A un paso del caos

CAPITULO I

En la oscuridad de su habitación Zoro despertó bastante sobresaltado, ya que nuevamente había tenido esa pesadilla… nuevamente sintió todo ese dolor en todo su cuerpo, nuevamente volvió a vivir aquella incertidumbre… aquella batalla no dejaba a su mente el descansar en paz.

Al unirse a Luffy, sabia de antemano que este viaje no seria nada fácil, que los peligros y los oponentes que les esperaban no serian en nada fáciles de combatir, pero era la primera vez que se sentía de esa manera, de cierta manera se sentía tan débil, tan inútil…

El peliverde suspiro pesadamente mientras intentaba dejar de lado su preocupación y así poder conciliar el sueño nuevamente.

+++

Después de la lluvia, el mapache marino, el arcoíris circular y los rápidos en forma de serpiente, por fin el cielo estaba despejado, el mar en calma y la visión de una isla no muy lejos de ellos, así que decidieron desembarcar para tomar un descanso. Al parecer la isla estaba desierta ya que no se veía construcción alguna.

El primero en salir disparado del Thousand Sunny fue Luffy, llevándose consigo a su primer compañero, que a pesar de las protestas de este literalmente fue arrastrado por su capitán.

Mientras Robin y Nami esperaban a que el pequeño renito terminara de alistarse para ir en búsqueda de algunas plantas medicinales. Ambas mostraron una sutil sonrisa ante la escena entre su capitán y Zoro ya que a kilómetros se veía cuanto Luffy apreciaba a su primer compañero. Por lo menos esto mantendría la mente del peliverde ocupada ya que desde el enfrentamiento en contra Bartholomew Kuma, se le veía bastante pensativo y hasta preocupado, al grado que de inclusive Luffy se había dado cuenta.

-Listo.- dijo el doctor, sacando de sus pensamientos a las chicas.

Nami, Robin y Chopper fueron escoltados por Sanji, en aquel bosque que se alzaba ante ellos y en donde Luffy y Zoro se habían adentrado. Mientras tanto Usopp, Franky y Brook se quedarían en el Thousand.

+++

Luffy había dejado de correr al llegar a un pequeño lago en donde se quedo maravillado ante la transparencia de agua la cual permitía el ver incluso el fondo y con ello varios de los peces que vivían ahí, justo en ese instante vio como algo resplandecía en el fondo, pero por su tamaño y la distancia no podía ver que era.

Zoro yacía en el piso, junto con ramas de arboles, plantas de todo tipo e inclusive animales pequeños, se sentó de mala manera y comenzó a retirarse la maleza que tenia adherida al cuerpo.

-Zoro…- lo llamo Luffy. -Que es eso?- pregunto el moreno al momento que señalaba un punto frente a él.

Ya estando de pie, el espadachín se sacudió un poco de tierra que aun ostentaba sus pantalones antes de acercarse a su capitán y prestar atención a lo que estaba viendo. Primero se sorprendió por la belleza natural del lago, pero su mirada se centro en el punto brillante que Luffy señalaba.

-No lo se…- murmuro al momento que forzaba mas su vista para distinguir que era eso que brillaba.

-Quiero saber que es!- su tono de voz sonó de la manera mas infantil posible. –puedes ir por el?- mas que una pregunta casi había sonado como una orden.

-Demo…

-Onegai Zoro…- chillo mientras hacia un mohín.

-Esta bien… iré…- dijo Zoro ante la insistencia de su capitán por saber que era eso que brillaba en el fondo le lago, no le quedándole mas alternativa que meterse al agua e ir por aquella cosa.

Luffy miro como Zoro solo se quito las botas dejándolas a un lado y se un salto se zambullo en el lago.

Con gran rapidez el peliverde llego a donde estaba esa cosa brillante la cual ahora de cerca parecía una piedra redonda de color dorado del tamaño de una ciruela. Zoro estiro la mano y justo cuando sus dedos tocaron aquella cosa, esta simplemente desapareció entre ellos, pero dejando una inquietante sensación en el joven espadachín.

+++

En un principio todos habían pensado que esa isla ni siquiera había sido habitada, pero aquellas ruinas decían lo contrario y Robin en esos momentos se sentía como un niño en dulcería, ante las miradas de sus nakamas examinaba cada pedazo de piedra, los muros a medio derrumbarse, monolitos con inscripciones de un antiguo lenguaje.

-Jinkan…- murmuro para si misma, intentando recordar en donde había escuchado ese nombre que estaba escrito en esa roca y entonces lo recordó, había sido en un libro de mitos y leyendas de la gran línea. –Por todos los cielos…- volvió a murmurar habían llegado a una isla que la ciencia, los libros y la historia creían mitológica.

-Hola.- se escucho una infantil voz a lo lejos, llamando la atención de los ahí presentes.

Robin volteo a ver al lugar de donde provenía la voz, percatándose que era una niña de cabellos castaños que se encontraba en lo más alto de un monolito.

-Disculpen, no han visto una gema dorada?- pregunto la niña con una sonrisa.

+++

Tanto Luffy como Zoro iban de regreso al Thousand. El espadachín solo quería regresar y quitarse esa ropa húmeda, el zambullirse en aquel lago y que aquella cosa brillante hubiese desaparecido con solo tocarla, en verdad le habían crispado los nervios, tenia un mal presentimiento pero…

-Oi, Zoro!!!- exclamo Luffy haciendo que el espadachín le prestara atención.- Por que no quieres decirme que era eso que vimos en el lago?- pregunto por milésima vez.

-Ya te dije que no es que no te quiera decir, es solamente que no lo se...- Zoro en verdad detestaba cuando su capitán preguntaba algo y él no podía darle una respuesta adecuada, eso lo hacia sentir demasiado inútil, aunque al parecer poco le importaba eso a Luffy ya que lo aceptaba con todos sus defectos.

Por un momento Zoro se pregunto como habría sido la infancia de su capitán, le gustaría saber como es que se había forjado esa manera de ser.

Luffy seguía a su primer compañero entre aquel espeso bosque, poco importando que tal vez se perdieran, entonces fue en ese instante que Zoro dio la vuelta a un árbol y ante la incrédula mirada del chico de goma, el peliverde desapareció.

+++

Ahora que todos se encontraban cerca de la niña la cual aun seguía sentada en el monolito vestía una toga algo grande para ella de color beige. La primera en hablar fue la joven arqueóloga.

-Hola, mi nombre es Robin.- saludo de manera cortes Robin.

-Mucho gusto, el mío es Kana. Entonces, han visto alguna gema dorada?- volvió a preguntar, mientras que su mirada miel mostraba gran interés en la respuesta.

–Lo siento, pero nosotros acabamos de llegar a esta isla y no hemos visto ninguna gema.

Nami estaba muy atenta a la conversación ya que si había una gema lo mas seguro es que hubiese un tesoro.

-Oh…- dijo la niña bastante desanimada.- bueno si la llegan a ver no la vayan a tocar, ya que es para mi hijo.

Estas últimas palabras extrañaron mucho a todos.

-Pero aun eres muy pequeña para tener hijos.- comento Chopper.

Y fue justo en ese instante que un hombre castaño de alrededor de 40 años vestido de la misma manera que la niña corrió hacia donde ellos estaban, el sujeto se encontraba totalmente histérico.

-Baja de ahí, que puedes hacerte daño!- exclamo ignorando a todos los demás y con cuidado hizo que Kana bajara de aquel sitio.

-No deberías preocuparte tanto.- dijo algo molesta Kana.

-Pero madre, si algo te llegara a pasar que hare yo?- parecía que en cualquier momento se pondría a llorar.

-EH!!!- Exclamaron los piratas al ver al supuesto hijo de la niña.

-Nat, mantén la calma, además ahora lo mas importante es encontrar la gema antes de que…- sus palabras murieron en el instante en que vio que lo que mas temía sucedió.

Un aterrado grito provino de Nami al ver como el cuerpo de ella y sus compañeros comenzaban a desaparecer.

-Que demonios esta pasando!!!- grito Sanji al ver como las manos, brazos y piernas de su querida pelirroja se desvanecían en el aire al igual que los de Robin y Chopper, el cual solo lloraba en silencio presa del terror.

-Al parecer alguien mas encontró la gema y esa persona esta directamente ligada a ustedes… en verdad lo siento...

Esto fue lo último que escucharon Robin, Nami, Chopper y Sanji antes de desaparecer.

CONTINUARA….