30 ago 2009

 

CAPITULO XIII

Los ojos de un shinigami podían ver el nombre y el tiempo de vida de un ser humano, pero en raras ocasiones esos espectrales ojos veían cosas que incluso dejaría paralizado de terror a un dios de la muerte y para Ryuk era la primera vez que veía algo así, no solo era el hecho de haber visto que el escaso tiempo d vida d un ser humano corriera d manera tan lenta, al igual d ver tantos nombres sobre puestos uno tras otro, lo que le aterraba de aquel humano era aquella oscura aura que lo envolvía, la cual era idéntica como la que el templo intentaba ocultar… por primera vez en su existencia Ryuk estaba temeroso sobre su seguridad en el mundo humano.

+++

Raito caminaba por el templo mientras que su mente trabajaba a gran velocidad en busca de una salida a su enorme problema. Aun no podía creer que Iori tuviese toda esa cantidad de información sobre él y la death note. Había estado tan absorto en su batalla en contra d L que no se percato que tan astuto enemigo estaba tan cerca, ahora su destino estaba en manos de su onii-sama y por ordenes de él tenia que ver a Kusanagi Kyo… tenia que decidir una fecha para su combate, todo gracias a las ansias que tenia Iori de vengarse de su otou-san…

Demonios! Kusanagi lo haría trizas si peleaba en contra de él y a menos de que lo convenciera de que el pelear por el honor de los clanes era una estúpida idea, no podría escapar a una batalla más que perdida ya que sin la ayuda de la death note, no tenia oportunidad de ganar.

En ese instante algo llamo su atención, como si alguien lo llamara… era solo un murmullo, pero le era imposible ignorarlo así como así ya que parecía provenir de su interior… como si alguien pidiese su ayuda. Esto causo un poco de pánico en el castaño ya que era la primera vez que le sucedía algo así… aquella voz le prometía poder a cambio de su ayuda, quería que se deshiciera de una persona.

- Kushinada Yuki …- salió de los labios de Raito en un murmullo.

+++

A unos días de lo sucedido Matsuda se sentía mal al tener que por un lado comportarse como enemigo de Kyo y por el otro ser su mejor amigo, por esa razón se encontraba en el departamento del castaño, como siempre intentando de alguna manera el sanar esas heridas que su señor se empeñaba en hacer cada vez mas profundas, pero no podía recriminarle nada a su señor ya que lo que sufría Kyo era muy poco a lo que Iori-sama había tenido que soportar.

El joven detective se encontraba sentado el sofá, mientras Kyo que estaba acostado en el resto del sofá y usando las piernas de Matsu como almohada, solo se dedicaba a ver un punto vacio de la habitación, las lagrimas habían dejado de brotar hace ya mucho y su mente solo c concentraba en las suaves caricias que Matsu hacia en su cabello. Por un instante las pupilas castañas se perdieron en aquella profunda mirada negra.

Por que no había sido él? por que había tenido que ser Iori? Por que no se había enamorado de Matsu? Con él hubiese podido ser feliz, no tendría por que estar pasando por tanto dolor y simplemente seria feliz.

Kyo se incorporo sin apartar la mirada que su amigo y lentamente fue acercando su rostro al de él, Matsuda ver la acción del castaño simplemente cerro los ojos esperando ansiosamente aquel beso.

Ese era el secreto que ambos compartían y que nadie, incluido Iori-sama, sabían de su existencia. Matsuda guardaba el secreto por que su vida podría llegar a su fin si su señor se llegaba a enterar y en el caso de Kyo guardaba el secreto solo por las apariencias ya por que por mas que le gustara Matsu, lo que sentía por él jamás llegaría a ser amor a pesar de lo que ambos disfrutaban aquellos encuentros que desde la adolescencia habían empezado.

El beso comenzó lento y bastante suave, como si d un rose se tratara para terminar volviéndose apasionado. Matsuda podía sentir la necesidad que Kyo por ser amado y él no le negaría en lo absoluto nada, eso era lo que pasaba por la mente al momento que era recostado en el sofá, así que sin más se dejo llevar, mientras tanto Kusanagi continuaba con el beso esta vez acompañado de suaves caricias.

Al termino del beso, el joven policía coloco sus manos en los fuertes hombros de su amigo en un gesto dulce a la vez que Kusanagi se perdía jugando con sus cabellos negros hasta descender y sentir lo terso de su cuello, le gustaba mucho esa piel y la forma en que encontraba refugio entre sus brazos, así que con sutiles movimientos comenzó a despojarlo de su camisa de vestir desabrochando cada uno de los botones a la vez que volvía a besarlo dulcemente. Al terminar de retirar cada prenda de Matsu entre apasionados besos y caricias, observo en todo su esplendor el cuerpo de su amigo, notando que no había cambiado mucho desde la última vez que lo habían hecho.

Kyo retiro rápidamente sus ropas ante la oscura y apenada mirada del joven policía, quedando completamente desnudo frente a él, para el castaño era como desnudar su alma ante una de las personas mas importantes en su vida. Se posesiono encima de el cuidando de no lastimarlo, ya que lucia tan delicado en esa situación que no podía evitar tratarlo con suma delicadeza.

Beso de nuevo sus labios mientras sus manos bajaban y subían recorriendo los delgados brazos del moreno hasta que se colaron por su abdomen donde esas caricias le provocaron una leve risita nerviosa por parte de Matsu y que hizo sonreír a Kyo ya que sus reacciones seguían siendo las mismas, sustituyo sus manos por su lengua haciendo un camino desde el cuello hasta el ombligo provocando unos cuantos espasmos al detective. Continuo deleitándose con el cuerpo de su amigo, esta vez haciendo círculos en el área de los pezones, obteniendo un claro gemido lleno del más intenso placer.

Kusanagi miro la cara de Matsu, él cual mantenía los ojos cerrados y se encontraba completamente ruborizado. Kyo no podía negar que le encantaba esa inocencia que su amigo aun conservaba, no importando la edad que tenia. Lo beso en la frente, bajo lentamente y deposito otro pequeño beso solo que esta vez en la punta de la nariz y por ultimo se apodero de su boca.

Nuevamente con su lengua Kyo volvió a recorrer todo el cuerpo de su amigo, mientras lo comenzaba a preparar para lo que vendría a lo que Matsu solo intentaba relajarse intentando el disfrutar del momento sin recordar a Iori-sama.

Cuando el castaño noto que amigo estaba listo, retiro rápidamente sus dedos y los remplazo por su miembro. Entraba de manera lenta y lo mas suave posible ya que no quería causar demasiado dolor a Matsu, mientras que su mente se preguntaba nuevamente por que no había sido él… por que no se había enamorado de Matsu ya que el joven policía era un hermoso ser, un ángel que había perdido sus alas, pero no así su corazón.

A pesar de que el acto no era producto del amor, ambos se entregaban totalmente en ese momento.

Las envestidas eran mas rápidas y profundas conforme los minutos corrían, ambos estaban el limite y justo en ese momento una marejada del mas puro placer lleno los sentidos d ambos…

Cuando se recuperaron de tan intensa sesión Kyo se separo d su amigo, pero antes de que palabra alguna brotara del castaño Matsuda hablo.

-Kyo… ya no podemos seguir haciendo esto…- murmuro.

-Matsu… acaso tu… tienes a alguien especial?

Esto si que tomo con la guardia baja a Touta y solo respondió sin siquiera pensarlo.

-Hai… estoy enamorado d alguien…

-Y dime quien es esa persona afortunada?- pregunto Kyo lleno d curiosidad.

Y como anterior mente contesto sin pensar en las consecuencias, diciendo el nombre d la primera persona que se le ocurrió.

-Ryuga Hideki.

Definitivamente esa respuesta lo había sacado de un apuro, pero lo había metido en otro.

+++

Corría presurosamente por los pasillos del edificio en donde vivía... Como demonios había olvidado algo tan importante? como había olvidado la visita que haría Iori-sama?

Lo peor de todo era que Ryuuzaki le había hablado de que tardaría un poco en llegar, solo esperaba que Iori-sama no se moleste con su descuido y sobre todo suplicaba a los cielos que no se enterara de donde había estado.

Llego hasta el piso en donde vivía y ahí vio a su señor, se encontraba recargado en la pared, a un lado de la puerta, vistiendo de manera informal, fumando tranquilamente un cigarrillo, así que presuroso fue hacia la entrada de su hogar y abrió la puerta.

-Lo siento Iori-san, como vera yo no me encontraba en casa y Ryuga me dijo que no tardaría en llegar, así que si gusta esperarlo…- como siempre tenía que actuar como si no se conocieran.

-Esta bien.- contesto con el cigarrillo en la boca y sin más entro al hogar del joven policía.

Matsuda cerró la puerta y no pudo evitar el que un suspiro de alivio brotara de él mientras se encaminaba a la estancia pero…

-Donde estabas?

Esa pregunta hizo que su calmado corazón diera un vuelco al igual que su estomago, pero tenia que mantener la calma por todos los medios posibles. Miro a Iori-sama que se encontraba sentado en uno d los sofás que tenia.

-Yo estaba…- su mente se debatía entre decir o no la verdad ya que cualquier opción que eligiera lo mas seguro es que terminara con un castigo.

Iori solo observaba al pelinegro, lo conocía perfectamente y sabia lo que pasaba por su mente en esos momentos.

-Como se encuentra Kusanagi?- pregunto mientras su llamas convertían en cenizas lo que quedaba de su cigarrillo

-EH!!! – su corazón pareció detenerse con aquellas palabras.

Iori-sama lo sabía… Iori-sama sabía la verdad… Iori-sama lo mataría por su atrevimiento…

-Esta algo deprimido…- murmuro muy bajo.

-Y por lo que veo aun te sigues acostando con él.

Matsuda había palidecido y temblaba presa del más puro terror.

-Apestas a Kusanagi.- comento el pelirrojo sin más.

Vio su vida pasar delante de sus ojos al momento que su cuerpo simplemente se arrodillaba frente a su señor.

-Gomen nasai Iori-sama… gomen nasai… gomen nasai…

Yagami saco otro cigarrillo de la cajetilla que tenia guardada en uno de sus bolsillos, lo llevo a sus labios y lo encendió con una flamita que brotaba d su dedo índice.

-Dai, acaso pensaste que no sabia lo que pasaba entre Kusanagi y tu? Lo se desde hace mucho, por eso tuve que matar a Sato.

Esto si que fue una gran sorpresa para Dai, recordaba perfectamente ese día, como Sato lo había golpeado hasta casi matarlo y gracias a esa golpiza paso casi un mes en coma, pero ahora Iori-sama le estaba confesando el por que había matado a Sato.

-El estúpido shinobi vino a delatarte conmigo, pavoneándose del castigo que te había dado y esperando una recompensa de mi parte, pero lo que no contaba era que nadie toca lo que es mío, además no permitiría que nadie se enterara, por que eso en verdad hubiese significado tu muerte por traición.

El joven shinobi no podía creerlo. Iori-sama sabía lo de él y Kyo… lo sabia desde hace ya mucho tiempo atrás.

-Iori-sama… yo… pienso que merezco un castigo… por mis actos…- murmuro Dai, sintiéndose miserable por haber querido ocultarle algo a su señor, siendo que este solo se había dedicado a cuidar de su tonto ser.

-Dai, suficiente castigo tienes con mi maldición, acaso no es suficiente el saber que tarde o temprano morirás por mi causa, que por mi culpa tu tiempo de vida prácticamente ha sido recortado a la mitad.

Para Iori no importaba el tiempo que pasara, aun seguía recriminándose el destino d su querido shinobi ya que gracias a él aun estaba en este mundo… gracias a él y a…

-Yo… eto…

-Dai quiero que me digas absolutamente todo lo que sucedió con Kusanagi.- ordeno el pelirrojo.

-Hai, Iori-sama.- contesto y tomo asiento.

+++

L sabia que estaba sumamente retrasado, solo esperaba aun encontrar a Iori-san. De uno d sus bolsillos saco la llave que Matsuda-san le había dado ya que si vivían juntos era lógico que el tuviese una llave del departamento. Abrió la puerta y se adentro en su falso hogar. Al parecer Iori-san aun estaba ahí.

-Que has dicho?- resonó la grave voz del pelirrojo.

L ya estaba en la estancia cuando…

-Le dije que estaba enamorado de Ryuga…- dijo Matsuda.

El joven detective en todos los años que tenia, nada lo había preparado para una situación así.

-Nani?- fue lo único que broto d sus labios de esa manera llamando la atención de ambos hombres.

Para Iori la situación fue algo divertida, pero para Touta, lo único que deseaba era que la tierra c lo tragara.

 

CONTINUARA….

9 ago 2009
CAPITULO XII

Yagami Iori revisaba por última vez todos aquellos documentos, todo debía de estar en orden. Miro por un momento aquella dos libretas negras, tomo una de ellas con su mano derecha y en ese momento flamas purpura brotaron de ella y comenzaron a devorar la libreta, no necesitaba mas de una de aquellas endemoniadas cosas. Metió todos los papeles y unos discos junto con la libreta en un maletín con combinación de piel negro.

Dai observaba en silencio lo que su señor hacia. Iori-sama lo había mandado a llamar aquella tarde y por esa razón se encontraba ahí, lo raro de la situación era que Shinomori no se encontraba por ningún lado.

-Dai quiero que guardes ente maletín en un lugar seguro, te esta prohibido el abrirlo a menos de que me suceda algo, solo entonces lo abrirás y decidirás que hacer con el contenido.

-Hai, Iori-sama demo…- vacilo un instante antes de hablar sobre lo que en verdad sentía.- demo a Iori-sama no le sucederá nada malo, Iori-sama es muy fuerte e inteligente.- en su voz se percibía una verdadera preocupación por su querido señor.
-Te digo esto en dado caso de que algo pudiese suceder, pero en realidad tu eres mi as bajo la manga y además de resguardar este maletín también tendrás el trabajo de cuidar del gaijin ya que después de la reunión se que su vida correrá peligro.

Ante estas palabras Dai sabía que era el momento de hacerle una pregunta de suma importancia a su señor.

-Iori-sama ama a Ryuuzaki?

-Sabes a la perfección que yo no puedo amar a nadie.- con estas palabras dio por terminada la conversación.

-Lo se Iori-sama…

Claro, no podía amar a nadie que no fuera Kusanagi Kyo.


+++


Kagura Chizuru veía con cierto recelo a ambos clanes, solo esperaba que en la reunión todo transcurriera bien, aunque en realidad no estaba del todo enterada de los planes de Yagami, pero sabia que tenia que confiar en él.

-Chizuru ha llegado Yagami?

La pregunta proveniente de Kyo le hizo salir de sus pensamientos y tal como le había pedido el pelirrojo ella negó con un movimiento de cabeza, ella sabia el tipo de relación que mantenían aquellos dos, pero siempre intentaba mostrarse como ignorante de aquella relación.

Kyo estaba impaciente y veía con desespero el ir y venir de los integrantes de ambos clanes y fue justo en ese momento que su mirada se detuvo en un joven castaño que vestía un traje azul oscuro y se encontraba rodeado por su familia. Kusanagi no pudo evitar el pensar cuanto se parecía ese joven a Iori, a pesar de que los cabellos de este fuesen de un claro castaño y los de Yagami rojos como la sangre fresca.

Una joven doncella del templo c acerco a la sacerdotisa y en un murmullo casi inaudible le dio un aviso importante a Chizuru, a lo que esta solo asintió mientras le agradecía a la joven, cuando esta se hubo retirado la sacerdotisa ordeno que todos se reunieran en la sala principal del templo ya que la reunión daría comienzo.

Ahora todos se encontraban sentados según su importancia en el clan solo quedando tres lugares vacios, el de ambos líderes de los clanes y el de Yagami Iori, justo en medio de los lugares de los líderes se encontraba Kagura ya que como siempre había sido, ella seria la mediadora.


+++


Iori estaba a punto de salir de la habitación en la que había pasado la noche junto a su acompañante, en verdad nunca espero que fuera tan fácil el convencer al joven detective de acompañarlo, pero al parecer ahora le era más fácil el manipularlo.

-Espérame aquí.- pidió amablemente.- No tardare en regresar.

-Hai…- murmuro al momento que un tenue rosa apareció en sus mejillas.

Iori sonrió al ver la reacción del chico.

-Dai.

En ese instante y para sorpresa de L apareció ante ellos una oscura figura que inconfundiblemente se trataba de un shinobi, su atuendo negro lo cubría totalmente, solo una brillante mirada se podía ver.

-Cuida de mi invitado.-ordeno Yagami.

El shinobi solo hizo una gran reverencia antes de desaparecer de la misma manera en la que había aparecido.


+++


El primero de los líderes en aparecer fue Kusanagi Saisyu el cual con aire solemne tomo su lugar. En ese instante los ahí presentes vieron entrar a Yagami Iori, el cual vestía un formal traje negro, con paso lento se encamino a tomar su lugar, pero para sorpresa de todos el pelirrojo se sentó en el lugar del líder del clan de la luna.

-Los he reunido este día para anunciar la muerte de mi padre y mi liderazgo como el líder del clan Yagami. Si alguien esta en desacuerdo puede decirlo e intentar arrebatarme mi lugar en una pelea.

El silencio reino en todo el lugar, nadie podía creer lo que el pelirrojo decía. Entre los mas afectados por estas noticias se encontraba Yagami Soichiro, para el era imposible creer que su onii-san estuviese muerto.

-Bien, en un acuerdo mutuo con el líder del clan Kusanagi, hemos llegado la conclusión que solo habrá una contienda mas entre los herederos de cada clan y con ello terminara la batalla milenaria entre ambos clanes.

Hubo un gran revuelo entre ambos clanes que sin tardanza comenzaron con sus reclamos.

-Ya dije que si alguien esta en desacuerdo se enfrente a mi.- la voz d Iori se abrió paso en el mar de reclamos e hizo que todo estos callaran.

-Kyo será el encargado de traer la victoria hacia el clan Kusanagi.- hablo con gran seriedad Saisyu.

Para Kyo eso era bueno, demasiado bueno ya que tendría la oportunidad de volver a encontrarse con Iori por lo menos en el campo de batalla, no se rendiría tan fácilmente volvería a conquistar a su amado pelirrojo así fuese lo último que hiciera.

-Al yo no tener herederos aun, la obligación de pelear contra Kusanagi Kyo recaerá en Yagami Raito.

Al escuchar esto Soichiro y Sachiko quedaron petrificados, mientras que Sayu no entendía del todo la situación. Kyo estaba asombrado con la decisión de Iori y Raito con su brillante mente no alcanzaba entender el por que su onii-sama lo había elegido a él, por que teniendo a tantos prospectos había terminado por elegirlo a él.

-Eso es todo, la reunión ha terminado.- dijo fríamente Iori y fue el primero en salir de aquel lugar.

Soichiro y Raito fueron tras Iori, el primero para hacer desistir de su decisión al pelirrojo y el segundo por que necesitaba saber el por que de esta.

Iori sabia que esos dos querían hablar con el así que los llevo a una habitación que Kagura especialmente había preparado para la situación, en ella había tres sillones amplios de color marrón y una mesita de centro de un lustroso negro y en medio de esta se encontraba un frutero repleto de rojas y jugosas manzanas.

Espero pacientemente hasta que padre e hijo entraron en la habitación, los hizo sentarse, uno en cada sillón, mientras a Raito le daba un folder con algunos documentos, escuchaba atentamente lo que su tío tenia que decirle.

-Iori, no puedes elegir a Raito, se que hay muchos otros chicos que estarían deseosos de ocupar su lugar, además Ichiro me prometió que jamás involucraría a mi hijo en los asuntos del clan.- en verdad se escuchaba desesperado.

-Veo con decepción que a pesar de los años sigues igual siempre sobre protegiendo a los tuyos a costa de la desgracia de los demás, pero desgraciadamente para ti y tu familia al morir mi otou-san, todas sus promesas se fueron a la tumba junto con él.

-Pero Iori…

Raito miro el contenido del folder y al hacerlo dejo de lado la conversación de su otou-san con Iori y se centro en aquellos papeles. En su estomago se hizo un nudo y un ligero temblor sacudió su cuerpo.

Esto no era posible… no podía sucederle algo así…como era posible que…

-Otou-san, podrías dejarme a solas con Iori… Onegai.- su voz salió acartonada.
-Raito…

-Onegai… otou-san…

Soichiro salió de la habitación en silencio, esperando que Raito pudiese convencer a Iori de no involucrarlo en aquella batalla.

Al verse solos, Raito rompió el silencio.

-Como es que conseguiste esta información? Que quieres a cambio de ella?

-En primera, acaso crees que te diré como resolví el caso de Kira? Y en segunda lo único que quiero es que pelees con Kusanagi y será a cambio de que yo no le de esta información a L.

Ahora todo estaba muy claro, el “casual” encuentro entre Ryuuzaki y él había sido previamente planeado y ni que decir disque de esa amistad… que mas parecía que Iori intentaba seducir a L. La mente Raito ya comenzaba ha hacer un plan para deshacerse de Iori y recuperar todas las evidencias.

-Pero no puedes usar la death note, quiero que pelees solo con tus propias fuerzas como cualquier Yagami.- dijo al momento que tomaba una manzana y se acercaba a donde Raito estaba.

-Lo que tu ordenes onii-sama…- en ese instante vio como Iori le ofrecía la manzana a Ryuk.
El shinigami no sabia que hacer, por que lo que estaba frente a él no era un simple humano, más parecía un demonio.

-Puedes ver a Ryuk?

-No

-Entonces como…

-Su presencia lo delata.

El shinigami tomo la manzana y comenzó a devorarla.

-Raito, espero que no intentes hacerme daño alguno, si por alguna extraña razón muero todo eso ira a parar a manos de la policía y medios de comunicación, hay alrededor de cien copias de aquel archivo, incluyendo videos en donde Amane Misa confiesa, fotos y audio, esas copias la tienen distintas personas de las cuales algunas yo no conozco.

Esto ultimo fue un golpe bajo para Raito, prácticamente Iori había asegurado su vida.

-Así que te aconsejo que busques a Kusanagi Kyo y te pongas de acuerdo para el día de la pelea.
Así que sin más salió de la habitación dejando a un impotente Raito.


+++


Kyo buscaba a Iori, tenia que verlo, tenia que hablar con él, pero justo en ese instante en uno de los jardines del templo vio a ese sujeto de nombre Ryuga.

L vio a un furioso Kusanagi que se acercaba a él, quiso prepararse a lo que este pudiese intentar, pero poco antes de que el castaño llegara a él, en su camino apareció un Shinobi con kunai en mano, listo para enfrentarse a Kusanagi-san.

-HAZTE A UN LADO!!!- bramo el castaño al momento que llamas escarlatas aparecieron en sus manos.

El shinobi no retrocedió ni un centímetro muy al contrario estaba listo para la batalla.

Matsuda sabía que muy a pesar de que Kyo fuese su amigo, Iori-sama le había dado una orden y no solo eso ya que Ryuuzaki no tenía la culpa de nada.

-Kusanagi, se ve que tu hijo no tiene modales.- la inconfundible voz de Iori llego a los oídos del castaño haciendo que este dejara de lado al shinobi y volteara a ver al pelirrojo, el cual se encontraba al lado de su otou-san.

-Lo se y en verdad lo siento Yagami.- se disculpo por el comportamiento de su hijo.

-Yagami te estaba buscando yo…

Iori ignoro totalmente a Kyo y se acerco al shinobi.

-Buen trabajo Dai.

Esto molesto en sobre manera a Kyo, pero antes de que pudiese cometer alguna estupidez Saisyu lo llamo.

-Kyo nos vamos.

-Vete tu, yo tengo asuntos que resolver.

Iori siguió ignorando al castaño y tomo de la mano al joven detective.

-Nos vamos, la reunión ha terminado, si quieres podemos ir a comer algo.- propuso tranquilamente Iori a L y este solo asintió. -Kusanagi, una vez que tu hijo haya tomado la decisión del día, onegai infórmamelo.- le dijo a Saisyu, al momento que se retiraba con el joven detective.

-Por supuesto lo hare Yagami.

No había duda alguna Yagami Ichiro había educado demasiado bien a su hijo, que era digno heredero del clan de la luna.

Kyo solo se sentía frustrado y con el corazón hecho pedazos al ver alegarse de él a Iori.



CONTINUARA….
2 ago 2009
CAPITULO II


Observaba dormir pacíficamente al peliverde en aquella pequeña cama, el rostro del joven pianista se mostraba tan tierno de esa manera… por lo menos eso era lo que pensaba Ace, pero en ese momento algo dentro de él cambio, su mirada se opaco mientras su cuerpo se movía, poniendo una de las dagas que solía usar para acabar con los vampiros, en el cuello de Zoro.

-Seria tan fácil el degollarte y después incinerar tu cuerpo.-Siseo

PERO QUE DEMONIOS ESTABA HACIENDO?!!!

El era Roronoa Zoro, su mejor amigo, su primer amor, esa persona especial en su vida… No era un monstruo como los que eliminaba noche tras noche… no era un…

Zoro despertó lentamente y al abrir sus ojos esmeralda, se encontró con una profunda mirada negra, la cual se mostraba misteriosa ante él y por un momento se perdió dentro de aquellas pupilas.

-Aishiteru…- murmuro el peliverde antes de tomar en un ansiado beso los labios del moreno.

Ace tuvo que contenerse para no decir que lo amaba con toda su alma y corazón, que su amor por él seria eterno no importando la muerte misma.

-Ayer Shanks-san nos interrumpió en medio de algo muy importante.- comento en cierto tono juguetón el joven pianista.

-Ah… en serio? Sabes ya no lo recuerdo…- dijo al momento que c alejaba de Zoro, con una sonrisa nerviosa.

Zoro sabia que a Ace le gustaba hacerse el difícil de vez en cuando, desgraciadamente para el peliverde Ace solo quería alejarse de él, ya que en su intento de ocultar la daga, se había cortado la palma de la mano derecha, así que ignorando al peliverde corrió al baño que estaba a un lado de la habitación, ante la mirada extraña de Zoro, pero justo en ese instante noto unas gotas rojas en el piso, que sin duda eran de sangre.

Ace ya había limpiado su arma y la había dejado en una esquina del lavamanos, ahora solo tenia que suprimir la hemorragia, su mano estaba bajo el grifo del agua, el cristalino liquido pasaba por la herida para terminar tornándose en un ligero rosado debido a la sangre, mientras se maldecía a si mismo una y otra vez por haber hecho tal locura, pero sus instintos de cazador habían predominado en su ser sin poder evitarlo.

Estaba tan concentrado en su labor que no se percato en que momento Zoro había entrado al baño, ni que se encontraba tras él y fue así hasta que el peliverde cerro la llave del agua, con lo que Ace volteo a verlo bastante desconcertado y con la adrenalina al tope.

Zoro al ver la herida en la palma del moreno, tomo la mano de este, acerco su boca y comenzó a lamer la herida. Le gustaba el dulce sabor de la sangre de Ace, siempre había sido así desde que eran unos críos.

Ace no podía apartar la vista del peliverde y mucho menos el ignorar los crecientes deseos de besar aquellos labios ahora pintados de carmesí gracias a su propia sangre , así que obligo al peliverde que dejara su herida y antes de que este pudiese protestar, sus labios fueron atrapados por los del moreno y fue cuando empezó una pequeña batalla por el dominio comenzó entre ellos y ninguno estaba dispuesto en someterse tan fácilmente.

En aquel tremendo duelo, entre profundos besos y fogosas caricias terminaron dentro de la tina, intentando desesperadamente el liberar al contrario de sus ropas, algunas de las cuales no soportaron el trato brusco y cedieron ante los incesantes jalones que no c detuvieron hasta quedar completamente desnudos.

Ace usaba todos los trucos que tenia a la mano ya que conocía a la perfección el cuerpo de Zoro, no había centímetro de esa dorada piel que sus manos e incluso su lengua no hubiesen recorrido, sus manos recorrieran la espalda y trasero del peliverde, pero el lado en donde pasaba su mano derecha quedaba manchado de rojo debido a la sangre que aun brotaba de la herida, aunque ya en menor proporción.

Todo iba como normalmente sucedía entre ellos pero en ese instante Ace sintió una pequeña mordida en el cuello, siendo suficiente esta acción para que su cuerpo perdiera la capacidad de reacción, sus piernas comenzaron a temblar, el ritmo de su corazón al igual que su respiración aumento su ritmo.

Tenia que calmarse… tenia que… lo mas suave posible, hizo que Zoro dejara de morderlo ya que si continuaba habría mucho de lo cual arrepentirse.

Zoro sabia a la perfección que al moreno no le agradaba en lo mas mínimo las mordidas en su cuello y él solo lo hacia para molestarlo solo un poco, así que cuando sintió que Ace lo intentaba alejar detuvo su labor y se alejo del cuello del moreno para terminar besándolo nuevamente.

Demonios!!! Zoro siempre sabia como alegar ese malestar y encenderlo al mismo tiempo, así que después de que el beso terminara hizo que el peliverde c diera la vuelta y c inclinara un poco, para tener acceso a esa pequeña entrada. Ace llevo un par de dedos a su boca para poco después introducirlos dentro de Zoro, preparándolo para lo que seguía.

Zoro gemía sin reserva alguna, no importaba cuantas veces lo hubiese hecho con Ace, siempre era igual de excitante como la primera. Entre sonoros gemidos de placer y necesidad por parte del joven pianista, el moreno retiro sus dedos que rápidamente fueron remplazados por su miembro.

Las envestidas eran rápidas y con gran fuerza, la necesidad de ambos era demasiada como para poder hacerlo con calma, el año que habían pasado separados solo había logrado el hacerlos comportarse como animales en celo en ese momento, haciendo que ambos llegaran a un furioso clímax.

No podía negarlo, Zoro era su vida, sin el todo carecería de sentido y dejaría de ser un ser humano para convertirse en un arma para exterminar vampiros… pero ese era su destino al fin y al cabo del cual no podía escapar, por lo menos no de la forma que él deseaba y ahora era el momento de seguir ese inevitable destino.

Ace se separo de Zoro y sin comentario alguno comenzó a buscar su ropa o lo que había quedado de ella, por fortuna había prevenido una situación así y por esa razón en la maleta tenia un nuevo cambio de ropa. Tomo las dagas una que aun estaba en su estuche y la otra que estaba en el lavamanos y las enredó entre los despojos de su ropa.

El peliverde se acerco al moreno y lo abrazo a pesar de que este le daba la espalda, tiernos besos fueron repartidos es el cuello de Ace.

-Aishiteru…- murmuraba entre beso y beso.

-Esto debe terminar.- dijo al momento que se alejaba de Zoro y salía del baño.

-Nani?

Ace saco la ropa de la maleta y comenzó a cambiarse, tenía que salir de ese lugar antes de que las cosas se complicaran más de lo que ya estaba.

-Ace, que quieres decir con que esto debe terminar?- para Zoro el temor del rechazo estaba siendo palpable.

-A principios del próximo año me casare.

Para Zoro aquellas palabras fueron como miles de puñaladas en el corazón, él sabia que tarde o temprano esto iba a suceder… en verdad sabia que por mas que deseara estar junto a Ace eso era totalmente imposible, pero parte de él quería creer que es verdad eso se podía hacer realidad.

-Pero…

-Zoro en verdad sabes que mi amor por ti será eterno, pero esto lo hago por mi familia… por mi abuelo…- ese era su destino, lo único que deseaba hacer antes de la boda era el liberar a Zoro de la amenaza que representaba Mihawk.

Cada vez que Ace mencionaba a su abuelo y lo que este le obligaba a hacer, a Zoro le hervía la sangre, acaso Grap-san no entendía que Ace era un individuo y no un objeto de su pertenencia… pero Ace siempre le decía que tenia que hacer lo que su abuelo le ordenaba, por el bien de la familia, por que era su deber y peor aun su destino… pero esto era la gota que derramaba el vaso, no permitiría que lo separaran de Ace… no de esa manera.

-No lo permitiré.- la voz del joven pianista sonó sumamente seria.

Ace le dedico una tierna mirada y una triste sonrisa al peliverde y ahora sentía unas inmensas ganas de llorar, pero las lagrimas eran para los débiles y los cobardes, eso era algo que su abuelo le había inculcado muy bien, por esa razón las lagrimas hace años que no brotaban de sus ojos. El joven cazador no podía decirle a Zoro que no podían estar juntos, que para su seguridad era mejor el estar a una distancia prudente de todo aquel que fuera miembro de la familia D y eso obviamente lo incluía a él.

-Acaso estas loco? Crees que podrás evitarlo?

-Si es necesario el secuestrarte el mismo día de la boda, yo lo hare por que tu eres mío…- esto ultimo había salido sin siquiera pensarlo.

Las palabras resonaron en la mente de Ace, trayendo con ellas traumáticos recuerdos, haciendo que sus manos ya temblorosas comenzaran a buscar sus inseparables armas entre los despojos de su ropa, su rostro ahora blanco mostraba gran seriedad y en sus ojos brillaba un extraño y tenebroso fuego.

-YO NO PERTENEZCO A NADIE!!!- prácticamente rugió, rápidamente tomo todas sus cosas, intentando detener los deseos de encontrar sus dagas, metiendo todo en la maleta y ya totalmente vestido y sin nada que detuviera por mas tiempo su estancia en aquel pequeño departamento, salió increíblemente furioso.

Zoro quiso detenerlo, pero su cuerpo no reacciono, tan solo se quedo ahí mientras que ríos de lagrimas ahora surcaban su rostro. Mientras que Ace corría desenfrenadamente intentando poner distancia entre él y Zoro, sino lo hacia así él terminaría... terminaría haciéndole daño…

“Tu eres mío”

Ace sacudió la cabeza intentando vanamente en alejar aquellas palabras ya que el recuerdo de la sangre, el dolor… sus gritos que suplicaban que se detuviera… el agudo dolor de la traición y…

Ace dejo de correr, ahora se encontraba en una calle desierta, sus oscuros cabellos cubrían su mirada y una imperceptible sonrisa se formaba en sus labios.

Un vampiro…

Cuanto deseaba el tener a un vampiro frente a él… el tener uno de esos odiosos seres y cortarle algún miembro de un solo tajo... el bañarse con su sangre y disfrutar de su sufrimiento antes de degollarlo… ese era el placer mas grande en su existencia y esa noche cuando regresara a la mansión seria lo primero que saldría a buscar.



+++



Aquella noche en el bar Zoro intentaba tocar el piano como normalmente lo hacia... pero le era imposible ya que cada nota que había brotado de cualquier piano que tocara había sido para Ace, pero ahora él... SHIMATTA!!! Había extrañado tanto a Ace y ahora que había tenido algo de tiempo para estar con él, lo había arruinado todo.

La mirada rubí del vampiro observaba con gran preocupación al joven pianista y por más que deseaba saber que era lo que le sucedía, su mente era todo un caos dificultando en sobre marera el leerla, pero de lo que si estaba seguro era que el cazador tenía que ver con el estado de Zoro. Deseaba acercarse al peliverde, pero Ben vigilaba con recelo sus acciones.

Zoro sintió como una mano se posaba en su hombro, el joven volteo a ver al dueño de aquella mano percatándose que se trataba de Ben-san.

-No te sientes bien ne? Vamos, ve a casa.- dijo suavemente.

-Arigato Ben-san.

Zoro en verdad agradecía lo que el mayor su preocupación por él, así que el pianista tomo sus cosas y salió presuroso del bar, sin percatarse que el vampiro pelirrojo lo seguía muy de cerca.

Deseaba estar solo, pensar e idear un plan para impedir que Ace se casara. No permitiría que nadie le arrebatara esa persona especial…

“A principios del próximo año me casare.”

Las lagrimas contenidas podían visualizarse en sus ojos, pero no estaba dispuesto a derramar ni una sola ya que de antemano sabia que su relación con Ace no tenia futuro… que un día sus caminos tomarían rumbos distintos… que el moreno formaría una familia con su prometida, que él nunca deseo averiguar su identidad y él seria un gran concertista... pero a pesar de tener en claro la situación... dolía... dolía tanto, que le parecía increíble que existiera esa clase de dolor… y lo único que podía hacer era el repetirse una y otra vez que impediría a toda costa aquella boda por que Ace era suyo y…

“YO NO PERTENEZCO A NADIE!!!”

Nuevamente aquellas palabras resonaron en su mente.

De cierta manera el pelinegro tenia razón, pero entonces por que Ace era el dueño de todo su ser… por que…

Tan sumido en sus pensamientos se encontraba Zoro que ni siquiera noto que estaba a punto de pasar la avenida sin precaución alguna e irremediablemente hubiese sido envestido por un automóvil, si un par de brazos no lo hubiesen aferrado.

-Aishiteru...- un murmullo llego a sus oídos.

Mientras que aquellas palabras salieron de la boca de Shanks al momento que se aferraba al peliverde, pero para Zoro en cambio fue como si Ace las hubiese dicho.



+++



En aquel pulcro laboratorio se encontraba una joven morena de mirada azul que lucia una sencilla bata blanca, sentada frente a ese escritorio parecía jugar con un frasco el cual contenía un embrión a medio desarrollo que indudablemente era humano. La joven ignoraba totalmente a las otras personas que se encontraban ahí.

-Robín deja d jugar con mi nieto.- exigió un hombre que se encontraba delante de un microscopio.

-Hai…-respondió bastante desanimada.

Una hermosa mujer d blancos cabellos y ojos azules, con el mismo rostro de la joven morena miraba angustiada a esta.

-Y aun no sabes nada de su paradero?- pregunto aquel sujeto a la joven.

-No, se suponía que Ace lo iría a visitar, pero dudo mucho el poder sacarle la información ya que ni siquiera su familia lo sabe.

-Eso solo me hace pensar que él sabe algo.

-Obvio.

-Aun así intenta averiguar algo, necesitamos encontrarlo antes que lo haga Mihawk.

-Lo se.

Al escuchar ese nombre, la mujer de blancos cabellos palideció.

-No te preocupes querida, si encontramos a Zoro-chan antes que él podremos volver a ser una familia feliz.

-Acaso no confías en él, madre?- pregunto algo infantil la morena.

Ella solo guardo silencio, tenia miedo de todo, de los planes del hombre que amaba, de las acciones de su hija y de Mihawk.



+++



El frio continuaba dominando en la ciudad diciembre estaba a solo un par d días d distancia y el espíritu navideño ya se veía por las calles… cuanto detestaba aquella celebración, odiaba los adornos, las canciones y la gran hipocresía que todos destilaban en aquellas fiestas.

Zoro caminaba presuroso entre la gente, su mal humor se podía ver a metros de distancia pero parecía que a ese par de sujetos poco les importaba ya que se acercaron con una gran sonrisa al peliverde.

-Yo aniki!- hablaron ambos al mismo tiempo.

Zoro miro a esos dos sujetos con tedio ya que el haberlos encontrado era un día perdido ya que Johnny y Yosaku no lo dejarían en paz, aun no entendía como era posible que fuese amigo de aquellos dos mafiosos.

-Konnichiwa Johnny, Yosaku.

-Vayamos a beber algo Aniki, nosotros pagamos.- dijo Yosaku.

El peliverde analizo la propuesta, aun era demasiado temprano para ir al bar y no tenia nada mejor que hacer, aunque la verdad era que no quería ir al bar y ver a Shanks-san.

“Aishiteru” desde aquel incidente noche tras noche Shanks-san le declaraba abiertamente su amor, pero para desgracia de el pelirrojo, su corazón le pertenecía a Ace, aunque este lo rechazara y estuviese a punto de casarse no podía evitar el seguirlo amando con todo su ser.

-Entonces aceptas?

La voz de Johnny lo saco de sus pensamientos.

-Claro por que no?



+++



Ace miraba el nublado cielo de la ciudad.

-Hoy también es un día gris.- murmuro para si.

En las tiendas ya se visualizaban los adornos navideños, lo que le hacia recordar el mal humor de Zoro en estas fechas. Aun recordaba aquellas navidades en las que se la pasaba en el ático de la mansión con Zoro. El peliverde ocultándose de la temporada y él haciéndole compañía.

Cuanto le gustaría regresar a esos tiempos en donde todo era mas simple, donde el no tenia ninguna obligación como cazador y aun era ignorante de la situación que envolvía a Zoro, pero era imposible el regresar el tiempo y ahora lo único que podía hacer era el cazar a Mihawk y alegarse de Zoro.



+++



-SHIMATTA!!!- maldecía una y otra vez ya que había sido una gran estupidez el haber aceptado aquella invitación por parte de sus amigos ya que si los hubiese rechazado no estaría envuelto en aquella guerra de mafias.

Los disparos resonaban en aquella bodega. Johnny y Yosaku disparaban frenéticamente hacia su atacantes, intentando el mantener a Zoro seguro, pero les fue imposible ya que estaban rodeados.

Repentinamente Zoro se encontró frente a un sujeto armado el cual le apuntaba directamente con un arma 9mm, el peliverde no tuvo tiempo de reaccionar.

Uno…

Dos…

Tres…

Los disparos resonaron, al instante que el dolor lo invadió y en el momento que comenzaba a caer al piso, los recuerdos llegaron a su mente, en cada imagen solo veía a la persona mas importante en su vida… Ace… pero entonces apareció una imagen demasiado perturbadora.

La sangre brotaba de diversas heridas que tenia su joven cuerpo, el cual apenas había entrado de lleno a la adolescencia, pálido como si careciera ya de vida alguna y aquella mirada negra ya opaca, sus labios se movieron lentamente y su voz apenas y era audible.

“Ya no mas… onegai... ya no mas…”

“Gomen nasai.” Fue el último pensamiento del joven pianista al perder por completo la conciencia.



+++



Aquel hombre que lucia un pulcro traje negro miro el letrero iluminado “ILUSIÓN BAR” entro al pequeño bar y observo con detenimiento el lugar que se encontraba semi-vacio.

La joven barwoman y su gemela vieron con cierto temor al recién llegado, imaginándose tal vez que se trataba de algún líder de la mafia, aun que era extraño que estuviese solo ya que por lo regular un sequito de guardaespaldas acompañaban a ese tipo de personas.

Aquel hombre vestía un traje negro al igual que su camisa de seda y esto hacia que resaltara la fina corbata color vino. Su barba y bigote estaban perfectamente delineados. El ojo derecho era cubierto por un parche mientras que el izquierdo mostraba un color dorado.

Ben al ver a aquel hombre se acerco rápidamente a él.

-Vaya, no esperaba tan pronto tu visita.- dijo Ben mientras lo conducía hacia su oficina –Chicas por favor, encárguense de todo.- pidió amablemente.

-Hai, Ben-san.- hablaron las dos al mismo tiempo.

Ambos hombres entraron a la oficina que a pesar de ser pequeña estaba exquisitamente decorada.

Ben hizo una casi imperceptible seña para que su invitado tomara asiento en el sofá de cuero negro, a lo que este simplemente obedeció.

-Deseas algo de beber?

-Tú sabes la respuesta mejor que nadie.

Al escuchar esas palabras fue en busca de una copa. Cuando regreso, le dio a su invitado la copa vacía, después fue al escritorio que se encontraba en una esquina de la habitación y tomo el abre cartas que prácticamente estaba de adorno, regreso al lado de su invitado y este solo extendió el brazo mostrando la copa y así que Ben hizo un corte preciso en su muñeca izquierda la cual comenzó a sangrar. La copa lentamente comenzó a llenarse con el rojo liquido, una vez que estuvo llena Ben hizo presión en la herida.

-Si tu quieres yo podría…

-Iie… es de mala educación beber de la botella

-Y por que mejor no me dices que el único que puede hacerlo es Shanks.- comento antes de tomar un sorbo del líquido rubí

Aquello pareció ser un golpe bajo para el pelinegro pero que desesperadamente intento ocultar.

-Recuerda que a mi no me puedes engañar como lo haces con Shanks, entre nosotros no hay pacto alguno.

El pelinegro solamente se mantuvo en silencio al no tener manera de defenderse de la s palabras d su invitado.

-Mi mente no llega a comprender el por que nunca hiciste nada por declarar tus sentimientos y en cambio decidiste el formar una familia.

-Las esperanzas mueren al ultimo, pero Shanks destrozo las mías hace ya tanto tiempo… así que lo único que me queda de él es su amistad… y si esa es la única manera de poder estar a su lado, lo acepto.

-Hubieses sido un gran compañero para esta fría eternidad, lastima que tu corazón pertenezca al vampiro equivocado.- dijo esto antes de beber todo el contenido d la copa.

-En verdad lo siento Mihawk.

-No hay razón, se cuando he perdido la batalla y me arrepiento terriblemente de no haber sido el primero en conocerte.

-Y entonces ya bienes por el chico?

-Para que otra cosa vendría?

-Quizás solo para visitar a los amigos.

-Tienes razón.- una ligera sonrisa se formo en sus labios.

-Y cuando será?

-Lo más pronto posible.

-Bien solo intenta que Shanks no quede involucrado en esto, lo que menos deseo es que el clan D este tras él.

-Comprendo.



+++



Zoro yacía en la pequeña cama de su dormitorio y solo ostentaba la herida de su brazo no paraba de sangrar a pesar de ya encontrarse desinfectada y vendada de poco le servía, mientras tanto Shanks lo observaba mientras se debatía en lo que haría con el chico y el intenso olor a sangre fresca poco le ayudaba en sus razonamientos, aunque aun se le hacia increíble el que lo hubiese encontrado vivo en aquella bodega llena de cadáveres descuartizados, los cuales evidenciaban el claro ataque de un vampiro en extremo hambriento, lo raro de la situación era que no había detectado la presencia del bebedor de sangre en ningún momento.

Después de estas reflexiones, decidió usar un poco de su sangre para poder cerrar esa herida, por lo menos era mil veces mejor opción que tomar la vida del chico y darle una nueva… aun era demasiado joven, por esa razón se había detenido en todo ese tiempo.

El pelirrojo pasó la yema de sus dedos por el torso de Zoro, delineando suavemente la herida que prácticamente lo atravesaba, a pesar de que en la mente del joven pianista le decía que aquella cicatriz había sido producto de aquel accidente en donde sus padres habían muerto, para él era casi un milagro que hubiese sobrevivido a tal herida. No podía negar que todo en Zoro le causaba cierto desconcierto, el prefecto cuerpo que lucia era demasiado contradictorio a su frágil salud.

Su atención se centro en la herida, así que con mucho cuidado retiro las vendas empapadas de sangre y que en una reacción casi por inercia se llevo a la boca, cuando la tela entro a su boca, no pudo el evitar deleitarse con el sabor del la sangre del peliverde. Dejo las vendas de lado, mordió sin reserva alguna su labio inferior con uno de sus colmillos y acerco sus labios a la sangrante herida y con lentos y suaves besos su sangre se comenzó a mezclar con la de Zoro.

El joven pianista abrió los ojos, pero no tenia ni la mas remota idea en donde se encontraba, ni que era lo que había sucedido y poco le importaba en esos momentos lo único que le importaba era el apagar la enorme sed que sentía, un dulce olor acompañado de un sutil placer lleno sus sentidos por completo.

Shanks detuvo su labor al escuchar un sonoro y hasta cierto punto lascivo gemido por parte del peliverde, se separo de la herida que casi había sanado por completo y miro con cierta preocupación al chico, teniendo tantas preguntas que hacerle ya que ni siquiera podía leer su mente ya que esta se encontraba totalmente en blanco.

Zoro al ver los rojos labios del vampiro cuerpo se movió solo, acercando se al rostro al de Shanks para terminar besándolo apasionadamente. Que sabor tan mas delicioso, no recordaba haber probado algo así nunca La poca razón que aun albergaba el vampiro en su mente fue opacada totalmente por el más ardiente deseo que jamás en su existencia había experimentado.

Shanks no pudo soportarlo por mas tiempo, deseaba por lo menos el beber solo un sorbo d aquella sangre, beber directamente del cuello de su amado pianista.

Aun desconcertado y con sus sentidos totalmente embotados, el peliverde sintió el agudo dolor producto de aquellos colmillos pertenecientes al vampiro perforando con gran facilidad la piel de su cuello. La sangre lleno la boca del pelirrojo que bebió con glotonería el adictivo líquido mientras que Zoro sentía que en cualquier momento perdería la conciencia, pero justo en ese momento Shanks se detuvo al sentir como su amante con desesperación hacia lo mismo que él y mordía con todas su fuerzas su cuello logrando hacer que la sangre brotara a raudales y que hilillos rojos recorrieran el pecho y la espalda del vampiro, mientras que Zoro bebía como si su vida dependiese de ello. A pesar de todo el movimiento, Zoro termino inconsciente aun con su boca en el cuello del pelirrojo.

El vampiro miro hacia la ventana, el amanecer estaba muy cerca tenia que irse, tenia que regresar a su hogar antes de que fuese demasiado tarde, pero antes que nada separo con sumo cuidado a Zoro y examino por ultima vez su cuerpo, percatándose que la herida habían sanado, una vez seguro que ahora el peliverde se encontraba bien, se levanto de la cama. Antes de salir por la ventana, el pelirrojo deposito un tierno beso en la frente de Zoro.



+++



Su teléfono celular sonaba incesantemente y él maldecía a la persona que lo molestaba a esas horas, pero antes de estrellar el teléfono contra la pared y romperlo en pedazos miro con ojos adormilados la brillante pantalla y al ver el nombre que esta ostentaba el sueño desapareció y rápidamente contesto.

-El esta aquí.- solo eso se escucho antes de que colgaran.

-Entendido…- murmuro al momento que dejaba el teléfono en la mesita de noche y a su vez tomaba una daga de plata.- el momento ha llegado, por fin sus habilidades serian puestas a prueba ya que se enfrentaría a Mihawk.



+++



Shanks ya tenia todo preparado para irse a “dormir” así que antes de meterse a su ataúd tomo una ducha, algo preocupado por el desastre que había dejado en la habitación de Zoro, aunque no tanto por el hecho de que él había mordido al peliverde o que este también lo hubiese hecho, la sangre tomada no había sido demasiada como para volver a Zoro en uno de su especie, tal vez solo seria algo sensible al sol pero eso no pasaría de un día.

El pelirrojo salió de la ducha con el pensamiento que le hubiese gustado el conservar la mordida de su amado pianista, pero al ser vampiro lo mas seguro era que esta ya hubiese desaparecido. Se acerco a un espejo de cuerpo completo que se encontraba en el baño pero que rara vez usaba.

Al ver aquello en su reflejo quedo atónito mientras que la toalla con la cual se estaba secando cayó al piso. Sin poder creerlo paso sus dedos por su cuello en donde se visualizaban dos pequeñas perforaciones que era mas que obvio habían sigo causadas por un par de colmillos, las perforaciones no dolían en lo absoluto pero al parecer su cuerpo no hacia ni el menor intento por hacerlas desaparecer.

Shanks no podía creer que Zoro fuese… pero estaba apunto de amanecer y él… Pero Zoro era un humano, tenia que ser un humano o el sol acabaría con él y lo peor de todo era que no podía hacer nada para evitarlo.



+++



La luz del sol se abrió paso por entre las cortinas y un fino rayo travieso dio directamente a sus ojos y esto fue acompañado por el ruidoso despertador. El joven peliverde que hasta ese momento había dormido tranquilamente, se removió entre las sabanas sintiendo como todo el cuerpo le dolía. Abrió lentamente los ojos mientras intentaba recordar lo que había pasado.

Recordaba el haber estado con Johnny y Yosaku y… unos tipos de un grupo rival prácticamente los secuestraron y los llevaron a una bodega en el área industrial de la ciudad y… repentinamente se sentó en la cama mientras revisaba su torso, esperando encontrar alguna herida causada por un arma de fuego… recuerda aquel hombre apuntándole con su arma… recuerda el sonido de los disparos y el olor a pólvora… el dolor… y después de eso todo se nubla y no hay mas recuerdos nítidos, solo vagas sensaciones entremezcladas e imágenes borrosas de un profundo rojo…

Y si todo fue un sueño?

Y si en verdad nada de eso paso?

En ese instante antes de poder mentirse a si mismo noto como las sabanas de su cama que deberían de ser blancas estaban todas manchadas de rojo y que indudablemente era sangre. Se comenzó a sentir mareado, signo claro que necesitaba tomar su medicamento, tomo el frasco de la mesita de noche y con manos temblorosas saco un par de pastillas las cuales ingirió rápidamente. Solo pasaron un par de minutos antes de que todo el malestar desapareciera por completo, ahora si tendría que enfrentar el hecho que ayer había pasado algo y muy grave al ver el estado de su lecho. Se levanto de la cama y comenzó a revisar toda su habitación, encontrando vendas impregnadas de sangre ya seca.

En ese justo momento recordó un beso… un apasionado y delicioso beso… recordó a Shanks-san…

POR TODOS LOS SANTOS CIELOS!!! PERO QUE… que es lo que había hecho…

Zoro se había quedado todo el día en casa intentando recordar todo lo sucedido, no solo era el hecho que había besado a Shanks-san, si no que en aquel tiroteo Johnny y Yosaku habían muerto, entonces no entendía el por que no había sufrido el mismo destino que sus amigos. Tenia un mal presentimiento ya que no era la primera vez que sufría de aquellas lagunas mentales, con esta era la tercera vez que sucedía… y haciendo un recuento… no recordaba el accidente automovilístico en el que se vio envuelto junto a sus padres en donde ellos perdieron la vida y a él solo le quedo la enorme cicatriz que cruzaba por su pecho… de igual manera le faltaban recuerdos de lo sucedido años atrás en donde él termino en coma después de que un grupo de pandilleros los acorralaron a Ace, Luffy y a él… por esa razón hacia hasta lo imposible por recordar lo sucedido en aquella bodega, no podía estar olvidando cosas tan importantes como esa.

En ese instante el suave sonido de golpes proveniente de la puerta lo hizo salir de sus pensamientos, así que se levanto del sofá en donde se encontraba recostado, fue a abrir y al hacerlo se quedo observando la preocupada mirada rubí de Shanks-san.

El vampiro no pudo evitar en perderse en aquella mirada esmeralda la cual se mostraba confusa, sin poder evitarlo en un rápido movimiento entro al departamento.

-Estas bien?.- pregunto mientras que revisaba a conciencia al joven pianista.

-Si…- estaba lago desconcertado por la acción del pelirrojo.

Ahora con la puerta cerrada y ambos en la pequeña estancia, sentados en el mismo sofá y ninguno de los dos sabia como comenzar, ambos tenían demasiadas dudas y sobre todo Shanks tenia una teoría la cual tenia que comprobar, así que no quedándole mas alternativa comenzó a llevar a cabo el plan que había realizado durante el camino de su hogar al departamento del peliverde.

El vampiro sin reparo alguno hizo un profundo corte en su muñeca, dejando correr libremente su sangre y al ver esto Zoro, primero el asombro y el pánico llenaron sus sentidos al no entender el porque Shanks-san hacia eso, pero poco después comenzó a sentirse mal, nuevamente aquellos dolores, el mareo… tenia que tomar su medicamento antes de que…

-Zoro, mírame.- ordeno el pelirrojo, a lo que el joven obedeció con mucho esfuerzo y solo pensando en su medicamento.

Una mueca entre asombro y espanto se formo en el rostro de Shanks al ver a su amado pianista, el cual presentaba las pupilas en vertical y el color esmeralda de su mirada se había tornado en un brillante ámbar siendo la irrefutable prueba de que Zoro era un vampiro, bastante joven, pero un vampiro al fin y al cabo, pero ahora tenia mas interrogantes, desde cuando era un vampiro? Por que había tardado tanto tiempo en darse cuenta de este hecho? Por que a pesar de que se mostraba ante él como un vampiro, no sentía presencia alguna? Por que el joven pianista podía vivir bajo la luz del sol? Por que podía ingerir alimentos como cualquier otro humano? Todo era tan complicado y a pesar de sus siglos de conocimientos no encontraba una respuesta a sus preguntas y se encontraba tan sumido en esto que no había notado las acciones del peliverde que buscaba frenéticamente sus pastillas dentro de sus bolsillos y el sofá ya que para él se trataba de un nuevo ataque y lo que menos deseaba era volver a caer en coma.

Shanks al por fin darse cuenta lo que Zoro hacia, una idea llego a su mente.

-Sientes un agudo dolor en el pecho y el estomago?

-Hai…- donde demonios había dejado el estúpido pastillero, cada vez se sentía peor y no era como en otras ocasiones, esta vez todo era demasiado rápido y sentía que de un momento a otro perdería la conciencia, así que decidió ir por el frasco que tenia en su alcoba, pero el pelirrojo lo detuvo apresándolo del brazo.

-Tienes sed?

-Hai… yo… yo necesito tomar mi medicamento… y…- la vista se le había comenzado a nublar.

-Zoro, bebe.- ordeno suavemente al momento que acercaba su muñeca al rostro del peliverde.

Acaso Shanks-san estaba loco? El no podía hacer eso, ahora lo más importante era el tomar su medicamento, pero al parecer su cuerpo no estaba siendo guiado por su mente ya que sin tardanza alguna tomo con su mano libre, la mano que el pelirrojo le ofrecía y acercaba su boca semi-abierta a la herida, dejando ver un par de pequeños pero agudos colmillos.

El pelirrojo vio beber con desespero al joven peliverde, dejo que se alimentara libremente, solo cuidando en que no lo dejara sin gota de sangre ya que sabia a la perfección que un vampiro hambriento era capas de hacer cualquier cosa por su alimento. Ante esto ultimo el recuerdo de aquellos despedazados cuerpos que vio en la bodega llegaron a su mente… acaso Zoro… era muy probable que él hubiese sido el causante de aquellas muertes y eso era una alarma para el vampiro, así que tenia que darle la educación necesaria al chico para que este no terminara envuelto en problemas y con un cazador tras su cabeza… un cazador… un…

El peliverde estaba asombrado no solo por sus acciones, sino también por que el dolor que había esta sintiendo había desaparecido y por primera vez en mucho tiempo se sentía demasiado bien.



+++



Aquel hombre veía a la joven morena que se encontraba sentada en la estancia, simulando leer un libro pero en realidad el aburrimiento estaba acabando con ella. Una pequeña sonrisa se formo en su rostro al recordar la infancia de la joven, dándose cuenta de lo mucho que había crecido, ahora ella era el vivo retrato de su madre, claro, con sus ligeras diferencias.

-Robin.

-Mmm?- la susodicha no hizo el menor intento de dejar su libro de lado.

-Tengo buenas noticias y una misión.

La morena cerró el libro y miro con entusiasmo a ese hombre.

-Te escucho.

-Tengo información del paradero de Mihawk.

-Comprendo y donde esta él lo mas seguro es que se encuentre Zoro no?

-Tan lista como siempre mi pequeña.

-Entonces preparare una maleta para él viaje.- se levanto del sofá en donde se encontraba sentada.

-Lo único que tienes que hacer es traer a Zoro y alejarte de Mihawk. No quiero que nada malo te pase.

-No te preocupes, no soy una niña indefensa, además recuerda que soy una cazadora.- Robin odiaba cuando él la trataba como si aun tuviese ocho años.

-Tienes razón, pero aun así ten cuidado, no quiero que nada malo te pase, ni que Olivia se entristezca.

Al escuchar el nombre de su madre no pudo evitar el disgustarse. Acaso estaba ciego para no ver que ella era ya toda una mujer?

-No te preocupes Leo, yo regresare con Zoro.

-Gracias.



+++



De nueva cuenta estaba en esa ciudad, pero esta vez solo estaba ahí para acabar con Mihawk, ya que en verdad no quería ver a Zoro, últimamente su mente no había estado del todo bien, cada día su violencia aumentaba y no solo eso, ya no podía controlar del todo sus instintos como cazador ya que solo deseaba cazar vampiros, solo deseaba el torturarlos hasta eliminarlos, quería que ellos pagaran por lo que le había sucedido…

Quería que ellos pagaran por lo que Zoro le había hecho…

Quería que ellos pasaran por lo que estaba destinado a sufrir él…

Todos pagarían… todos aquellos oscuros seres lo harían… y eso lo incluía…





CONTINUARA…………….

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