26 jun 2009
CAPITULO VI

Media noche y Matsuda Tota regresaba a su hogar sumamente fatigado. L había dicho que podía irse a descansar, pero que regresara lo más temprano para continuar con la búsqueda de Amane Misa sospechosa de ser el segundo Kira.

"Mejor me hubiese quedado…" pensó seriamente, pero lo mas seguro seria que el joven detective no lo dejaría descansar ni un solo instante entre pedidos de documentos, tazas de café y golosinas lo tendría toda la madrugada ocupado.

El moreno estaba a punto de introducir la llave de su departamento en la cerradura cuando noto que esta había sido forzada. Sus sentidos entraron en alerta ante la posibilidad de que un ladrón se encontrase adentro.

Con movimientos sacados de todas las películas policiacas que había visto entro a su pequeño y oscuro departamento, siendo recibido con el inconfundible aroma de ramen recién preparado. Lentamente se acerco a la cocina que era el único lugar con la luz encendida y…

-OKAERI!!!- se escucho un grito tras él.

Matsuda vio pasar su vida delante de sus ojos cuando sintió que su corazón se le saldría del pecho debido al susto, pero solo termino por perder la conciencia.


***

Raito no prestaba atención a las clases y aunque no quisiera aceptarlo estaba preocupado por Misa, temía que el equipo de investigación diera con ella y que la rubia lo echara todo a perder.

Tenia que hablar con ella antes de que eso sucediese, ya había ideado un plan para librarse de este problema, pero para ello necesitaba a Misa ya que era parte fundamental de este… donde demonios se había metido?

Las clases llegaron a su fin y como siempre Takada salía junto a Yagami Raito ya que se suponía que ambos estaban saliendo.

Caminaban por el campus llevando una conversación sobre la ultima clase que Raito apenas y sabia que era lo que habían visto, en ese momento un desaliñado joven sentado en una banca con las rodillas pegadas al pecho que sostenía un pequeño libro entre sus finos dedos supuestamente estaba leyendo, robo la atención del castaño.

Yagami-kun no entendía el porque L se encontraba ahí, siendo que estaba demasiado ocupado en la búsqueda del segundo Kira… a menos que…

Ryuuzaki en verdad se sentía demasiado frustrado, aunque no debería ya que solo había transcurrido un corto lapso de tiempo entre que los análisis llegaron a sus manos y ese instante en que aun no tenían la menor idea en donde se encontraba Amane Misa, si bien ya habían registrado el departamento de la modelo en el no había indicio alguno de que su dueña hubiese huido, eso aunado a que la compañía en donde ella trabajaba tampoco sabia nada sobre su paradero… todo era demasiado raro… se sentía como si alguien osara el esconderle las piezas de su rompecabezas y lo peor de todo… él estaba desperdiciando valioso tiempo en una cita nada redituable para el caso, pero si para su curiosidad.

-Esa pagina es demasiado interesante, o no le estas prestando la mas mínima atención.- se escucho una voz grave con un ligero dejo de burla.

Raito veía con sorpresa como ahora su onii-sama estaba ahí frente a Ryuuzaki, tan pasmado estaba con el hecho que se olvido de Takada e incluso de ocultar su reacción y no solo Yagami-kun estaba absorto ya que medio campus estaba en su misma situación solo que ellos se preguntaban quien era aquel pelirrojo y su relación con Ryuga Hideki, por que visualmente desentonaban horrores.

L dejo aun lado el libro que aparentaba leer y observo con extremo detenimiento al pelirrojo que estaba frente a él. Iori lucia un elegante y caro traje negro con una fina corbata de seda del mismo color que sus cabellos.

-Konnichiwa Iori-san, por lo que veo es bastante puntual.- intento sonar lo mas indiferente posible sin mucho éxito.

-Yo exijo puntualidad, así que yo debo dar el ejemplo.- dijo sin pensarlo mucho ya que era la mas pura verdad y debido a eso ni siquiera le había dado tiempo de ir a cambiarse de ropa una vez que la junta en la empresa había terminado.- nos vamos?

La voz del pelirrojo sonó en extremo seductora provocando que un tenue color rosado se apoderara de las mejillas del joven detective.

-Claro…- contesto mientras volteaba hacia otro lado y comenzaba a ponerse los tenis viejos que siempre lucia en lugares públicos.

Iori no pudo evitar que una ligera sonrisa apareciera en sus labios al ver la forma en que el pelinegro se comportaba frente a él.


+++

Kyo vagaba sin rumbo por las calles de Tokio buscando a Yagami, pero ya estaba cansado y hambriento, tal vez debería regresar al departamento de Matsu y descansar un poco para reanudar su búsqueda mas tarde.

Una pequeña gota bajo por su nuca al recordar a Matsu y el susto que le había dado y que después de eso había tardado toda la noche en volver a revivirlo… pobre debió de llamarle para decirle de su llegada, pero con tanto plan que había hecho simplemente se le olvido.

Repentinamente entre el mar de gente que era la calle vio una vistosa cabellera roja, Kyo miro con mas detenimiento… ese porte… esa presencia era de…

El castaño se abría paso a base de empujones entre la gente intentando seguir a quien sin duda era Yagami Iori. Sin previo aviso el pelirrojo entro a un local desapareciendo de la vista de Kusanagi, pero este mantuvo fija la mirada tratando de no perder de vista el lugar donde Iori entro.

Kyo entro a aquella cafetería, todas la mesas estaban ocupadas mientras que lindas chicas y apuestos jóvenes atendían a la clientela. Kusanagi busco con la mirada a su pelirrojo encontrándolo en una esquina algo oculta y alejada de tanto bullicio.

El pelirrojo ya había ordenado y esperaba junto a su acompañante a que lo pedido llegara.

-Hisashiburidana Yagami.

Al escuchar esa voz el corazón del pelirrojo dio un vuelco para rápidamente ser llenado por la ira, pero él sabia trabajar con tales presiones, así que simplemente oculto todo lo que sentía.

-Konnichiwa Kusanagi, gustas acompañarnos?

Ese “Kusanagi” le había dolido en el alma aunado a esa fría amabilidad, como hubiese preferido un insulto a eso… un momento… “acompañarnos?”. Por fin Kyo se había dado cuenta de que Iori no se encontraba solo.

-Konnichiwa Kusanagi-san.- saludo como si nada L.

Que hacia él ahí… mejor dicho… QUE HACIA RYUGA CON SU AMADO PELIRROJO?!!!!

-Ah… Ryuga… no te había visto… gomen…- tuvo que morderse la lengua para no insultar al amigo de Matsu.

Para Iori no paso inadvertido que ambos se conocían, pero se mantendría callado ya que tenia una ligera sospecha del por que.

La tensión de aquel momento fue rota por la llegada de una linda camarera que traía en una charola dos tazas de café y dos rebanadas de pastel de fresa las cuales ostentaban la fruta encima de cada uno. Con gráciles y expertos movimientos dejo las tazas en la mesa. El castaño miro con extrañeza el pastel de fresa ya que si bien a Iori le gustaban las fresas, él odiaba el pastel.

El pelirrojo se estaba comenzando a hartar de la presencia de Kusanagi, así que ideo algo para que este se largara y lo dejase tranquilo, antes de que comenzara una escena.

L comenzó a devorar su rebanada de pastel, dejando a un lado la fresa para comerla al último. Mientras tanto Kyo tomaba asiento, ya que el deseaba hablar con Iori y poco le importaba el extraño pelinegro.

--Ordenaras algo Kusanagi?- Iori le hizo una seña a la mesera y esta se acerco rápidamente con papel y pluma. –señorita por favor traiga a mi amigo un capuchino con crema de menta y una rebanada de pastel de tres chocolates.- pidió suavemente.

Kyo en primera estaba sorprendido y después en extremo alegre ya que Yagami aun recordaba con precisión lo que a él le gustaba y aquella esperanza que vivía en su corazón crecía a cada segundo. L comía en silencio solo observando la situación desde lejos, sabia a la perfección el por que Kusanagi-san estaba ahí y la incomodidad que causaba su presencia a este, pero en cambio Iori-san de mantenía en total calma que rayaba en la indiferencia.

Cuando llego la orden del castaño, el joven detective ya había terminado con su pastel y solo quedaba aquella gran y apetitosa fresa, así que la tomo con el tenedor, pero justo en el instante en que la iba a introducir a su boca, su mano fue jalada y la fresa termino siendo devorada por el apuesto pelirrojo. Tanto Ryuuzaki como Kyo se quedaron pasmados ante la acción de Iori.

-Puedes comerte esta otra rebanada, pero la fresa es mía.- dijo con sensual tono.

El pálido rostro del joven pelinegro se torno en un profundo rojo, al momento que el corazón apresuraba la marcha y una bomba de nerviosismo estallo en él.

Kyo dejo de lado su capuchino y pastel al momento que se levantaba y salía del local, a lo que el pelirrojo solo lanzo una autoritaria mirada a una de las camareras y esta salió detrás de Kusanagi.

Las lagrimas apenas y lo dejaban ver… le dolía el pecho… quería saber él por que… que tenia aquel sujeto que había llamado la atención de Iori… acaso ellos dos… sacudía la cabeza de un lado al otro no quería aceptar lo que sus ojos habían visto, no deseaba aceptar que había perdido a Yagami… no soportaba tal idea…

-Iori…- murmuro entre sollozos.

Kusanagi sumergido en su dolor no noto que estaba siendo seguido ya que esa camarera era una kunoichi perteneciente al clan Yagami.



CONTINUARA……
24 jun 2009
POR LADY-LAWLIET



CAPITULO I


(“ Una ves mas pienso el por que de mi situación, y solo, sentado en mi silla creo que mi plan fracasó, me case con Mika por que en realidad quería mantenerme cerca de yuki, no importa cuanto lo intente jamás dejare de creer que soy el responsable de lo que paso en New York amos atrás.

Aunque el insistía en que no lo protegiera, yo jamás había cedido…ahora me siento atraído por alguien mas, aunque lo conozco su verdadera personalidad es un misterio para mi”).

- El rubio dejo de pensar tantas cosas al escuchar que llamaban a la puerta, se levantó y abrió esta dejando pasar a los otros dos integrantes de su grupo.

Noriko tomó asiento frente a el y junto a ella Ryuichi, su mejor amigo, que se encontraba jugando con su inseparable kumaguro.

- si los he llamado hoy, es por que quiero discutir algunas acerca de el grupo, si bien seguimos con casi el mismo éxito que tuvimos al iniciar la banda, me he dado cuenta de que cada quien aparte tiene caminos diferentes- explico Tohuma mirándolos intensamente

- si lo se, sobre todo por que Ryuichi ahora esta mas interesado en la actuación – comento Noriko

Siguieron discutiendo algunos otros asuntos, hasta que Noriko se dio cuenta de que se le hacia tarde para una sesión de fotos que tenia, ya que aparecería en una reviste de moda.

- Bien ya que aclaramos todo, debo irme Tohuma, tengo una sesión de fotos y no quiero llegar tarde

- Adelante, nos vemos pronto, me dio gusto verte tan bella como siempre

- Adiós Tohuma, Ryuichi, no vienes conmigo?

- Ehhh, no Noriko-chan, yo me quedo con Tohuma-chan, por que quiero preguntarle algo

- Mmm, esta bien Ryu-chan- respondió presintiendo algo entre el tecladista y el cantante.

Una vez se marcho, Tohuma quedo a solas con el conejo y aunque no era la primera vez que lo tenia cerca, no podía evitar sentir nervios.

- ¿Que es lo que ocurre Ryu-chan?

- Tohuma- dijo de forma aniñada para después tomar su actitud adulta y seria- yo se la verdad- agrego.

- ¿ De que verdad hablas Ryu-chan?

- Pues… que en realidad tu…tu no amas a Mika-san, te casaste con ella tan solo para estar cerca de Yuki-san, ese engreído…

- ¡ Ryu-chan!- dijo su nombre sorprendido , pues el castaño jamás había hecho un comentario similar – ¿Por qué dices eso?

- Solo lo quería asegurar no da!- regreso a su actitud infantil- es que Tohuma es mi mejor amigo y me preocupa que no este con quien ama.

De repente una idea cruzo por la mente de el rubio y sonrío de una forma no muy común en el, mientras pensaba que le respondería a ryuichi.

- Vaya, esta vez si que me has descubierto, aunque te equivocas en algo, es verdad que no amo a Mika, pero tampoco es que quiera tener algo con el joven Eiri, el solo es mi protegido en cambio tu Ryu-chan – se acerco a el poniendo una mano sobre su cabeza, haciendo que el cantante se pusiera nervioso – si que estas enamorado de shindou Shuichi.

- Pues tu también te equivocas, es cierto que shu-chan es atractivo y muy dulce, pero tampoco estaba buscando algo con el, esa canción que todos creen que le escribí después de Shining Collection, en realidad era para otra persona.

- ¿Ahh si?, pues estaba seguro que era para el, recuerdo que Eiri-san se molesto mucho.

- En realidad eso quería, mostrar a tu protegido, todos siempre están tan al pendiente de el solo por que…

- ¡ No digas cosas que puedas lamentar! Me pregunto por que odias tanto a Yuki – Interrumpió Tohuma tratando de salvar el momento.

- No voy a decirte – dijo cubriéndose con su conejito rosa en su forma chibi, ante tal actitud Tohuma tuvo algunos malos pensamientos hacia su amigo, pues le parecía bastante excitante su forma de ser, guardaba ese secreto y disimulaba ante los demás, pero lo cierto es que deseaba a Ryuichi Sakuma.

- ¿ Entonces Ryu-chan no confía en mi?, es muy triste- fingió tristeza y agacho la cabeza, en realidad le estaba chantajeando.

- Si…pero – mordió la oreja de kuma-chan nervioso

- Ohh, ¡venga!, no seas tímido, nos conocemos de años, se que no eres tan bueno como aparentas.

Tohuma se acercaba mas a el peliverde y este solo se quedaba quieto pensando que se trataba de una de las pesadas bromas de Seguchi, pues en secreto lo amaba, shuichi solamente era una distracción, algo como una aventura, en cambio, cada vez que el rubio se le acercaba, cu corazón latía aceleradamente., ( cerró los ojos, pues Tohuma ya estaba muy cerca de el invadía su espacio personal y ni kumaguro podía calmar sus nervios).

Lo tenso de la situación al fin se calmó cuando Tohuma lo besó apoyando sus manos en el cuello de este hasta que Ryuichi también le correspondió el beso, unos momentos después se separaron.

- Tohuma, ¿Por qué hiciste eso?, acaso yo…

- Claro que si Ryu-chan, en realidad tu eres la persona de la que hablaba, Yuki es como mi hijo, mi hermano, un amor de familia, en cambio tu…eres diferente

- Pero, yo pensé que quien te gustaba en realidad, era Noriko-chan, ella es muy guapa y siempre eres tan amable con ella- comento jugando con sus dedos y temiendo la respuesta.

- No, no es así, claro que es muy atractiva, pero no podría llegar a nada con ella.

- Ya veo… entonces cada vez que yo bailaba…de forma sensual en los conciertos…tu…tu me mirabas, ¿no era solo mi imaginación?

- Pero que agudo eres Ryu-chan, no debería subestimarte nunca mas, si, te miraba, para después imaginarte así cuando estaba con Mika, cada vez que fingía hacerle el amor.

Ryuichi se quedo de piedra, estaba feliz, no podía creer que o que siempre deseo, lo que callo por tantos años de conocer al rubio, al fin se estaba haciendo realidad, entonces tuvo una idea y cambio de actitud, de aniñada a una muy sensual.

- Pero ahora – acaricio la entrepierna de Tohuma – puedes levarlo a cabo- finalizo besando sus labios.

Ambos siguieron besándose, lo que empezaron como un juego se torno en pura pasión, el deseo reprimido de hace tiempo, en el que se tocaban pensando uno en el otro creyendo que jamás estarían juntos, todos esos sentimientos afloraron esa tarde.

Ryuichi empezó a tocar por encima de los pantalones el miembro del rubio y este a zafarle la camisa al peliverde, quien coopero alzando los brazos, después el mismo cantante se deshizo de sus pantalones sorprendiendo y excitando mas a Tohuma ya que el conejo portaba una escandalosa tanga roja que se le veía demasiado sexy y provocativa.

Tohuma retiro también sus pantalones, ya su erección era evidente, y paso su lengua por el bien formado abdomen de Ryuichi, quien sintió cosquillas pero también mucho placer por el contacto.

El de ojos esmeralda casi grita de placer, pues el cantante tomo su erección y comenzó a masturbarlo rápidamente., los besos ya eran mas bien mordidas, fue entonces que el peliverde se aparto del rubio y se subió encima de su escritorio dando la espalda al otro dándole una hermosa vista de su redondo trasero resaltado por la tanga y traviesamente miro al rubio y desde su posición le dijo

- Quiero tenerte dentro – cosa que basto para que Tohuma también se apoyara en aquel escritorio y comenzara a dilatar su entrada introduciendo poco a poco sus dedos, no quería que su niño sufriera demasiado.

Sl principio fue doloroso para Ryuichi, pero después abría la boca de placer.

- ahhh ahhh Tohuma

- Mmm Ryuichi, si por fuera eres exquisito, por dentro lo eres aun mas

- Ahh!!!, Tohuma, mas rapido onegai

El rubio obediente acelero el ritmo de las embestidas, se apoyo fuertemente en el escritorio pues estaba de pie ante Ryuichi y aprovecho la posición para entrar y salir por completo del peliverde, haciendolo ver el cielo.

Momentos después llegaron al clímax y esa fantasía que ambos anhelaban cumplir desde inicios de Nittle Grasper al fin se había concretado.

- Este ha sido el mejor sexo de mi vida- confeso Tohuma con una sonrisa

- lo mismo digo no da!



Fin ^^
20 jun 2009
CAPITULO V
FLASH BACK

Aquel hermoso jardín luciendo en todo su esplendor de las sakuras a la luz de la luna, en ese lugar fue el escenario de aquella escena.

-Yo… yo… Gomen nasai, demo yo no quiero irme, yo no puedo huir contigo, acaso no entiendes que yo si tengo una vida aquí?- esas fueron las ultimas palabras de Kusanagi Kyo antes de dar media vuelta y marcharse.

Yagami Iori se había quedado petrificado ante la respuesta del castaño y se preguntaba una y otra vez que era lo que había hecho mal para que su amado Kyo lo hubiese rechazado de tal manera.

Cuando la sorpresa comenzó a disiparse, la ira lo acometió al percatarse que en realidad no era su falta y que las razones del castaño no tenían peso alguno. Acaso el idiota de Kusanagi solo había estado jugando con él? Ya que para el pelirrojo no había otra razón para la actitud de Kyo.

Es esos momentos deseaba incendiar el parque con todo ser viviente que se hallase en el, deseaba el dolor y la desgracia de cada uno de los habitantes de este planeta.

-Que demonios quieres?- siseo el pelirrojo al sentir la inconfundible presencia de uno de los shinobis de su padre, al momento que la idea de descuartizar a aquel sujeto llegaba a su mente.

-Yagami-sama desea verlo en estos momentos.- respondió el shinobi que se ocultaba en la copa de uno de los tantos arboles de sakuras, estando siempre atento a cualquier acción del joven amo ya que un minúsculo descuido podía ser una muerte segura para él.

Iori suspiro pesadamente… de seguro el viejo ya sabia lo de su relación con Kusanagi… pensó esta posibilidad por unos instantes antes de desecharla ya que si ese fuese el caso no mandaría a uno de sus hombres solo para mandarlo a llamar o no el gran Yagami-sama mandaría a un ejercito de ninjas para acabar con su vida y si fuese posible con la de Kyo también. Así que si decir palabra alguna comenzó a caminar en dirección a hacia la mansión Yagami.

La mansión Yagami se encontraba a las afueras de Osaka exactamente en la dirección opuesta de donde se encontraba su contraparte, cede del clan Kusanagi.

Iori caminaba por los pasillos de la mansión con paso rápido en dirección a la oficina del viejo, pero antes de siquiera tocar el pomo de la puerta…

-Yagami-sama se encuentra en su habitación.

El pelirrojo volteo a ver al anciano dueño de aquella voz, el antiguo líder de los shinobis del clan Yagami.

-Okina, tan oportuno como siempre.- comento con sarcasmo.

-Ese es mi deber Iori-sama.- dijo al momento que hacia una pequeña reverencia.

El pelirrojo siguió al anciano hacia la habitación del viejo, cuando la puerta se abrió Iori fue recibido con una con una imagen totalmente incongruente de su otou-sama

Yagami Ichiro se encontraba en aquella enorme cama luciendo una yukata grisácea en extremo simple, con un portátil en las piernas ya que a pesar de todo seguía trabajando. De aquel imponente hombre de gélida mirada poco quedaba, esos cabellos que años atrás fueran del mismo color que las llamas del infierno, ahora se entremezclaban con finos hilos plateados y esa terrible mirada carmesí había desaparecido por completo ya que ahora se mostraba cálida y tierna, casi paternal…

-Okina, Onegai prepara todo, Iori y yo nos vamos a Kyoto.- dijo con un suave tono de voz.

-A la orden Yagami-sama.- el anciano se apresuro a cumplir el pedido de su señor.

-Aoshi, vigila que nadie escuche lo que sucede en esta habitación.

-Hai, Yagami-sama.- se escucho una voz justo en la entrada de la habitación.

Iori vio como su progenitor apagaba el portátil, se levanto de la cama y con paso lento se acerco al closet de donde saco un fino y elegante traje negro y sin reparo alguno comenzó a cambiarse. La poca paciencia de Iori se agotaba lentamente ante la extraña actitud de su otou-san.

-Por lo que veo el hijo de Kusanagi Saisyu rechazó tu propuesta.- comentaba tranquilamente el mayor mientras se hacia el nudo de la corbata.

-NANI?! COMO…

-Eres mi hijo y es lógico que yo este enterado de todo lo que te sucede, es mi obligación.- volvió al armario de donde saco una gabardina de un azul noche.- Yo sabia que el pequeño Kusanagi te rechazaría ya que hoy en día no existe ningún Kusanagi que acepte el vivir en las sombras junto a un Yagami.

Iori no entendía como era posible que su otou-san en primera hablara con ese tono tan amigable y en segunda no intentase matarlo por su relación con Kyo.

-Yosh, termine.- una gran sonrisa se formo en el mayor al momento que se acercaba a su hijo.- Iori quiero que me escuches atentamente y sigas al pie de la letra mis instrucciones…

La puerta de la habitación se abrió de golpe dejando ver a un furioso Yagami Ichiro, el cual no dejaba de insultar a su vástago y por su parte Iori solo se dedicaba a lanzarle a su progenitor miradas de extremo odio, dando a entender que si este continuaba con los insultos él no dudaría en acabar con su vida.

Llegaron a las afueras de la mansión donde una elegante limusina negra los esperaba. La puerta fue abierta por una de las tantas jóvenes doncellas que trabajaban para la familia, la cual apenas y podía moverse ante el terror que le causaba el estar tan cerca de Yagami-sama y el joven Iori.

-Que demonios esperas? Entra de una maldita vez!- ordeno el mayor a su hijo con su típico tono prepotente.

Iori obedeció de mala manera. Una vez dentro y con el vehículo en marcha, el joven pelirrojo vio como los duros rasgos de su otou-san se suavizaban y una pequeña sonrisa se formo en sus labios.

-Esos idiotas debieron tragarse toda esa farsa.

-Que es lo que esta sucediendo?- esta vez la paciencia de Iori se había terminado y ahora quería respuestas.

-No me queda mucho tiempo de vida, a lo mucho un mes, así que el tiempo de hablar con la verdad ha llegado ya que tu serás el próximo líder del clan y tengo plena fe en tus capacidades para dar termino a lo que yo no pude, se que tu terminaras con la estúpida guerra entre los clanes.

Iori no podía creer lo que su otou-san decía.

-Desde hace ya varias generaciones el líder del clan Yagami ha intentado el terminar con la disputa milenaria, pero la poca disposición de los Kusanagi aunado al entrometido consejo de ancianos del clan Yagami han evitado cualquier avance.

Iori había oído hablar del consejo, pero en realidad no sabía a ciencia cierta no sabia quienes eran ya que era en extremo raro que un Yagami llegase a la vejez.

Por tu rostro se que no entiendes todo lo que te estoy diciendo, así que espera a que lleguemos a Kyoto ya que ahí están todas la respuestas.


+++


El joven pelirrojo miraba con estupefacción aquel enorme cuadro en el que se mostraban a dos personas. De pie se encontraba un imponente hombre de largos cabellos negros, vertía un hakama gris y un gi negro, lo que mas resaltaba de aquel hombre eran sus ojos de un rojo sangre, a su derecha sentada en una elaborada silla se encontraba una hermosa mujer, sus cabellos recogidos en un sencillo moño eran de un vistoso castaño rojizo, ella vertía un kimono lila con bordados de sakura, su mirada miel era tan dulce y cálida…

-El era Yagami Soujiro, él fue quien comenzó la idea de acabar con la batalla entre clanes y no solo eso, sino también el de mejorar la sangre Yagami ya que gracias a la maldición de Orochi nuestro clan estuvo apunto de desaparecer.- Ichiro miro a la mujer del cuadro.- Gracias a ella nosotros estamos aquí, si no hubiese sido por su linaje y el amor que le tuvo tanto a su clan como a Yagami Soujiro, solo seriamos un recuerdo… Kusanagi Natsuki…

FIN FLASH BACK.

Iori bebía su quinta copa de coñac, había estado tan sumido en aquellos recuerdos… una suave y triste sonrisa adornaba sus finos labios al momento que miraba con escrutinio su mano derecha…

Sangre Kusanagi corría por sus venas…

“Hoy en día no existe ningún Kusanagi que acepte el vivir en las sombras junto a un Yagami.” Las palabras de su otou-sama resonaban en su mente. “…el amor que le tuvo tanto a su clan como a Yagami Soujiro… Kusanagi Natsuki.”

Por mas que lo repasara una y otra vez, por más excusas que buscara para defender a Kyo ninguna de estas valía y Kusanagi solo quedaba como un cobarde traidor… al igual que Tsuki… era gracioso como por mas que él se aferraba a la luz que estas personas le brindaron, siempre terminaba solo.





CONTINUARA………………….
14 jun 2009

CAPITULO I
A la edad de los diez años vivió en carne propia la crueldad de la guerra y si eso hubiera sido poco, termino conviviendo con la mismísima muerte, solo que esta se mostraba con la figura de un niño de casi la misma edad que él.

Sus negros cabellos eternamente revueltos, su oscura y opaca mirada llenarían su vida por más de 50 años. No podía abandonarlo a su suerte, no podía dejar suelto en el mundo a su dulce sombra… de su pequeño y muy dulce demonio… al que le debía la vida.


+++


Watari revisaba los suministros de pasteles y golosinas del joven detective, al todo estar en orden significaba que por hoy podía irse a descansar. Suspiro pesadamente, vaya que si en verdad estaba cansado, los años no pasaban en balde y cada día era mas pesado el seguir adelante, no sabia cuantos años le quedaban por delante pero a pesar de todo esperaba que fuesen muchos ya que su sucesor aun era muy joven y tenia demasiado que aprender y no podría lidiar con esa enorme responsabilidad.

Como cada noche rezaba a los cielos por que nada llegase a sucederle, aunque en primera estancia esto podría sonar algo egocéntrico, pero él tenia una razón de peso para hacerlo ya que no deseaba que nadie más tuviese que lidiar con su pequeño demonio.


+++


Un agudo dolor en el pecho le hizo darse cuenta que su fin había llegado…

Con sus últimas fuerzas apretó un botón con el cual borraba toda la información en la base de datos y no solo eso también haría que aquel edificio que hasta ese momento habían usado como centro de operaciones, se sellara en unos cuantos minutos. Era la única manera que tenia de mantenerlo lejos de una ciudad tan poblada como lo era Tokio.


+++


El cuerpo sin vida del joven detective yacía en una enorme cama de una de las tantas habitaciones con las que contaba el inmueble. Mientras tanto en equipo de investigaciones discutía sobre lo que tendrían que hacer, en ese instante en la pantalla principal del cuartel apareció la imagen de Watari.

*Esta es una emergencia, por favor desalojen lo mas pronto posible el cuartel, les advierto que solo tienen quince minutos para evacuarlo ya que pasado este lapso de tiempo todos los accesos al edificio serán sellados y no habrá forma de entrar o salir. Por favor salgan lo mas pronto posible, un gran peligro se avecina…*


+++


Abre los ojos lentamente, aquellos profundos posos sin fondo, miraron con desconcierto el lugar, no sabia en donde se encontraba ni que era lo que hacia ahí. El ultimo recuerdo que tenia era el de Zio enseñándole como hacer un sello…

Se sentó en la enorme cama en donde yacía y hasta ese momento noto que su pequeño cuerpo lucia unas ropas demasiado grandes para él. Hizo a un lado el pantalón de mezclilla azul y solo se quedo con la playera blanca que cubría todo su cuerpo, bajo de la cama y salió de la habitación, siendo recibido por distintos y apetitosos aromas.

Mientras tanto el equipo de investigación seguía mirando aquel video de Watari en la enorme pantalla.

--- por favor salgan lo mas pronto del edificio, no se cuanto tiempo tarde en despertar…---

El mensaje fue interrumpido por un sonoro e infantil grito, que provenía tras ellos.

-WAMMY, TENGO HAMBRE!!! QUIERO COMER!!!

Los ahí presenten voltearon al mismo tiempo, topándose con un niño de enmarañado cabello negro que vestía solo una playera blanca, la cual estaba un poco de lado haciendo que uno de los hombros del pequeño saliera por el cuello de esta, sus ojitos negros estaban enmarcados por oscuras ojeras.

-Ryuuzaki…- fue un murmullo generan entre los mayores.

El pequeño miro con hambre extrema a esos hombres, no recordando la ultima comida buena que tuvo.

-Tengo hambre.- volvió a decir solo que esta vez sin gritar, pero había comenzado a salivar ante tremendo banquete que se le presentaba.

Matsuda fue el primero en reaccionar y rápidamente fue por algo de comer para el pequeño pelinegro.

El pequeño miro la enorme pantalla en donde se veía a Watari y por un momento el rostro del anciano lo desconcertó.

-Wammy…- murmuro muy bajo.

Al momento que Matsuda regresaba con un pastel en una mano mientras que la otra llevaba un plato y tenedor, todos los ahí presentes escucharon lo que pareció una alarma, unas luces rojas iluminaron el lugar y con eso todas las salidas fueron selladas.

Nuevamente la pantalla volvió a llamar la atención de los adultos, mientras el pequeño solo le interesaba el pastel que traía Matsuda.

*Elle, por favor pórtate bien, no desesperes yo enviare a Roger por ti. Hay suficiente comida para ti en estos días, no tendrás la necesidad de matar a nadie… por favor Elle se un niño bueno…*

El mensaje se repetía una y otra vez con un mas que notorio tono de suplica en la voz del anciano. Ante estas palabras todos voltearon a ver al pequeño pelinegro, el cual ahora literalmente estaba devorando el pastel que Matsuda había traído.

El niño detuvo su comer y solo mostro una enorme y sumamente peligrosa sonrisa.

-Me portare bien…



CONTINUARA….

Nota:
Tanjoubi omedeto Kotori-san XD
10 jun 2009
Kiryuu Zero por fin era un miembro de la NPA, si bien le había costado demasiado trabajo eso poco le importaba ya que había cumplido su promesa.

-Elle…- murmuro el joven policía.

Aun recordaba con gran claridad el día que lo conoció.

FLASH BACK

La nieve cubría aquella oscura casona en la que de ahora en adelante tendría que vivir. El pequeño Kiryuu Zero sostenía fuertemente la mano de sus sensei Yagari Touga.

Hace un año que vivía con él… desde el asesinato de sus padres y su hermano gemelo Ichiru, pero ahora por cuestiones de trabajo ya no podían seguir juntos, por esa razón estaban ahí en Wammy House.

Mientras su sensei hablaba con el encargado del lugar, Zero se dedicaba a vagar por la mansión que estaba llena de niños y niñas de todas las edades y razas. Sin saber como, el pequeño peli plateado termino dentro de una de las tantas habitaciones la cual estaba llena de libros, papeles, periódicos y revistas en un total desorden, en medio de este lugar se encontraba un niño pelinegro de pálida tez vestido con una holgada playera blanca y unos jeans azules. Frente al niño había una computadora la cual mostraba los rostros de varios hombres con la inconfundible leyenda de “SE BUSCA” pero el pequeño estaba más interesado en una pila de papeles que tenia aun lado.

Un par de ojitos negros tan profundos y opacos que mas parecían a los de un ser sin vida alguna se posaron en el recién llegado al sentirse observado recibiendo una curiosa mirada amatista por parte de este, una vez que el pequeño pelinegro hubo examinado al recién llegado volvió a sumergirse en aquella pila de papeles y archivos que tenia frente a él.

-Hola… mi nombre es Kiryuu Zero, cual es tu nombre?- pregunto en japonés, sin pensar siquiera que el niño frente a él podría no entenderlo.

-Elle.- respondió con un suave tono el pelinegro, pero ya sin prestarle atención alguna al otro niño.

-Que haces?

-Estoy resolviendo un caso.

Antes de que Kiryuu pudiese preguntar algo mas tocaron a la puerta y poco después esta se abrió dejando entrar a Yagari sensei y al encargado del lugar Quillsh Wammy. Zero vio como la sorpresa se hacia presente al verlo ahí.

-Zero, podrías salir un momento?

-Hai sensei…- contesto con desagrado.

Zero espero por largo tiempo fuera de la habitación y durante ese tiempo varios niños se le acercaron invitándolo a jugar con ellos, el pequeño peli plateado no entendía nada de lo que ellos le decían y viceversa así que los demás niños dejaron de insistir y Zero de escucharlos, pero su infantil mente no entendía como era posible que Elle lo hubiese entendido y los otros niños no. Después de tanta espera Yagari-san salió de la habitación.

-Zero… prometo regresar por ti lo más pronto posible… tan pronto como…

-Tan pronto como sensei termine su trabajo no?- agrego rápidamente con una gran sonrisa.

-Hai…

Yagari no podía decirle lo que en verdad sucedía, no podía decirle que viviría ahí por cuestiones de seguridad ya que el asesino de la familia del pequeño les seguía estrechamente el paso, pero Wammy house era el lugar mas seguro que conocía ya que toda su infancia la había pasado ahí.

+++

Los días eran tediosos para Zero, ya que no sabía ingles, así que decidió antes que cualquier otra cosa aprender el idioma ya que los únicos que lo entendían eran Elle-chan y Wammy-san. Pasaba días enteros, metido entre libros pidiendo ayuda a Elle cada vez que no entendía algo, que para su mala suerte era casi todo.

Ese día en especial repasaba una y otra vez los verbos y ya estaba harto, así que dejo el libro con el cual estaba estudiando y fue en busca de unas hojas, colores y unos cuantos dulces, quería pasar un poco de tiempo con Elle ya que para él era su único amigo en todo el lugar.

Entro a la habitación sin tocar antes, siempre lo hacia y el pelinegro nunca le había dicho nada sobre ello. Como siempre esa habitación era un desorden completo, pero no importaba, él siempre hallaba a su amigo entre aquel mar de papeles y libros.

Cuando al fin lo encontró Elle se encontraba frente al ordenador, miro con mas detenimiento la pantalla y vio que en ella se encontraban las fotos de sus padres e Ichiru, las cosas que tenia entre las manos se cayeron, a lo que el pequeño pelinegro volteo a ver a Zero.

-Que haces?- pregunto con incredulidad.

-Investigo…- dijo sin consideración alguna.- Yagari-san me pidió que investigara tu caso y que diera con el asesino de tu familia, por esa razón abandonaron Japón ya que culpable los ha estado siguiendo.

Por que Yagari sensei no le había dicho nada? Por que ocultárselo de esa manera? Por que mentir? Pero entonces recordó a sus padres y lo que Elle estaba haciendo… lo hecho, hecho estaba, el pasado no podía cambiarse, pero podía hacer muchas cosas para su futuro.

-Puedo ayudarte?

Elle vio la determinación en aquellos ojos amatistas así que aunque el se negara a aceptar la ayuda de Zero este no dejaría de molestarlo hasta que aceptara.

-Esta bien.- dijo mientras tomaba del piso un dulce de los que Zero había traído.

El aprender el idioma quedo relegado por algo miles de veces más importante, encontrar al asesino de su familia y refundirlo en la cárcel. Día y noche, solo el cansancio y la hambre podían hacerlos parar. Elle disfrutaba al igual que Zero la compañía mutua, ambos hacían una mancuerna infalible, eso aunado a todos los recursos que Wammy-san les daba después de varias semanas de arduo trabajo este dio frutos.

Shizuka Hiou

El pobre de Zero termino enterándose de cosas sobre su padre que en su vida hubiese imaginado, desde que le había sido infiel a su madre hasta que estaba metido en negocios turbios con un grupo yakuza en donde Shizuka Hiou era la hija del líder de aquel grupo. Toda aquella información le causo una gran depresión al peli plateado, que solo pudo superar con la ayuda de Elle.

Después de poco más de un año Yagari sensei regreso para llevarse a Zero, ya que ahora con la culpable detrás de las rejas, el pequeño estaba seguro.

Elle abrazaba fuertemente al que se había convertido en su mejor y único amigo, no quería que se fuera, quería seguir junto a él, por que a pesar de que aun no entendía muy bien la razón a él le gustaba Zero.

-No te vayas…- suplicaba entre sollozos el pelinegro.- onegai… no te vayas…

-Tengo que irme, pero te prometo que estudiare muy duro y me volveré un policía y así volveremos a resolver casos juntos.- dijo Zero al momento que separaba suavemente de si a Elle y unía sus dedos meñiques.- recuerda es una promesa.

El pequeño peli plateado se hizo el fuerte no quería llorar frente a su amigo, no quería que Elle se entristeciera mas… por que a él le gustaba mucho Elle…

FIN FLASH BACK

Y ahí estaba entre las filas de la policía de Japón ahora dentro de un equipo de investigaciones que estaban a cargo de un caso sumamente importante.

EL CASO DE KIRA.

Según las deducciones del gran y reconocido L, Kira se encontraba en Japón y ahora era su misión el encontrarlo.

El joven Zero esta tan sumido en su ordenador intentando de encontrar alguna conexión más allá de las evidentes entre las victimas de Kira, que no noto que alguien dejaba una pequeña nota aun lado de él.

Cuando al fin su atención dejo de ser acaparada por la pantalla del ordenador noto la hoja blanca doblada perfectamente a la mitad, así que la tomo, desdoblándola y leyéndola.

Hotel Otori
Habitación 345
6:00 p.m
L

Fue sorpresa mesclada con la incredulidad lo que ocasionó aquella nota en el joven Zero así que después de un gran debate interno entre ir o no ir, decidió que iría, así que reviso su reloj el cual marcaba las 5:45 p.m.

-Shimatta…- maldijo muy bajo, así que tomo sus cosas y pidiendo disculpas al jefe Yagami salió del lugar.

Llego al hotel casi a las 7, pero poco le importo ya que de seguro L entendería, estaba ansioso de conocer a aquel famoso detective, aunque aun no entendía el por que se había fijado en él y no en otro.

Habitación 345.

Toco a la puerta, al no recibir respuesta alguna la abrió lentamente y entro. La habitación estaba sumida en la oscuridad, solo la luz de un portátil en la mesita de la estancia iluminaba a la persona que estaba frente a él, sentada en un sillón con las piernas pegadas al pecho, aquella persona miraba fijamente al joven policía.

-Cuanto tiempo sin vernos Zero.

Ese tono de voz, aquella lasitud con la que brotaban las palabras, el alborotado cabello negro y sobre todo aquella opaca mirada ónix enmarcada por unas pronunciadas ojeras.

-Elle?

-Hai…

Zero no podía creerlo era Elle, su amigo de la infancia, aquel por quien se había convertido en policía… el peli plateado vio como Elle se acercaba a él para terminar abrazándolo como hace ya tanto tiempo atrás, solo que esta vez removiendo sentimientos ya casi olvidados.

-Cumpliste tu promesa… y yo estoy aquí para estar a tu lado y no volver a dejarte ir…- había extrañado tanto a Zero pero por fin volvían a estar juntos…

Zero no entendía del todo las palabras de su amigo pero antes de siquiera poder decir algo sus labios fueron sellados en un apasionado beso, donde no puso resistencia alguna y lo correspondió de la misma manera, tal vez estaba mal pero poco importaba ya que era Elle y no importando el tiempo a él le seguía gustando el pelinegro… lo quería tanto…

-Entonces resolveremos este caso juntos.- dijo Zero al separarse de Elle.

-Hai, Kira no podrá con nosotros.- agrego el pelinegro mostrando una gran e infantil sonrisa.


FIN
7 jun 2009
CAPITULO IV

Durante toda su vida, nada lo había preparado para una situación así. El joven detective se arrepentía en sobremanera al estar ahí. El departamento de Kusanagi Kyo era un enorme basurero, revistas, latas de cerveza y refresco, Cd, cajas de pizza, ropa, figuras coleccionables, mangas, zapatos y un largo etc cubría lo que debería ser la sala y no era solo el desorden que reinaba en aquel lugar lo que le molestaba a L, si no eran las dos largas horas de su valioso tiempo siendo desperdiciadas en solo escuchar anécdotas sin sentido de Kusanagi-san y Matsuda-san, aunque debía de aceptar que había sido una gran sorpresa el conocer a otra persona tan similar a Matsuda-san, tonto, efusivo en exceso e ignorante.

-Kyo, se que no me llamaste solo para recordar viejos tiempos.

Matsuda conocía a la perfección al joven Kusanagi y sabía que este le estaba dando rodeos al verdadero problema.

-Es cierto…- por un instante Kyo se perdió en sus pensamientos.- Matsu… recuerdas la ultima vez que nos vimos?

-Claro, como olvidarlo si tú eras el hombre más feliz sobre la faz de la tierra.

El castaño mostro una triste sonrisa ante la respuesta de su amigo, mientras que L estaba apunto de tomar la decisión de marcharse.

-Sucedió algo entre tu y Yagami-san?

El joven detective rápidamente desecho la idea de retirarse y por fin toda su atención estaba centrada en la conversación.

-Hai... hace casi un año... él me pidió que huyéramos...

Tanto Matsuda como Ryuuzaki quedaron atónitos ante tal confesión.

-No me digas que los clanes se enteraron...- el joven policía se veía pálido.

-No... Yo rechacé la propuesta de Iori…

-QUE TU QUE?!- como era posible que él hubiese hecho algo así y peor aun como era posible que él apenas se enterase de esto.

La mente de L pasaba de una sorpresa a otra que apenas y lo dejaban procesar la información que ahora recibía a torrentes.

-Yo lo rechacé por que… por que entre en pánico al comprender que tendría que abandonarlo todo y a todos… yo no pude aceptar eso… tuve miedo y fui un egoísta en solo pensar en mi… solo en lo que yo quería…- Kyo había explotado, en esos momentos todos sus sentimientos salían por su boca en forma de palabras.- Iori quería que viviésemos felices lejos de todo este odio… lejos de los clanes… de nuestros destinos… y yo… yo…- sin poder evitarlo por mas tiempo rompió en llanto.- Matsu, lo he buscado… tantas veces lo he buscado…- decía trabajosamente entre sollozos.- quiero verlo…pedirle perdón… quiero estar a su lado…

Al ver que el estado emocional de su amigo era un desastre a Matsuda se le rompió el corazón, quería hacer algo por él… ayudarlo de alguna manera… entonces recordó algo.

-Yagami Iori esta en Tokio.

-Eh?- por un instante el castaño detuvo su llanto.

-Mi amigo - refiriéndose a Ryuuzaki.- él asistió a un concierto y Yagami-san estaba ahí.

Ante esta declaración Kyo por fin vio la luz al final del túnel. Buscaría a Iori y esta vez no lo dejaría, pasara lo que pasara no se volvería a alejar de él.


+++

Aquel lugar estaba sumido completamente en la oscuridad, el terror había hecho presa de Amane Misa, su garganta estaba seca de tanto gritar pidiendo ayuda. Donde estaba Rem? Raito estaría preocupado por ella? Se arriesgaría para salvarla? Había tantas preguntas en su mente.

La puerta de su oscura prisión se abrió dejando ver la inconfundible silueta de una mujer.

-Onegai… Tasukete kure…- suplió en un murmullo.

-No te preocupes linda, solo contesta a mis preguntas y saldrás de este lugar ilesa.- dijo la desconocida a Misa.


+++

Yagami Iori por fin estaba en su tranquilo y silencioso departamento, hoy había tenido un día extenuante de trabajo como siempre, desde que su otou-sama había muerto no había tenido ni un solo día libre del agotador trabajo que conllevaba el dirigir la empresa de su familia. En esos momentos cuanto extrañaba a su banda, el tocar junto aquellos irritantes tipos… esos habían sido grandes días… pero a ellos también tenia que olvidarlos, por esa razón había aceptado el abrir aquel concierto, el primer concierto de su banda sin él.

El pelirrojo se sirvió un poco de coñac de aquel pequeño bar que ostentaba su lujoso hogar, deseaba que el licor de alguna manera lograra llevarse todos aquellos recuerdos de su pasada vida, los buenos, los malos… y lo mas difícil de olvidar seria “EL” todos y cada uno de los momentos que pasaron juntos, pero no importaba lo difícil que fuera, él lo lograría ya que en su nuevo proyecto de vida ya no había cabida para aquel maldito bastardo que lo rechazo, ya no había cabida para Kusanagi Kyo, aunque aun tenia una pequeña sorpresa para él, un ultimo obsequio antes de dejarlo atrás y continuar con su vida.




CONTINUARA……………

En aquel jardín con el que contaba la nave, en el lugar más oculto y apartado se encontraban Tony y su abuelo, el soldado Shin.


A pesar de que Tony lucia como un joven, su corazón aun era el de un pequeño niño el cual necesitaba atención y amor.

Su padre había muerto por causa de un accidente, su madre murió debido a que su cuerpo colapso por el exceso de energía que brotaba de ella, todo por la razón de que creía que él había muerto, simple y sencillamente su mente no soporto tal idea. Por ninguno de ellos dos derramo ni una sola lagrima, por que tenía que ser fuerte para su abuelo, tenía que ser fuerte para Jomy.

Quería tanto a Jomy como para ensuciarse la manos de sangre, sangre de repulsivos y estúpidos humanos que despreciaban a su raza, peleaba por él.

Pero ahora por solo este pequeño momento de tranquilidad volvía ser solo un niño que disfrutaba las suaves caricias de su abuelo. Tony yacía en el césped, usando las piernas de Jomy como si de una almohada se tratase, se movió un poco haciendo que las caricias se detuvieran.

Cuando las pupilas doradas se encontraron con unas esmeraldas, Tony lo vio, como siempre aquel dolor y culpa por lo sucedido en Nazca, por la muerte de sus padres y de muchos otros pero también veía la decisión y su fuerza de voluntad por seguir adelante. Su abuelo era exepcional.

Nadie entendía el sentir a excepción de él, por esa razón tenia que ser fuerte para así poder ayudarlo a soportar toda aquella responsabilidad y todos los pecados que había cometido siendo soldado. El quería convertirse en un pilar para Jomy y poder consolar ese corazón que derramaba lagrimas de sangre día tras día.

Tony había nacido gracias a Jomy y vivía por él y para él.

-Es tiempo de irnos.- dijo suavemente Jomy.

-Si.

Tony se levanto al igual que su abuelo, pero antes de que este se marchara Tony lo abrazo fuertemente, no quería separarse nunca de él.

-Vamos, los nuestros nos necesitan y falta tan poco para llegar a la tierra.

-Lo siento.- fue lo ultimo que dijo antes de desaparecer, tenia que regresar con sus compañeros, al parecer Artera lo estaba buscando por toda la nave.

Jomy con paso lento salió del jardín, pensando que quien debería disculparse tendría que ser él y no Tony. Había cometido tantos errores desde que había descubierto su verdadera naturaleza, pero no era el momento para pensar sobre eso, tenían que prepararse para la próxima batalla. La tierra estada tan cerca.

-Solo un poco mas Blue, solo un poco mas… y por fin tu sueño, nuestro sueño se hará realidad.

Se habían perdido ya tantas vidas debido a este sueño y tal vez se perderían muchas mas, pero esto lo hacia para legar un mejor futuro a la siguiente generación de humanos y mu, para que Tony tuviese un buen lugar en donde vivir, eso era lo que mas deseaba en aquellos momentos ya que por su culpa el, chico había perdido a su familia, y a pesar de eso Tony lo quería.

Vaya que si no entendía al chico.


FIN
6 jun 2009
CAPITULO III

Aquella noche Misa-Misa caminaba por las calles algo desconcertada, había ido a visitar a Raito, pero este no se veía muy bien en realidad parecía que algo le preocupaba de sobremanera, Misa-Misa le había preguntado que si se preocupaba por L pero Raito solo se limito a negar con la cabeza para después prácticamente correr a la rubia alegando que estaba muy cansado.

La joven modelo quería hacer algo para que su amado Raito no estuviese tan preocupado y así pudiera dedicarle mas tiempo a ella, tal vez hasta podrían tener una cita.

Rem solo observaba como la pobre Misa alucinaba, solo eso podía hacer ya que por más que le decía que Raito no la quería y que solo la estaba utilizando, pero ella estaba totalmente cegada, así que no había mucho que hacer.

Repentinamente apareció un carro de color negro del cual salieron tres sujetos y a base de fuerza la metieron en el vehículo.


+++


Matsuda había recibido una llamada de su mejor amigo desde que eran solo niños, tenia que ir a verlo, por esa razón por esa razón estaba ahí, para hablar con Ryuuzaki y pedirle permiso de ausentarse solo un par de días.

-Que sucede Matsuda-san?- como siempre pregunto con voz monocorde el detective mientras observaba la rebanada de pastel que Matsuda le había traído.

-Eto... es que yo... es que tengo... es que quería saber si puedo ausentarme por un par de días?- esto ultimo lo dijo tan rápido que apenas y el joven detective pudo entenderlo.

A L solo le tomo un par de segundos analizar lo que le pedía Matsuda.

-Mañana llegan los resultados del laboratorio, así que no puedo darte mas de un día.- no podía perder mas el tiempo, aunque ahora se arrepentía de haber aceptado la invitación de Iori-san para tomar un café, lo bueno era que seria dentro de tres días.

-Entiendo... sé que Kyo comprenderá... supongo...- medito un poco Matsuda.

Al escuchar ese nombre a L le llego la imagen de un joven castaño que había visto en una de las tantas páginas de internet que había visitado en su búsqueda de información de Yagami Iori.

-Kyo?

-Ah... Kusanagi Kyo, él y yo somos amigos desde la infancia y me hablo para ver si podía ir a visitarlo...- sin pensarlo mucho ya le había dicho todo a Ryuuzaki.

Ante esto último a L se le ocurrió una gran idea.

-Matsuda-san, podría acompañarte?


+++


Yagami Iori se encontraba ya en su oficina, tenia demasiado trabajo por hacer, cuanto deseaba el quemar todos aquellos papeles... informes, contratos, avisos... pero debía de mantenerse calmado, el día apenas estaba comenzando y tenia alrededor de cinco juntas, así que era demasiado temprano como para mandar todo al demonio.

Tocaron a la puerta suavemente.

-Adelante.- gruño.

Entro un joven mensajero cargando varias carpetas, empaques y demás papelería.

-Que sucede ahora Aoshi?- pregunto con calma al ver que se trataba de su shinobi.

-Ya la tenemos Yagami-sama.- murmuro mientras dejaba en el escritorio un par de paquetes.

-Cuantas perdidas?

-Tres hombres.

-Nuestros?

-Iie, espías de la familia.

-Bien, quien sé esta encargando de ella?

-Anko, Yagami-sama, ella lograra sacarle la verdad, sin hacerle demasiado daño.

-Investiga mas sobre ella y eso incluye su hogar.

-A la orden Yagami-sama.- el shinobi salió rápidamente para cumplir las órdenes de su señor.

Iori se estaba haciendo con todas las pistas posibles, necesitaba resolver el misterio en su totalidad antes de poder usar las pruebas que tenia en contra de él, tenia que ser prudente y esperar a que las condiciones fueran las apropiadas.


+++


Por fin habían llegado a Osaka y ahora se encontraban entrando a un gran edificio de departamentos. Matsuda estaba muy contento de volver a ver a su mejor amigo, ya habían pasado dos años desde la última vez. L estaba aburrido, cansado, harto de la charla sin sentido de Matsuda, hablando una y otra vez de lo fantástico que era Kyo... Kyo esto... Kyo lo otro... si volvía a escuchar otra estúpida anécdota tal vez terminaría volviéndose un asesino ya que mataría al moreno con sus propias manos.

Matsuda toco al timbre y la puerta rápidamente se abrió.

-MATSU!- exclamo un lloroso castaño al momento que se le lanzaba al pelinegro.

-Kyo, mantén la calma y dime que sucedió.

Para Ryuuzaki fue en demasía raro ver como Matsuda se comportaba de manera más adulta que su amigo, eso aunado a que en las fotografías que había visto de Kusanagi, las cuales lo mostraban como un rudo y arrogante peleador, eran rápidamente remplazadas por aquel joven llorón?

Cuando la calma regreso al castaño en ese momento se dio cuenta de que había alguien más. La mirada castaña se centro en aquel andrajoso chico.

-Matsu... quién es ese tipo?- pregunto con su recuperada arrogancia y señalando abiertamente.

-Ah... eto...- que podía decirle? – Él es un amigo, su nombre es Ryuga Hideki, él me esta ayudando en la remodelación de mí pagina.

-Aun sigues con eso?

-Hai.

Kyo se acerco al detective y ahora con una gran sonrisa lo saludo.

-Gomen por tan pésima primera impresión, los amigos de Matsu son también los míos.

-Aun que yo no puedo decir lo mismo.- el moreno se quejo.

-Lo dices por Shingo? O por Beni?

-Por los dos.- Yabuki lo odiaba y le tenía miedo a Nikaido-san.

-Pero que hacemos aquí, vamos pasen.- Kyo los dejo pasar a su apartamento.





CONTINUARA................
CAPITULO VII

Hace ya un par de semanas que Zoro vivía con él, después de descubrir el secreto de su amado pianista, sabia perfectamente que no podía dejarlo solo, por esa razón en todos esos días lo había estado entrenado de manera exhaustiva para que el joven aprendiera todo sobre su condición como vampiro.


La navidad se acercaba rápidamente y el mal humor del joven peliverde crecía de la misma manera. Shanks no entendía el por que de su comportamiento ya en la mente de Zoro no había ningún recuerdo de algún suceso que lo hiciese odiar estas fechas, aunque en esos momentos era lo que menos le preocupaba ya que en estos días había estado sintiendo una presencia mas que conocida para él y no solo eso ya que la ciudad entera apestaba a cazador y no cualquier cazador, sino uno de alta jerarquía, era el nieto de Monkey D Grap y estaba cazando a Mihawk. El vampiro pelirrojo solo esperaba que el joven cazador no se enterara de la verdadera naturaleza de Zoro, aunque lo más probable era que tendría que matar al cazador para asegurar el bienestar del peliverde.

Zoro miraba atreves del ventanal que ostentaba el lujoso departamento de Shanks-san, con sus ojos de un brillante ámbar observaba con total depresión a la ciudad ya blanca por la nieve, su rencor hacia la temporada y hacia las personas que de ella disfrutaban era tan irracional, que ni siquiera él entendía del todo la razón del por que su rechazo hacia la navidad, solo sucedió de un momento a otro. La última vez que había celebrado aquella época había sido en compañía de sus padres.

“Que es lo que Zoro-chan desea para esta navidad?”

La dulce voz de su madre resonó en lo más profundo de sus recuerdos… Un hermanito, era lo que el había contestado…

Una solitaria lágrima corrió libremente por la mejilla del joven pianista, lo que no paso desapercibido para el vampiro pelirrojo que rápidamente se acerco al peliverde e hizo desaparecer con tiernos besos la salada gota.

-Aishiteru

-Ore mo Shanks-san…


+++


Diciembre 18 y él aun no podía terminar con lo que había venido a hacer en esta ciudad y todo gracias a ese molesto cazador que no lo dejaba ni un segundo en paz, aun no entendía como es que se había enterado de su paradero aquel joven pecoso de oscura vestimenta. En ese momento esquivo con dificultad el ataque proveniente de joven cazador, que mostraba una velocidad y fuerza muy superiores a las de un humano normal, incluso superiores a los de un vampiro novicio y no solo eso ya que la expresión que tenia en el rostro era la de un completo psicópata, dando a entender que en el momento en que lo atrapara tendría una muerte muy lenta y dolorosa. En verdad aquel joven cazador era en extremo peligroso.

Ace atacaba con gran ferocidad a aquel viejo vampiro, había tenido que purificar el sitio en donde se encontraban para que el oscuro ser no pudiese usar del todo sus habilidades, un poco de su sangre mezclado con agua bendita y algunas hojas del santo libro, era suficiente como para mantener controlado a cualquier vampiro importando poco su edad y poder.

-SHINE!!!- grito con furia el cazador al momento que se lanzaba con una daga de plata pura y santificada en cada mano en un intento de cercenar alguna parte del vampiro. Lo que no tomo en cuenta que su guardia bajo lo suficiente como para que Mihawk aprovechara a asestarle un golpe que hubiese sido mortal y si no se hubiese movido unos escasos centímetros, lo mas probable es que le faltara la parte el costado izquierdo del torso, pero en cambio solo había recibido algunos cortes producto de las afiladas uñas del vampiro.

Mihawk al ver herido al cazador se debatió entre el eliminarlo o solo huir debido al pestilente olor proveniente de la venenosa sangre del cazador. Nunca en toda su existencia había experimentado algo tan repulsivo, si bien con otros cazadores con los que había lidiado era soportable el olor d su sangre, pero la de este chico era mas de los que su sentido del olfato podía soportar. Así que a fin de cuentas decidió el huir.

Ace al verse solo se maldijo por haber cometido tal error ya que había estado tan cerca de asestarle un buen golpe a ese vampiro, pero había desaprovechado la mejor oportunidad que había encontrado en todos esos días.

-DEMONIOS!!!


+++


Aquella noche de invierno Shanks y Zoro se disponían a cazar, el pelirrojo le enseñaría al joven pianista como elegir una buena victima y como tenia que acabar con ella, para Zoro seria la primera vez que cazaría, aun que aun no asimilaba del todo lo que le estaba sucediendo, el que Shanks-san fuese un vampiro, su nueva condición y muchas otras cosas mas, lo único que podía hacer era el lidiar la situación.

Por extraño que fuese algo en la ciudad le recordaba a Ace y fue en ese instante que una imagen del moreno llego a su mente, pero en ella Ace era un chico apenas entrado en la adolescencia, el cual estaba totalmente cubierto en sangre y en su mirada se veía el mas puro terror.

Zoro sacudió la cabeza para alejar aquella imagen de su cabeza ya que un inmenso sentimiento de culpa lo invadió.

-Te sientes bien?- pregunto el vampiro pelirrojo.

-Hai…- musito.

Mientras tanto el joven cazador caminaba entre las calles de la helada ciudad, ya había detenido la hemorragia causada por el ataque del vampiro, pero aun tenia que desinfectar la herida y vendarla, así que tenia que llegar lo mas pronto posible a la pequeña posada en donde vivía.

Rayos, no recordaba que doliera tanto… no recordaba que… no… no debía recordar eso… tenia que mantener ese recuerdo sepultado en los confines de su mente…

-Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por el bien de Zoro…- se repetía una y otra vez como si de un mantra se tratase.- Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por…- sus palabras murieron en sus labios, al ver a unos metros frente a él a Zoro y a ese vampiro pelirrojo y entonces lo que menos se pudo esperar sucedió.

Shanks beso a su amado pianista, no le agradaba en lo más minino que este se mostrara melancólico y desgraciadamente desde que el joven se mostraba como un bebedor de sangre, su mente que hasta ese momento había sido un libro abierto, ahora se encontraba cerrado para él.

No podía creer lo que sus ojos veían, esto debía de ser una gran mentira… su mente debía de estar engañándolo… Zoro no podía estar…

El joven cazador intentaba engañarse a si mismo, pero le era imposible el lograrlo. Su corazón se rompió en miles de pedazos y de cierta manera sus ojos perdieron su brillo.

Zoro se separo de Shanks-san ya que un dulzón olor llego a él y lo mismo paso con el pelirrojo, solo que para el aquel aroma era como el de un cuerpo en plena putrefacción.

Cuando aquellas pupilas ámbar se encontraron con otras de un opaco negro fue un shock mucho mayor para el joven cazador, que poco importándole la herida de su costado izquierdo comenzó a correr en dirección contraria de donde se encontraba Zoro.

-ACE!!! CHOTTO MATTE!!!- grito Zoro al momento que iba tras el moreno.

Tenia que alcanzarlo, tenia que explicarle como había sucedido todo, tenía… tenia que hacer muchas cosas por que a pesar de que amara a Shanks-san, aun sentía algo por el moreno.

-ACE!!! ACE!!! CHOTTO MATTE!!!

El moreno escuchaba su nombre, escuchaba las desesperadas suplicas, pero su mente había colapsado al igual que su corazón y su cuerpo se movía solo por acto reflejo hasta llegar a un callejón sin salida, no fue hasta ese momento que su mente pareció reaccionar. El se encontraba al fondo del callejón mientras que Zoro entraba a esta lentamente, pero antes de que este pudiese pronunciar palabra alguna…

-Vaya cazador en verdad fuiste de gran ayuda, gracias por alejarlo de Shanks y en cuanto a ti, acabare con lo que empecé hace diez años y te hare pagar por la perdida de mi ojo.- siseo el vampiro.

Aquella voz se escucho tras el peliverde. Ace sabía a la perfección de quien se trataba, así que intento a acercarse al peliverde para alejarlo del peligro.

Todo pareció correr en cámara lenta para el peliverde. Ace corría hacia él, al momento que le decía que se alejara, pero él tenia el vago recuerdo de esa voz así que volteo a ver al dueño de esta y fue en ese momento que el dolor lo invadió y todo se tiño de rojo.

Shanks apenas había llegado a ese callejón, todo gracias a la pestilencia del cazador, pero fue recibido con una escena que ni en su peor pesadilla hubiese visto.

Zoro estaba de pie sin entender lo que sucedía mientras que de un gran corte en su cuello corría profusamente su sangre, lentamente el cuerpo del peliverde se derrumbo en el piso.

Mientras tanto Mihawk yacía en el suelo, teniendo alrededor de diez cuchillos en todo el cuerpo, todos y cada uno de ellos estaba bendito, lo cual le producía un gran dolor, pero no era suficiente para acabar con él.

El joven cazador se encontraba recargado al muro, en sus manos aun quedaban afilados cuchillos con los cuales había atacado al vampiro. Ace tenía la respiración entrecortada y a pesar de la situación intentaba mantenerse preparado para lo que se avecinaba, pero no pudo evitar que el terror comenzara a hacerse presente en él al momento que veía como Zoro se volvía a poner de pie.

Los recuerdos de lo sucedido hace años le llegaban a la mente, la sangre, la violencia, la muerte que tenia la forma de la persona que mas quería y que nuevamente estaba ahí.

Un aterrador grito resonó en el callejón y las calles aledañas.

Para Ace el momento de enfrentar sus peores temores había llegado, era matar o morir en el intento.

El pelirrojo miro a aquel ser en el que Zoro se había convertido, la herida había dejado de sangrar pero aun estaba cerrándose, largos y afilados colmillos se asomaban de manera agresiva, la mirada ámbar brillaba con tintes asesinos.

Mihawk sabía lo peligroso que podía llegar a ser aquel maldito monstruo por esa razón tenia que acabar con él.

Mientras tanto en un lugar seguro una hermosa mujer morena observaba cada movimiento de lo que sucedía, preparada para actuar en cualquier momento, se llevaría sano y salvo a Zoro a cualquier precio.

 
CONTINUARA....
4 jun 2009
CAPITULO II

Yagami Souchiro como todos los días llegaba junto con Matsuda a las 9 en punto al hotel donde Ryuuzaki se hospedaba. Ellos eran los únicos que irían hoy ya que con la aparición de un segundo Kira y las pruebas que habían tomado de la televisora Sakura aun estaban siendo analizadas en un laboratorio, así que la investigación había sido interrumpida hasta nuevo aviso.


El joven pelinegro se encontraba frente a su portátil comiendo tranquilamente un pedazo de pastel de fresas, o eso parecía a simple vista pero en verdad se sentía bastante frustrado por que en su intento de conseguir información del pelirrojo, se había topado solo con las paginas oficiales de the king of fighters y sitios de aficionadas obsesas por Yagami Iori, el único sitio que tenia verdadera información sobre el pelirrojo, se encontraba en remodelación, así que había muchas cosas a las que aun no se tenia acceso. Por ahora no podía hacer nada hasta que esa tal Natsu-chan se dignara a poner orden en su página.

-Ohaiyo Ryuuzaki.- saludo estruendosamente Matsuda.

-Ohaiyo…- Souchiro no termino su frase al ver la pantalla del portátil que se encontraba en una mesita frente al sillón donde se encontraba el detective.

-Ohaiyo Matsuda-san, Yagami san.

-Oh! No tenia idea de que a Ryuuzaki le gustase el torneo de The King of fighters y menos a un que fuese fan de Yagami Iori, yo también soy su fan.- Matsuda se veía muy entusiasmado ante la idea ya que nunca había podido compartir algún gusto con el joven detective.

-Ryuuzaki conoces a Iori?- pregunto Souchiro, temiendo lo peor.

El pelinegro volteo a ver al hombre mayor.

-Yo no se a que viene su pregunta Yagami- san si ya sabe la respuesta.- dijo para después seguir engullendo su pastel.

-Solo te lo diré una sola vez, aléjate de Iori, él es muy peligroso.- ni siquiera quería recordar lo que le había hecho a su hijo.

-Eto… jefe usted conoce a Yagami Iori?- Matsuda no lo podía creer, si bien tenían el mismo apellido, eso no siempre significaba que fuesen familiares.

-El es mi sobrino…

-Lo se, Raito-kun ayer me dejo en claro que eran familia.- dejo a un lado del portátil el plato vacio junto con el tenedor.

-Nani? Le hizo algo a mi hijo?- no entendía el por que Raito no le había dicho nada.

-Iie, de hecho lo ignoro.

Esta respuesta calmo un poco al hombre mayor.

-Onegai Ryuuzaki aléjate de el antes de que arruine tu vida…- se veía realmente preocupado, ya que no quería que su sobrino lastimara al joven detective.

Ryuuzaki mantuvo su profunda mirada en el hombre mayor analizando cada pequeño detalle que este le dejaba ver… un par de segundos después llego a la conclusión de que no obtendría mas información de Yagami-san.

-No se preocupe Yagami-san, mejor comencemos a trabajar.- dijo con un tono de voz monocorde.


+++


A Yagami Raito le urgía el ver a L, necesitaba saber de que habían estado hablando el y su onii-sama. Aquella tarde sin demora justo después que sus clases llegaran a su término fue directamente al hotel en donde se hospedaba el detective.

-Konichiwa Raito-kun.- saludo el detective al ver al castaño.

Al parecer Raito había interrumpido una interesante conversación entre Matsuda y L, aunque en la mente del joven Yagami este hecho era en demasía incongruente, ya que el detective solo le dirigía la palabra a Matsuda por dos razones, para reprenderlo por sus tontos comentarios o acciones y para pedirle un café o algo de comer.

-Ryuuzaki puedo hablar contigo a solas?

-Bien. Matsuda-san, me encantaría seguir con esta charla, tal vez mas tarde.- dijo mientras que una casi imperceptible sonrisa se formo en sus labios

Matsuda se sonrojo ya que no podía creer que por primera vez que le era útil al detective.

-Hai.- y sin mas los dejo solos.

-Desde cuando te interesa hablar con Matsuda?- no se iba a quedar con la duda.

-Desde que descubrí que era Natsu-chan.- ahora una sonrisa infantil se formo en sus labios ante lo gracioso de la situación ya que ni siquiera el gran L se hubiese podido imaginar que Natsu-chan y Matsuda-san eran la misma persona.

El joven castaño no entendió el chiste del comentario de Ryuuzaki, así que decidió ignorarlo.

-Y que es lo que Raito-Kun quiere de mi?- ya sabia la razón, pero no se lo dejaría tan fácil a su sospechoso de ser Kira.

-Quiero saber de que hablaron Iori y tú.- quería saberlo absolutamente todo.

-No hablamos de nada importante, solo me pregunto mi nombre, a que me dedicaba, algunos de mis gustos. Nada relevante, fue una simple y banal charla.

Raito no podía creerlo, acaso Ryuuzaki pensaba que era estúpido y se tragaría esa respuesta?

-Claro y él no creyó ni una de tus mentiras no?

-No se de lo que hablas Raito-kun.- tomo un chocolate y lo devoro.- pero debo de admitir que Iori-san es una persona muy interesante.

En extremo era rara la vez que L posara su atención en una persona que no tuviera nada que ver con algún caso en el que estuviese trabajando, pero el pelirrojo parecía estar rodeado por una misteriosa aura que le hacia desear saber mas de él…. Y esa fría mirada rubí parecía haberlo hechizado.

Una pequeña sonrisa sarcástica se formo en los labios de castaño.

-Acaso crees que Iori es idiota? Lo mas seguro es que él vio mas allá de tus mentiras.

El joven detective intento ignorar las palabras de Raito al momento que tomaba otro chocolate entre sus dedos.

“Por que el gaijin no me dice su verdadero nombre…”

Era verdad que Iori-san había visto casi a través de él, pero no de dejaría ver a Raito que tenia toda la razón, seria demasiado humillante para él.


+++


En aquella sala de juntas Kusanagi Kyo moría de aburrimiento puro. No entendía absolutamente nada de lo que Sakurazuka Seishiro decía. La razón de la junta era el hacer una alianza entre las compañías Yagami y Kusanagi ya que por si solas serian devoradas por el corporativo multinacional de Yotsuba o por lo menos eso era lo que su padre le había dicho.

“Yagami”

Hace cuanto no lo veía?

Pronto seria un año desde la última vez que se habían visto…

“Huyamos”

Iori jamás le había pedido nada pero cuando escucho aquella palabra salir de sus labios… simplemente no supo que hacer, simplemente entro en pánico ya que Yagami le estaba pidiendo el abandonar todo… su familia, amigos, toda su vida…no pudo hacerlo, no pudo complacer a su amado pelirrojo… pero ahora se arrepentía de la decisión que había tomado por que gracias a ella Iori se había ido, lo había abandonado. Lo había buscado por toda la ciudad, pero parecía que la tierra se lo había tragado. Quería verlo, disculparse por lo sucedido, volver a reconquistarlo y esta vez huir juntos. Lo extrañaba tanto, su mirada, su voz, su presencia, sus besos y caricias…

“Iori”

Una solitaria lágrima comenzó a surcar el rostro del moreno.


+++


Observaba detenidamente el informe de Aoshi. El gran Yagami Iori estaba sumamente feliz, era la primera vez que se sentía de esa manera, deseaba celebrar pero para su infortunio Seishiro estaba en Osaka y Kuroudo infiltrado en Yotsuba, así que no había nadie con quien compartir tan grande acontecimiento.

-Seré padre de un par de gemelos.- murmuro deleitándose con cada palabra.

Tomo nuevamente las imágenes del ultra sonido en donde se visualizaban un par de pequeños.

-Yagami-san…- se escucho en el intercomunicador.

-Que sucede Naoko.

-Se trata de Namikawa-san en la línea uno.

-Entiendo, yo me encargo.

Este pequeño percance no arruinaría su buen humor, es mas tenía ganas de jugar un poco.

-Naoko.

-Hai?

-Quiero que me conciertes una cita, cuando termine de hablar con Namikawa ven por los datos.

-Hai, Yagami-san.




CONTINUARA……..
3 jun 2009

CAPITULO I
En aquel cementerio Yagami Iori veía la lapida perteneciente a su otou-sama, justo a su lado se encontraba la de su okaa-sama.

“Yo en verdad la amaba y esa fue su perdición.”

Había conocido demasiado de su otou-sama en solo un mes, que en toda su vida y vaya que si había estado equivocado con él. Siempre pensó que había estado solo, pero esa fue una gran mentira a la que fue obligado a vivir, no solo él, si no también su otou-sama.

-Arigatou.- murmuro –Ahora puedes descansar en paz ya que es mi turno para hacer algo que termine lo que nuestros ancestros comenzaron, no dejare que todos tus sacrificios sean en vano, ni tampoco los míos.

En verdad esperaba que el alma de su progenitor por fin encontrara la paz que en vida no había tenido, lo deseaba con todo su ser.

Era hora de regresar al trabajo ya que como nueva cabeza del clan Yagami tenia que estar al tanto de todos los negocios, del clan y no solo eso ya que había un pequeño deseo que tenía que cumplirle a su otou-sama.

+++


En un hermoso jardín cubierto de sakuras y camelias, un pequeño Yagami Raito jugueteaba con Sayu-chan, bajo la mirada protectora de su madre.

-Vamos mi pequeña, es hora de tu siesta.- dijo Sachiko al momento que tomaba en brazos a Sayu.

-Okaa-san puedo quedarme un poco mas aquí?- pregunto inocentemente el pequeño.

Sachiko parecía meditar, no muy segura de dejar a su niño en aquel lugar, pero la incesante mirada de aquellos ojos miel la convencieron.

-Esta bien, pero solo será hasta que logre que Sayu se duerma.

-Arigatou Okaa-san!

Apenas y Raito vio entrar a su madre en la mansión, corrió con todas sus fuerzas a donde se encontraba su onii-sama.


Itsudatte yukidomaride
Kesshite nigerarenai
Sora wo tobi e kanashimi nose tobasu no...

(Siempre es un callejón sin salida
Nunca seré capas de escapar,
Reparto mi pena sobre los pájaros del cielo que volaron lejos.)


Bajo la protección de un árbol de sakura se encontraba su onii-sama sentado con la mirada perdida y su cuerpo mostrando diversas heridas que apenas y soportaba.

Al verlo en aquel estado Raito no pudo controlar su odio al causante del estado de su querido onii-sama. En ese momento una death note había aparecido entre sus manos, que ya no correspondían a las de un niño, sino a las de un joven, así que de la nada saco un bolígrafo listo para apuntar el nombre de aquel despreciable hombre.

-Acaso no puedes hacer el trabajo con tus propias manos? Vaya cobarde resultaste ser Tsuki.- aquellas palabras provenían de su onii-sama, el cual solo se levanto de donde estaba y comenzó a alejarse de Raito.

-Chotto matte onii-sama, yo solo deseo que tu seas libre.- corría tras de él intentando alcanzarlo sin mucho éxito.

-No necesito la ayuda de nadie, con mis propias fuerzas romperé estas cadenas, por eso entreno, yo no necesito tu insulsa ayuda... - y sin mas desapareció de la vista de Raito.

-ONII-SAMA!!!

Raito se despertó alterado y con un par de lágrimas brotando de sus ojos. Nuevamente había soñado con él, después de 3 años que supuestamente lo había olvidado, regresaba a él.

-Daijoubu Raito?- pregunto Ryuk

-Hai.- contesto secamente cubriéndose el rostro con las sabanas, intentando recobrar el sueño y tratando de olvidar aquellas palabras que su onii-sama le había dicho.

+++


Era un hermoso día y Yagami Raito caminaba con Takada Kiyomi en el campus después de clases y entonces lo vio sentado en su forma tan peculiar en una banca, supuestamente leyendo un libro.

-Oh Yagami! Koniichiwa.- saludo Ryuuzaki.

-Takada, necesito hablar con él a...

Antes de que Raito lograse terminar la frase fue interrumpido por un pequeño grupo de compañeros.

-Oi Yagami, Takada! No les gustaría acompañarnos a un concierto esta tarde? Kurosaki tiene boletos ya que su primo se los dio por que tocara su banda.- dijo uno de los jóvenes.

Takada lo iba a pensar detenidamente, mas las insistentes suplicas de sus compañeras la convencieron, pero Raito estaba a punto de rechazarlos cuando...

-Ryuga, tu también estas invitado.- esta vez fue Kurosaki el que hablo, ya que se le hacia de mala educación el no invitar a Ryuga, mas aun sabiendo que este era amigo de Yagami... o por lo menos eso decían en el campus.

Raito tuvo que reprimir una carcajada. Sabia a la perfección que Ryuuzaki se negaría al igual que él, ya que la idea que el detective aceptara tal invitación era tan absurda que…

-Suena divertido. A que hora será?- pregunto al momento que mostraba una sonrisa inocente.

Raito no podía creer lo que el pelinegro decía.

-Empezara a las 9 Pm, pero será mejor que lleguemos antes.

-Bien solo necesito la dirección y...

-Ryuga, estas seguro de querer ir?- el castaño lo interrumpió abruptamente.

-Claro, además tu también iras.- y con estas palabras no solo confirmo su ida, sino también la de Raito.
+++

Ryuuzaki analizaba con detenimiento aquel sitio o por lo menos lo que podía ver entre el mar de gente que el lugar albergaba. Su pequeño grupo había tenido suerte de alcanzar una mesa con buena vista hacia lo que vendría siendo el escenario, en el cual ya se veían los instrumentos de la banda y una silla. Los jóvenes a su alrededor platicaban animadamente de temas que para él eran irrelevantes, así que no prestaba atención alguna, incluso la charla de Yagami-kun con Kurosaki y Takada era insustancial y el susodicho concierto apenas iba a comenzar, eran las 10:15 pm y el gran detective comenzaba a morirse de aburrimiento, tal vez no había sido buena idea el haber venido, aunque el ver el rostro de Yagami-kun cuando él había aceptado la invitación había sido divertido, ahora en verdad se estaba arrepintiendo.

Raito observaba de vez en cuando a Ryuuzaki notando su mortal fastidio, eso y más se merecía el muy maldito por haberlo obligado a venir.

Repentinamente las luces se apagaron dejando solo el pequeño escenario iluminado, donde se encontraba sentado en la silla un hombre de rojos cabellos como la sangre fresca, su atuendo negro era muy sencillo, haciendo que resaltara su piel blanca y su llamativo cabello, una cadena de plata rodeaba su cuello y una luna menguante colgando de ella, entre sus brazos tenia una guitarra acústica la cual había comenzado a tocar.

Kurai roji ura miageta yozora ni
Hoshi ga hitotsubu koborete iru
Tozashita kankaku o sora e hanatsu
Mukashi no hikari de terashite kure

Kono mama hitori kieru mo ii
Don't break my soul whoa whoa tonight
Kawaita kaze to surechigau

Aquella profunda voz inundada el bar. El joven detective había olvidado su tedio y toda su atención estaba centrada en el cantante pelirrojo, mientras que a Raito se le revolvió el estomago y balbuceando unas palabras sin sentido se retiro a los servicios, mas nadie lo noto.

Rojo... Ryuuzaki no entendía como ese color podía ser tan frio, nunca en su vida había visto una incongruencia tan grande, en ese instante las profundas pupilas negras se encontraron con una enigmática y fría mirada rojiza. El pelirrojo sostuvo su mirada hacia el detective hasta que este con un ligero rubor en las mejillas desvió la suya.

Sabita puraido korogaru rakugaki
Yaseta mikazuki yoru ni ukabu
Toraeta eien wa sono ba kagiri
Yoake ga tooku de kowarete yuku

Dokoka de hitori nageku mo ii
Don't break my soul whoa whoa tonight
Tsumetai kumo ga nagareteku

Kono mama hitori kieru mo ii
Don't break my soul whoa whoa tonight
Kaze ga otoshita aregorii

El pelirrojo cerró los ojos mientras con gran pasión seguía tocando la guitarra y cuando los últimos acordes brotaron de esta los aplausos no se hicieron esperar.

Raito al escuchar las ovaciones pareció recuperar un poco la calma.

-Que sucede Raito?- pregunto Ryuk muy divertido por la situación aunque también con algo de temor por lo que sus ojos de shinigami habían visto.

-Nandemonai, solo me sentí un poco mal, supongo que ya estoy cansado.- mintió descaradamente el castaño, claro nunca admitiría que tenia miedo, miedo de enfrentarse a su onii-sama, miedo de sus hirientes palabras y gélida mirada.

El joven castaño no salió de los servicios hasta que la banda comenzó a tocar y ya con su seguridad recobrada se encamino hacia sus compañeros, se despediría de ellos, si Takada lo seguía, el la acompañaría hasta su hogar… claro se estaba olvidando de Ryuuzaki, pero a él que le importaba el molesto detective, en esos momentos no estaba de humor para fingir que era su amigo, de hecho lo odiaba aun mas si eso era posible ya que por su culpa se había encontrado nuevamente a su onii-sama.

-Sumimasen chicos, pero tengo que irme.- dijo con un tono suave – Nos vamos? – el pregunto a Takada con una dulce sonrisa en los labios.

-Hai – respondió la chica perdida en aquella sonrisa.

-Oi Yagami, no esperaras a Ryuga? – pregunto Kurosaki ya que el pelinegro había aceptado el acompañarlos por que Raito también vendría.

Fue en ese instante en que Raito noto la ausencia del detective.

-Donde esta? – no sabia porque pero se temía lo peor.

-Ahí – señalo Kurosaki.

Y entonces lo vio sentado de manera mas normal que podía en un banquillo junto a la barra con un vaso en una de sus manos y al parecer teniendo una animada conversación con la ultima persona que el desearía ver en el universo. L estaba hablando con su Onii-sama.

-Vam… - antes de poder decir algo fue interrumpido.

-OI YAGAMI-KUN!!!

Raito mas que nunca deseaba el matar al pelinegro y con esos hirvientes deseos se acerco a la barra pero muy al contrario de lo que su ser con todas sus fuerzas pedía.

-Konbanwa Iori onii-sama.- saludo cortésmente ignorando al detective.

Ante esto Raito solo recibió una fría mirada al momento que el pelirrojo se levantaba de su asiento y pagaba la cuenta.

-Raito-kun… no sabia que Iori-san fuese tu onii-san.- decía al momento que comenzaba a mordisquear su pulgar.

-Somos primos.- dijo muy bajo Raito.

-Oi gaijin vienes o prefieres quedarte con tus amiguitos.- las palabras brotaron duras de Iori mientras comenzaba a caminar hacia la salida.

-Chotto matte Iori-san…- se levanto de su lugar – Gomen nasai Raito-kun demo ya me tengo que ir aun tengo trabajo pendiente y Iori-san se ofreció a llevarme. – Dijo usando un tono sumamente infantil – nos vemos mañana.- así que a toda velocidad siguió a Iori.

Raito se quedo parado varios minutos después de que Ryuuzaki se hubiese marchado junto a su onii-san, al parecer su cerebro se había fundido ya que aun no lograba procesar las palabras del detective.

Mientras tanto un lujoso convertible negro surcaba las calles de Tokio a gran velocidad.

Ryuuzaki miraba por la ventanilla sin mucho interés y lleno de tantas interrogantes.

-Por que Iori-san no saludo a Raito-kun?- pegunto inocentemente.

-Por que el gaijin no me dice su verdadero nombre y tal vez yo conteste sus preguntas.

El joven pelinegro se quedo sin palabras ante la contestación del pelirrojo, a lo que solo hizo un mohín que estaba a punto de convertirse en un arrebato, odiaba perder.

-Yo no tengo tiempo para perderlo con cobardes traicioneros…- murmuro Iori al momento que el auto se detenía – ya llegamos.

L deseaba seguir indagando, quería saber el porque de esas palabras, deseaba saber que había sucedido entre Iori y Raito, su mente ya acostumbrada a trabajar a velocidades impresionantes solo tardo un par de segundos para encontrar una solución a su dilema y su nombre era Yagami Souchiro

-Arigatou Iori-san.- dijo al momento que bajaba del vehículo.- espero que algún otro día nos volvamos a ver. Sayonara.- se despidió sin esperar contestación del pelirrojo entro al hotel, una vez adentro saco su celular y llamo a Watari para que pasara a recogerlo, ya que no daría a conocer su localización a una persona que acababa de conocer, aunque ni siquiera entendiera el por que había aceptado que el pelirrojo lo llevara hasta ese hotel.

Iori al ver entrar al pelinegro, una pequeña pero en nada inocente sonrisa apareció en sus labios

+++


Ryuuzaki se dejo caer pesadamente en la cama, esa noche había sido muy pesada para el, pasar del aburrimiento mortal a conocer a un sujeto de lo mas interesante y de ahí a un pequeño misterio.

-Rojo…- murmuro muy bajo recordando aquellos ojos y cabello de ese color.

Se levanto y fue directamente a su portátil, tenia trabajo y ahora también tenia que investigar todo lo referente a Yagami Iori ya que había algo en él que lo intrigaba de sobre manera.

+++


Kiyomi caminaba junto Raito pero este parecía estar en otro lugar, había estado así desde que salieron del bar.

El castaño aun no entendía como era que su onii-sama se hubiese fijado en Ryuuzaki, como era posible que entre todas las personas presentes en el bar fuese L el que llamase su atención, incluso si hubiese sido Takada, él lo habría entendido, pero porque precisamente L.

-Te encuentras bien Yagami?

La pregunta de la chica lo saco de sus pensamientos.

-Ah… gomen, demo este día ha sido muy pesado para mi y…

-Entiendo, mi casa solo esta a unas calles de aquí, será mejor que regreses a la tuya.

-Arigatou Takada.

Ahora mas que nunca agradecía el tener a Takada junto a el y no a Misa.

+++


Yagami Iori había llegado en plena madrugada a su apartamento, ni siquiera se tomo la molestia de encender las luces, así que solo se dirigió hacia su habitación, pero en ese instante sintió la inequívoca presencia de uno de sus ninjas.

-Que sucede Aoshi?- pregunto con voz autoritaria.

El shinobi salió de entre las sombras dejando ver su silueta, hizo una gran reverencia al pelirrojo y le entrego 3 sobres amarillos.

-Aquí esta el informe de Dai, el mío y los estudios de Himemiya-san.

-Buen trabajo, dile a Dai que siga con lo planeado y de ser necesario que facilite información.

-A la orden Yagami-sama.

Así que Iori ahora ignorando al shinobi entro a su habitación. Estaba cansado, ya mañana revisaría los informes con detenimiento, si es que su apretada agenda de trabajo se lo permitía.



CONTINUARA….

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