18 ene 2010

CAPITULO III

Hace ya un par de semanas que Zoro vivía con Shanks-san ya que al descubrir su nueva condición como vampiro y que el pelirrojo también lo era, lo mas lógico era que el mayor le mostrara el nuevo mundo del cual ahora era parte, así que esta era la mejor manera de asimilarlo y superarlo o por lo menos era eso lo que esperaba el peliverde. Mientras tanto la navidad se acercaba rápidamente y su mal humor crecía de la misma manera. Zoro miraba atreves del ventanal que ostentaba el lujoso departamento de Shanks-san, con sus ojos de un brillante ámbar observaba con total depresión a la ciudad ya blanca por la nieve, su rencor hacia la temporada y hacia las personas que de ella disfrutaban era tan irracional, que ni siquiera él entendía del todo la razón del por que su rechazo hacia la navidad, solo sucedió de un momento a otro. La última vez que había celebrado aquella época había sido en compañía de sus padres.

Que es lo que Zoro-chan desea para esta navidad?”

La dulce voz de su madre resonó en lo más profundo de sus recuerdos… Un hermanito, era lo que el había contestado…

Sacudió la cabeza en un intento por alejar aquellos deprimentes recuerdos y a su vez evoco aquellos años que había vivido en la mansión de la familia D, como Ace en fechas decembrinas literalmente vivía junto a él en el ático de la mansión perdiéndose de las fiestas e inclusive de los regalos.

“Jii-chan dice que si no bajo, santa no me traerá ningún regalo, pero yo solo quiero estar junto a Zoro-chan…”

Recordaba claramente aquellas dulces palabras dichas por Ace durante la primera navidad que paso en la casa de los D.

Ahora muchas interrogantes llenaron su mente. Como le explicaría su condición como vampiro a Ace? El moreno le creería? Lo aceptaría así?

Y justamente en ese momento una perversa idea apareció y ocupo toda su atención… ahora siendo un vampiro tenia la habilidad de tomar a Ace y transformarlo en su igual… aquella idea era en extremo tentadora y excitante, ya que había dejado de ser aquel joven de frágil salud y ahora tenia la fuerza y la habilidad para detener aquella boda, por que Ace era suyo.

Shanks miraba con gran preocupación a Zoro, no solamente por el hecho de que ahora los cazadores irían tras él… parecía que ese era el menor de los problemas ya que aquella tétrica sonrisa que mostraba el peliverde era miles de veces mas preocupante.


+++


Diciembre 18 y él aun no podía terminar con lo que había venido a hacer en esta ciudad y todo gracias a ese molesto cazador que no lo dejaba ni un segundo en paz, aun no entendía como es que se había enterado de su paradero aquel joven pecoso de oscura vestimenta. En ese momento esquivo con dificultad el ataque proveniente de joven cazador, que mostraba una velocidad y fuerza muy superiores a las de un humano normal, incluso superiores a los de un vampiro novicio y no solo eso ya que la expresión que tenia en el rostro era la de un completo psicópata, dando a entender que en el momento en que lo atrapara tendría una muerte muy lenta y dolorosa. En verdad aquel joven cazador era en extremo peligroso.

Ace atacaba con gran ferocidad a aquel viejo vampiro, había tenido que purificar el sitio en donde se encontraban para que el oscuro ser no pudiese usar del todo sus habilidades, un poco de su sangre mezclado con agua bendita y algunas hojas del santo libro, era suficiente para mantener controlado a cualquier vampiro importando poco su edad y poder.

La idea de acabar con ese vampiro que tenia frente a él, era lo único que ocupaba la mente del moreno, por que en aquellos momentos no era Portgas D Ace, sino que era un sádico cazador que solo deseaba mutilar lentamente a ese vampiro.

-SHINE!!!- grito con furia el cazador al momento que se lanzaba con una daga de plata pura y santificada en cada mano en un intento de cercenar alguna parte del vampiro. Lo que no tomo en cuenta que su guardia bajo lo suficiente como para que Mihawk aprovechara a asestarle un golpe que hubiese sido mortal y si no se hubiese movido unos escasos centímetros, lo mas probable es que le faltara la parte el costado izquierdo del torso, pero en cambio solo había recibido algunos cortes producto de las afiladas uñas del vampiro.

Mihawk al ver herido al cazador se debatió entre el eliminarlo o solo huir debido al pestilente olor proveniente de la venenosa sangre del cazador. Nunca en toda su existencia había experimentado algo tan repulsivo, si bien con otros cazadores con los que había lidiado era soportable el olor d su sangre, pero la de este chico era mas de los que su sentido del olfato podía soportar. Así que a fin de cuentas decidió el huir.

Ace al verse solo se maldijo por haber cometido tan estúpido error ya que había estado tan cerca de asestarle un buen golpe a ese vampiro, pero había desaprovechado la mejor oportunidad que había encontrado en todos esos días.

-DEMONIOS!!!- bramo totalmente furioso ya que nuevamente tendría que intentar cazarlo.


+++


Aquella noche de invierno Shanks y Zoro se disponían a cazar, el pelirrojo le enseñaría al joven pianista como elegir una buena victima y como tenia que acabar con ella, para Zoro seria la primera vez que mataría a alguien estando totalmente consiente de ello ya que gracias a Shanks-san sabia lo que había pasado en aquel almacén donde Johnny y Yosaku murieron… aun así la idea no le agradaba en lo mas mínimo, lo único que podía hacer era el lidiar la situación y seguir adelante.

En ese instante por extraño que fuese algo en la ciudad le recordaba a Ace y fue como un flash que una imagen del moreno llego a su mente, pero en ella Ace era un adolescente, el cual estaba desnudo, totalmente cubierto en sangre y en su mirada se veía el mas puro terror.

Zoro sacudió la cabeza para alejar aquella imagen de su cabeza ya que un inmenso sentimiento de culpa lo invadió.

-Te sientes bien?- pregunto el vampiro pelirrojo.

-Hai…- musito.

Mientras tanto el joven cazador caminaba entre las calles de la helada ciudad, ya había detenido la hemorragia causada por el ataque del vampiro, pero aun tenia que desinfectar la herida y vendarla, así que tenia que llegar lo mas pronto posible con ellas…

Shimatta!!! no recordaba que doliera tanto… no recordaba que… no… no debía recordar eso… tenia que mantener ese recuerdo sepultado en los confines de su mente…

-Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por el bien de Zoro…- se repetía una y otra vez como si de un mantra se tratase.- Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por…- sus palabras murieron en sus labios, al ver a unos metros frente a él a Zoro y a ese vampiro pelirrojo.

-Estas listo?- pregunto suavemente Shanks a lo que Zoro solo movió la cabeza en afirmación.

Ace se quedo inmóvil al ver a Zoro frente a él, si bien su instinto de cazador estaba controlado, este fácilmente podría salir a flote gracias al vampiro pelirrojo y eso solo pondría en peligro la integridad del peliverde… lo terminaría matando.

Un dulzón olor llego a la nariz de Zoro lo que hizo que se volteara rápidamente en busca de la fuente de ese aroma y cuando aquellas pupilas ámbar se encontraron con otras de un opaco negro fue un shock para el joven cazador, que poco importándole la herida de su costado izquierdo comenzó a correr en dirección contraria de donde se encontraba Zoro.

-ACE!!! CHOTTO MATTE!!!- grito Zoro al momento que iba tras el moreno, no entendiendo el por que huía de esa manera… o tal vez había malinterpretado la situación… -ACE!!! ACE!!! CHOTTO MATTE!!!

El moreno escuchaba su nombre, escuchaba las desesperadas suplicas, pero su mente le decía que tenia que huir o lo mataría en cualquier instante ya que esa mirada ámbar había destruido todo su mundo de mentiras, mostrando la cruda realidad, tan sumido estaba en sus pensamientos que sin darse cuenta llego a un callejón sin salida. Ahora se encontraba al fondo del callejón mientras que Zoro entraba a este lentamente, pero antes de que este pudiese pronunciar palabra alguna…

-Vaya cazador en verdad fuiste de gran ayuda, gracias por alejarlo de Shanks y en cuanto a ti, acabare con lo que empecé hace diez años y te hare pagar por la perdida de mi ojo.- siseo el vampiro.

Aquella voz se escucho tras el peliverde. Ace sabía a la perfección de quien se trataba, así que intento a acercarse al peliverde para alejarlo del peligro.

Todo pareció correr en cámara lenta para el peliverde. Ace corría hacia él, al momento que le decía que se alejara, pero Zoro tenia el vago recuerdo de esa voz así que volteo a ver al dueño de esta y fue en ese momento que el dolor lo invadió y todo se tiño de rojo.

Ace miro aterrado como a pesar de que sus dagas habían perforado el cuerpo del vampiro, no pudo evitar el ataque de este hacia Zoro, si bien su intervención había logrado evitar que la cabeza del peliverde ahora rodara por el suelo, pero en cambio se veía un profundo corte en el cuello del joven pianista del cual brotaba a raudales la sangre.

El moreno estaba en shock al ver como el cuerpo de la persona mas importante de su vida caía al piso como si de un muñeco se tratara. La conmoción era tal que ni siquiera noto la llegada del vampiro pelirrojo.

Lentamente Zoro volvió a ponerse de pie al momento que la herida de su cuello comenzaba a cerrarse y fue entonces que el terror invadió por completo a Ace.

-Yamete… onegai… yamete…- murmuraba el moreno ya que se encontraba perdido entre sus recuerdos… la sangre, la violencia, la muerte que tenia la forma de la persona que mas quería nuevamente estaba ahí.

Un aterrador grito resonó en el callejón y las calles aledañas.

Para Ace el momento de enfrentar sus peores temores había llegado, era matar o morir en el intento. Desgraciadamente su conciencia como Portgas D Ace era presa del más grande pánico, así que sus instintos de cazador salieron a flote y en ese momento una sádica sonrisa apareció en los labios del moreno.

El pelirrojo miro a aquel ser en el que Zoro se había convertido, la herida había dejado de sangrar pero aun estaba cerrándose, largos y afilados colmillos se asomaban de manera agresiva, la mirada ámbar brillaba con tintes asesinos. El peliverde salió del callejón dispuesto a saciar su sed de sangre y a Shanks no le quedo mas alternativa que seguirlo.

Mihawk sabía lo peligroso que podía llegar a ser aquel maldito monstruo por esa razón tenia que acabar con él, pero con todas aquellas dagas incrustadas en su cuerpo su poder había disminuido en sobremanera por esa razón no le quedaba otra alternativa mas que la de huir, pero a pesar de que esas eran sus intenciones no pudo realizarlas ya que el cazador con una gran sonrisa cargada de la mas perversa locura, no estaba dispuesto a dejarlo ir.

-Supongo que este no es mi día.- murmuro para si mismo. –Pero no te será tan fácil el acabar conmigo cazador.- esta vez le siseo al moreno.

Mientras tanto en un lugar seguro una hermosa mujer morena observaba cada movimiento de lo que sucedía, preparada para actuar en cualquier momento, se llevaría sano y salvo a Zoro a cualquier precio, así tuviese que matar a ese vampiro pelirrojo ya que Ace estaba a punto de acabar con Mihawk, así que ya no tendría que preocuparse por ese vampiro, pero lo verdaderamente complicado seria el poder detener a Ace.

Aquella fría noche de invierno, la nieve se tiño de rojo gracias a la sangre de los pobres humanos que se cruzaron en el camino de aquel sediento ser, el cual bebía de forma bestial la sangre de inocentes desmembrándolos en su desesperado intento por saciarse.

Shanks no tenia alternativa, tenia que detener el avance del peliverde y en una situación así, no podía ser indulgente ya que no se trataba de su amado peliverde, sino de un hambriento vampiro, aunque obviamente intentaría solo detenerlo y si le era posible le daría un poco de su sangre, tal vez de esa manara Zoro regresaría a la normalidad.

-ZORO SI AUN TIENES SED BEBE DE MI!!!- gritaba con desespero el pelirrojo al momento que se interponía en el camino del peliverde, el cual solo comenzó a atacarlo de manera incesante.

Justo en mitad de tan encarnizada batalla el penetrante y pútrido olor de la sangre del cazador mezclada con un sutil dejo de la sangre de Mihawk, llego a la nariz de Shanks, provocándole unas terribles nauseas, pero justo en ese momento noto que los ataques del peliverde se habían detenido y entonces lo vio… el cazador se encontraba a unos metros de distancia, lucia severamente lastimado y totalmente cubierto de sangre.

Ace se mantenía de pie frente a esos vampiros, a pesar de su estado, aun conservaba cierto aire arrogante, armado con una daga en cada mano, simplemente estaba ahí como si fuese solo una escultura, con la mirada perdida y sin expresión alguna en el rostro.

Zoro se acerco al moreno siendo atraído por el delicioso olor a sangre, cuando estuvo lo suficientemente cerca comenzó a lamer el rostro del cazador, limpiándolo de la sangre que lo manchaba.

Shanks vio con asombro y extrañeza como el joven vampiro peliverde, que escasamente hace unos segundos lo había estado atacando de manera vehemente, ahora se comportara tan manso ante el cazador, pero en ese instante…

-Tu eres mío…- las palabras salieron en un gruñido por parte de Zoro al momento que comenzó a desgarrar la ropa de Ace y una vez libre el torso del moreno, el peliverde termino hundiendo sus colmillos en la garganta de este.

Esta acción hizo que una mueca que rayaba en la total locura, apareciera en el rostro del moreno que aun con las dagas en sus manos se dispuso a atacar al vampiro, pero sus armas jamás llegaron a tocar al peliverde ya que Shanks lo había detenido a escasos centímetros del cuello de Zoro.

El vampiro pelirrojo sabia lo por mas que detuviese al cazador, lo mas seguro era que Zoro moriría debido a la sangre del moreno. El sabia que tan venenosa podía ser la sangre de un cazador proveniente de la familia D ya que no importaba la fuerza o habilidad de un vampiro, si este llegaba a beber un poco de aquel prohibido liquido estaba mas que destinado a la muerte y ya era demasiado tarde, Zoro ya no había salvación para él, pero no dejaría que el moreno lo destazara.

-Yamete…- broto de Ace al verse a merced de Zoro, al momento que cuantiosas lágrimas comenzaron a surcar su rostro. –Yamete…- Ace sentía como aquellas garras lo tomaban con excesiva fuerza y como esos agudos colmillos se hundían en su piel, como su sangre era succionada rápidamente y lo peor de todo era como volver a revivir esa situación… era como…

Mientras tanto en la azotea de un edificio se encontraba Robin que no había dejado de seguir a Zoro y a Shanks, entre sus manos tenia un rifle de francotirador un M40, el arma apuntaba directamente a la cabeza del cazador, por si él llegaba a liberarse del agarre del pelirrojo he intentaba nuevamente atacar a Zoro.

-Ace no quiero lastimarte ya que aun le eres de mucha utilidad a Leo.- murmuraba muy molesta, solo esperando la reacción del moreno.

Aquella mirada ámbar desapareció y volvió a recobrar ese tono esmeralda, Zoro que hasta ese momento había estado controlado por los instintos básicos de un vampiro y su oscuro deseo por poseer a Ace, recobro la razón y al notar lo que estaba haciendo se separo del moreno y lo miro con una enorme preocupación, notando como Shanks-san mantenía sujetas ambas muñecas poco mas arriba de la cabeza de Ace ya que en sus manos se encontraban un par de dagas de plata.

En ese instante esos recuerdos que había tenido sellados en lo mas profundo de su ser salieron a flote… el daño que le había causado a la persona que mas amaba.

-Ace… yo… yo…- Zoro no sabía que decir o hacer y aquella opaca mirada no ayudaba en mucho.

-Por fin despiertas…- una pequeña sonrisa apareció en sus labios pero en realidad su rostro mostraba todo el pánico sentido y varias lagrimas ya surcaban sus mejillas al momento que sus manos soltaron sus armas. –Pensé que esta vez moriría… pero no puedo… aun no…- pronuncio muy bajo al momento que su vista se nublaba, sus labios se movieron pero ya de ellos no broto sonido alguno.

“Aun tengo que matarte…” fue lo único que se mantuvo en su mente antes de perder la conciencia.


+++


Se habían escapado aquella noche desobedeciendo totalmente la orden del abuelo de nunca salir de noche, pero es que el estreno de aquella película había valido la pena ya que en el colegio seria de lo único que se hablaría y ellos no podían terminar exiliados solo por no haber estado en el estreno.

Después de la película y camino de regreso fueron interceptados por un grupo de vándalos o por lo menos eso eran ante los ojos de Zoro y Luffy, pero Ace sabia que se trataban de vampiros.

El mayor de los tres chicos intento por todos los medios el liberar de aquella situación a su hermano y al peliverde, mas no tuvo éxito alguno así que fueron llevados a la fuerza a un oscuro callejón.

Los tenían rodeados y no tenían manera de cómo escapar, para Ace la seguridad de Zoro y Luffy era primordial, así que hizo frente a ese grupo de vampiros, haciendo uso de todo lo aprendido en sus entrenamientos, aunque desgraciadamente su abuelo aun no lo dejaba portar armas, siempre alegando lo joven que aun era.

A pesar de todas sus habilidades, esto no fue suficiente y aquellos oscuros seres solo estaban jugando con ellos. Entre él y Zoro intentaba el cuidar al más pequeño de los tres pero todo era en vano ya que Luffy prácticamente les fue arrebatado y de un solo golpe lanzado en contra de una de las paredes. Zoro y Ace se abalanzaron con furia en contra de sus atacantes en un intento de llegar a donde se encontraba Luffy, mas solo Ace logro llegar hasta su hermano.

Luffy yacía inconsciente en el piso de aquel sucio callejón mientras que él veía horrorizado como el brazo de uno de esos vampiros atravesaba el estomago de Zoro y la sangre de este corría libremente. Ace veía como el peliverde mantenía los ojos abiertos y en su rostro se denotaba la sorpresa mesclada con el dolor, aquel brazo salió con brusquedad del cuerpo del peliverde, haciendo que este cayera al piso como si de un muñeco de trapo se tratara, que sin mas con una patada quitaron de su camino el cuerpo inerte del pobre chico.

No sabia que hacer, deseaba ir junto a Zoro pero sabía que si se alejaba de Luffy, este moriría en manos de aquellos seres, así que no tenia mas alternativa que usar la única arma efectiva que tenia en contra de ese grupo de vampiros. Así que con lagrimas en los ojos y haciendo uso de sus uñas e incluso sus dientes, comenzó a hacer una herida en su muñeca izquierda, con la esperanza de que su sangre pudiese ayudarlo en aquellos momentos.

El agudo olfato de los vampiros comenzó a percibir el desagradable olor proveniente del futuro cazador, así que decidieron el dejar de jugar y acabar con los chicos de una vez por todas.

Justo antes de que los vampiros comenzaran con su ataque en contra de ambos hermanos. Ace vio con gran sorpresa como Zoro se ponía de pie y aquel orificio que ostentaba su estomago ya no sangraba y había comenzado a cerrarse, fue en ese momento que noto que la mirada esmeralda de su amigo había desaparecido, dando paso a una fría y aterradora mirada ámbar… No quería creerlo… Zoro no podía ser… Zoro no debía ser… pero por más que Ace se intentara engañar, aquellos colmillos que se mostraban amenazantes, no mentían.

Zoro era un vampiro…

Uno a uno de aquellos oscuros seres terminó siendo las presas del peliverde, el cual los terminaba por descuartizar al intentar beber del carmesí líquido y ante tal violencia la sangre de esos vampiros lo cubrió todo.

El moreno estaba totalmente paralizado ante el derrame de sangre que sus ojos observaban, pero el terror en su mas pura expresión se apodero de todo su ser cuando aquellos ojos ambarinos se posaron en él. Todos los vampiros que los habían atacado ahora solo eran polvo en el piso y Ace solo pensó que ese seria su final.

Zoro se acerco lentamente al moreno, el cual permanecía inmóvil, al estar lo suficientemente cerca comenzó a lamer el rostro de Ace ya que este se encontraba totalmente empapado con la sangre de los vampiros que habían sido eliminados por el peliverde. Lagrimas comenzaron a surcar su rostro al momento que sentía como sus ropas eran destrozadas con salvajismo y era empujado al piso teniendo sobre de él al peliverde.

El dolor, la sangre, el terror, la humillación, todo eso fue experimentado por el chico moreno mientras su cuerpo era profanado y lacerado cruelmente y lo peor de todo era que esto lo hacia la persona que mas amaba en el mundo.

-Yamete… yamete kudasai… onegai Zoro… yamete…- entre ahogados gemidos suplicaba a que aquel oscuro ser en el que se había convertido Zoro se detuviera.

Pero al parecer el peliverde no se detendría hasta quedar totalmente saciado.

-Tu… eres mío…- las palabras salían junto con los gruñidos que emitía.

La mente de Ace en ese momento creo una barrera la cual intentaba proteger lo poco que aun quedaba de su ser, de su alma… pero en ese momento sintió como aquellos agudos colmillos perforaban la delicada piel de su cuello. Ahora tenia la certeza de que él y Zoro morirían o por lo menos eso era lo que pensaba por que su sangre era en extremo venenosa para un vampiro y Zoro era…

La pérdida de sangre estuvo a punto de hacer mella en su cuerpo maltratado al grado de por poco y pierde el conocimiento pero justo en ese instante en que su visión se torno borrosa el cuerpo de Zoro cayó sobre él.

“Esta muerto” fue lo primero que llego a su mente antes de que una bomba estallara en su interior. El miedo se mezclo con el dolor de perder a una persona importante, la tristeza, la desesperación, la impotencia, el odio, el amor…

-Zoro…- murmuro mientras intentaba incorporarse un poco hasta quedar sentado y teniendo entre sus brazos el cuerpo de su amigo… de su primer amor… -No me dejes… - esta vez el miedo que sentía era el de perderlo. –Zoro… no te puedes morir… Zoro…

Monkey D Grap había estado buscando a sus nietos durante toda la noche, temiendo lo peor ya que la ciudad estaba siendo asediada por vampiros novicios.

Y fue en un callejón totalmente pintado del rojo de la sangre en donde encontró a sus nietos y a Zoro, pero sabia que algo terrible había pasado, lo sabia por la inconsciencia de Luffy, la desnudez de Ace y como este tenia entre sus brazos a Zoro.

-Jii-chan… Zoro esta vivo…- dijo Ace con una enorme y distorsionada sonrisa. –él esta vivo…

Los días pasaron lentamente en aquel hospital.

Luffy estaba en casa ya que él no había sufrido mas que algunas leves contusiones, mientras que él aun estaba en ese lugar por la perdida de sangre que había sufrido, algunas fracturas y… era mejor no pensar en eso, él no había permitido a nadie que lo tocara para revisar esa parte de él… nunca nadie debía de saber quien era el culpable de aquella atrocidad.

Su abuelo cada día que iba a visitarlo, siempre le preguntaba sobre lo que había sucedido y siempre recibía la misma respuesta.

-Yo los mate, a todos y cada uno de ellos yo los mate, escoria como esa no debería de existir.- alegaba orgulloso el chico ante la preocupada mirada de su abuelo.

De cierta manera una parte de Ace había muerto esa noche… esa noche su cordura desapareció pero a pesar de eso mantenía total silencio con lo sucedido con Zoro.

Cada tarde después de las visitas de su abuelo Ace pedía permiso a los médicos para que le permitieran ver a Zoro, el cual estaba en una situación crítica debido a su frágil condición y desde aquella noche había estado en un coma profundo y los médicos no auguraban nada bueno para el chico peliverde.

Ace solía pasar horas sentado en una silla viendo al inconsciente peliverde que se encontraba rodeado de diversos cables.

-Tu y yo debimos a ver muerto.- decía Ace muy bajo.- Ahora por eso tendré que entrenar mas y si algún día vuelves a ser un monstruo ten por seguro que solo uno de los dos terminara con vida… te lo prometo Zoro…


+++


Shanks estaba sumamente preocupado y algo asombrado por su amado pianista ya que este no había muerto al beber la sangre del cazador y simplemente había vuelto a ser un simple humano ante el desconcierto de ambos, así que había regresado a tomar sus medicamentos, se negaba a beber de su sangre.

-Zoro onegai, bebe un poco o te sentirás mal…

-No puedo Shanks-san… yo no puedo…

Nuevamente la mente del chico era un libro abierto para él, pero eso no facilitaba las cosas ya que la mente del peliverde era un completo caos.

-Doushite?- preguntaba en un intento por que Zoro le aclarara la situación. –Si es por el cazador, no te preocupes, él estará bien, solo necesita descansar un poco.

-Esta no es la primera vez que pasa…

-Nani?

-Con lo sucedido recordé que hace unos años atrás yo abuse de Ace…

-…

-… yo lo viole y estuve a punto de matar a Ace…- el sentimiento de culpabilidad no dejo que terminara.

Shanks solo abrazo al peliverde, antes de que este rompiera en llanto. Ahora entendía el por que de la decisión de Zoro y esta vez la aceptaría sin hacer reclamo alguno.

A pesar de que Shanks y Zoro se encontraban en la estancia del lujoso departamento del pelirrojo y él se encontrara en una de las habitaciones de este… a pesar de eso Ace estaba consiente y pendiente a todo lo que sucedía a su alrededor. Tenia que salir de ese lugar lo mas pronto posible, tenia que recuperarse en un lugar seguro y prepararse para una nueva batalla… tenia que alejarse de Zoro… no importaba como, solo tenia que largarse de aquel lugar.

Ace sabía que el momento había llegado, el tiempo de cumplir su promesa había llegado y estaba más que dispuesto el seguir hasta sus últimas consecuencias, por esa razón tenia que prepararse.


+++


Zoro entro al departamento con un par de bolsas. Había ido de compras ya que ahora tenia que preparar comida tanto para Ace como para él, solo esperaba que el moreno ya estuviera consiente para que pudiese comer algo. Dejo todo lo que había comprado en la lujosa y prácticamente nueva cocina y al terminar fue a ver a Ace.

Camino a la habitación que ocupada el moreno, antes de entrar volteo a ver el reloj de pared 1:45 p.m, faltaban mucho para que Shanks-san despertase, siendo tiempo suficiente para que el aroma a comida se disipara ya que sabia lo mucho que le desagradaba al pelirrojo el olor de cualquier platillo. Abrió lentamente la puerta de la habitación, intentando hacer el menor ruido posible, esperando ver al durmiente moreno, pero en cambio vio a Ace tirado en el piso intentando ponerse de pie. El moreno solo vestía su ropa interior y unas vendas envolvían parte de su torso, resguardando las heridas que tenia.

-Ace!- exclamo al momento que corrió a ayudar al moreno.- No debes de levantarte, si quieres algo solo debiste de haberme llamado.- sus manos intentaron tocar al joven cazador pero…

-NO ME TOQUES!!!- grito Ace al momento que con un golpe alejaba esas manos de él.

-Yo… yo… lo siento…- decía totalmente conmocionado el peliverde y las lagrimas parecían que en cualquier momento comenzarían a brotar.

Ace con un gran esfuerzo se puso de pie él solo y con paso lento se alejo de Zoro y salió de la habitación. Las oscuras pupilas buscaban con desespero un teléfono, sabia que aun estaba muy débil como para poder llegar con ellas, así que no tenia alternativa más que llamarlas para que vinieran en su auxilio. Cuando por fin encontró un teléfono, lo tomo y rápidamente tecleo un número.

Zoro solo miraba de lejos las acciones de Ace, sintiendo el estomago revuelto y un agudo dolor de pecho.

-Podrían venir por mi?- en la voz del moreno se escucho el cansancio. –Estoy en el hogar del pelirrojo… por favor no tarden…

Cuando termino de hacer la llamada, regreso con el mismo paso lento a la habitación, pasando a escasos centímetros del peliverde, pero ignorando totalmente su presencia, así que sin más comenzó a buscar su ropa o lo que quedaba de ella.

Solo pasaron 15 minutos cuando el timbre sonó. Zoro que en todo ese tiempo se había mantenido en silencio, solo observando como Ace se preparaba para irse y no fue hasta que el chirrido del timbre llego a sus oídos salió de su shock emocional y fue a abrir la puerta encontrándose a las 2 personas menos pensadas.

-Zoro!- exclamo Kuina al verlo. –No sabíamos que estuvieses en este lugar.

-Es cierto, que hace Zoro-kun en casa de Shanks-san?- esta vez pregunto Tashigi.

Antes de que el peliverde pudiese contestar Ace ya estaba detrás de él.

-Chicas…- murmuro. –podrían ayudarme? Apenas y puedo moverme.- dijo con un tono suave e incluso dulce.

Ambas gemelas al ver al joven cazador en estado tan deplorable, corrieron hacia él e inconscientemente con un empujón hicieron a un lado a Zoro.

-Ace!- hablaron al mismo tiempo al momento que abrazaron al moreno.- Que sucedió? Te duele mucho? Acabaste con él? El te hizo mucho daño? Por que no nos llamaste antes?.- el cazador era acribillado con las incesantes preguntas de las gemelas.

-Les contare después, ahora solo necesito descansar.- dijo al momento que sus brazos envolvían a ambas chicas en un tierno abrazo, ocasionando que ambas se sonrojaran.

Desde que Zoro conocía a las gemelas, ellas habían ganado su cariño y confianza ya que él las había considerado como unas hermanas, pero al verlas tan felices en los brazos del hombre que él amaba, no pudo evitar que unos enormes celos carcomieran su corazón y con ello deseando la peor de las desgracias para ambas mujeres.

-Entonces vamos, en casa te preparare una deliciosa comida.- decía Kuina mientras tomaba al moreno por un brazo.

-Y yo te preparare esas galletas que tanto te gustan con un poco de té.- esta vez fue Tashigi la que hablo tomando el otro brazo.

-Yo… yo voy con ustedes…- la voz del peliverde hizo que por fin su existencia se notara.

-Claro!- exclamaron ambas jóvenes con una gran sonrisa.- Así nos puedes ayudar.

Ace se mantuvo callado y con el rostro impasible ya que e alguna manera esperaba esa reacción por parte de Zoro.

La noche apenas comenzaba cuando Zoro llego al departamento de Shanks-san. El joven pianista se sentía devastado ya que toda esa tarde no había visto más que las dulces y esmeradas atenciones que ambas gemelas le brindaban a Ace y como este correspondían a todas y cada una de ellas con sutiles sonrisas… aunque claro, solo iban dirigidas hacia ellas.

Sufría, odiaba, amaba… eran tantas sensaciones que tenia revueltas dentro de si que ni siquiera había notado la presencia del vampiro pelirrojo a su lado.

Shanks fue literalmente despertado gracias al caos emocional del joven pianista, así que lo más rápido que pudo salió de su ataúd y fue a la estancia en donde el peliverde se encontraba en el sofá, se veía bastante alterado pero antes de que el pelirrojo pudiese preguntar lo que sucedía.

- Ace se fue…-dijo Zoro sintiéndose miserable, pero aguantando las lagrimas que deseaban salir.

-Sabes a donde?- pregunto ya que siempre que el peliverde se encontraba en ese estado, no podía leer su mente.

-Si, con unos conocidos de su familia.- no sabia si decir o no que había sido con Kuina y Tashigi.

-Eso significa que en esta ciudad hay vigilantes.- comento el pelirrojo. -Ahora se por que el cazador sabia que Mihawk estaba en la ciudad.

-Vigilantes?- Zoro no entendía.

-Los vigilantes son personas que a simple vista pasan como humanos cualquiera ante un vampiro, pero en realidad ellos tienen la habilidad de ocultar sus pensamientos he incluso su presencia ante nuestra especie, en pocas palabras y como su nombre lo indica, ellos nos vigilan y llaman a los cazadores, por otro lado me entere que los vigilantes cuidan de los cazadores ya que últimamente hay muy pocos en comparación de los siglos pasados.

Eso solo significa que incluso ellas sabían que Ace es un cazador… era increíble como todo el mundo lo sabia y él que había vivido durante tanto tiempo con los D, apenas se hubiese enterado de la verdad.

-Mañana iré a ver a Ace.- dijo Zoro al momento que se alejaba del pelirrojo.- Así que si me disculpas me iré a dormir ya que estoy muy cansado.

-Comprendo. Yo saldré pero no tardare en regresar.

-Esta bien.

Shanks solo vio como su amado pianista se dirigía a su habitación… el chico estaba devastado y eso lo sabía perfectamente, pero ahora tenía nuevos problemas de los cuales preocuparse ya que en la ciudad había vigilantes y con ellos presentes, la integridad de Zoro e incluso su propia integridad estaba en peligro.

Así que esa noche Shanks fue a ver a Ben para ver que sabía su amigo de los vigilantes.

Cuando llego al bar como siempre fue recibido por ambas gemelas, las cuales saludaron cortésmente.

-Esta Ben?

-Claro Beckman-san esta en su oficina.- contesto Tashigi con una gran sonrisa en el rostro.

-Gracias.

Ben se encontraba realizando la contabilidad de su bar, cuando la puerta de su oficina se abrió.

-Necesito hablar contigo.- exigió el pelirrojo.

-Podrías tocar a la puerta antes de entrar por lo menos.- comento Ben sin despegar la mirada de las facturas de su escritorio.

-Que sabes tu sobre los vigilantes?

-Lo mismo que tu. Lo que me recuerda, has visto a Mihawk?- pregunto sin mostrar demasiado interés pero aun así sabiendo la posible reacción de su amigo.

-Lo conoces?

-Por supuesto, sino no te estaría preguntando. Hace un par de días vino a verme.

-Que tipo de relación hay?

-Supongo que solo amigos.- por que eso eran no?

-El esta muerto, el cazador acabo con él.

Al escuchar esto Ben detuvo su labor.

-Shimatta! Tenia el presentimiento que algo así sucedería.- al parecer el tiempo de decir la verdad que tenia guardada dentro de él había llegado. –Shanks Tengo que decirte algo muy importante de Mihawk me confió y es sobre Zoro.

El pelirrojo no se esperada algo así… no esperaba que su gran amigo tuviese en su poder una información de tal importancia y que se la hubiese ocultado.

-Te escucho…


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Robin no sabia que hacer. Por un lado tenía que acercarse a Zoro, pero por el otro tenia que cuidar que Ace no se saliera de control nuevamente. La situación se estaba complicando en demasía y ella sola no podría con todo, así que no tenia mas remedio que hablar con Leo, para así decidir que hacer.


+++


Ese día Ace había dado ordenes precisas a las gemelas antes de que Zoro llegara, tenia que preparar para cuando su cuerpo se recuperara y por suerte el ser un cazador ayudaba en demasía ya que su nivel de recuperación era muy superior que el de un humano normal, lo que tomaría meses en sanar, su cuerpo lo haría en días y a lo mucho un par de semanas. Así que no podía estar desperdiciando su tiempo.

-volverás a enfrentarte a otro vampiro?- pregunto Tashigi bastante preocupada.

-Eso es obvio.- remedo Kuina. –Ace solo quiero que tengas cuidado, hemos perdido a personas importantes por culpa de los vampiros y no queremos perderte a ti también.

-No se preocupen, todo estará bien.

Ace se preguntaba el por que no habían sido ellas… por que no se había enamorado de alguna de las hermosas jóvenes o incluso de las dos… por que había terminado enamorado de Zoro… por que…


+++


Kuina y Tashigi habían salido a comprar algunas cosas para la despensa, dejando a Ace al cuidado de Zoro.

El peliverde había preparado arroz y curry para que Ace comiera, llevándoselo en un charola a la habitación que ocupaba, eso hace mas de una hora y la comida seguía intacta.

-Por que haces esto?- pregunto bastante dolido el joven pianista.

No hubo respuesta alguna del moreno ya que solo ignoraba la presencia de Zoro, pero este ya no lo soporto más. Así que guiado por su desesperación se acerco al moreno y lo tomo por el cuello de la camisa que en esos momentos ocupaba como pijama.

-RESPÓNDEME!!! Ya no soporto mas esta situación, por favor respóndeme…- en las ultimas palabras la voz se le corto y las lagrimas como siempre amenazaron con brotar.

-No me toques maldito vampiro.- siseo Ace al momento que de un solo golpe alejaba al peliverde de él.

-Gomen nasai… gomen nasai…- suplicaba el perdón del moreno.

En ese instante se escucho ruidos fuera de la habitación. Las gemelas habían llegado de hacer sus compras.

-Lárgate… no te quiero volver a ver.- Dijo el cazador poco antes de que la puerta se abriera, dejando entrar a Kuina.

-Como se siente mi guapo enfermo?- pregunto Kuina de manera picara.

-Bien, solo que con un poco de hambre.- contesto con una dulce sonrisa Ace.

-Y eso?- la joven señalo la charola y su contenido.

-Zoro lo hizo, pero él no sabía que no me gusta el curry.

-Claro, tu no comes curry ni aunque fuera el ultimo alimento sobre la tierra. Así que si tu no te lo vas a comer, lo hare yo y te preparare algo de carne asada con una ensalada.

-Gracias, tu siempre me consientes y me mal acostumbras.- bromeo un poco el cazador.

En ese momento Zoro estallo, los celos, la envidia, el dolor, la soledad que sentía en esos momentos, así que sin decir palabra salió de aquel lugar.

Ace no quería que lo tocara, además de que lo insultaba, lo llamaba vampiro, lo golpeaba y él no podía hacer nada para evitarlo ya que en primera su cuerpo como humano era demasiado frágil y la segunda era que el moreno tenía una poderosa razón para tratarlo de esa manera, pero por que hasta ahora? Por que no desde el momento en que se entero de la verdad? Por que?

Por mas que su mente se lo preguntara, no obtenía ninguna respuesta, aunque en realidad no era todo lo que le molestaba, lo que en verdad lo hacia salir de sus casillas era como Ace se comportaba con las gemelas y como ellas coqueteaban descaradamente con su amado cazador.

“EL ES MÍO” resonó en su mente, al instante que comenzaba a maquinar un plan para tomar lo que sentía que por derecho era suyo, pero que sabia que con el cuerpo de un humano no lograría mucho, así que la próxima vez que fuera con las gemelas, se llevaría a Ace a la fuerza… con la fuerza que solo un vampiro posee.


+++


Shanks que apenas salía de su ataúd y aun seguía sin poder creer (por lo menos no completamente) lo que Ben le había contado hace un par de noches atrás, pero aunque no le gustara, tenía que aceptar que era la verdad ya que su amigo no le mentiría en algo tan importante. Por otra parte tenia la férrea idea de que Zoro era una victima de las circunstancias y que él no tenia la culpa de nada.

Al salir de su habitación fue cuando noto a Zoro en el piso de la estancia, sufriendo uno de sus ataques. El pelirrojo sabía que el que su amado pianista hubiese regresado a los medicamentos había sido mala idea.

Lo que el Shanks no había tenido en cuenta que esta vez el ataque había sido provocado por el mismo Zoro.


+++


En la mañana de noche buena, ambas jóvenes fueron a la habitación de su huésped ya que deseaban preguntarle que era lo que deseaba de cenar esa noche, pero al entrar a la habitación, encontraron la cama vacía y dos sobres en la mesita de noche. Uno tenia el nombre de ellas y el otro el de Zoro.

Ace se había marchado junto con las katanas que las había mandado a sacar del hogar de Shanks-san.


+++


Zoro leía una y otra vez la nota que Kuina le había dado.

“Ace se fue, pero dejo esto para ti.” Le había dicho una apesadumbrada Kuina esa mañana al ir, supuestamente a ver al moreno.


Te estaré esperando a las 5:00 pm en el edificio en construcción de la zona norte de la ciudad con la dirección xxxxx.

P.D.A


Era lo que la nota decía y él no tuvo que pensarlo dos veces iría a ese lugar, aunque todos sus sentidos le dijeran que era peligroso, eso no le importaba.

Zoro entro a la zona en construcción tal y como la nota lo decía, aunque algo tarde ya que se perdió ya que a pesar de vivir en esa ciudad, no la conocía por completo, pero por fin había llegado. Justo en la entrada se encontraban clavadas en el suelo cubierto de nieve dos de las tres katanas que Ace le había regalado por su cumpleaños, así que el joven peliverde tomo ambas espadas y se adentro mas en la inconclusa construcción y entonces Ace apareció frente a él.

El joven cazador tenia en una de sus manos la katana que faltaba, su rostro se mostraba sin expresión alguna.

-La hora ha llegado.- rompió el silencio Ace. – Es momento de acabar con la escoria…- una maligna sonrisa se formo en sus labios. – es momento de acabar con los vampiros.

Para Zoro estas palabras sonaron como su sentencia de muerte.


+++


Shanks recorría a toda velocidad la ciudad ya que al despertar no había rastro de Zoro y sabía que el cazador se estaba recuperando ya que ninguno pasa más de una semana en recuperación.

Temía por el bienestar de Zoro.

Las calles estaban atestadas de personas haciendo las compras de navidad como siempre hasta el ultimo momento así que no tenia mas alternativa que saltar entre los edificios buscando desesperadamente alguna señal de su amado pianista y no fue hasta llegar a un suburbio en donde se estaba construyendo un edificio que escucho un grito que inconfundiblemente provenía de Zoro.

Así que intento entrar a la construcción sin éxito alguno ya que al parecer el cazador había puesto una barrera alrededor de esa zona.

La mirada carmesí vio como Zoro corría intentando esquivar los ataques del cazador, en cada una de sus manos llevaba una katana, con las cuales estaba dando batalla.

-Te matare.- siseo Ace antes de abalanzarse en contra de Zoro que usando la velocidad que su condición de vampiro le otorgaba esquivo por escasos centímetros la afilada hoja.

-DÉJALO EN PAZ!!! MALDITO CAZADOR!!!- grito Shanks deseando el poder traspasar aquella maldita barrera para así poder acabar con ese estúpido cazador.

Ace solo ignoro al pelirrojo solo concentrándose en el combate atacando con su más grande ferocidad al peliverde ya que su mente bloqueada con el temor y los recuerdos de aquella violación habían dejado que su odio, rencor y deseos de venganza por fin salieran a flote y esta vez en contra del causante de todo.

-SHIIIINNNEEEEE!!!- bramo el moreno al momento que corría hacia su objetivo, en una mano la katana y en la otra con 4 dagas listas para entrar sin reparo alguno en el cuerpo de aquel vampiro.

Zoro logro detener con éxito el ataque de la espada, pero no así el de las dagas las cuales se incrustaron en su pierna y brazo Izquierdos ocasionando que cayera en la nieve soltando en el proceso una de las katanas. El dolor era grande, haciendo que un sonoro grito brotara de él.

-Sufre maldito vampiro, romperé cada hueso de tu detestable cuerpo antes de cercenar miembro por miembro y si eso no es suficiente, el fuego hará el resto.- siseo, bastante entusiasmado con la tortura que sufriría ese oscuro ser entre sus manos.

-No me rendiré…- murmuro Zoro mientras que arrancaba de su cuerpo cada una de las dagas y las lanzaba lejos, tomo su katana y viendo directamente a los ojos llenos de locura del moreno grito…- TE DERROTARE CAZADOR Y ENTONCES TENDRÁS QUE ACEPTAR QUE ERES MÍO!!!- no quería perder a Ace y si eso significaba el tener que incluso dejarlo paralitico lo haría, por que no dejaría que ese idiota se casara… no quería que el maldito tuviese una familia… no permitiría que tuviese una vida normal y se olvidara de él… jamás lo permitiría.

-YO NO SOY DE NADIE!!! NO PERTENEZCO A NADIE!!! Y MENOS AUN A UNA ESCORIA DE VAMPIRO!!!.- exclamo furioso el moreno por que odiaba que ese maldito engendro pronunciara esas palabras, las cuales en lo mas profundo de su corazón destrozado, sabia que eran verdad. Sus ojos comenzaron a derramar incesantes lágrimas y no era el único ya que las lágrimas también surcaban el rostro del peliverde

Shanks que observaba aquella pelea tras la barrera que el cazador había creado y no podía creer lo que sus ojos veían… el odio, el amor, la obsesión todo en su mas enfermiza forma, ambos estaban dispuestos incluso de morir en esa batalla con tal de demostrar todo que con simples palabras podría resolverse… Ambos se amaban tanto… que tal vez terminarían destrozándose el uno al otro.

Ataques, uno tras otro… todos y cada uno de ellos intentando dejar al oponente fuera de combate, pero sin éxito alguno ya que aquellos intensos sentimientos hacían que esos cuerpos heridos siguiesen peleando por lo que creían era lo correcto hasta que…

Un sonoro grito lleno el ambiente proveniente del cazador que se encontraba en el suelo nevado, su espada yacía lejos de él mientras que 2 katanas mantenían fijas sus piernas el piso.

-Acéptalo, has perdido…- murmuro Zoro, esperando que por fin Ace aceptara la situación.

-…- el cazador se mantuvo en silencio, como meditando aquellas palabras, mientras que su mano derecha se adentraba entre sus ropas de manera sutil. –Lo acepto… he perdido…- dijo de la manera mas tranquila posible.

Una gran sonrisa apareció en los labios de Zoro al ver que Ace se rendía, pero justo en ese instante sus ojos vieron como el moreno sacaba una pequeña arma y la posicionaba directamente en su sien.

-Pero prefiero morir antes de pertenecer a un maldito vampiro.- dijo con la misma tranquilidad y listo para jalar el gatillo.

Zoro rápidamente le quito el arma de la mano y en el proceso termino rompiendo los huesos de la mano del moreno. Estaba enojado, consigo mismo, con Ace, con el mundo entero ya que no entendía por que el moreno se empeñaba en intentar el separarse de él, así que quito ambas katanas de las piernas de Ace, para así tomarlo del cuello y levantarlo.

-Ahora tu eres mío y no permitiré que mueras, primero tendrás que pasar sobre mi cadáver.- su tono de voz era frio al igual que su mirada.

-Yo ya estoy muerto…- murmuro el moreno antes de perder la conciencia y ahogarse en ese oscuro mar que en su alma se había creado, donde los restos de aquel chico que había sido yacían en miles de pedazos y de los cuales el deseo de venganza se alimentaba.


CONTINUARA….

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