31 mar 2010

Capitulo II


No lo podía creer, no estaba seguro si quiera de que lo que estaba viendo era real…NO!!! ESO NO podría ser real!!!Debía ser una broma de mal gusto hecha por alguien malvado!! O un mal sueño o un hechizo maligno que lo hacía ver ilusiones!!! Oh como desearía que fuese eso!!

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Hacía apenas unas horas que había llegado a su casa nuevamente y había visto realmente poco a Italia, mucho menos de lo que a él le gustaría. Casi todo el día fue una larga platica de cosas casi sin sentido con Austria, acerca de sus tierras, la economía que decaía después de esa guerra, pero la verdad no le puso ni la mas mínima atención ya que su mente se encontraba en la sonriente y tierna cara de Italia, después de treinta largos años…Por fin la había visto y aunque hubiese cambiado tanto, seguía queriéndola, porque ella era lo más hermoso que había visto en su vida…

-Entendiste?- Con voz tranquila y a la vez molesta Austria se refirió al joven quien asintió.

-Sí, hare lo que sea necesario.- Se levanto del sillón en el que estaba y se dio media vuelta, comenzó a caminar por los pasillos directo a su habitación aun teniendo su mente ocupada en su amada Italia, cuando choco con alguien.

-¡Ah! ¡Sacro Imperio Romano!-Se sorprendió la castaña.- ¡¡Así que era cierto que regreso!!- La joven Húngara lo abrazo fuertemente.- ¡¡Me alegra que hayas regresado!!- Entonces lo soltó y le sonrió ampliamente.-¿Hay algo que pueda hacer por ti?-

-Quiero tomar un baño y dormir un rato, ¿le puedes pedir a Italia que me prepare el baño?- Lo último lo susurro casi, sonrojándose.

-Lo siento, pero salió a hacer las compras, puedo hacerlo yo si quieres.- La cara del rubio se nublo un poco.

-Está bien.-

Elizabeth sonrío un poco, entre tristeza por ver al pequeño tan deprimido y pervertides 100% pura.

-Bien, enseguida se lo preparo.-Le volvió a sonreír (claro ya habiendo borrado los malos pensamientos de su mente), Entonces se fue de ahí.

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Se encontraba en aquella bañera solo, ahora únicamente estaba perdiendo el tiempo jugando con el agua, soplaba el jabón que quedaba en la tina y revolvía su cabello, pensativo.

-Italia ah cambiado.- Se sonrojo.- Antes la veía tierna, ahora…creo se ve, hermosa…se ha puesto demasiado bonita…-Sentía humo salir de sus orejas el solo pensar en Italia en ese momento intimo…

-----Imaginación del SIR-----

La puerta se abre lentamente y entra una avergonzada Italia.

-Anno…Sacro Imperio Romano, quería verme? – La joven entra en el baño tímida.-Ne-necesita algo?

-Italia…-Susurro y sonrío galante, ella se sonrojo.- No era nada en realidad.- Una voz seductora había salido de su garganta haciendo a la niña sentirse casi desfallecer por el sonrojo.

-Y-Yo ya no tengo deberes que hacer…así que.- Italia juega con sus dedos y se sonroja más si todavía puede.- Etto…pues…P-puedo bañarme contigo? Es que…Yo quiero estar con El Sacro Imperio Romano…

-----Imaginación del SIR *FIN*-----

-No no!! Debo alejar de mi mente esos pensamientos impuros con Italia!! Ella es aún demasiado inocente…-El rubio miro sonrojado a sus regiones vitales, sentía un cosquilleo en el vientre.-QUE ES ESTO!!!???

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Se encontraba caminando hacia su habitación estaba realmente cansado, después de treinta años de pelear casi sin descanso quien no estaría cansado? Seguía algo concentrado en un algo que no sabía que era, pero que era realmente importante y que estaba relacionado con Italia.

Entonces choco otra vez con alguien

-Fíjate por donde…Italia!!??-

-Ah, Sacro Imperio Romano.-

-Italia por qué andas caminando en toalla por ahí!!?? Y sin cubrir tu pecho!!-Enseguida el chico tomo la toalla que descansaba en sus hombros y al coloco en el pecho de Italia.

-Ah? Solo iba a tomar un baño…-

La breve imagen mental de lo que había imaginado hace poco el cruzo por su mente y sin decir más, salió corriendo antes de que Italia pudiese decir o siquiera pensar cualquier cosa.

Llego directo a encerrarse a su cuarto, su pobre corazón de adolecente se salía de su pecho, sus mejillas estaban más rojas que los tomates que comía el hermano de Italia y sus piernas parecía que tenían hipotermia. Pero es que no podía deshacer de su mente la hermosa e inocente carita de Italia sonrojada, su tierna y blanquita piel expuesta de aquella forma, incluso había visto por un instante los rosados pezones. Una vez más estaba sonrojado hasta las orejas y con el corazón a mil. Mejor decidió irse adormir o seguramente iría a "acompañar" a Italia en su baño.

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Sus ojos se abrieron pesadamente, miro hacia la ventana, pero no pudo adivinar qué hora del día era ya que estaban cerradas…que raro, el no las había cerrado la noche anterior…en fin no le dio importancia, volvía a conciliar el sueño pero un aroma extraño se adentro en el, aun adormilado, tanteo lo que había junto a él, era tela…pero no era de su ropa o de las sabanas…tenia encajes…Pudo abrir sus ojos curioso, esas parecían las ropas de…

-Italia!!!-Miro avergonzado las prendas.

-Ah, Sacro Imperio Romano, ya despertaste!-Se acerco lentamente y dejo la pequeña bandeja en la mesita de noche junto a la cama, luego miro lo que el rubio tenía en sus manos.-P-perdón, se me olvido recogerlas en la mañana.-

El rubio abrió sus ojos totalmente avergonzado, Italia había dormido con el por la noche? Bueno tampoco era algo raro, antes lo hacía seguido, pero…ahora parecía que la cosa era diferente. Solo esperaba que ella hubiera dormido vestida o seguramente le daría un infarto.

-E-está bien pero…-Se sonrojo y miro a otro lado.

-Pasa, algo?-

-No…nada.- Miro el suelo y luego la bandeja de plata que Italia había traído, traía comida servida en una fina vajilla, eran unas patatas, unas salchichas cortadas a un lado, junto a eso un huevo estrellado, un vaso de jugo y uno de leche, todo al parecer habías sido preparado cuidadosamente y para qué negarlo tenía un olor exquisito. Al parecer Italia noto que el rubio veía interesado la comida.

-La prepare para el Sacro Imperio Romano.- Ella sonrió y tomo la bandeja y colocándola sobre las piernas encobijadas del otro, tomo una cuchara y llenándola con comida la dirigió a la boca del niño.- Abre grande~-Canturreo alegre y el otro realmente sonrojado abrió apenas sus labios. Cuando hubo masticado y tragado ese bocado, claro disfrutando el exquisito sabor de la comida preparada por su querida Italia, hablo algo avergonzado.

-G-gracias…- Estaba a punto de decirle que él podía comer solo, pero la verdad no le incomodaba en lo más mínimo que la castaña lo alimentara, de hecho era casi como un sueño, se sentía como si ella fuese su esposa o algo parecido, sus mejillas se encendieron por ese pensamiento y es que la verdad esa era su prioridad en la vida…Y al parecer iba por buen camino…Cuanto le alegraba que hubiese vuelto de esa guerra de la que creyó no sobreviviría.

Termino y ella levanto todo y con cuidado limpio la boca del rubio. Estaba cuidando de él como si estuviese enfermo o herido…ahora que lo pensaba estaba un poco herido pero…no era para tanto ¿o sí?

Sin dar aviso tomo a Italia de la mano y la recostó en la cama, poso un beso casto en los tiernos labios y le sonrió

-Gracias por la comida.-Sumamente sonrojada y avergonzada se levanto de la cama, sin decir nada más y sonrojadita, solo como ella sabe, se retiro.

-S-Si quieres algo solo llámame, vendré enseguida.- Sonrió con su tono asustadizo y a la vez servicial de siempre y salió de la habitación con pasos apresurados, esto entristeció un poco al SIR ¿porque si ya se habían declarado sus sentimientos habían regresado a la vieja rutina de amor unilateral? ¿Enserio esos 30 años de guerra habían hecho que los sentimientos de Italia hacia el cambiaran? ¿Acaso lo había dejado de amar? ¡No! No era eso, ¿Tal vez aun no podía creer que estuviesen juntos y por eso se pone nerviosa? Si seguramente sería eso ¿o lo había…sustituido?…

Paso la mañana normal, no salió de su habitación, al parecer las heridas "superficiales" de ayer no eran tan leves como creía, solo salió a dar un paseo a los jardines, intento interceptar a Italia por todos los medios posibles a lo largo del día, pero estaba demasiado ocupada. Por eso le pidió a Austria que le diera el resto del día libre, al fin y al cabo ya eran las 12:00 pm, el acepto a regañadientes, pero por fin se pudo hacer de un rato con ella.

-Italia, vallamos a caminar juntos.- Dijo sonrojado y avergonzado, después de todo el seguía siendo malo para demostrar lo que sentía a pesar de que él quería hacerlo, ella acepto con una amplia sonrisa.

-Claro!!-Le tomo de la mano y ambos comenzaron a caminar por el pequeño bosque que se encontraba afuera de la casa. El corazón del sacro imperio romano latía desbocado, la mano de Italia era tan suave y pequeña…Nunca la había rozado de esa manera, entonces dudo aquello de que Italia se avergonzaba aun por su relación…ahora que lo pensaba, se habían dicho que se amaban, pero nunca establecieron una relación formal por ningún medio.

-Italia…-Dijo avergonzado, siempre que le hablaba se sentía torpe y vulnerable; y es que él no era así, si lo fuera no hubiese regresado pero…-Nosotros somos….N-No…No…

-Novios?- Completo naturalmente la joven sonriendo, el simplemente asintió sonrojado.-Si…El Sacro Imperio Romano, me beso…así que lo somos, ¿no?

El rubio se sonrojo hasta las orejas, eso era verdad…entonces por qué lo dudo? Un aire tibio recorrió el lugar, había un silencio hermoso, ninguno ya no decía nada, solo se encontraban tomados de la mano y recargados uno en el otro, bajo la sombra de un gran árbol de un aroma agradable…cuanto había extrañado esa paz… Ella se estaba quedaba dormida, sus ojos se cerraban y su cabeza caía en el hombro del SIR, el sonreía ante esto, seguramente ella estuvo toda la noche cuidando de él, estaba a punto de darle un beso y agradecerle por ello cuando la encontró dormida en su regazo, solo pudo sonreír cariñosamente.

-Te amo, Italia…No importa lo que pase de ahora en adelante, yo te amare siempre…-Susurro esperando por una respuesta que tal vez no llegaría a sus oídos. Poco después el también cayó en los brazos de Morfeo.

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Aquella rutina se había extendido por casi un mes, todo parecía un sueño, cada mañana el lo despertaba y desayunaban juntos en la cama del Sacro Imperio Romano, ella atendía sus quehaceres y el hacia algunos papeleos y algunas pocas cosas que le correspondían como nación, de lo demás se encargaba Austria, después de la comida el e Italia se adentraban en el bosque y platicaba sentados bajo un frondoso árbol de duraznos, entonces ambos cerraban sus ojos y tomaban una siesta, lo repetía una vez más, todo parecía un sueño…pero como todo de todo sueño el Sacro Imperio Romano tuvo que despertar...

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Fue una larga siesta, ya estaba atardeciendo…sus ojos se abrieron y lo primero que pudo divisar fue el pequeño cuerpo de Italia tendido aun en sus piernas, sus respiración era pasible así que seguramente seguiría dormida, acaricio su cabello lentamente esperando que aquella caricia la despertara, así fue, las castañas orbes se abrieron lentamente y ella le sonrió.

-Te quiero Sinsei Roman…-Extendió su mano y tomo el rostro del otro y lo acerco para darle un suave beso, ambos disfrutaron del tierno contacto uno que tal vez no se repetiría…

-¿Quieres tomar un baño? – La castaña se levanto de un salto y desperezándose espero a que el otro lo hiciera también.

-Eh?...Si…-Respondió lentamente algo avergonzado, se sentía como si ambos estuvieran en una novela romántica, era tan hermoso…El se levanto con cuidado, no había prisa.

-Podemos bañarnos juntos??- Pregunto risueña la niña mientras tomaba ambas manos del rubio que como siempre se sonrojo, aun después de un tiempo juntos, no podía evitar sonrojarse por todo lo que ella hacía, pero no le molestaba, siempre agradecía los roces de Italia…Cuando su mente proceso lo que le habían dicho sintió humo salir por sus orejas, su lengua se trabo y sus manos temblaron levemente

-ah..yo..si…-Ni siquiera estaba seguro de lo que había dicho, solo sintió como Italia lo jalo de vuelta a la mansión que era su casa, el aun no se enteraba de nada solo seguía los pasos de la castaña.

En cuando llegaron al baño ella preparo con cuidado la bañera y comenzó a quitar su ropa con cuidado, de hecho ella se veía muy emocionada y feliz, y ver eso era más importante que la vergüenza que sentía por aquella situación porque el AMABA a Italia sobre todas las cosas, ademas, lo único que harían seria bañarse ¿no?. El quito lentamente su oscura capa y sus demás prendas, aun acosta del morbo que sentía ni una sola vez volteo a ver a Italia desvestirse.

-Nee Sinsei Roman! – Pronuncio alegre llamando la atención del otro que volteo sonrojado.- Vamos a meternos.- Italia tomo la mano del rubio y este vio algo que lo dejo fuera de si…

No lo podía creer, no estaba seguro si quiera de que lo que estaba viendo era real…NO!!! ESO NO podría ser real!!!Debía ser una broma de mal gusto hecha por alguien malvado!! Un mal sueño o un hechizo maligno que lo hacía ver ilusiones!!! Porque si fuese real todo lo que había pasado hasta hora…las sonrisas…los besos…las caricias…las palabras de amor…todo no sería más que…

-Ocurre algo?- El retrocedió un par de pasos y alejo bruscamente su mano de aquellos finos dedos…no ahora el ya no veía esas manos como finas y hermosas, ahora las veía sucias e impuras.

-Italia tu…- Su cara se contrajo en una mueca de repulsión e incredulidad…su mente no lo aceptaba no lo procesaba…se sentía mareado…se sentía extraño, repugnante…impuro…y quien estaba frente a él lo veía igual o peor…por que el ya no veía a la tierna y adorada niña que le había robado el corazón con una sonrisa…no…él lo único que veía era un enfermo, desviado e indeseable NIÑO…-tu…

-Sacro Imperio Romano…yo.-Extendió su mano para rozarlo, el solo retrocedió un par de pasos más y grito con todo lo que le dieron sus pulmones.

-NO TE ME ACERQUES!! NO QUIERO VERTE MÁS!!- Cerro sus ojos fuertemente esperando que todo fuese una pesadilla que en cuanto el abriera los ojos todo volvería a la normalidad que aquel mal sueño se desvaneciera, pero el temor de que todo fuese real y que al abrir sus ojos siguiese en aquel horrible momento le impido abrirlos. Unos sollozos comenzaron a llenar la habitación, no eran suyos, eran de aquel horrible NIÑO que estaba frente a él, aquel llanto ya no le sonaba doloroso y melodioso como antes, ahora se escuchaba como un sonido surgido desde el infierno…se hubiese compadecido si Italia no fuera lo que era.-POR QUÉ NO TE PUDISTE QUEDAR COMO UNA NIÑA!! PORQUE NO ERES UNA NIÑA!!?? TE ODIO!!!

Aun sin atreverse a abrir sus ojos pudo distinguir el sonido de las ropas haciendo fricción, unos apresurados pasos, gimoteos, lagrimas cayendo al suelo, la puerta cerrándose…y sus propia soledad.

Sabía que todo había sido demasiado hermoso para ser verdad, sus lagrimas no dejaban de salir y aquel vacio en su pecho y estomago se hacía presente, formando un dolor insoportable.

Su sueño se convertía en pesadilla…y su amor se convertía en odio.

Le hubiese gustado morir en la guerra…así hubiese muerto con la ilusión de un amor real…

Debía tomar un baño, tal vez así aquella sensación de impureza se iría, tal vez si lavaba cada centímetro de su piel hasta que sangrara dejaría que aquella odio hacia si mismo se fuera.


Continuara.

Capitulo VII

La cena se llevo acabo en una tranquilidad inusitada para la tripulación.

Al terminar de comer Zoro se levanto de su asiento y se dirigió hacia la puerta, mas antes de salir, volteo a ver a los que aun se encontraban comiendo y con un tono de voz suave, muy atípico de él hablo.

-Luffy cuando termines necesito hablar contigo.- sin esperar respuesta alguna salió de la cocina-comedor.

El capitán al ver desaparecer a su primer compañero detrás de la puerta dejo a un lado el plato de comida y ante las miradas preocupadas de Sanji, Nami, Robin y Ace salió tras el peliverde, mientras que Usopp y Chopper no entendían nada de lo que estaba sucediendo.

En la proa Zoro esperaba paciente la llegada de su capitán al cual ya había visto salir de la cocina.

-Zoro…- murmuro el chico de goma no sabiendo por donde empezar.

-Luffy, seré directo, necesito un tiempo para mi, por esa razón deseo que me des permiso para dejar el Merry go, solo serán un par de meses, no mas, además no estaré solo ya que Ace estará conmigo.

-Nani? – la mente de Luffy parecía no poder procesar todo lo que el espadachín le decía.- demo…

-No tienes de que preocuparte, te hice una promesa y no pienso romperla, por esa razón pido tu autorización.

Luffy miraba a Zoro como si este estuviese hablando en un extraño idioma, las únicas ideas que daban vueltas sin cesar en su mente eran que el se ira con Ace…

-Doushite?- pregunto al momento que su mirada quedo oculta tras su sombrero.

-Ya te lo dije necesito un tiempo para mi, no te preocupes todo estará bien, yo regresare.- se estaba comenzando a preocupar por la actitud que comenzaba a tomar su capitán.

-Por que te iras con Ace?

-Vamos Luffy, sabes perfectamente que no tengo un gran sentido de orientación y que fácilmente podría perderme, Ace cuidara que eso no suceda…

-No lo entiendo…

-Que es lo que no entiendes?

-No entiendo nada de lo que me dices, no entiendo por que primero te alejaste de la tripulación, no entiendo como es que regresas a la normalidad así como si nada, no entiendo como es que ahora quieres irte con Ace… no lo entiendo…

-Cálmate Luffy, cuando regrese tal vez pueda aclarar todas tus dudas.

-No, no te dejare ir.- hablo con vos autoritaria.

-Demo… Luffy…- Se maldecía mentalmente todo comenzaba a estar mal.

-No Zoro, después de lo que paso en aquella isla yo…

El simple recordatorio de la isla hizo al espadachín temblar… debía hacer a un lado esos recuerdos… debía concentrarse en la situación por la que estaba pasando y no dejarse llevar por los recuerdos…

-… Yo me di cuenta de que… yo te quiero… Zoro yo no quiero separarme de ti por esa razón me niego que te vayas… Ai shiteru Zoro…

Esta vez el que no entendía nada era el espadachín.

Al no ver reacción alguna de su primer compañero Luffy tomo la iniciativa y abrazo fuertemente a Zoro.

El dolor, la sangre, la degradación a la que fue sometido, todo regreso de golpe a la mente de Zoro.


+++


Ace ya no soportaba el pesado ambiente que reinaba en la mesa.

-Vamos por que esas caras tan largas? – pregunto mostrando una gran sonrisa.

Nami lanzo una mirada fulminante al joven de fuego, haciendo que la sonrisa de este se borrara por completo.

-Por que te quieres llevar a Zoro? Responde!- deseaba con todas sus fuerzas el poder golpearlo.

-No puedo, lo prometí y yo nunca rompo una promesa.- contesto sumamente serio.

La joven navegante se levanto furiosa pero antes de que cualquier otra palabra un desgarrador grito se escucho.

Ace palideció al escucharlo, sabía que no debió haber dejado que Zoro hablara con Luffy y menos aun a solas. Salió a toda velocidad se guido por el resto de la tripulación y lo que vieron los dejo helados.

Ahí en la cubierta se encontraba Luffy herido de su brazo izquierdo y a un par de metros estaba Zoro con 2 de sus 3 katanas desenvainadas, una de las cuales ya lucia la sangre del capitán.

-NO ME TOQUES!!!- se veía listo para volver a atacar - NO PERMITIRE QUE NADIE VUELVA A TOCARME JAMAS, PRIMERO LO MATO ANTES DE QUE VUELVA A SUCEDER…

Ace se interpuso entre el espadachín y su hermano, preparado para cualquier ataque.

-Mantén la calma Zoro, todo estará bien.- decía suavemente, mientras lentamente se acercaba al peliverde.

-IIE!!! NADA ESTA BIEN… Duele… aun me duele…- su voz comenzaba a quebrarse.

Sanji al ver como Ace intentaba calmar al espadachín fue por Luffy al cual tomo en brazos y tan rápido como sus piernas podían se alejo del marimo psicópata.

-Lo se, pero eso no se solucionara usando las espadas, vamos guárdalas…

-No, por que si lo hago… entonces… yo…

-No pasara nada.- estaba tan cerca que sin mas lo rodeo en un protector abrazo – te prometí que nada malo te pasaría.- murmuro al oído del peliverde el cual dejo caer ambas katanas y devolvió el abrazo al momento que varias lagrimas brotaban de sus ojos – Ya todo esta bien, yo estoy aquí y nada malo sucederá.

-Hai…- murmuro.


+++


El pequeño doctor le había suministrado un sedante al peliverde el cual dormía tranquilamente en los brazos de Ace y ahora el renito se encontraba atendiendo la herida de Luffy, que afortunadamente no era de gravedad.

Nami se paro frente al joven de fuego.

-Habla, tu sabes el porque de esta situación.- si fuese necesario estaba preparada para torturarlo.

Ace ignoro olímpicamente a la pelirroja, Luffy miraba con tristeza la su onii-san.

-Onegai, si sabes algo…

-No hablare Luffy, le di mi palabra.

-Demo…

Las últimas palabras de Ace fue lo único que necesito Robin para terminar de resolver todo este problema.

-En verdad fue tan grave lo que le paso a kenshin-san en aquella isla?- pregunto suavemente la morena.

Ace no pudo evitar el asombrarse de tal manera que para todos quedo claro que era un si.

-Que le sucedió a Zoro? - esta vez fue Luffy el que hablo, haciendo a un lado al medico de la tripulación. Si algo malo le había pasado a su primer compañero, él tenía que saberlo.

Ace solo desvió la mirada de su hermano e intento ignorarlo del mismo modo que había hacho con la pelirroja, ante esto Luffy estaba apunto de estallar, pero la rápida intervención de Robin, salvo al joven de fuego.

-Ace, podrías llevar a kenshin-san a nuestra habitación para que descanse, yo me encargare del resto, tal vez no todas mis deducciones sean correctas pero así tu no tendrás que romper tu promesa.- una comprensiva sonrisa apareció en sus finos labios.

El moreno obedeció sin objetar, si la arqueóloga había descubierto su secreto, el no impediría que lo divulgase al resto de la tripulación.

Cuando Ace desapareció de la vista de todos, esta vez las miradas de la tripulación se centraron en Robin.

-Puede que este equivocada, pero es una posibilidad muy pequeña después de lo que paso…- suspiro pesadamente, no podía darle mas vueltas al asunto así que reunió todas sus fuerzas y…- En aquella isla abusaron de Kenshin-san.- lo dijo con voz monocorde intentando ocultar su malestar.

Hubo un silencio sepulcral mientras miraban a la arqueóloga como su esta hubiese hablado en otro idioma

-Pero… eso es imposible… Zoro es increíblemente fuerte… el… el… no dejaría que algo así pasara.- Usopp tenia fe ciega en la fortaleza e integridad del peliverde.

-Pero a nosotros nos tenían de rehenes…- musito el renito.

-No puedo creer que le halla pasado algo así a Zoro. – Nami se veía muy afectada, ahora entendiendo el proceder de todos los obsequios que habían recibido por parte de Sei.

Lagrimas surcaban el rostro de Luffy, se sentía culpable, por tolo lo que le había pasado a su primer compañero… todo era su culpa…

Sanji al ver el estado de su amante, dejo de lado las apariencias y simplemente abrazo a su capitán en un intento de confortarlo.

-Por mi culpa…Zoro…- decía entre sollozos, ocultando su rostro en el pecho del rubio.

-No es tu culpa.- murmuro suavemente.

-Lo es… yo debí de salvarlo… el es mi nakama… el primero…la persona a la cual yo amo… demo… demo…

Al escuchar estas palabras el corazón del cocinero se rompió en mil pedazos.

-De nada sirve culparse en este momento, ahora lo importante es intentar resolver el problema. Capitán-san.- la morena intento que su capitán reaccionara.

Luffy se separo del cocinero y afirmo con la cabeza, a pesar de que aun las lagrimas brotaban sin parar de sus ojos, tenia que resolver el problema por que el era el capitán y esta vez no permitiría que a Zoro le volviese a pasar algo malo.



CONTINUARA….

8 mar 2010

Capitulo VI

Chopper revisaba los vendajes que Ace había puesto al espadachín, cerciorándose de que todas las heridas estuviesen bien atendidas, mientras que el joven de fuego estaba ahí esperando alguna pregunta del doctor y preparando un mar de mentiras las cuales usar.

Cuando el renito termino de revisar la parte superior del espadachín estaba a punto de comenzar con la parte inferior.

-Estoy bien Chopper, no es necesario…- un pequeño temblor se había apoderado de su cuerpo que con todas sus fuerzas intentaba detener.

-Demo…- estaba a punto de reprochar, pero una pequeña sonrisa proveniente del espadachín lo silencio e hizo que se sonrojara – esta bien.

-Arigatou Chopper.

Ace al ver la reacción del espadachín un pequeño escalofrió recorrió su cuerpo haciendo que su preocupación se acrecentará mas, claro si eso fuese posible.

Los días pasaban lentamente en el Merry Go y todos mentalmente se preguntaban cuanto tiempo mas Ace se quedaría con ellos, ya que Zoro volvía a ser el de antes o eso parecía ya que comenzó a tomar sus siestas, entrenaba solo lo necesario cuidando que su cuerpo aun en recuperación no se excediera, ya comía junto a todos e incluso su mutismo se había disipado.

Luffy estaba feliz de que su primer compañero volviese a ser el de antes y todo gracias a su nii-san, ahora lo que mas deseaba el chico de goma era el pasar tiempo con Zoro, pero a pesar de lo distraído que era se había dado cuenta de que Ace no dejaba ni un momento a solas al espadachín.

Nami no les quitaba la mirada a esos dos ya que sabia de antemano los sentimientos de su capitán hacia el peliverde y su sexto sentido le decía que algo ocultaban, algo que tal vez podía lastimar a Luffy y ella no dejaría que le hiciesen daño al tonto de su capitán.

Acaso nadie se había dado cuenta? El cocinero estaba mas que seguro que Ace ya había atado al marimo y ahora eran amantes, mas vistoso no podía ser, ahora si tan solo el pudiese hacer que su amado capitán dejase de buscar al espadachín, todo seria mejor, ya que por dentro se moría de los celos.

+++

Media noche y él nuevamente no podía dormir, esa maldita pesadilla no lo dejaba descansar y solo era por las noches ya que durante el día mientras tomaba sus siestas no sucedía nada.

Se levanto de su hamaca y salió del aquel lugar sin hacer demasiado ruido para no despertar a los demás.

-Konbanwa Kenshin-san.- saludo Robin al ver a Zoro en cubierta.

-Hm…- gruño en contestación

-Linda noche ne?- volvió a hablar la morena

Zoro solo movió la cabeza afirmando.

-Daijoubu desu ka?- a pesar de que Zoro ya se encontraba mejor ella por alguna extraña razón no podía dejar de preocuparse por el peliverde.

-Hai. – respondió de mala manera.

En esos instantes Ace apareció en cubierta muy preocupado.

-Daijoubu?- pregunto al momento que se acercaba al espadachín.

-Hai, solo que no podía dormir… - contesto suavemente Zoro.

-Entiendo…- Ace sabia perfectamente sobre las pesadillas que el espadachín tenia.- Ven vayamos por un pequeño refrigerio.- dijo con una gran sonrisa.

-Si la princesa te atrapa comiéndote lo del refrigerador, tendrás que soportarlo tu, por que yo me deslindo, entendido?

-Hai, hai, pero vamos, tengo hambre.

Robin veía muy sorprendida el cambio de actitud del espadachín, definitivamente algo no estaba bien… de hecho nada estaba bien desde que zarparon de aquella isla y aunque tenia una hipótesis aun así tendría que averiguar mas.

Por fin lo había decidido, no callaría por más tiempo, confesaría sus sentimientos a su primer compañero. Después de lo sucedido en aquella isla se había dado cuenta lo mucho que quería a Zoro y aprovecharía esa noche que el peliverde haría la guardia para hablar con el.

-Oi Luffy!

-Eh…- la voz de Sanji lo regreso a la realidad

-Que sucede?- estaba preocupado por que no era costumbre de Luffy estar tan meditabundo

-Estaba pensando en Zoro…

-Ya lo decidiste?

-Hai… siento que si no se lo digo explotare… ahora lo se, se que sin Zoro no podría seguir adelante… yo… yo…- las lagrimas eran contenidas con gran esfuerzo.

-Lo se y no importa lo que suceda, recuerda que yo siempre te apoyare.- abrazo a su capitán.

-Arigatou Sanji…- sin poder evitarlo mas dejo se contenerse. – te quiero… te quiero mucho…- decía entre sollozos.

El rubio pensó con tristeza que solo lo quería ya que su capitán solo amaba al espadachín y él había deseado al marimo, pero ahora sabia a la perfección que su corazón le pertenecía a su tonto capitán.

-Ai shiteru Luffy…- sus labios se movieron pero ningún sonido broto de ellos.

+++

Zoro aun no estaba del todo convencido de la idea que Ace le había propuesto, no quería dejar a sus nakamas.

-Necesitas nuevos aires, nuevas aventuras.- Ace se veía muy entusiasmado.

-Demo… no… tú sabes.

-Por supuesto, pero solo serán un par de meses, no más.

Ambos intentaban hablar normalmente pero sin rebelar nada que pudiese comprometer al peliverde ya que se sabían vigilados por Robin y Nami.

-Bien, si solo son un par de meses, supongo que estará bien.

-Entonces hablare con Luffy y le pediré su consentimiento.

-Iie, yo lo hare, has hecho demasiado por mi y siento que si yo no hago esto, seré un gran inútil.- mostro una ligera sonrisa al joven de fuego.

-Ok, cuando lo harás?

-Supongo que hoy, después de la cena.

Mientras tanto en la habitación de las chicas Nami esperaba ansiosa a que Robin de dijera que era lo que estaba sucediendo entre Ace y Zoro.

-Y bien que paso?

-Ace quiere llevarse a Kenshin-san por unos meses.

-NANI? Demo Zoro no acepto ne?

Robin solo suspiro pesadamente, a lo que Nami aun no lo podía creer. La habitación se quedo en completo silencio mientras la pelirroja intentaba entender como era que el peliverde había aceptado así como así la propuesta del onii-san de su capitán y Robin seguía juntando las piezas de este complicado rompecabezas.

CONTINUARA…

1 mar 2010

oyome (1)

Capitulo I

Habían pasado muchos años desde que el Sacro Imperio Romano se había ido a esa larga y horrible guerra, pero como lo prometió alguna vez, regreso al lado de su amado Italia…Estaba ansioso de verlo por fin después de tanto tiempo, el aun tenia atesorados ese cuadro y el "regalo" de Italia y todas las noches en las que había podido dormir soñaba con su linda carita, con esas tiernas e inocentes expresiones, con esos sonrojos que provocaba en el de vez en cuando y sobre todo en aquel ultimo y primer beso…pero…a pesar de que muchas veces había imaginado su recuento…nunca le paso por la mente lo que ahora veía…

-S-Sacro Imperio Romano!!!-Le miro incrédulo el castaño.- Enserio eres tú??!

-I-Italia…- No lo podía creer…aquel pequeño niño que pasaba por una tierna niña y que usaba un lindo vestido de sirvienta, era ya un pre-adolescente apuesto y de facciones que llamaban mucho la atención…y que aun usaba un vestido de sirvienta…-S-Soy yo…-

Italia inundo sus ojos con pequeñas lágrimas de felicidad

-Regresaste!!!Enserio Regresaste!!!- Se lanzo hacia el rubio abrazándolo fuertemente.

-Te lo prometí…- Pronuncio algo nervioso y apenado…esa había sido una frase demasiado cursi.-

-Aaah Sacro Imperio Romano, Estoy tan feliz!!! – De la nada el castaño comenzó a llorar.- meso~ meso

~ Sacro Imperio Romano…ve~ ve~ mesooo~-

El rubio comenzó a acariciar los cabellos, trago un poco de saliva, la dulce y melodiosa voz de "Ita-chan" había cambiado un poco…

-Italia…-

-Meso~…ah? Qué ocurre??- Italia le miro desde abajo algo curioso.- Aaah! Creciste mucho!! Ahora eres muy alto~-Canturreo alegre.

-Tú también creciste.- Le sonrío tiernamente.

-Ve~ Claro~ Yo quería crecer para estar junto al Sacro Imperio Romano siempre~- Sonrío ampliamente.-Ah! Estas herido!!

-Estoy bien es solo…- Sin dar tiempo a decir más, Italia le tomo de la mano y lo llevo al interior de la mansión, le llevo a la antigua habitación del Sacro Imperio Romano y atendió las pequeñas y superficiales heridas del rubio.

-Listo!-Exclamo haciendo un nudo a la venda del brazo del otro. Ahora ya no era tan torpe y parecía que ya no le tenía miedo…la melancolía le invadió

-No tenias que hacer esto, estoy bien…-acaricio las tiernas mejillas, Italia se tenso un poco y tembló sonrojándose…no, su amado Italia no había cambiado tanto después de todo…

Un fugaz y suave beso fue posado sobre los labios del menor.

-Igual que antes de irme…te sigo amando…-

-Sacro Imperio Romano…-Se toco los labios y sonrío.- Te extrañe~- Se lanzo hacia él y le volvió a abrazar con fuerza.- Te amo!!-

En ese momento no estaba muy seguro de lo cuanto cambiaria mi vida este reencuentro, pero quería disfrutarlo todo lo que pudiera…

 

Continuara.

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