demian aquello sería sumamente entretenido ya que esta vez no tendría que refrenarse, pues todo había salido conforme al plan y nadie daría con el paradero de ese hombre.

-Te haré pagar por todo el dolor que Keith ha sentido… - murmuró, ya serio y sin sonrisa alguna.


Continuará…

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