30 jul 2009
div>CAPITULO XI
Por fin Amane Misa había aparecido, pero para desgracia del joven detective, la modelo había muerto. Suicidio decían los papeles que tenia en mano, pero L estaba mas que seguro que esto era obra de Kira, lo mas seguro es que la chica solo fuese un estorbo para el asesino y este había tomado la decisión de eliminarla y ahora él se encontraba como al principio, solo con sus sospechas en contra de Raito, pero aun sin ninguna prueba en concreto en su contra y si eso fuera poco aun tenia que lidiar con sus problemas personales. Aun no podía el creer que se había acostado con Iori-san, aunque a decir verdad no le molestaba el hecho de haber tenido sexo con alguien del mismo género, pero por que de todo el basto mundo tenia que ser precisamente él…
Y en todo ese embrollo había algo sumamente raro… Matsuda-san… aunque por el momento solo se mantuviese como un presentimiento, había algo extraño debido a que a pesar de saber que se había acostado con el pelirrojo, no había celos de los que cualquier fan haría gala, no hubo recriminaciones y ni siquiera curiosidad de cómo fue y para la personalidad que tenia el joven policía, el hecho era en exceso sospechoso.
Mientras tanto el joven castaño observaba detenidamente a L analizando cualquier movimiento o comentario que hiciera respecto a la muerte de Misa, aunque eso no era lo único que ocupaba su mente ya que hace un par de días su padre había hecho una declaración a la familia.
FLASH BACK
En el comedor del hogar de los Yagami, estos se encontraban sentados, expectantes a lo que el padre de familia tenía que comunicarles.
-Dentro de unas semanas, se llevará acabo una reunión del clan Yagami en el templo Yata y estamos obligados a ir.
Esta declaración hizo que aparecieran diferentes reacciones en cada miembro de la familia, pasa Sachiko fue la peor noticia que su amado esposo pudiese haberle dado ya que para ella era como regresar a la pesadilla, para Sayu fue una sorpresa enterarse que tenia mas familia y para Raito, al ver la expresión de su padre y madre sabia que esto no era nada bueno para si familia, pero no podía hacer nada por el momento para impedir aquella reunión sin levantar sospechas en su contra.
FIN FLASH BACK
Debido a esto y a quien tuviese toda esa información que Misa había dado, había decidido aplazar la ejecución de su onii-sama, pero en el momento en que se deshiciera de sus problemas, anotaría el nombre de Iori en la death note.
+++
Matsuda había pedido aquel día libre para pasarlo en compañía de su mejor amigo, ambos se encontraban en el lujoso departamento del castaño.
-Ya no se que hacer Matsu…- Kyo sollozaba entre los brazos del policía.
 
Para Touta esto no era nada nuevo, siempre que Kyo ya no podía seguir adelante, siempre que la situación lo sobre pasara, siempre que se sentía demasiado triste y agobiado, Kyo dejaba que todo corriera en forma de lagrimas, pero esto solo lo hacia cuando estaba él presente, tal vez debido a la confianza, el cariño e incluso un poco de amor que sentían mutuamente, por que por mas que quisiera ocultarlo en verdad quería mucho a Kyo, claro no al grado que ama a Iori-sama, pero si estaba demasiado unido a Kusanagi, por esa razón cuando se entero de que ambos eran pareja él no pudo evitar el agradecer a los cielos el haber unido a las dos personas mas importantes para él y si bien es cierto que Kyo arruino todo, no le recriminaba en absoluto nada, ya que sabia que no había sido nada fácil tomar aquella decisión, no cuando tienes familia y amigos.
 
El dolor de Kyo era como el propio, pero que mas podía hacer por él, además de ocultarle información para evitarle mas sufrimiento, que mas podía hacer por él… no podía hacer que Iori-sama regresase a su lado, por mas que deseara la felicidad de ambos, no estaba en sus manos el poder para volverlos a reunir y ahora L era un gran problema para esta desquebrajada relación, por lo menos esperaba el poder hacer algo con el detective para alejarlo de Iori-sama, claro intento no levantar las sospechas de L y no alterando los planes de su señor… solo esperaba no cometer error alguno.
 
+++
 
Encerrado en su oficina Kusanagi Saisyu llevaba acabo una importante llamada telefónica.
 
-Comprendo, con que ese era tu plan… las invitaciones ya fueron mandadas… si lo se, pero creo que para Kyo esta será la mejor opción… no él no sabe nada y se que no hay razón para que se entere, solo le hablare para comunicarle de la reunión… claro que estoy de acuerdo… bien entonces nos vemos dentro de dos semanas.
 
Después de esta llamada, la cabeza del clan del sol no pudo evitar el sentirse asombrado, pero al mismo tiempo aliviado… parecía haber sido ayer cuando aquella conversación tuvo lugar.
 
FLASH BACK
 
Lo que había sido una visita al templo Yata, se había convertido en una reunión de los lideres del clan del sol y la luna, una reunión entre Kusanagi Saisyu y Yagami Ichiro. Ambos se encontraban en una habitación la cual solo tenia un futon y en este se encontraba un chico de cabellos negros.
 
-Que haces aquí Yagami?- a pesar de ser rivales, la voz de Saisyu sonó tranquila, como si estuviese hablando con un amigo.
 
-Estoy velando por la seguridad de la mascota de mi hijo.- dijo señalando al chico que dormía de manera apacible en el futon.
 
-Eso significa que…
 
-Hai…
 
El chico estaba condenado.
 
-Y como vez las batallas entre nuestros hijos?- pregunto Ichiro.
 
-Que ambos tienen un nivel de poder similar.
 
Ante estas palabras, Ichiro no pudo evitar el reírse.
 
-A pesar de los años sigues sin poder ver lo que hay detrás d las acciones.
 
-A que te refieres?
 
-Iori es mucho mas fuerte que tu hijo y no lo ha matado por el cariño que siente por este chico.- volvió a señalar al chico pelinegro.
 
-No entiendo lo que estas intentando decir.
 
-Dai es amigo de tu hijo y la mascota del mío, gracias a él tu hijo sigue viviendo ya que Iori no quiere hacer sufrir a Dai por la muerte de su amigo.
 
-No puedo creer que…
 
-Créelo o no, eso poco importa, solo ten en cuenta Kusanagi que Iori será lo suficientemente fuerte como para terminar la rivalidad entre los clanes, así que solo espera a que llegue el día en que él se convierta en el líder del clan y se testigo de todo lo que suceda ya que para mi desgracia se que no podre estar presente para ver como Iori acabara con todo.
 
-No crees que estas sobre estimando a tu hijo? Si tu no pudiste hacer nada, acaso crees que con tu hijo todo le ira mejor.
 
-Iori es mucho mas fuerte que yo, se que él no cometerá los mismos errores que yo tuve, además su fuerza no solo reside en su cuerpo, sino también en su mente y alma, lo que lo llevara a cumplir ese objetivo.
 
-De alguna manera envidio tu fe hacia tu hijo, ya que el mío es un joven irresponsable, altanero y engreído.
 
-Por supuesto, de tal palo tal astilla.- dijo antes de romper en una sonora carcajada, molestando a Saisyu debido a la verdad de sus palabras.
 
FIN FLASH BACK
 
Ichiro había tenido razón, su hijo estaba increíblemente preparado para la situación, mientras Kyo seguía siendo un joven Irresponsable.
 
-Ichiro aun te tengo envidia…- murmuro, pero espero que sus palabras le llegaran al que fue su amigo en secreto en donde quiera que el estuviese.
 
+++
 
En esos momentos Yagami Iori colgó el auricular. Casi todo estaba listo para la reunión, había una gran mescla de sentimientos en su interior, tristeza, ansiedad, enojo, melancolía, odio y muchos mas, pero tenia que mantener la calma, solo así su plan iría a la perfección, esto ya no solo lo hacia por el recuerdo de su padre, ni siquiera por su tranquilidad, en realidad lo hacia por sus hijos, por aquellos pequeños que aun no nacían, él deseaba que llegaran a este mundo sin el peso de la tradición, sin el destino de ser entrenados cruelmente para enfrentarse a un Kusanagi, el en verdad deseaba un mejor futuro para sus pequeños y si era necesario el acabar con su clan para lograrlo, sin dudarlo lo haría.
 
Los asuntos con yotsuba estaban finiquitados, la unión entre su empresa, la de Kusanagi y otras pequeñas empresas como inversionistas que lo apoyaban, aunado a su espía infiltrado, era suficiente como para despreocuparse de la multinacional y Namikawa Reiji.
 
Así que volvió a tomar el auricular, solo que esta vez haría una llamada a cierto joven pelinegro, la ultima pieza de su plan, aunque tal vez después de esto tendría que ponerle un guardia personal, pero sabia a la perfección que Dai no se negaría a cuidar de Elle.
 
-Elle…- el nombre salió suavemente de sus labios.
 
Extraño nombre para un joven. En ese momento los recuerdos de aquella apasionada noche llegaron a él, haciendo que una sonrisa casi imperceptible se formara en sus labios. Tal vez algún día debía de repetir lo sucedido aquella noche… si todo salía como el lo tenia previsto, después de que todo esto terminara y si el detective estaba dispuesto, él no dudaría en volver a tomarlo.
 
Los dedos agiles marcaron con precisión el numero del celular del detective.
 
El ultimo engrane de aquella maquinaria llamada venganza era puesto en su lugar, por fin la diversión comenzaría.
 
CONTINUARA………
20 jul 2009

CAPITULO X

Matsuda fue despertado por el incesante sonido proveniente de su celular, se revolvió entre las sabanas intentando ignorar al aparato que por un momento se silenció pero esto solo duro un par de segundos antes de que reanudara la melodía que había estado sonando. Así que no quedándole mas remedio tomo el celular que estaba en la mesita de noche y miro algo molesto la brillante pantalla viendo el nombre de quien se atrevía a llamarlo tan temprano.

HIDEKI RYUUGA

Se veía en la pantalla, así que contesto algo desconcertado.

-Moshi moshi…

-Eres el amigo del gaijin no?- se escucho una voz grave que inmediatamente fue reconocida por el joven policía.

-Hai…- contesto intentando mantener la calma.

-Podrías venir a recoger a tu amigo, te daré la dirección y…

Mientras la voz de Yagami Iori le daba instrucciones como si fuese un total desconocido, Matsuda entendió el por que Iori-sama hacia eso. El teléfono de Ryuuzaki estaba intervenido, cualquier cosa que se hablara por el seria grabada por Watari y aquella llamada solo era una farsa para encubrir sus movimientos.

-Haz entendido como llegar?

-Oh… sumimasen, demo soy algo torpe, si me permite el ir por papel y pluma…

-Por supuesto.

Iori estaba complacido de que Dai hubiese entendido de cierta manera su plan. El tenía mucho trabajo en la empresa y no podía quedarse hasta que el gaijin despertara, por esa razón había decidido llamar a Dai, pero no sin antes idear algo para que el joven detective no sospechara nada.

-Hai, entonces voy, no tardare.

Matsuda al colgar se levanto de la cama y se vistió rápidamente, en una bolsa metió un cambio de ropa para L que Watari había dejado ahí hace un par de días previniendo cualquier situación posible a la salida del detective con Iori-sama.

Y a pesar de todo Touta estaba feliz de poder volver a ver a su señor, poco importándole que tal vez recibiera otra reprimenda por parte de este.

+++

Amane Misa bajaba de un pequeño y económico automóvil blanco, el cual era manejado por una mujer de cortos cabellos negros. Misa lucia un sencillo vestido largo color rosa pastel y unas sandalias blancas, el rubio cabello lo llevaba suelto, pero bien peinado y no había rastro alguno de maquillaje.

-Arigato Anko nee-san.

-No hay de que Misa-chan, solo recuerda la promesa que me hiciste.

-Hai, Misa se entregara y les dirá todo lo que sabe.- decía con un cierto aire infantil.

-Buena chica.- una dulce sonrisa se formo en los labios de la mujer morena.

-Pero antes tengo que ver a Raito, Misa lo ha extrañado mucho.

-Bien, solo ten cuidado.- a pesar de las palabras Anko sabia que Misa terminaría muy mal si iba a ver a su novio, pero su misión había terminado así que ya no podía hacer nada.

-Hai.

+++

Iori veía como Dai hacia una gran reverencia y prácticamente se hincaba ante él.

-Iori-sama se que le he fallado y que merezco un gran castigo demo…

El pelinegro fue silenciado con una suave caricia en la cabeza, lentamente levanto la cabeza para ver a su señor y no vio enojo alguno en su mirada rubí.

-No tienes de que preocuparte, tu me has dado demasiado y solo a ti te permito tener errores como ese.- comento con un tono dulce.

-Iori-sama…- murmuro poco antes de dejar a un lado el hecho que él era un shinobi y que Iori-sama era su señor, así que sin recato alguno y en un movimiento rápido abrazo efusivamente al pelirrojo mientras lagrimas de la más grande felicidad brotaban de sus ojos.

Iori correspondió el abrazo y se preguntaba a si mismo que si Dai no era un regalo de los cielos, una manera de compensar todo aquel dolor que había tenido que soportar ya que no encontraba explicación alguna de cómo alguien con tal pureza lo soportara con todos y cada uno de sus defectos. Le debía tanto a Dai… Un casto y dulce beso lo saco de sus pensamientos y él solo le permitió hacer a Dai lo que deseaba, de todas maneras ya era demasiado tarde para remediar su error, hiciera lo que hiciera Dai compartiría su destino aunque sus sentimientos no fuesen correspondidos.

-Aishiteru, Iori-sama

-Lo se Dai… lo se…

+++

Aquella noche el pequeño Yagami Raito no podía dormir, el reloj marcaba 9:30 y para el niño castaño era demasiado temprano para estar en cama y el no era tan pequeño como Sayu, así que se levanto y con gran sigilo salió de la habitación. Quería estar con Iori onii-sama.

Al salir noto que todos los sirvientes estaban muy alterados, así que se escurrió silenciosamente para que nadie lo llevara de nueva cuenta a la habitación y llego hasta el dojo de la mansión que estaba prácticamente en el centro del jardín trasero. Entonces escucho claramente los gritos de su onii-sama, pero esta vez no se trataban de gritos provenientes de su entrenamiento, de hecho lo que estaba sucediendo era totalmente distinto. El pequeño Raito se asomo por un agujero que había descubierto hace días producto de la edad de la madera con la cual el dojo estaba construido que a pesar de ser sumamente resistente no se había salvado del todo del paso del tiempo y entonces ante el se mostro una escena mas que monstruosa.

El dojo se encontraba iluminado por lámparas de aceite que colgaban de las paredes que eran de un negro carbón, a un lado se encontraban Ichiro y Soichiro Yagami, el primero mostrándose imperturbable ante lo que sucedía frente a él y el segundo horrorizado ante la indiferencia de su nii-san ante lo que su primogénito estaba haciendo. A un lado de ellos se encontraba un numeroso grupo de shinobis los cuales se escudaban detrás del anonimato con aquellas telas que cubrían su rostro y justo en medio del recinto se encontraba Yagami Iori el cual le estaba propinando una santa paliza a uno de los shinobis el cual mostraba su rostro, siendo un joven de no mas de veinticinco años cabello negro cenizo y ojos oscuros.

-POR QUE DEMONIOS TE ATREVISTE A GOLPEAR A DAI!!!- se escuchaba furioso.- SABES QUE ES LA ÚNICA REGLA QUE HE IMPUESTO EN ESTE LUGAR!!! QUIEN DEMONIOS TE PERMITIÓ EL CASI MATARLO!!!- dijo al momento que le daba un golpe el cual hizo que el shinobi se estrellara en contra de la pared.

-El estaba…- intento hablar pero un ataque de tos le impidió el seguir hablando por un momento, cuando la tos se detuvo era mas que claro que lo único que había estado brotando de la boca del shinobi era sangre. –El… estaba con un Kusanagi… él es un traidor… él…- un nuevo golpe lo silencio y lo hizo caer al piso.

-Dai no es un traidor.- siseo destilando el mas puro odio.- Yo estaba informado de todos y cada uno de sus movimientos, no importando cuan mínimo y sin sentido fuese, Dai no me ocultaba nada y eso incluye al Kusanagi.

Raito intento recordar quien era Dai sin mucho éxito, pero antes de que su infantil mente de distrajera con eso, un sonoro y desgarrador grito llamo su atención centrándola nuevamente en lo que sucedía dentro de aquel lugar.

La sangre se veía salpicar por todos lados al momento que Iori fácilmente descuartizaba con sus propias manos a aquel pobre shinobi y quemaba sus restos con flamas purpuras que provenían de sus manos.

-Y PARA QUIEN VUELVA A TOCAR A DAI ESTO ES LO QUE LES SUCEDERÁ.- amenazo con las manos bañadas en sangre al resto de los shinobis.- NADIE TIENE DERECHO ALGUNO DE TOCAR LO QUE ME PERTENECE. ENTENDIERON?!!!

-HAI IORI-SAMA!- contestaron en coro los shinobis.

Desde ese suceso el pequeño Raito comenzó a temerle de tal manera a su onii-sama que ni siquiera podía verlo o incluso escuchar hablar de él sin que el terror se apoderara de él.

Ahora muchos años después Raito por fin había recordado este hecho al igual que los años que paso con el psicólogo y aun mas importante ahora recordaba lo peligroso que era Iori. Su onii-sama era demasiado peligroso y él como Kira, el dios del nuevo mundo debía hacer algo.

Miro el reloj que había en una de las paredes de la habitación 7:10, a pesar de ser domingo y no tener que ir a la universidad se levanto de la cama, se acerco a su escritorio y con sumo cuidado comenzó a sacar la death note de su escondite ya que por mucho que apreciara y respetara a su onii-sama, un asesino como él no tenia cabida en el nuevo mundo.

-Oi Raito, parece que alguien te busca.- dijo Ryuk al momento que atravesaba la ventana.

El joven castaño se asomo y entonces vio a Amane Misa, la cual se veía indecisa si tocar o no a la puerta. Así que volvió a ocultar la death note y rápidamente se cambio para salir por la chica rubia.

+++

Despertó y un te terrible dolor de cabeza le dio la bienvenida. Nunca en su vida había probado gota alguna de alcohol y ahora estaba seguro que jamás lo volvería a hacer, se intento mover un poco, pero el cuerpo le dolía horrores y no solo eso sino también se percato que se encontraba totalmente desnudo y en un lugar desconocido.

Su mente tan acostumbrada como estaba a trabajar a grandes velocidades poco importándole el dolor de cabeza y cuerpo comenzó a trabajar intentando recordar que era lo que había sucedido y al hacerlo… al recordar lo que había hecho la noche pasada, su rostro se torno en un profundo rojo, se levanto de la cama con algo de esfuerzo y comenzó a buscar su ropa sin éxito alguno y lo único que vio a su alcance fue una camisa blanca propiedad del pelirrojo, la cual sin pensarlo dos veces se puso.

De esta manera salió de la habitación esperando encontrar a Yagami Iori, pero para su sorpresa solo estaba Matsuda, sentado en uno de los sillones de la estancia.

-Matsuda-san que…

-Iori-san me hablo por tu celular pidiéndome que viniese por ti ya que el tenia trabajo que hacer y no podía quedarse aquí.- dijo con su siempre actitud soñadora. – y por lo que veo Ryuuzaki se divirtió mucho ayer ne?- una pequeña y picara sonrisa se formo en sus labios.

-Eto… boku…- el joven detective no tenia argumentos con los cuales defenderse.

Matsuda amplio su sonrisa al ver el nerviosismo y el sonrojo de L. No podía negarlo, el detective era en demasía sexi, Iori-sama siempre había tenido buenos gustos.

+++

Raito no podía creer lo que escuchaba por parte de Misa.

-ACASO ESTAS LOCA!!!

-Anko nee-san fue muy amable conmigo y…

-CLARO Y SI ELLA T PIDE QUE TE TIRES DE UN PUENTE TU VAS Y LO HACES NO?!

-Demo Raito…

El castaño intento calmarse un poco y hacia un recuento de la situación. Misa quería entregarse a la policía y revelar todo, Rem lo mas seguro es que había muerto al intentar salvar a la modelo y quien la había secuestrado en primera tenia toda la información sobre la death note y su uso, incluso el dato de que él era Kira. Raito ahora tenia un nuevo enemigo demasiado peligroso ya que sus niveles de información eran mas grandes que los que L y el equipo podrían tener. Esto era malo para sus planes de un nuevo mundo, así que solo tenia una salida por el momento.

-Comprendo, esta bien Misa ve con la policía.

-Y tu?

-Yo también iré.

-Raito-kun ira con Misa-Misa a la jefatura?

-Adelántate, yo tengo que hablar con mi familia primero.

-Entonces Misa ira a la jefatura y esperara ahí a Raito-kun.- y sin mas comenzó a alejarse del castaño.

Raito al ver desaparecer a la rubia en una esquina saco un pedazo de papel proveniente de la death note, al igual que una pluma.

-Mataras a Misa?- pregunto curioso Ryuk.

-Acaso no en obvio, ella ha dejado de ser útil.

Mientras eso sucedía a unas calles del hogar de los Yagami, una sombra con algo de dificultad se adentraba al hogar de estos.

Yagami Soichiro despertó al detectar una extraña presencia ajena a su hogar, si bien sus sentidos no eran tan agudos como los de su nii-san Ichiro, pero por lo menos sabia distinguir la presencia de un shinobi, claro uno muy malo, pero al fin y al cabo un shinobi.

Se levanto de la cama con cuidado de no despertar a su amada Sachiko, tomo una bata de cuadros roja y salió de la habitación. Frente a él se encontraba uno de los shinobis del clan.

-Soichiro-sama, Yagami-sama me ordeno traerle esto.- hablo el inexperto shinobi al momento que le entregaba un sobre con el sello del clan de la luna.

-Arigato, puedes retirarte.

-Hai.- obedeció rápidamente.

Soichiro abrió el sobre y leyo la nota que contenía…

-Una reunión familiar en el templo de los Yata…- murmuro.- Ichiro… ahora que planeas hacer?

Por alguna extraña razón tenia un mal presentimiento.

CONTINUARA….

12 jul 2009

CAPITULO IX

No importaba lo que hiciera, el recuerdo de él no se iba y menos aun teniéndolo en la misma ciudad, durante todo ese año que había estado lejos de él pensó que había superado su ausencia, pero ahora comprendía que no era así y tal vez no lo seria nunca, pero si había callado por tanto tiempo, por que no hacerlo un poco mas?

Lo extrañaba, eso era obvio, su presencia, su calor, sus mimos, sus besos… con pesar recordó como cada noche de aquellos tiempos, tomaba sin tardanza aquel cuerpo de proporciones perfectas tan fuerte como él, pero que en ese momento se sometía a sus mas bajos deseos...

En verdad lo amaba, pero su corazón no podía soportar la traición, por mínima que esta fuese… aunque si lo pensaba con detenimiento solo había una persona a la que le perdonaría una falta así y solo por que él ya le había dado literalmente su vida.

Suspiro pesadamente mientras se veía por última vez al espejo revisando cada detalle de su formal atuendo negro y sin poder evitarlo noto su melancólica expresión, pero esta rápidamente se transformo en la fría y siempre altanera expresión que solía mostrar al mundo. Ahora Yagami Iori estaba listo para enfrentar lo que se le pusiera enfrente.

+++

Los movimientos de Kira habían bajado un 65%, aun no tenían pista del paradero de Amane Misa, la productividad y eficacia de Matsuda habían aumentado casi un 200%, pero en cambio su sonrisa y chispa habían desaparecido de cierta manera le preocupaba en demasía el estado de su sub-alterno ya que el era el único que le brindaba su ayuda en esos momentos ya que ni con Mogi-san, Aizawa-san y menos aun con Yagami-san podía tratar aquel pequeño problema de nombre Yagami Iori.

L se encontraba en el departamento del joven policía ya que seria demasiado sospechoso que el pelirrojo lo fuese a recoger a un lujoso hotel. Matsuda-san estaba pegado al ordenador investigando por medio le la compañía de modelaje los últimos movimientos de Amane, mientras que él se encontraba retorciéndose dentro de aquel acartonado traje de gala mientras se jalaba insistentemente la corbata de moño que Watari le había puesto de una manera que parecía que esta jamás podría quitársela.

En ese instante tocaron a la puerta suavemente y sin poder evitarlo el joven detective comenzó a sentir como si mariposas revolotearan dentro de su estomago y su corazón aceleraba la marcha.

Touta miraba en silencio como Ryuuzaki abría la puerta al momento que un tenue color rojo se apoderaba de sus pálidas mejillas y para Matsuda le fue imposible el retener las lágrimas que de manera silenciosa surcaban su rostro.

-Iori-sama…- murmuro al momento que la puerta de entrada se cerraba.

+++

Kyo detestaba aquel tipo de reuniones pero se encontraba ahí al departamento que su padre le había dado para vivir en Tokio, si bien su progenitor no sabia la razón del porque deseaba estar en la capital del país y obviamente Kyo nunca se lo diría pero a cambio de tan generoso favor su padre le había obligado el hacerse cargo de los asuntos de la empresa en Tokio y eso era mas específicamente los asuntos relacionados con Yotsuba, por esa razón se encontraba en aquella aburridísima reunión.

Namikawa Reiji intentaba entablar una conversación con el joven Kusanagi sin mucho éxito ya que no entendía nada de lo que el hombre de Yotsuba le decía. Acciones, la bolsa de valores, el déficit de la empresa, la crisis, impuestos, todo aquello al castaño le comenzaba a doler la cabeza, pero en ese instante entre el mar de ejecutivos visualizo una roja cabellera.

Namikawa al notar que la atención de Kusanagi le había sido robada volteo a ver cual era la causa, notando que Yagami Iori había llegado, así que rápidamente llamo a Mido dejando a su cargo al joven Kusanagi y el como un depredador tras su presa se acerco al pelirrojo.

Aquel salón de reuniones era enorme con todas las letras de la palabra, limusinas y lujosos carros importados eran hábilmente acomodados en el gran estacionamiento por empleados casi idénticos, el salón contaba con hermoso jardín repleto con rosas de todo tipo. Tanta opulencia era demasiada para el joven detective que de alguna manera sentía la mirada de desaprobación de aquellas adineradas personas y no era que él no tuviese el dinero suficiente para rivalizar con las ganancias de aquellos ejecutivos, solo era que aquel ambiente lo abrumaba en exceso.

-No te separes de mi y solo ignóralos.- dijo tranquilamente Iori mostrándose como el ser mas seguro del mundo.

-Hai.- musito L ya que en toda su vida no se había tenido que enfrentar a una situación así.

En ese momento un hombre de largo cabello del color d la noche, luciendo un fino traje azul oscuro se acerco al pelirrojo con una indescifrable mirada.

-Iori, me alegra que llegaras.

A L le molesto en demasía aquella familiaridad con la que aquel desconocido se dirigía a Iori-san. Mientras tanto para Namikawa esta era una ocasión que no podía desaprovechar, poco le importaba que al pelirrojo no le interesara el hacer negocios con Yotsuba, lo que en verdad buscaba el joven ejecutivo era el seducir a tan deseable pelirrojo.

-Namikawa lo que menos quiero hacer es el hablar de negocios.

-Comprendo, pero llámame Reiji. Por cierto y tu acompañante?

En ese instante tanto para sorpresa del hombre de Yotsuba como para el joven detective, Yagami paso un abraso por los hombros del pelinegro atrayéndolo hacia él de manera posesiva.

-El es mi acompañante y si nos disculpas, solo deseamos el disfrutar de la velada.

Así Iori se alejo conto con Ryuuzaki dejando a Namikawa en estado de shock y no solo a él, sino también a Kusanagi que había visto toda la escena desde lejos ignorando totalmente el parloteo de Mido.

Iori condujo a L hacia una mesa al instante que un mesero pasaba por ahí llevando una charola repleta de copas con champagne, así que rápidamente Yagami tomo dos copas.

L intento tener un poco de modales y se abstuvo de subir los pies a la adornada silla. Frente a él apareció una copa, Ryuuzaki volteo a ver al pelirrojo pero este tenia su atención en otro lugar, así que no quedándole mas alternativa tomo la copa de champagne y lentamente comenzó a beber ya nunca en su vida había probado ni una gota de alcohol.

Yagami se sentó frente al pelinegro e intentando calmarse del disgusto que le había causado Namikawa, el solo verlo por extraño que pareciera lo hacia enojar de sobremanera.

La velada continuo sin percance alguno y Ryuuzaki se estaba divirtiendo mucho con la platica que sostenía con el pelirrojo y sin proponérselo ya había bebido varias copas de Champagne de las cuales ya comenzaba a sentir los efectos, pero se sentía tan bien que poco le importo.

Kyo ya no lo soportaba el ver a Yagami con ese sujeto así que se acerco a la mesa en donde se encontraban.

-Yagami puedo hablar contigo.- su tono de voz era demasiado formal

Iori veía con algo de asombro a Kusanagi ya que no tenia ni la menor idea que el asistiría a esa reunión. Vaya que si los de Yotsuba eran idiotas, invitar a un Yagami y a un Kusanagi a la misma reunión, en tiempos pasados eso habría costado un enorme incendio y que el lugar terminara hecho cenizas, pero ahora… eran otros tiempos…

-En que puedo servirte Kusanagi.

Nuevamente aquella fría amabilidad que Kyo tanto odiaba.

-Tú lo sabes Yagami.

Al escuchar ese tono en Kusanagi en su mente se formo una solo idea. El castaño deseaba pelear. Acaso lo había ofendido tanto en aquel café? Acaso era posible el retroceder en los sentimientos y regresar al punto en donde solo el odio y la rivalidad existían? Como desearía que así fuese.

El pelirrojo se levanto de su asiento ante la opaca mirada de L y la brillante mirada castaña.

-Espera aquí, no tardare.- ordeno suavemente a Ryuuzaki que solo afirmo con la cabeza.

Si iban a pelear lo que menos quería era que alguien inocente terminara herido. Ambos salieron al jardín adentrando se en este hasta llegar a una parte en donde nadie los vería, aunque con el fuego escarlata y purpura danzando al ritmo de los ataques seria imposible el pasar desapercibidos.

Antes de siquiera poder ponerse en guardia Kusanagi se abalanzo con gran velocidad hacia Yagami y este no tuvo tiempo de nada mas que prepararse para la explosión de fuego escarlata y esperar que los daños no fueran considerables.

Unos brazos rodearon su cuerpo y sus labios fueron atrapados en un pasional y suplicante beso, este ataque era uno de los que rara vez Iori podía defenderse, le tomo toda su fuerza de voluntad para no responder aquel beso de esos deliciosos labios que conocía tan bien... resistió las inmensas ganas de rodear con sus brazos el cuerpo de su antiguo rival y atraerlo mas… tenia que soportar o terminaría tomando a Kyo de manera salvaje y desesperada.

Cuando por fin Kyo se separo de Iori, este último vio la castaña mirada cargada del más intenso dolor.

-Gomen nasai por todo lo que te he hecho sufrir, se que todo ha sido mi culpa, pero entiende que en aquel momento no me esperaba algo así, por esa razón entre en pánico y no supe que hacer.

Iori solo escuchaba en silencio tratando vanamente de ignorar las escusas del castaño y Kusanagi al ver la helada indiferencia que el pelirrojo le mostraba su corazón no lo soporto más y profusas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

-GOMEN NASAI!- dijo al momento que intentaba detener su llanto.- gomen… se que no… que no puedo cambiar el pasado… demo… demo… no soporto esta vida sin ti… incluso preferiría a morir en tus manos a seguir con esta vida… te extraño… te extraño tanto… Iori… Ai shiteru…

Las palabras de Kusanagi removieron todos y cada uno de los sentimientos que intentaba ocultar y justo en el momento en que la barrera que había creado estaba apunto de romperse.

-Iori-san… - se escucho una suave y melodiosa voz tras él.

El pelirrojo volteo viendo que se trataba del pelinegro el cual ya mostraba su mirada nublada por el alcohol consumido durante la velada.

Kyo al ver al pelinegro, no pudo hacer otra cosa más que darle la espalda intentando calmar su llanto al igual que el enorme dolor en el pecho que sentía en aquellos momentos.

-Te dije que me esperaras.- lo reprendió sutilmente Iori.

-Lo se, pero me siento mal.

Eso era verdad, L sentía que todo el mundo se movía de un lado al otro y apenas y podía mantenerse en pie.

-Vámonos.- dijo el pelirrojo al momento que pasaba un brazo por la cintura del joven detective, evitando así que este dejara de tambalearse y que tal vez cayera.

Kyo lloro amargamente cuando Iori se marcho con Ryuga. Era verdad que Iori ya no lo quería? En verdad el amor puede desaparecer tan fácilmente?

Tal vez no, pero él había terminado matando lo que Yagami había sentido por él, había terminado por romper el desquebrajado corazón de Iori y eso ni siquiera él, podía perdonárselo, así que sus esperanzas por el perdón del pelirrojo se habían esfumado.

+++

El lujoso convertible del pelirrojo corría por las calles de Tokio a gran velocidad en dirección hacia su hogar ni siquiera se tomaría la molestia de llevar al gaijin al hogar de Dai, en esos momentos no deseaba ver nada que le recordara a Kyo y eso incluía a su shinobi.

Ryuuzaki no tenia ni la menor idea de lo que estaba sucediendo y poco le importaba, mientras que estuviera con Iori-san todo estaba bien, por esa razón al ver que Kusanagi-san se llevaba al pelirrojo no pudo evitar el salir en busca de Iori, no permitiría que Kusanagi robara su atención, por que a él le gustaba Iori-san en verdad le gustaba mucho.

La mente del joven y ebrio detective había estado tan sumido en sus pensamientos que cuando salió de ellos noto que ahora se encontraba en un departamento extraño para él, demasiado grande, demasiado lujo, demasiado frio…

-Esta noche te quedaras aquí y dormirás en la habitación de invitados.- dijo Iori mientras se dirigía al mini bar que tenía y se sirvió algo de coñac.

A pesar del alcohol en las venas su mente proceso la información a gran velocidad y con ello elaboro un plan que en sus cinco sentidos jamás llevaría acabo, pero que ahora se sentía con el valor suficiente para hacerlo.

Yagami dejo d lado la copa y cuando se disponía a conducir al gaijin hacia la habitación que ocuparía un apasionado beso sello los labios del Iori, este intento separar de si suavemente al pelinegro, pero este se resistía. Le gustaba mucho el pelirrojo y tal vez lo que hacia era obra del champagne, pero poco le importaba ya que en verdad quería estar con Iori como nunca había deseado a otra persona.

-Yamete gaijin…- murmuro Iori cuando los labios del detective se separaron de los suyos.

-Iie… namae wa Elle…- en verdad detestaba que Yagami lo llamara gaijin, pero sabia que solo lo dejaría de hacer si le decía su verdadero nombre.

Iori no pudo evitar sorprenderse ante la información que le proporcionaba el pelinegro, pero este aprovecho la guardia baja del pelirrojo y volvió a besarlo con gran pasión.

-Kimi ga suki dakara sa Iori…

Yagami se tomo un instante para decidir que hacer y todas las consecuencias que su decisión conllevaría.

Para L todo sucedió tan rápido y en un instante se encontró en la habitación del pelirrojo, mas específicamente en la cama de este la cual lucia un edredón negro con un dragón bordado en plateado y había perdido su saco en algún punto del recorrido. En ese momento Ryuuzaki sintió un remolino en su vientre, una humedad recorría su cuello y unos espasmos involuntarios de placer que rápidamente se adueño de su cuerpo, suaves gemidos comenzaron a escapar de sus labios los que resultaban ser dulces melodías a los oídos del pelirrojo.

Demasiado inocente y esta seria seguramente su primera vez así que tenia que ser cuidadoso, dejando de lado por un momento el cuello de L y contemplo la bella imagen que le ofrecía aquel cuerpo que yacía bajo el suyo, unas mejillas sonrojadas, ojos cerrados, aquella dulce boca entre abierta y el traje en un total desorden.

El detective al notar que las caricias habían cesado abrió sus ojos, ruborizándose aún más de lo que ya estaba. Una sonrisa seductora se vislumbró en el rostro de Iori, quién en rápidos, pero suaves movimientos retiró la camisa tirándola hacia un lado de la cama. Pasó su mano por la suave piel explorando cada milímetro de esta. Elle sentía como un calor iba apoderándose de su cuerpo al menor contacto que su piel con la de Iori.

El pelirrojo deposito un suave beso en la mejilla de L, el cuál como reflejo cerró nuevamente sus ojos para sentir aquella caricia en profundidad, disfrutándola por completo, ambos cuerpos caían por completo en la cama ahogados en pasionales besos que se entregaban mutuamente. Los besos de Iori eran tan contradictorios suaves y tiernos pero de alguna extraña manera salvajes y pasionales, todo era tan contradictorio en él, pero aquellos besos le producían sacudidas de placer en todo el cuerpo.

Lentamente la mano de Iori iba bajando por el cuerpo del pelinegro hasta llegar a su entrepierna repartiendo suaves caricias por sobre el pantalón haciendo que los gemidos fueran aumentando por parte de Elle quién se encendía más a cada toque que le ofrecía el pelirrojo mientras que este seguía profundizando las atenciones al igual que los besos que eran cada vez más demandantes.

el detective solo se dejaba llevar sin reprimirse ningún gemido que escapaban de sus labios mientras el pelirrojo repartía cada caricia con dedicación depositándolos incesantes besos por su mejilla y cuello, bajando más y más, dejando a su paso por esa nívea piel un camino de brillante saliva y sutiles marcas que literalmente decían que ahora era suyo. Iori por un momento la entrepierna del detective para aventurarse ahora a probar los tiernos y suaves pezones de su amante, lo observó por unos momentos aquella piel sensible al tacto lucía hermosa a su vista, e iba sintiendo como su propio miembro se endurecía con tal solo verlo, a penas se resistía al impulso de tomarlo en ese mismo instante pero no podía permitirse ese lujo ya que el joven se mostraba sumiso ante todo lo que le hacía y no deseaba hacerle daño alguno ya había lastimado a demasiadas personas en esta vida. Alzó su mano la cual se poso entre los cabellos azabaches dándole una cariñosa caricia y entonces continuó, volvió a bajar por su tierna piel hasta llegar a sus pezones con una de sus manos acarició el derecho, girándolo y tocándolo con deseo mientras que con la boca fue mordiendo el izquierdo con cuidado y sin provocarle ningún daño.

L se aferraba al edredón, arqueando un poco su espalda por todas las sensaciones que estaba experimentando, su cuerpo se sentía arder, de su boca salían ni poder o querer evitarlo profundos y acelerados gemidos al momento que un mar de emociones recorría todo su ser.

Ambos cuerpos desprendían un calor que se iba intensificando, Iori al sentir que el miembro de L requería atención dirigió su mano a la cremallera del pantalón para ir desabrochándolo con desesperante lentitud. L emitió una pequeña protesta en forma d un gemido acompañado d una mirada que suplicaba por que se diera prisa, así que Iori decidió obedecer la muda suplica y rápidamente se deshizo del pantalón y la ropa interior, admirando esta vez en todo su esplendor el delicado cuerpo de Elle.

El joven detective vio como Iori se alejaba de él y se levantaba de la cama, pero antes de que pudiese decir palabra alguna vio como de una manera lenta pero en extremo sensual el pelirrojo comenzaba a desvestirse, el sonrojado rostro de L repentinamente se volvió de un profundo rojo al ver el perfecto cuerpo desnudo de Yagami Iori.

El pelirrojo regreso a la cama. Ahora L se encontraba sentado en la cama y su amante bajó hasta su miembro, le dio un suave beso haciendo estremecer al pelinegro. Iori al ver la reacción no pudo evitar el sonreír antes de comenzar a lamer toda la extensión en un tortuoso juego provocando la excitación del pelinegro llegara a niveles inimaginables. Conservando aquella posición Yagami llevo sus dedos a la boca de Elle el cuál los relamía como si de un exquisito dulce se tratará ahogando con ellos sus abundantes gemidos, siguiendo el ritmo que la boca del pelirrojo de dictaba.

Iori fue acelerando las felaciones y el joven detective continuaba relamiendo los dedos del pelirrojo, arqueó su espalda y empezó a mover sus caderas en respuesta al placer que le hacia sentir su amante, cargas de electricidad iban recorriendo todo su cuerpo, ola tras ola del mas puro placer, todas y cada una de aquellas sensaciones que experimentaba eran gracias al pelirrojo.

Cuando Iori sintió que L se vendría en cualquier momento detuvo las succiones, ascendió de nuevo por la nívea piel del detective dejando un rastro de jugosos besos al momento que furtivamente llevó los mismos dedos que anteriormente Elle había humedecido con sus dulces labios, a su virgen entrada. Acto seguido el detective entrelazó sus brazos alrededor del cuello del pelirrojo, mientras mordisqueaba con lujuria la oreja de Yagami incitándolo a que siguiera, entendido el mensaje el pelirrojo introdujo uno de sus dedos en aquella cálida entrada haciendo movimientos circulares, profundos y con delicadeza a la vez, para que de esa forma L se acostumbrara a la intromisión.

Iori seguía repartiendo varios besos en el cuello del pelinegro, dejándole ardientes marcas en este, volviendo nuevamente a sus dulces labios, cuando L soltó un profundo gemido al sentir como un segundo y tercer dedo inesperadamente se introducían en su interior. Trató de alejarse debido al dolor que lo invadió por la intromisión pero el pelirrojo lo fue tranquilizando susurrándole a su oído tiernas palabras, así el pelinegro intento relajarse por todos los medios para facilitar la tarea de Yagami sintiendo como poco a poco iba acostumbrándose. El pelirrojo volvió a adueñarse de los suaves labios de Elle introduciendo su lengua a lo cuál el detective participo gustoso, nunca había sentido tanto placer en su vida, aquel beso húmedo y apasionando le aceleraban sus latidos.

Pasaron un buen tiempo así hasta que por la falta de aire se separaron, el pelirrojo ya había quitado sus dedos de la entrada del detective, miró a los profundos y penetrantes ojos de L maravillándose con el bello sonrojo en su rostro, ambos frente a frente respiraban entre cortadamente. Iori besó la frente del pelinegro con dulzura y a continuación acerco más su cuerpo al de él, alzó las caderas de L sentándolo encima de él penetrando lentamente, el miembro del pelinegro tocaba insinuantemente el vientre del pelirrojo deseando tenerlo ya dentro de si.

Iori se acerco a la oreja de su amante mordisqueándola suavemente bajando por el cuello, haciendo estremecer todo su blanco y terso cuerpo. Comenzó con las embestidas lo mas lento y suave que sus deseos se lo permitían y lentamente el ritmo iba en aumento, al mismo tiempo que L abrazaba desesperadamente a Yagami, llegando incluso a clavar las uñas en la espalda de este mientas gemía sin control alguno cerca de su oído, excitando aún más al pelirrojo quién se sentía en el mismo paraíso. Su miembro era apresado en la tierna calidez del interior del detective, la cuál era placenteramente estrecha, el vaivén de penetraciones no paraban sino que eran mas fuertes y con mayor velocidad.

En ese instante la mente del pelirrojo se remonto al pasado dejándolo ver lascivas imágenes del un castaño el cual suplicaba de la manera mas seductora sus atenciones.

“Ai shiteru Iori.” Resonaba en su mente aquella voz embriagada del más intenso placer.

Finalmente, el pelirrojo al sentir como en cualquier momento se correría al igual que su amante, quién se mordía su labio inferior de tanto placer que sentía, le brindó unas últimas embestidas más y ambos llegaron así al esperado orgasmo, el pelirrojo se corrió en el interior del detective, y éste a su vez dejó salir su esencia manchando ambos cuerpos. Con cuidado Iori salió de la cálida entrada de su amante, a lo cuál el detective cayó exhausto en los firmes brazos del pelirrojo, quién lo acomodo cerca de su pecho, dejando descansar su cabeza ahí, acurrucándolo dulcemente.

Ahora que Elle dormía profundamente, Iori no pudo evitar que de sus labios brotara un nombre con extrema añoranza.

-Kyo…

CONTINUARA……

CAPITULO VIII


Matsuda Touta caminaba sin rumbo fijo y con el corazón hecho mil trizas, no quería ir a su hogar y encontrarse con Kyo, no quería terminar perdiendo los estribos reclamándole que por su culpa Iori-sama ya no lo quería, ya no quería cometer mas errores que le causaran mas problemas a su señor… su amado señor…

FLASH BACK


Un golpe tras otro recibía el pequeño Matsuda Touta por parte de su abuelo no importándole que lo hiciese en pleno jardín de la mansión. El anciano exigía la excelencia por parte de su nieto como shinobi en entrenamiento, si hijo lo había decepcionado y no permitiría que Touta siguiera los pasos de su padre.

El niño mientras recibía tal maltrato recriminaba una y otra vez que a padres el haber muerto, dejándolo a merced de su abuelo. Tenía miedo y deseaba con todas sus fuerzas el huir de aquel infierno, pero sabía a la perfección que el anciano no se lo permitiría.

-Tienes que ser el mejor, tienes que superar al hijo de los Shinomori, no puedes ser un cobarde como tus padres.

El pequeño poco entendía el por que su abuelo odiaba tanto a sus padres, aunque en realidad poco le importaba en aquellos momentos.

-Gomen nasai… gomen nasai… gomen nasai…- repetía una y otra vez entre sollozos en aquella lluvia de golpes.

-Matsuda detente ahora mismo!- ordeno una infantil voz.

Al escuchar la orden el anciano se detuvo rápidamente.

-Oh Iori-sama.- dijo al momento que hacia una gran reverencia hacia aquel niño pelirrojo el cual vestía un uniforme de entrenamiento en demasía maltratado.

-Quien es él?.- señalo sin ninguna consideración al niño que se retorcía y lloraba aun en el césped.

-El es mi nieto Iori-sama, su nombre es Matsuda Touta.

El anciano jalo a su nieto bruscamente haciendo que este hiciese una reverencia al hijo de Yagami-sama. Mientras tanto Iori observo con detenimiento al niño Matsuda, su mirada recorrió todos y cada uno d los golpes visibles del pequeño, llegando así a una conclusión.

-Esta siendo entrenado con el resto?

-Hai Iori-sama.

Touta a pesar de que el llanto no se había detenido estaba asombrado de cómo aquel niño mostraba tal seguridad mientras que a su abuelo se le veía en el rostro el miedo mezclado con el respeto hacia el pequeño pelirrojo.

-Entonces lo quiero…

Tanto abuelo como nieto quedaron pasmados.

-Desde hoy lo tomare como mi shinobi personal, de aquí en adelante yo me encargare de su educación y nadie tendrá derecho de reprenderlo mas que yo, entiendes Matsuda?

-Hai Iori-sama.

-Oi omae, sígueme.- ordeno con gran autoridad.

El anciano con solo la mirada ordeno al pequeño que obedeciera, así que Touta en silencio y aun con las lágrimas surcando su rostro siguió al pelirrojo hacia la mansión.

Ambos niños caminaron hasta la habitación del pelirrojo, la cual a pesar de ser la del hijo de Yagami-sama era en demasía simple. Una pequeña cama, una cómoda, un estante lleno de libros, una mesa y una silla era todo lo que tenia aquella habitación, el pelirrojo dejo al moreno sentado en la cama mientras el volvía a salir.

El pequeño Matsuda no entendía lo que estaba sucediendo, pero esto era miles de veces mejor a que el estar con su abuelo.

Iori volvió con un botiquín en las manos.

-Desvístete, revisare tus heridas.

Touta obedeció y se quito aquel uniforme negro que le era obligatorio el portar y solo quedo en ropa interior. Iori vio con clama que los golpes no eran en nada graves, solo era que el cuerpo de aquel niño no estaba acostumbrado a ese tipo de trato.

-Cuantos años tienes?- pregunto el pelirrojo mientras vendaba al moreno.

-7 años los acabo de cumplir en diciembre…- musito muy bajito.

-Vaya eres un año menor que yo.

Cuando todos los golpes y heridas de Touta fueron atendidas, Iori se dispuso a poner al tanto de su situación al pequeño moreno.

-De ahora en adelante tu me perteneces, así que nadie a parte de mi podrá ordenarte algo, estudiaras conmigo y te asignare a un shinobi para que te entrene, como le dije a tu abuelo solo yo podre reprenderte.

La infantil mente de Matsuda apenas y procesaba toda aquella información así que solo asintió a todo.

-Entonces lo primero que tendrás que hacer es aprender primeros auxilios ya que a veces no puedo hacerlo yo solo.

Iori dejo expuesto su torso mostrando un sin numero de golpes, heridas y quemaduras ante la mirada horrorizada del moreno.

Los días pasaban y para el pequeño Matsuda su vida era mas soportable, por las mañanas estudiaba con Iori-sama y por las tardes entrenaba con Okina-sensei, ahora comprendía mejor su privilegiada situación, pero de igual manera la de su joven señor.

Cada vez que veía entrenar a Iori-sama con Yagami-sama no podía evitar sentir miedo por la seguridad de su señor y en varias ocasiones deseo el poder intervenir en los entrenamientos, pero Iori-sama se lo había negado rotundamente.

La llegada de un nuevo miembro a la familia Yagami dio paso a una gran celebración en la mansión a la cual a Iori-sama se le negó el asistir.

En aquella celebración se presento ante los demás miembros del clan al pequeño Yagami Raito hijo de Yagami Soichiro y su esposa Sachiko, lo malo era que aquella reunión se llevo acabo el mismo día del cumpleaños de Iori.

El pelirrojo había estado encerrado en su habitación desde temprano y solo se había dedicado a leer y repasar algunas notas. Matsuda toco suavemente a la puerta de la habitación de su joven señor.

-Adelante…

El moreno entro con una pequeña sorpresa, no sabiendo si a Iori-sama le gustaría.

-Eto… Iori-sama…- se sentía muy nervioso y las palabras no salían de forma fluida.

El aludido dejo su libro de lado y centro su atención en su aprendiz de shinobi.

Touta solo extendió las manos dejando ver un intento de pastel de color rosado con una velita en el centro.

-… TANJOUBI OMEDETO IORI-SAMA!!!- grito con los ojos cerrados mientras esperaba algún tipo de regaño por parte del pelirrojo, pero al no recibirlo abrió los ojos y miro con sorpresa a Iori-sama.

Lagrimas surcaban el delicado rostro del pelirrojo ya que el sentimiento era demasiado grande para ocultarlo… era la primera vez que alguien lo felicitaba por su cumpleaños, era la primera vez que veía un pastel para él…

El pequeño Touta al ver esto dejo el pastel en la mesa a un lado del libro de Iori-sama.

-Iori-sama Daijoubu ka?- estaba muy preocupado por la reacción de su señor ya que nunca lo había visto llorar.

El pelirrojo solo abrazo fuertemente al moreno.

-Arigato…-murmuro muy bajo.

Nunca nadie se había preocupado de esa manera por él y en verdad estaba agradecido con el moreno por la sorpresa. Comieron con demasiado trabajo el intento de pastel que el moreno había traído, Iori disfruto en silencio el momento, cuando ambos terminaron de comer Iori regreso a su libro.

-… Iori-sama… que le gustaría a Iori-sama de regalo?

El pelirrojo ahora miro como si el menor hubiese hablado en un extraño idioma, pero al ver aquellos ojitos chocolate brillando en espera de una respuesta Iori no pudo hacer otra cosa más que contestar.

-Siempre he querido una mascota, un perro, un gato, un hámster, un canario o incuso un pez dorado, pero mi otou-san me prohíbe el tener animal alguno.

-Oh…- se escucho decepcionado ante esto, pero en ese instante una gran idea llego a su mente.- entonces yo puedo ser su mascota Iori-sama!

Iori tuvo que reprimir una tremenda carcajada ya que no deseaba lastimar las inocentes intenciones de Touta.

-Esta bien, por que no?

-Demo necesito un nombre, los dueños le ponen un nombre a sus mascotas.

-Entonces tu nombre será Dai.

-Hai Iori-sama.

Después de ese día Iori exigió a su padre el mandar al moreno a una escuela común y corriente, a cambio de que su entrenamiento fuese más severo, por supuesto que Yagami Ichiro acepto la propuesta de su vástago.

En aquellos años d colegio Matsuda hizo muchos amigos, pero el más relevante de ellos fue Kusanagi Kyo. Cuando Iori se entero de la amistad de Touta y un Kusanagi, no lo reprendió, pero si le dejo en claro que ambos clanes eran enemigo a muerte y que a pesar de su amistad todo lo que sucediese con ese Kusanagi tendía que informárselo, a lo que Matsuda obedeció sin hacer reclamo alguno.

Así los años pasaron y mientras que los otros chicos tomaban su lugar como shinobis del clan, Matsuda tenia hasta cierto punto una vida tranquila gracias a Iori-sama y fue así hasta el 95 en donde a Iori-sama le fue ordenado por Yagami-sama el acabar con el hijo de Kusanagi Saisyu y a Matsuda se le dio la misión de mantener vigilado a Yagami Soichiro y a su familia, ahí fue en donde sus caminos se separaron, no sin antes haber tenido una noche de la cual Iori-sama le prohibió hablar rotundamente.


FIN FLASH BACK


L aun estaba debatiéndose entre seguir la búsqueda de Amane Misa o seguir perdiendo valioso tiempo solo pensando en Yagami Iori y claro, aquel debate interno era acompañado por galletas, chocolates y café.

En ese instante la puerta de la habitación se abrió dejando entrar a Matsuda-san en un estado deplorable que al verlo Ryuuzaki sin poder evitarlo sintió algo de preocupación por el joven policía.

-Matsuda-san que sucedió? Pregunto en extremo alarmado al ver el tremendo moretón en el rostro de Matsuda.

El policía no contesto, para que hacerlo? En esos momentos todo carecía de sentido para él y deseaba incluso el terminar con su existencia, pero no podía ya que su vida le pertenecía a Iori-sama, pero después del error cometido, él nunca lo perdonaría… nunca volvería a estar a su lado… Al no poder soportarlo mas cayó de rodillas al piso alfombrado mientras que dejaba salir toda su tristeza en forma de abundantes lagrimas.

L entro en pánico al ver el estado de Matsuda, así que rápidamente llamo a Watari ya que no tenia ni la menor idea de que hacer para calmar al joven policía. Miles de soluciones pasaron por su mente en solo un par de segundos.

-Por que Watari tarda tanto?- mascullo algo molesto.

Así que al no tener mas alternativa la solución mas sencilla que había encontrado.

Un abrazo… un cálido abrazo… fue lo único que proceso la mente de Matsuda, poco le importaba de quien provenía el consuelo, solo se aferro a ese cuerpo como si su vida dependiese de ello y lloro amargamente hasta que el cansancio lo venció.

Watari solo observo como L tenia entre sus brazos a un durmiente Matsuda, en el rostro del detective se veía la angustia y la curiosidad en una extraña mezcla.




CONTINUARA....
4 jul 2009
CAPITULO VII


Por fin entre sus manos tenia las armas para acabar con ese estorbo, solo necesitaba que Yagami-sama viera estas fotografías y se libraría de aquella molestia.


Shinomori Aoshi con tales pensamientos abrió la puerta de aquella oficina esperando encontrar a Yagami-sama solo entre torres de papeles que firmar, pero…

-Konnichiwa Aoshi-kun!

-Ah! Sakurazuka-san… Konnichiwa…

Que demonios hacia ese sujeto ahí… no se suponía que estaba en Osaka con los Kusanagi?

Sakurazuka Seishiro se encontraba sentado en un sofá de cuero negro ubicado junto con un sillón y una mesita en una esquina de la gran oficina, aquel hombre como siempre se encontraba fumando tranquilamente.

-Aoshi, requiero de la presencia de Dai ahora mismo.- la voz de Iori resonó autoritaria en la oficina.

-Ah! Hai Yagami-sama.- así que solo dejo las fotografías en el escritorio y salió lo mas rápido posible para cumplir su misión.

Cuando el joven shinobi salió, Seishiro no pudo evitar el soltar una suave risa.

-Vamos Iori, no tienes que tratar tan mal al chico.

-Acaso me dirás como hablarle a mis hombres?- pregunto al momento que tomaba las fotos que Aoshi había dejado y las miraba sin sorpresa alguna, pero si con gran enfado.

-Por la expresión de tu rostro se que habrá algún muerto por aquí.- dijo ignorando por completo la pregunta

-Cierra la boca y ve con Kagura dile que comience a preparar todo, en un mes haremos la ceremonia.

-A la orden Yagami-sama.- esto último lo dijo imitando a Aoshi.

A Iori poco le importo esto ya que tenia demasiadas cosas en que pensar, que su plan fuese por buen camino, quitarse de encima a los de Yotsuba, mas específicamente a Namikawa Reiji y si eso fuera poco ahora también tenia que lidiar con Kusanagi.



+++



No importaba lo que hiciera, cuanto se esforzase por olvidarlo, siempre era lo mismo Yagami Iori se habría paso entre el mar de ideas impidiéndole trabajar y si eso fuese poco había aceptado una invitación para acompañarlo a una reunión de ejecutivos de varias empresas importantes de Japón.

Por primera vez en toda su vida el gran detective L no tenia la menor idea de que hacer, se sentía acorralado por aquel imponente pelirrojo, la situación estaba mas allá de lo que él podía manejar… no deseaba aceptar que le gustaba de cierta manera…

-Ryuuzaki deja de estarme ignorando y responde.

La voz de Raito lo saco de sus cavilaciones, pero eso no significaba que fuera a responder las preguntas del castaño.

Raito deseaba matar con sus propias manos al joven detective, seguía sin entender el por que Iori se había fijado en él... por que lo trataba tan bien... MALDITA SEA!!! L no estaba a la altura de su onii-sama... entonces por que demonios Iori pasaba mas tiempo con ese fenómeno que con él que era su primo.

Aquel recuerdo llego a la mente de Raito como un flash, Iori, sangre y fuego en una grotesca escena para los infantiles ojos de un niño de ocho años.

Raito se tambaleo al momento que un terrible dolor de cabeza se apoderaba de él aunado a la mescla de terror y angustia que le corroía el corazón y las náuseas su estomago.

El joven detective solo vio correr a Yagami-kun, saliendo de la habitación sin explicación alguna. Al momento que el castaño salió Matsuda entro algo desconcertado por Raito ya que ni siquiera pudo saludarlo.

Cuando la brillante mirada chocolate se topo con los opacos ojos de Ryuuzaki, rápidamente cambio a una fría. L estaba asombrado por el cambio y mas aun con la actitud completamente desconocida de Matsuda-san, pero no podía reclamar ya que estaba en su derecho de estar enojado después de lo que le había hecho a Kusanagi-san, después de todo ellos eran amigos desde la infancia.

Matsuda a pesar de todo intentaba el mantenerse tranquilo, no quería hacer un escándalo sobre la situación, pero en verdad se sentía traicionado y sobre todo eso Kyo estaba inconsolable, de alguna manera ahora se arrepentía de lo que había hecho, pero ya no podía dar marcha atrás.

La inconfundible melodía de Kaze no allegory comenzó a sonar proveniente del teléfono celular de Matsuda así que este solo observo la pantalla de aparato y al ver de quien se trataba su rostro se torno pálido y al igual que Raito, Matsuda salió rápidamente, para total confusión de L.

Ya afuera del hotel Matsuda contesto la llamada.

-...Hai...en estos momentos?... comprendo... entonces no tardo en llegar... hai...

No pudo evitar que una sonrisa se formara en sus labios al haber escuchado esas palabras.

“... quiere verte...”

Había pasado tanto tiempo queriendo escuchar eso... por fin quería verlo, poco le importaba las razones y las consecuencias de ellas... quería verlo...



+++



Ya había confirmado su asistencia a la reunión que yotsuba organizo, cuanto odiaba el tener que hablar con Namikawa, el idiota pensaba que él caería bajo sus encantos, pero cuando el día llegara y él hiciera su aparición en la reunión con el gaijin vaya sorpresa se llevaría, seria miles de veces mejor que llevar a una hermosa mujer ya que eso es lo que Namikawa esperaba.

Tocaron suavemente a la puerta de su oficina.

-Adelante.

Al abrirse la puerta entraron dos hombres los cuales eran Aoshi y Dai, ambos hicieron una pronunciada reverencia a Iori, a lo que este se levanto de su silla tras el escritorio y se acerco a sus shinobis.

Aoshi se hizo a un lado mientras que Dai quedo frente al pelirrojo mostrando una radiante sonrisa.

-Iori-sama... eto...-estaba tan nervioso que apenas y podía hablar.

-Quieres decirme que demonios significa esto?- pregunto fríamente Iori al momento que le lanzaba las fotografías que Aoshi le había dado a la cara.

En ellas se podía ver al joven shinobi con Kusanagi Kyo.

-Puedo explicarlo...

Dai no termino de hablar cuando el puño de Yagami impacto en su rostro haciéndolo caer del otro lado de la oficina y estrellándolo contra el muro.

-Maldita sea en que estabas pensando en traer a Kusanagi a Tokio?

-Es que él... estaba muy deprimido... y no pensé que fuese... tan mala idea... además él es mi amigo…- respondió entre sollozos.

-Claro y tu estúpido amigo es mas importante que yo no?- veneno destilaba la voz del pelirrojo.

-Iie, Iori-sama es lo mas importante en mi vida!- las palabras brotaron con premura en un intento de convencer a su señor.

Aquella helada mirada escarlata observaba a Dai, sus negros cabellos, sus brillantes ojos marrón ahora humedecidos por las lagrimas, un fino hilillo rojo se visualizaba de la comisura de sus labios, aquel golpe que ahora se mostraba de un encendido rojo y que pronto se tornaría violáceo, a pesar de los años aun seguía viendo a aquel niño que rescato de los maltratos de su abuelo, así que por mas furioso que estuviese por la estupidez cometida por Dai tenia cuidado de no lastimarlo en demasía.

Dai veía con miedo el semblante de Iori-sama, pero estaba consciente de que había obrado mal y que merecía un castigo por su error y estaba dispuesto a aceptarlo, pero muy al contrario de lo que esperaba Iori-sama le dio la espalda regresando a su asiento.

-Lárgate.- ordeno – si te requiero en algo las ordenes las mandare con Aoshi.

-Demo Iori-sama...-

-LARGO! y da gracias de salir con vida de mi oficina Matsuda Touta.

Aquellas últimas palabras fueron como un golpe para el pelinegro y ahora su corazón le dolía más que su mejilla. Iori-sama jamás había vuelto a usar su nombre desde aquel día...

“Entonces tu nombre será Dai...” el recuerdo de un Iori-sama niño llego a si mente.

-GOMEN NASAI!!!- Exclamo con fuerza entre lágrimas.- GOMEN NASAI IORI-SAMA!!!

En esos momentos como deseaba recibir el peor de los castigos, incluso el morir a manos de su señor era miles de veces mejor a que él lo llamara por su nombre.

-Aoshi sácalo de aquí.

-Lo que usted ordene Yagami-sama.

Aoshi con gran esfuerzo logro sacar a Matsuda entre gritos y forcejeos.

-IORI-SAMA!!!!!!

El pelirrojo ignoro todo el escándalo y nuevamente se sumergió en los asuntos de la empresa, mientras tanto Matsuda fue sacado por seguridad y literalmente arrojado a la calle, hecho un mar de lágrimas.

-Iori-sama…

Aoshi regreso a la oficina, simplemente haría un comentario y si Yagami-sama aceptaba por fin se desharía de Dai.

-Que es lo que quieres Aoshi?- pregunto, pero sin mirar al joven shinobi.

-Si Yagami-sama desea yo podría darle un castigo ejemplar a Dai.

-Si te atreves a tocarle un solo cabello tú serás el que reciba el castigo ejemplar.

Aoshi no entendía el por que su señor defendía tanto al baka de Dai y que incluso lo tratase mejor que a él que era el mejor de sus hombres.

-Demo Yagami-sama, Dai cometió un error fatal y…

-Lo se pero yo no permito que nadie toque a mi mascota, entendido?

-Hai Yagami-sama.- y sin mas que decir se retiro.

Ahora comprendía todo y el deshacerse del inútil de Dai seria miles de veces mas complicado de lo que él hubiese esperado ya que jamás se hubiese imaginado que el baka fuese la mascota de su señor, pero no se rendirá algún día acabaría con ese estorbo.





CONTINUARA……

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