Capitulo III
A la mañana siguiente
Alex abrió sus azules ojos muy lentamente, la luz que se colaba por la vieja ventana empañada lastimaba sus ojos aunado al intenso dolor de cabeza que sentía, producto de la resaca que padecía en aquellos momentos. Paso una de sus manos por su rubio cabello mientras que su mirada comenzó a vagar por todo el sitio, en un intento por que su cerebro se ubicara, por lo menos estaba vestido y eso ya era algo bueno.
Se removió un poco, haciendo que la cama rechinara suavemente conforme a su movimiento y fue cuando una de sus piernas toco lo que parecía el cuerpo de alguien más, que se percato que no estaba solo en aquella habitación y mucho menos en aquella cama. Lentamente volteo a ver a su acompañante y al toparse con ese rostro masculino, enmarcado por oscuro y revuelto cabello negro, su corazón por poco y se detiene por la sorpresa de ver a Keith dormir plácidamente a su lado.
Por un momento pensó que tal vez este era solo un sueño mas como los que regularmente solía tener, pero los recuerdos de la noche pasada regresaron a él, desde el momento en que se encontraron hasta que con el paso de los tragos… aproximadamente 3 o 4… él perdió la conciencia.
Olvidando por completo su malestar, se levanto de la cama, observo por un pequeño momento el cuerpo completamente relajado de Keith y su rostro tranquilo, una sonrisa y un tenue rubor se notaron en su rostro poco antes de caminar hacia la salida de la habitación.
La noche de ayer le había molestado ver a Keith con horrenda ropa vieja, ahora que observaba en el basurero en donde vivía hizo que su sangre hirviera de enojo e incluso con algo de confusión ya que no entendía cómo era posible que Keith rechazara el tener una mejor calidad de vida, prefiriendo vivir en la más vil ruina. Así que no se quedaría con los brazos cruzados, haría hasta lo imposible por mejorar la vida de Keith, así este se opusiera.
Aun con el dolor de cabeza comenzó a analizar ese viejo departamento haciendo notas mentales de lo que había que mejorar o reparar, aunque se asombro que el lugar contara con luz eléctrica y agua corriente, incluso había agua caliente.
Cuando llego a lo que supuestamente era la estancia se quedo maravillado al ver una exorbitante cantidad pinturas colgando en las paredes, cada una con una increíble belleza, nada de lo que había encontrado en Europa se comparaba en lo más mínimo, Observó con detenimiento cada uno de los cuadros hasta llegar a uno en donde se visualizaba una escena otoñal, con una mujer sentada en el césped teniendo de fondo un gran lago
Al reconocer a esa mujer del cuadro, el seño del rubio se frunció con disgusto y enojo, ya que no podía evitar odiar a Natasha Jennings, la madre de su amigo y que en ese cuadro mostraba un dulce semblante. Aquella mujer había sido un demonio con un angelical rostro y sinceramente esperaba que se estuviera retorciendo en el infierno ya que solo la muerte y después la nada, eran muy poco castigo por todo el mal que había hecho.
Alex jamás olvidaría aquella golpiza que Natasha le había propinado a Keith y de la que fue testigo por accidente, había intentado el que sus padres hicieran algo, pero jamás tuvo pruebas suficientes como para que ellos le creyeran, incluso Keith lo llego a amenazar alegando que su madre no había hecho nada malo… Aun le dolía en el alma tan solo recordar ese momento.
Se alejo de ese cuadro al momento que noto un par de lágrimas surcando su rostro, así que las limpio de manera furiosa con sus manos e intento volver a enterrar ese recuerdo y proseguir con su idea de por lo menos remodelar ese basurero.
-Tal vez un color azul cerúleo quedaría bien con bordes blancos hacia el techo, el suelo y las columnas.- pensó en voz alta.
Mientras tanto en la habitación Keith fue despertado por un acceso de tos, acompañado con sangre, lo cual hizo que manchara la cama y parte de su ropa, para él lo único molesto de aquello era que arruinara su sueño.
El dolor en el pecho, la dificultad para respirar y el metálico sabor de la sangre en su boca ya comenzaban a ser habituales, así que ni siquiera le preocupaba en lo mas mínimo su estado de salud, solamente se quejaba de que la enfermedad fuese muy lenta para acabar con su vida.
-Keith? Estas despierto? –Se escucho la voz de Alex desde afuera.
Al recordar que el rubio se encontraba ahí, aun con la tos y sin pensarlo demasiado rápidamente se levanto, tomo la tela que cubría su cama y que ahora estaba toda manchada de sangre, al igual se quito la playera que traía puesta y corrió había la ventana en donde la abrió y lanzo todo afuera, aunque él se quedo un poco más de tiempo en la ventana ya con poca tos, para cuando esta termino escupió hacia afuera la sangre que le había quedado en la boca.
Lo que menos deseaba era que Alex se enterara de lo que le sucedía seguramente le haría un drama como cuando era niño y sinceramente no estaba como para soportar los desplantes de su amigo de la infancia que sin duda alguna terminaría por callarlo de un buen golpe.
El joven rubio entro a la habitación y a ver a su amigo que estaba junto a la ventana, mostrando por completo su torso bien desarrollado, no pudo evitar que su rostro mostrara no solo su sorpresa, sino también los grandes deseos que tenia por tocar, el poder sentir su piel contra la de Keith.
-Deja de mirarme de esa manera o te golpeare.- advirtió Keith prácticamente gruñendo, ya que conocía perfectamente esa expresión y no en las mejores circunstancias, por esa razón odiaba que lo vieran de esa manera.
-Yo… yo lo siento.
Alex bajo la mirada muy avergonzado como nunca se había sentido. Desde pequeño y al estar al lado de Keith comprendió que jamás le gustarían las chicas, por lo menos no de la manera como le gustaban a Keith, así que cuando comprendió que a él le gustaban los chicos y en especial su amigo, simplemente acepto lo que era, incluso sus padres habían aceptado su condición y hasta ese momento había tenido una vida libre de cualquier sentimiento negativo, pero ahora al ver la mirada recriminatoria de Keith sentía que debía reprimir sus reacciones, ya que no quería que su amigo se alejara de él.
-He visto que aquí tienes muchos cuadros…- Alexander intento cambiar de tema. – y me gustaría saber si… tal vez…
-Puedes llevarte lo que quieras.- dijo Keith un poco menos a la defensiva.
-En serio?- estaba bastante asombrado por la desinteresada actitud de Keith sobre sus obras. – Es que me gustaría hacer una exposición de tus cuadros. Mis padres tienen muchos amigos con galerías que estarían muy interesados en exponer tus obras.- explicaba rápidamente apenas recordando el respirar.
-Mientras yo no tenga que hacer nada, puedes hacer lo que quieras con los cuadros.
Si sus pinturas mantenían ocupado a Alex, Keith gustoso le las daría, solo que no quería verse involucrado a esas cosas de las presentaciones, fiestas con asquerosa gente rica o lo que se hiciera.
-Está bien, no te preocupes, yo me encargare de todo.- su carácter jovial había regresado, dejando atrás el amargo y vergonzoso momento que había pasado escasamente unos minutos atrás. –Tienes hambre? Quieres que vaya por algo de comer? Que es lo que quieres? – pregunto con una gran sonrisa.
-Lo que sea, mientras no sean verduras.- respondió Keith de mala manera, pero correspondiendo la sonrisa de su amigo con una propia.
Mientras tanto al otro lado de la ciudad se encontraba Demian frente a una pequeña iglesia, con paso lento y observando cada detalle de la elaborada estructura del edificio, entro. Jamás había entrado a un sitio así, jamás había creído que existiera un ser omnipresente y muy superior a lo que cualquier ser humano pudiese imaginar, pero como siempre que emprendía una labor fuera de sus estándares, era por causa de Keith, gracias a él había conocido a ese demonio de nombre Sei, así que si los demonios y los pactos con ellos existían, podría tal vez existir un ente divino que pudiese brindarle su ayuda y así poder liberar a Keith de aquel maldito pacto realizado por su propia madre.
El mercenario se encontraba tan sumido en sus pensamientos sentado en aquella incomoda banca de madera sin saber qué hacer, solo deseando poder conseguir un poco de ayuda en algo que se salía completamente de sus manos.
-Ellos solo traerán paz y aceptación a tu alma, ellos no pueden ayudarte mas allá de eso ya que no intervienen en las decisiones humanas, lo bueno o malo que suceda entre los humanos es solo por causa de sus propias decisiones ya que el destino como tal no existe.- una melodiosa y juvenil voz proveniente a su lado logro sacarlo de sus pensamientos.
Volteo rápidamente y fue en ese momento en que su mirada verde se tomo con unos ojos violáceos, pertenecientes a una chica de tal vez no más de 15 años, vestía un uniforme escolar azul oscuro y gris, tenia recogido su largo cabello negro en una coleta alta, ella le sonrió de manera traviesa.
-Yo puedo ayudarte con Sei, si tú me ayudas a mí.- dijo suavemente como no queriendo que nadie más que él escuchara sus palabras.
CONTINUARA………..
Se removió un poco, haciendo que la cama rechinara suavemente conforme a su movimiento y fue cuando una de sus piernas toco lo que parecía el cuerpo de alguien más, que se percato que no estaba solo en aquella habitación y mucho menos en aquella cama. Lentamente volteo a ver a su acompañante y al toparse con ese rostro masculino, enmarcado por oscuro y revuelto cabello negro, su corazón por poco y se detiene por la sorpresa de ver a Keith dormir plácidamente a su lado.
Por un momento pensó que tal vez este era solo un sueño mas como los que regularmente solía tener, pero los recuerdos de la noche pasada regresaron a él, desde el momento en que se encontraron hasta que con el paso de los tragos… aproximadamente 3 o 4… él perdió la conciencia.
Olvidando por completo su malestar, se levanto de la cama, observo por un pequeño momento el cuerpo completamente relajado de Keith y su rostro tranquilo, una sonrisa y un tenue rubor se notaron en su rostro poco antes de caminar hacia la salida de la habitación.
La noche de ayer le había molestado ver a Keith con horrenda ropa vieja, ahora que observaba en el basurero en donde vivía hizo que su sangre hirviera de enojo e incluso con algo de confusión ya que no entendía cómo era posible que Keith rechazara el tener una mejor calidad de vida, prefiriendo vivir en la más vil ruina. Así que no se quedaría con los brazos cruzados, haría hasta lo imposible por mejorar la vida de Keith, así este se opusiera.
Aun con el dolor de cabeza comenzó a analizar ese viejo departamento haciendo notas mentales de lo que había que mejorar o reparar, aunque se asombro que el lugar contara con luz eléctrica y agua corriente, incluso había agua caliente.
Cuando llego a lo que supuestamente era la estancia se quedo maravillado al ver una exorbitante cantidad pinturas colgando en las paredes, cada una con una increíble belleza, nada de lo que había encontrado en Europa se comparaba en lo más mínimo, Observó con detenimiento cada uno de los cuadros hasta llegar a uno en donde se visualizaba una escena otoñal, con una mujer sentada en el césped teniendo de fondo un gran lago
Al reconocer a esa mujer del cuadro, el seño del rubio se frunció con disgusto y enojo, ya que no podía evitar odiar a Natasha Jennings, la madre de su amigo y que en ese cuadro mostraba un dulce semblante. Aquella mujer había sido un demonio con un angelical rostro y sinceramente esperaba que se estuviera retorciendo en el infierno ya que solo la muerte y después la nada, eran muy poco castigo por todo el mal que había hecho.
Alex jamás olvidaría aquella golpiza que Natasha le había propinado a Keith y de la que fue testigo por accidente, había intentado el que sus padres hicieran algo, pero jamás tuvo pruebas suficientes como para que ellos le creyeran, incluso Keith lo llego a amenazar alegando que su madre no había hecho nada malo… Aun le dolía en el alma tan solo recordar ese momento.
Se alejo de ese cuadro al momento que noto un par de lágrimas surcando su rostro, así que las limpio de manera furiosa con sus manos e intento volver a enterrar ese recuerdo y proseguir con su idea de por lo menos remodelar ese basurero.
-Tal vez un color azul cerúleo quedaría bien con bordes blancos hacia el techo, el suelo y las columnas.- pensó en voz alta.
Mientras tanto en la habitación Keith fue despertado por un acceso de tos, acompañado con sangre, lo cual hizo que manchara la cama y parte de su ropa, para él lo único molesto de aquello era que arruinara su sueño.
El dolor en el pecho, la dificultad para respirar y el metálico sabor de la sangre en su boca ya comenzaban a ser habituales, así que ni siquiera le preocupaba en lo mas mínimo su estado de salud, solamente se quejaba de que la enfermedad fuese muy lenta para acabar con su vida.
-Keith? Estas despierto? –Se escucho la voz de Alex desde afuera.
Al recordar que el rubio se encontraba ahí, aun con la tos y sin pensarlo demasiado rápidamente se levanto, tomo la tela que cubría su cama y que ahora estaba toda manchada de sangre, al igual se quito la playera que traía puesta y corrió había la ventana en donde la abrió y lanzo todo afuera, aunque él se quedo un poco más de tiempo en la ventana ya con poca tos, para cuando esta termino escupió hacia afuera la sangre que le había quedado en la boca.
Lo que menos deseaba era que Alex se enterara de lo que le sucedía seguramente le haría un drama como cuando era niño y sinceramente no estaba como para soportar los desplantes de su amigo de la infancia que sin duda alguna terminaría por callarlo de un buen golpe.
El joven rubio entro a la habitación y a ver a su amigo que estaba junto a la ventana, mostrando por completo su torso bien desarrollado, no pudo evitar que su rostro mostrara no solo su sorpresa, sino también los grandes deseos que tenia por tocar, el poder sentir su piel contra la de Keith.
-Deja de mirarme de esa manera o te golpeare.- advirtió Keith prácticamente gruñendo, ya que conocía perfectamente esa expresión y no en las mejores circunstancias, por esa razón odiaba que lo vieran de esa manera.
-Yo… yo lo siento.
Alex bajo la mirada muy avergonzado como nunca se había sentido. Desde pequeño y al estar al lado de Keith comprendió que jamás le gustarían las chicas, por lo menos no de la manera como le gustaban a Keith, así que cuando comprendió que a él le gustaban los chicos y en especial su amigo, simplemente acepto lo que era, incluso sus padres habían aceptado su condición y hasta ese momento había tenido una vida libre de cualquier sentimiento negativo, pero ahora al ver la mirada recriminatoria de Keith sentía que debía reprimir sus reacciones, ya que no quería que su amigo se alejara de él.
-He visto que aquí tienes muchos cuadros…- Alexander intento cambiar de tema. – y me gustaría saber si… tal vez…
-Puedes llevarte lo que quieras.- dijo Keith un poco menos a la defensiva.
-En serio?- estaba bastante asombrado por la desinteresada actitud de Keith sobre sus obras. – Es que me gustaría hacer una exposición de tus cuadros. Mis padres tienen muchos amigos con galerías que estarían muy interesados en exponer tus obras.- explicaba rápidamente apenas recordando el respirar.
-Mientras yo no tenga que hacer nada, puedes hacer lo que quieras con los cuadros.
Si sus pinturas mantenían ocupado a Alex, Keith gustoso le las daría, solo que no quería verse involucrado a esas cosas de las presentaciones, fiestas con asquerosa gente rica o lo que se hiciera.
-Está bien, no te preocupes, yo me encargare de todo.- su carácter jovial había regresado, dejando atrás el amargo y vergonzoso momento que había pasado escasamente unos minutos atrás. –Tienes hambre? Quieres que vaya por algo de comer? Que es lo que quieres? – pregunto con una gran sonrisa.
-Lo que sea, mientras no sean verduras.- respondió Keith de mala manera, pero correspondiendo la sonrisa de su amigo con una propia.
Mientras tanto al otro lado de la ciudad se encontraba Demian frente a una pequeña iglesia, con paso lento y observando cada detalle de la elaborada estructura del edificio, entro. Jamás había entrado a un sitio así, jamás había creído que existiera un ser omnipresente y muy superior a lo que cualquier ser humano pudiese imaginar, pero como siempre que emprendía una labor fuera de sus estándares, era por causa de Keith, gracias a él había conocido a ese demonio de nombre Sei, así que si los demonios y los pactos con ellos existían, podría tal vez existir un ente divino que pudiese brindarle su ayuda y así poder liberar a Keith de aquel maldito pacto realizado por su propia madre.
El mercenario se encontraba tan sumido en sus pensamientos sentado en aquella incomoda banca de madera sin saber qué hacer, solo deseando poder conseguir un poco de ayuda en algo que se salía completamente de sus manos.
-Ellos solo traerán paz y aceptación a tu alma, ellos no pueden ayudarte mas allá de eso ya que no intervienen en las decisiones humanas, lo bueno o malo que suceda entre los humanos es solo por causa de sus propias decisiones ya que el destino como tal no existe.- una melodiosa y juvenil voz proveniente a su lado logro sacarlo de sus pensamientos.
Volteo rápidamente y fue en ese momento en que su mirada verde se tomo con unos ojos violáceos, pertenecientes a una chica de tal vez no más de 15 años, vestía un uniforme escolar azul oscuro y gris, tenia recogido su largo cabello negro en una coleta alta, ella le sonrió de manera traviesa.
-Yo puedo ayudarte con Sei, si tú me ayudas a mí.- dijo suavemente como no queriendo que nadie más que él escuchara sus palabras.
CONTINUARA………..
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10 jun 2013
Bueno esta parte como se vera es solo para fanfics, en su mayoría son yaoi
Colaboraciones especiales:
YuiNeeChan: Efímera felicidad
Lady Lawliet: Nuestro pequeño secreto
Y si el Sacro Imperio Romano, nunca hubiera muerto y solo se hubiese ido a una larga batalla?
Autora: YuiNeeChan
Serie: Hetalia
Clasificación: K+ (AU)
Capítulos: 11 (aun no termino de subirla completa)
Podrá el amor entre Ludwig y Feliciano sobrevivir a una nueva guerra en la cual son enemigos?
Serie:Hetalia
Clasificación:M (AU)
Capitulos:
Raito ama a L y es un hecho que es correspondido, pero no todo es miel sobre hojuelas
Serie:Death note
Clasificación:T
Ace es un cazador de vampiros. pero llegara el momento en que tenga que decidir entre lo que le inculcaron de niño o lo que siente por esa persona especial.
Serie:One Piece
Clasificación:M (AU)
Advertencias: Leer junto a Invierno rojo versión S
Capitulos: 5 Terminado
Zoro es un pianista de un bar y tiene una extraña enfermedad, pero a su lado entre las sombras se encuentra un vampiro que lo unico que desea es estar a su lado.
Serie:One Piece
Clasificación:M (AU)
Advertencias: Leer junto a Invierno rojo versión A
Capitulos: 13 Terminado
un momento de paz y tanquilidad para Jomy y Tony antes de la batalla decisiva por llegar a la tierra.
Serie:Towar the terra
Clasificación:K
Zoro esta enamorado de su capitan, pero este mantiene una relacion con el cocinero,
aunque Luffy confieza que tambien le gusta su primer compañero.
Los verdaderos problemas empiezan cuando en una isla son atrapados y para que sus nakamas salgan sanos y salvo, el gobernante de la isla pide algo que Zoro no sabe si esta dispuesto a dar.
Serie:One piece
Clasificación:M
Capitulos: 14 Terminado
mundos paralelos, guerra, sangre y destrucción.
Puedes amar tanto a una persona que serias capas de viajar a otros mundos por ella.
Dicen que el amor lo puede hacer todo, pero podría ser tan grande como para destruir un universo?
Serie:One piece
Clasificación:T (AU en parte)
Advertencias:algo complicada XP
Capitulos: 19 Terminado
un dulce secreto entre Touma y Ryuichi.
Autora: Lady Lawliet
Serie:Gravitation
Clasificación:M
Todo el mundo sabe el mal sentido de orientación que ostenta Zoro,
pero que sucedería si este lo llevase a perderse 10 años en el pasado.
Serie:One Piece
Clasificación:T
Advertencias:Posibles errores con tiempo y espacio
Capitulos:
Yagami Iori es la nueva cabeza del clan y el momento en que haga pagar a todos ha llegado.
Nada ni nadie lo detendrá y eso incluye pasar encima del todo poderoso KIRA
Serie:Death note y KOF
Clasificación:M (AU)
Capitulos: 20 Terminado
Kira piensa que por fin ha ganado la batalla en contra de L, pero para su desgracia solo termina liberando a un pequeño devorador que esta dispuesto a comerse al dios del nuevo mundo y al equipo de investigaciones… su única salvación depende de Matsuda ya que huele a pastel de fresas.
Serie:Death note
Clasificación:K+
Advertencias:Falta de sentido alguno
Capitulos:
Kiryuu Zero recuerda parte de su infancia, cuando vivio en Wammy house y conocio a esa persona especial
Serie:Death note y Vampire knight
Clasificación:PG
Aquí están los fanfics que me has sido encargados
SECUELA new
VENDETTA
PARTE I
Las vacaciones habían llegado para
Ishiyama y regularmente Himekawa Tatsuya iba al extranjero o en el peor de los
casos a una exclusiva playa privada para pasar ese tiempo de descanso, pero
esta vez era distinto ya que desde hace poco más de un mes, mantenía una
relación, una secreta relación con Furuichi Takayuki y lo que menos deseaba en
esos momentos era el separarse de él.
Por esa razón aun se encontraba en
su departamento, sentado en la mesa con la que contaba la cocina, lucía un
atuendo bastante sencillo, una camisa de seda negra a medio abotonar, unos
jeans azul tenue y su cabello estaba completamente suelto, sin ostentar su
característico peinado, como siempre
Furuichi preparaba algo sencillo para comer, vestía con un playera sin
estampados de un azul marino y unos jeans gris y agregado a su atuendo un
delantal blanco.
-Que hará Hime-san en estas
vacaciones?- pregunto Furuichi mientras servía dos tazones de sopa miso.
-Nada, solo quedarme en casa.-
murmuro intentando no verse desesperado por estar a su lado.
-Mi familia quería ir a la playa,
pero no…- se mantuvo en silencio al ver que estaba hablando de dinero y lo que
menos deseaba era que Himekawa-san pensara que le estaba pidiendo dinero para
sus vacaciones familiares. –Pero después cambiamos de opinión, además mi padre
tiene trabajo pendiente.- agrego esperando ya no dar más explicaciones.
Una sutil sonrisa apareció en los
labios de mayor.
-Entonces podrás pasar las
vacaciones conmigo.- comento ya imaginándose pasar todas las vacaciones
viviendo como la pareja que eran.
-Lo intentare…- murmuro ya que
tenía que encontrar una buena mentira para que su familia no se extrañara por
su ausencia, ya que la excusa de que trabajaba para Himekawa había quedado
atrás, ya que su familia sabia que ahora ambos eran “buenos amigos” pero a
pesar de eso, no podía quedarse a vivir junto al mayor todas las vacaciones…
eso sería sumamente raro y levantaría muchas sospechas.
Como si leyera los pensamientos de
Takayuki, sabía que su deseo era algo complicado para un chico normal de una
familia común en la que los padres aun se preocupan por sus hijos.
-Si gustas puedo ir a tu casa a
hablar con tu familia y decir que necesito tu ayuda para un negocio que
emprenderé en estas vacaciones.- comento mientras pensaba en que podría
invertir solo para que la mentira no fuese tan evidente.
La mirada de Furuichi se poso en
el mayor, su rostro mostraba sorpresa y felicidad.
-En serio?
-Si, es mas puedo ir en este
momento a hablar con ellos.
-Creo que en estos momentos sería
algo precipitado, además aun no comemos.-
como siempre una sincera sonrisa apareció en sus labios la cual lograba
iluminar el día de Tatsuya.
-Muy bien, se que haciendo planes,
tu eres el mejor.- comento mostrándose contento, ya que Takayuki era casi un
genio en lo que estrategia se trataba.
Durante la comida planearon con
sumo cuidado lo que harían, Furuichi contaba con que su padre se alegraba de su
“amistad” con Himekawa y pensaba que sería una gran ventaja para cuando fuese
mayor, así que por parte de su padre, la tenían ganada, pero su madre era una
historia aparte ya que ella no le agradaba en lo mas mínimo Himekawa, incluso
se alteraba bastante con solo escuchar su nombre, así que con ella estaría el
problema.
Así que decidieron que Himekawa pasara el
próximo fin de semana en casa de Takayuki y así sería una buena oportunidad de que
la madre de Takayuki conociera un poco más a Tatsuya y por fin dejara de lado
su mala idea de él.
+++
Honoka Furuichi estaba algo confundida al ver como su hermano mayor
corría de un lado hacia otro acomodando cualquier mínimo desperfecto que
encontraba en su camino, ante la inminente llegada de su nuevo amigo y a pesar
del nerviosismo que presentaba Takayuki, Honoka podía ver la felicidad que
irradiaba su hermano y ella estaba feliz por eso, ya que antes cuando su
anterior amigo… Oga… venia a visitarlo, Takayuki se veía molesto y muchas veces
llego a escuchar los gritos de su hermano hacia su amigo y al parecer a este
jamás le importaron, por esa razón se
alegraba que Takayuki hiciera mejores amistades.
Quien no estaba nada contenta con
la visita del amigo de Takayuki, era la madre de este, se le veía nerviosa,
estresada e incluso se podría decir que enojada, pero a pesar de ello, ni una
palabra salía de ella, era como si esperara el momento indicado a explotar.
El reloj marco la 1:30 y el timbre
se escucho por toda la casa haciendo que la madre de la familia Furuichi
literalmente saltara debido al susto.
Takayuki corrió a abrir y sin
disimulo alguno Honoka lo siguió, ya que deseaba ser la primera en conocer al
nuevo amigo de su hermano, así que cuando la puerta se abrió, la menor se quedo
asombrada con aquel hombre en extremo apuesto.
-Bienvenido.- dijo suavemente
Takayuki mostrando una gran sonrisa
mezcla entre la emoción y los nervios.
-Espero haber sido puntual. –
comento entrando a la pequeña casa.
Por increíble que pareciera,
Himekawa había cuidado hasta el mas mínimo detalle, su típico peinado había
quedado atrás, al igual que las camisas de vistosos colores y flores, decidió
el usar un atuendo mas “normal” jeans negros, playera azul y blanco, zapatos
deportivos, todo aunque más sencillo de lo que solía usar, eso no impedía que
el costo de cada prenda fuera desorbitarte. A petición de su amante solo traía
una pequeña maleta con lo indispensable y que amablemente Furuichi había preparado,
ya que si fuera por él habría equipado 2 o 3 maletas grandes para solo ese par
de días.
-Bastante puntual diría yo.-
agrego Takayuki imaginando que tal vez Himekawa había llegado más temprano,
pero había estado esperando afuera, hasta que la hora acordada llegara.
Después de esto Takayuki presento
a su hermana pequeña Honoka la cual con un ligero rubor en las mejillas saludo
al mayor. Justo en ese momento apareció la madre de ambos que hasta ese momento
se había mantenido en la cocina, la mujer mayo no pudo evitar el quedar
impactada al ver a Himekawa, pero rápidamente desvió la mirada y saludo,
dejando ver que no le agradaba en lo más mínimo la presencia del chico rico en
su hogar. En cambio Himekawa al ver a la madre de su amigo quedo bastante
sorprendido al notar como Takayuki había heredado la genética materna.
Después de las rápidas
presentaciones, Takayuki y Himekawa fueron a la habitación del primero, cuando
llegaron, el mayor miro la pequeña habitación de Furuichi y de cierta
manera se pregunto como era posible que su pareja viviera en un lugar así.
-Lo siento si es algo pequeño… se que tú no estás
acostumbrado a…
-No importa el sitio… -interrumpió a su amante - mientras tú estés conmigo, cualquier lugar es
bueno.- sus palabras eran sinceras, porque incluso en su lujoso departamento,
no se sentía bien si estaba solo, solo lo hacía cuando Takayuki estaba junto a
él.
Un notable sonrojo se podía ver en las mejillas de Furuichi,
pero igualmente se podía ver una sonrisa llena de la más grande felicidad.
Después de mostrarle su habitación, Takayuki sugirió el
jugar un poco con la consola de videojuegos o tal vez ver una película, pero
Himekawa tenía otras ideas y término por tomar de un brazo a Takayuki para así
atraerlo a sus brazos.
-Se me ocurren muchas mejores cosas que podemos hacer…-
murmuro al oído del chico.
Un agradable escalofrió recorrió el cuerpo de Takayuki, mas
que tentado a caer presa de los deseos de su amante, al notar esto el mayor,
capturo esos labios en un intenso beso
mientras una de sus manos se aventuraba bajo la playera de Furuichi.
-Hermano, traigo un poco de limonada para ti y tu amigo!!! –
se escucho a fuera de la habitación, se trataba de Honoka que tenía una charola
con una jarra y un par de vasos para ambos jóvenes.
Takayuki se separo rápidamente de Himekawa y fue a abrir la
puerta, para que su hermana entrara.
-Gracias Honoka…- dijo muy bajo, sus mejillas estaban
sonrojadas y parecía que su cuerpo
temblaba debido al nerviosismo, excitación y adrenalina de ser casi
descubiertos.
-Que hacen?
-íbamos a ver una película…
-Puedo acompañarlos. – interrumpió lo que su hermano decía,
era la primera vez que pedía algo así, pero es que con el anterior amigo de su
hermano… Oga… jamás había osado interrumpir ni una vez, ya que de cierta manera
ese sujeto tenía un aura muy oscura.
Takayuki estaba pensando en que responder, no quería
lastimar a Honoka, pero tampoco deseaba molestar a Hime-san.
-Por mí no hay problema.- respondió el mayor haciendo que la
mirada de la niña se iluminara y así liberando a Furuichi de la decisión.
Aquella tarde para Honoka, fue muy divertida, hacía tiempo
que no se divertía así con su hermano todo gracias a su Himekawa-san, en verdad
se alegraba que su hermano tuviese esa nueva amistad.
A la hora de la cena Himekawa tuvo el gusto de conocer al
padre de Takayuki, un hombre de familia bastante honesto y trabajador, hablaron
sobre el proyecto que tenían para esas vacaciones, harían una pequeña incursión
en lo que sería la industria de los videojuegos, aunque lo que tenían planeado
seria primero un juego sencillo para la PC, era un pequeño proyecto con el cual
pasar las vacaciones, ante lo cual Takayuki pasaría varios días fuera de casa,
pero viviendo en el departamento de Himekawa.
-Me alego por ustedes chicos, espero tengas suerte en su
proyecto.- en verdad se alegraba de que
su hijo hiciera cosas útiles y que le beneficiarían en un futuro.
-Por cierto ayer me encontré a Makino-san, me pregunto
porque no has ido a visitar a Tatsumi, al parecer el chico a estado un poco
mal.- comento la madre, llamando la
atención de todos.
Tanto Honoka como su esposo tomaron su comentario muy mal,
pero no querían arruinar la cena recriminándole a ella ese comentario, por eso
decidieron callar.
-Es cierto… creo que sería bueno que fuera a visitarlo…- no
era que ya no fuese amigo de Oga, simplemente este se había comenzado a alejar
de él.
-Porque no vamos mañana? Tal vez podríamos hacer algo los
tres…- sugirió Himekawa, con una sutil sonrisa y con un suave tono de voz,
aunque de tras de sus palabras se ocultaba el hecho que no dejaría que Takayuki
volviera a estar cerca de Oga, por lo menos no sin si presencia.
-En serio? – Takayuki se sorprendió ante lo que su pareja
había dicho, ya que lo que esperaba era que Hime-san, le prohibiera el volver a
ver a Oga, pero al parecer se había equivocado. –Está bien, iremos a visitar a
Oga mañana.
La madre de Takayuki estaba furiosa, pero sabia disimularlo
a la perfección, así que tendría que hablar con su marido el porqué no deseaba
que su hijo se juntara con el joven Himekawa, aunque tendría que omitir algunas
cosas para no debelar más de lo que debía, ya que estaba completamente
dispuesta a proteger a su familia de las garras de la familia Himekawa ya que
no volvería a dejar que arruinaran lo que tanto trabajo le había costado
conseguir, así tuviese que ir en contra de su propio hijo.
CONTINUARA.......
30 may 2013
Capitulo I
Solo un pendiente
Nuevamente aquella noche Furuichi Takayuki no podía dormir, ya había pasado una semana de lo sucedido con los pañuelos y aun su ser no lograba tranquilizarse, a pesar de mostrarse normal frente a todos, de aparentar que estaba arrepentido y que era el mismo de siempre, su interior se revolvía haciéndolo sentir mal.
Solo un pendiente
Nuevamente aquella noche Furuichi Takayuki no podía dormir, ya había pasado una semana de lo sucedido con los pañuelos y aun su ser no lograba tranquilizarse, a pesar de mostrarse normal frente a todos, de aparentar que estaba arrepentido y que era el mismo de siempre, su interior se revolvía haciéndolo sentir mal.
Porque había tenido
que disculparse él? Cuando los demás lo
habían tratado como basura, porque tenía que seguirse humillando ante ellos?
Porque seguía soportando toda esa locura?
Oga…
La imagen de su mejor
amigo llego a su mente.
Por un momento pensó
que por él seguiría soportando el maltrato, que seguiría a su lado como lo
había hecho desde que eran niños, pero ya no podía. Cuando iban en quinto
grado, quería estar con Oga porque le disgustaba el verlo tan solo, en verdad
le molestaba que los chicos del grupo marginaran a Oga, pero ahora todo era
distinto, ya que el único marginado era él ya que al no tener fuerza y al
poseer aun sentido común, su persona quedaba relegada hacia el último plano, visto
como una sanguijuela que vivía a expensas de la fuerza de su amigo, aunado a
eso aun continuaban las chicas de las red tails con la firme creencia que era
un lolicon…
-Si tan solo fuera
fuerte…- un pequeño murmullo broto de sus labios.
Sabiendo que el sueño
no regresaría, decidió levantarse, cuidadosamente procurando de no despertar a
Alaindelon que seguía durmiendo en su habitación y que gracias a él ahora su
familia también lo veía como un degenerado.
Se cambio de ropa y
sin hacer demasiado ruido salió de su habitación, verifico que nadie estuviese
despierto y así de manera sigilosa salió de su hogar. El aire frió fue lo
primero que golpeo su cuerpo, pero que gracias a su chaqueta, solo su rostro
sentía la verdadera temperatura del ambiente.
Una caminata a esas
horas de la madrugada era lo único que calmaba sus ansias, su desesperación e
incluso su depresión, había estado saliendo cada madrugada a dar una vuelta a
la manzana todos esos días y no le preocupaba en lo más mínimo el sufrir tal
vez un asalto, ningún asaltante era más terrorífico que un demonio y él había
tenido mucho de eso.
-Por lo visto aun sigues insatisfecho, chico.
Escucho justo tras él,
no había necesidad de voltear cuando ya sabía de quien se trataba. Todo su
cuerpo fue recorrido por un escalofrió y sinceramente ahora prefería el haberse
encontrado con un ladrón a que con él.
-Jabberwock-san…-
lentamente se volteo a ver al dueño de aquella voz, mientras su cuerpo temblaba
por el terror que sentía, ya que el demonio podía estar molesto por haberlo
invocado de esa manera.- Yo… yo…- le costaba demasiado el poder hablar.
-Pregunte que a quien
había que matar, te pregunte que si mataba a todos, pero me negaste la
oportunidad de hacerlo y mira cómo has terminado.- a pesar de que sonaba demasiado
tranquilo, su reproche no paso desapercibido por el chico albino.
-Lo siento… yo no… -
estaba más que seguro que este sería su fin, justo en ese momento se dio
cuenta de que si el demonio había venido
a acabar con su vida y era obvio que él no lo podría evitar, no caería como un cobarde, así fuera débil y
un inútil para las peleas, no dejaría que el demonio le arrebatase el ultimo
grano de valentía y dignidad que aun
tenia. Así que su mirada se endureció mientras que veía a los ojos del
demonio.- No soy un asesino, lo único que deseaba hacer era el poder demostrar
que yo también soy fuerte, sin necesidad de Oga. Sé que fue un error usar el
poder de ustedes para hacerlo, pero a pesar de eso no me arrepiento, así que si
vienes a acabar con mi vida hazlo de una buena vez y sino entonces lárgate.- había
terminado por explotar con la persona menos indicada y él lo sabía, pero ya no
importaba, en esos momentos ya nada le importaba, por lo menos había logrado
expulsar lo que sentía y ahora estaba preparado para sufrir las consecuencias.
-Tienes suerte chico, mis
órdenes no son las de acabar con tu vida. -Se acerco lentamente hacia el
albino, el cual en ningún momento retrocedió. -Solo me enviaron a entregarte esto. - El
demonio entrego al chico una pequeña y rustica caja.
-Que…- al abrir la
caja noto que dentro de ella había un
pequeño pendiente plateado. – Para qué es esto? – No entendía la razón del
obsequio.
-Con el podrás cometer
más errores, me gustaría ver hasta dónde llega tu suerte.- Fue el único comentario
que le dio antes de desaparecer
Furuichi quedo
completamente en shock, ya que jamás, ni en sus más locos sueños. Pensó que
algo así le sucedería, miro el pendiente que aun se encontraba en la caja,
cuando logro reponerse un poco regreso a su hogar.
Esa noche no pudo
dormir, tan solo pensaba en lo que le había sucedido, pensando tal vez que se
trataba de alguna broma de mal gusto, pero el que se tratara de Jabberwock-san
lo hacía regresar a la aterradora verdad.
A la mañana siguiente
como todos los días Oga pasaba por Furuichi para ir al colegio, cuando este salió
de su casa, tanto el moreno como bebe Beel notaron al instante aquel brillante
pendiente en la oreja izquierda de Furuichi.
-Y eso?- pregunto Oga
señalando el pendiente.
-Solo es un
pendiente.- respondió como si la pregunta de su amigo fuera la más estúpida del
mundo.
Oga estaba a punto de
volver a preguntar el porqué del objeto, pero Furuichi ya se encontraba a un
par de metros delante de él.
-Vamos date prisa, no
quiero llegar tarde! – de cierta manera se sentía ansioso de llegar al colegio
y de tal vez poder probar su regalo.
Oga corrió para dar alcance
a su amigo, pero había algo mal, era como un mal presentimiento.
CONTINUARA….
Lo unico que dire de este fic.... VENDETTA!!!
30 abr 2013
Capitulo II
Reencuentro
Bajo la sombra de aquel frondoso árbol había un lienzo en
blanco sobre el caballete, pinturas, pinceles y un sin número de instrumentos a
su alrededor listos para comenzar la creación de un hermoso cuadro de aquel
jardín. Lástima que el chico que supuestamente pintaría aquella obra de arte,
se encontraba renuente a hacerlo.
Aquel niño de grandes y brillantes ojos azules, cabellos
dorados y rostro angelical miraba con cierto recelo el lienzo frente a él, ya
que a pesar de sus 10 años, comprendía perfectamente bien que jamás lograría
pintar nada que a sus padres les gustara, había estado practicando desde que
tenía memoria, era el mejor de su clase, incluso comparándose con los chicos de
grados mas altos, pero al parecer esto no era suficiente para sus padres y eso
lo tenia de muy mal humor.
-Hey enano que haces?- pregunto una voz completamente
desconocida para el y que provenía desde arriba, así que el rubio volteo a ver
bastante molesto al dueño de aquella voz.
Justo en una gruesa rama de aquel árbol se encontraba un
chico un par de años mas grande que él, su mirada era de un frió azul, la cual
resaltaba no solo por la bronceada piel, sino también por el oscuro cabello que
ostentaba el chico, por sus ropas era más que obvio que se trataba de alguien
de clase baja.
-Para tu información yo soy Alexander Chase, hijo de Mark y Alexia
Chase, dueños de todo esto.- intentaba dejar en claro su posición.
-Y para tu información a mi no me importa quién seas.- dijo
usando un tono despectivo, dejando en claro que no le asustaba en lo más mínimo
lo que dijera ese niño. Bajo de la rama con bastante agilidad, quedando delante
del pequeño niño rico, lo miro con completo desprecio.
Un escalofrió recorrió su pequeño cuerpo y su rostro
palideció al ver al chico mayor delante a él, temiendo que este lo golpeara.
-Una pequeña y presuntuosa sanguijuela como tú, no creo que
sea tan bueno pintando.- a pesar de que su tono no había cambiado y que su
actitud era increíblemente amenazadora, solo pasó a un lado del chico y se
acerco al lienzo en blanco.
Alexander miro aun con cierto temor como los dedos de chico mayor tocaron
suavemente la tela, como una sutil sonrisa se formo en los labios de este y
cuando por fin tomo el pincel y la paleta, comenzó con intensos y rápidos
trazos en el lienzo, Alexander se quedo completamente asombrado y aun con su
corta edad comprendía que la habilidad que ostentaba el mayor no solo se debía
a la práctica, sino a algo mas allá de su entendimiento.
Estaba tan absorto en esto que no noto la llegada de sus
padres junto a una mujer.
Ese día Alexander comprendió que esa habilidad y talento era
lo que su padres habían estado buscando en él y que por desgracia no poseía,
pero que ese extraño chico desbordaba talento al parecer sin ningún esfuerzo y
por curioso que fuera, no se sentía mal por este hecho, era más su asombro que
cualquier otro sentimiento, en ese momento jamás podría siquiera imaginar lo
que aquel chico influiría en su vida.
+++
Celos disfrazados de preocupación, era lo que sentía Demian
mientras seguía a cierta distancia a Keith, lo que menos deseaba era ser
descubierto por este ya que su actitud levantaría muchas sospechas y tendría
que admitir algo que él no deseaba decir o siquiera sentir, por esa razón tan
solo observaba como siempre lo había hecho, intentando no intervenir mucho en
las acciones del pintor, intentando no evitar el encuentro con aquella persona,
aunque fácilmente habría podido hacerlo ya que él era quien le había dicho a
Keith en donde encontrarlo, pero lo había hecho por su mala costumbre de dar
todo lo que el pintor deseaba, por eso no podía hacer nada más que observar y
estar en los momentos que Keith más lo necesitaba.
Mientras tanto de un lujoso edificio salía un joven rubio
con un pequeño pedazo de papel en la mano en el cual había una dirección y
nombre de un bar. El investigador privado de nombre Eliot Kenet y que él había contratado
era increíblemente eficiente, así que sentía que debía de darle un pequeño bono
extra por su excelente trabajo.
La noche era fría, pero no importaba ya que la cara chaqueta
de marca lo resguardaba del clima y la agitación de su corazón tenía su sangre
hirviendo ya que el tan esperado encuentro tal vez sería hoy. El joven estaba
tan distraído en sus pensamientos y emociones que no se percato del transeúnte
frente a él si lo hubiese hecho simplemente no habría chocado con él y debido a
la velocidad e imprudencia por parte del rubio, termino cayendo al piso, al
momento que un insulto broto de sus labios, lo suficientemente alto como para
que el otro lo escuchara, aunque la culpa la había tenido él desde un
principio.
-Si no fueras un enano enclenque ya te hubiese dado la
paliza de tu vida.- el rubio escucho
aquellas palabras de la persona con la que había chocado y estaba a punto de
replicar, pero sus ojos por fin observaron a quien estaba a punto de insultar
nuevamente y que aun se encontraba de pie, en un principio lo desconcertó la
pálida piel, pero el oscuro cabello y la helada mirada azul le dio los puntos
claves para recordar.
-Keith?- dijo aun con
una pequeña duda.
-Si
Ante la corta y directa respuesta, el rubio se levanto del
piso lo más rápido que pudo y corrió con los brazos abiertos hacia el otro,
dándole un fuerte abrazo el cual fue completamente correspondido.
Demian que observaba a lo lejos sintió como una puñalada en
el pecho y solo se llevo por inercia su mano derecha hacia el lugar en donde dolía.
Era la primera vez que sus ojos veían que Keith correspondiera una muestra de
afecto.
-Te extrañe tanto…- murmuraba el rubio deseando que el abrazo
nunca terminara y sino fuera ya un adulto, rompería en llanto como cuando era
niño.
Keith no era muy dado a dar muestras de afecto, pero el
rubio era lo último que quedaba de lo que podría llamar familia, si bien la
sangre no los unía, la convivencia, experiencias pasadas con él, terminaron por
unirlos.
-Y que te trae por estos lugares Alex? – si bien sabia la
respuesta, de cierta manera quería escucharlo por parte del otro, así que suavemente
se alejo de él, pero sin quitarle ni un momento la mirada.
-Acaso no es obvio? Te he estado buscando para intentar
convencerte de venir conmigo a Milán, ahí viven mis padres y esperan volver a
verte.- su tono de voz era suave y persuasiva, si bien Keith no se veía tan mal
como habría de esperarse… por lo menos no físicamente, sus vestimentas eran
viejas y para su gusto horribles, ya que había miles de prendas mejores que le
sentarían miles de veces mejor a su amigo.
-Entonces me has encontrado en vano, porque yo no pienso moverme
de esta ciudad.
-Si esa es tu respuesta, entonces tendré que quedarme más de lo planeado.- desde un
principio intuía la negativa de Keith, por esa razón no se sorprendió ni un
poco al escucharla.
-Aun sigues siendo demasiado terco.
-Tú que eres mayor que yo y no predicas con el ejemplo, así
que no esperes otra cosa de mí.
Una sonora carcajada broto de Keith ya que Alex no había
cambiado mucho desde la última vez que se vieron y eso lo hacía sentir inexplicablemente
bien.
-Qué tal si vamos por una copa, para celebrar.- sugirió,
aunque sería la primera vez que bebería solo por celebrar.
-Me invitaras un trago?-
si bien sabia gracias al investigador privado que a Keith le gustaba
beber, no sabía si sería bueno ir a un bar, ya que su tolerancia al alcohol era
prácticamente nula.
-No, de hecho lo decía para que tú pagues.- respondió con
una sonrisa burlona.- O tal vez prefieres ir a una fuente de sodas, porque aun
eres un niño pequeño…
Las últimas palabras hicieron enojar al rubio el cual no
oculto ni lo más mínimo su molestia.
-NO SOY UN NIÑO Y TE LO MOSTRARE!!!
La sonrisa de Keith se amplio, sumamente divertido ya que
como todo hermano mayor le encantaba hacer enojar a Alex.
Demian se debatía si debía seguir a esos dos o mejor regresar
a casa, se encontraba demasiado confundido y con demasiados sentimientos
encontrados.
-Aun continúas intentando ocultar lo que sientes? Por lo visto este tiempo solo te ha servido
para darte cuenta de su insulsa humanidad.
Al escuchar aquella voz justo de tras de él, Demian volteo rápidamente
buscando al dueño de esta.
-Sei…
Justo ahí se encontraba el demonio, observándolo como siempre,
como si fuera un pequeño y miserable adefesio.
-Me doy cuenta que has cuidado bien de Keith en mi ausencia,
pero dentro de poco tus servicios ya no serán necesarios.
Aquello dejo petrificado a Demian, ya que eso solo
significaba que Sei le quitaría a Keith.
CONTINUARA……
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26 feb 2013
Capitulo I
Nuevos comienzos
Alexander Chase era un joven con vastos
conocimientos sobre el arte preparándose para poder ocupar el lugar de sus
padres algún día dentro de la galería o por lo menos esa era su plan de vida
por el momento, justo ese día había recibido una llamada de su madre desde Milán,
la había escuchado algo alterada y lo que mas lo había desconcertado era que
prácticamente le había exigido el que dejara todo en Roma y se uniera a ellos
ya que en verdad lo necesitaban en esos momentos, por esa razón había llegado lo
más pronto posible a la galería de sus padres.
-Que es lo que sucede?- Pregunto a sus
progenitores con gran preocupación, a lo que estos solo le mostraron un cuadro
en el cual posaba una joven pelirroja completamente desnuda en una clara
imitación de la obra “La maja”.
–Ese cuadro es…- no podía estar equivocado, no
solo los trazos, sino también por la firma. –Hicieron los pertinentes exámenes
a la firma? - pregunto muy interesado en los resultados.
-Si, la firma fue realizada con sangre.- respondió
su padre al momento que entregaba un par de hojas con los correspondientes
estudios.
Alexander leyó cada uno de los puntos del
informe.
-Entonces qué opinas hijo? – pregunto la
madre esperando el dictamen de su hijo.
-En primera estancia parece que es original,
pero tendría que examinarla a detalle para estar completamente seguro. –
respondió, aunque dentro de él su intuición le decía que la obra era original “Keith
no ha dejado de pintar y por lo visto a mejorado bastante.” Pensó al momento
que una sutil sonrisa apareció en sus labios.
+++
En una pequeña casa en los suburbios de la
gran ciudad, dentro de la cual había una habitación hecha para que ningún ruido
entrara o saliera de ella, lo cual era perfecto para las actividades que se
realizaban, dentro de aquella oscura habitación se encontraban dos hombres
jugando sus sádicos y enfermos juegos, solo que el paso del tiempo había terminado
por invertir los papeles.
En la cama, con las manos atadas a la cabecera de esta, completamente desnudo y a merced de los mas sádicos y lascivos deseos de Keith, se encontraba Demian, aun con todo su conocimiento, el mercenario no entendía cómo era posible que se doblegara tan fácilmente ante los deseos de Keith, no era el hecho que él hubiese dejado de ser un adolescente, no era la fuerza o la habilidad conseguida a base de entrenamiento, no era nada de eso lo que lo mantenía atado a la cama sucumbiendo al más intenso placer que jamás haya experimentado.
En la cama, con las manos atadas a la cabecera de esta, completamente desnudo y a merced de los mas sádicos y lascivos deseos de Keith, se encontraba Demian, aun con todo su conocimiento, el mercenario no entendía cómo era posible que se doblegara tan fácilmente ante los deseos de Keith, no era el hecho que él hubiese dejado de ser un adolescente, no era la fuerza o la habilidad conseguida a base de entrenamiento, no era nada de eso lo que lo mantenía atado a la cama sucumbiendo al más intenso placer que jamás haya experimentado.
-Keith…- broto de sus labios poco antes de
que su mente quedara completamente en blanco presa de un intenso orgasmo al
momento que sentía la esencia del pintor llenarlo por completo.
El cuerpo de Keith quedo sobre él solo un
par de minutos mientras se recobraba de su propio clímax, cuando así lo hizo,
se levanto y sin el menor indicio de querer liberar de su incómoda posición a
Demian, Keith camino hacia el baño con el que contaba el dormitorio, ya que
necesitaba una ducha.
A Demian no le sorprendió ni un poco la
actitud de Keith ya que con tanto entrenamiento le fue extremadamente fácil el
liberarse de sus ataduras.
“Si tan solo mi cerebro funcionara mejor en
esos momentos” pensó reprendiéndose así mismo.
-Creo que me estoy haciendo viejo.- murmuro
ya estando sus manos libres y ahora sentándose en la cama sintiendo un ligero
dolor en su parte baja, mientras escuchaba el sonido del agua cayendo
acompañados de una tos proveniente de Keith.
Tomo gran parte de su fuerza de voluntad
para quedarse ahí en la cama y no ir a ver lo que le ocurría a Keith. Sabía que
este había estado tosiendo sangre, incluso lo había visto y por más que
intentara el no preocuparse, le era imposible, la razón más grande de esta
preocupación era que hacia más de dos años que Sei había desaparecido y por un
momento se pregunto si el contrato que había hecho la madre de Keith, había
llegado a su fin. Estuvo tentado en hacer una prueba, para ver si esto era
verdad, estuvo a punto de acabar con la vida del pintor… una vez más… pero la
incertidumbre hizo presa de él ya que si el contrato con aquel demonio había
terminado lo más seguro era que esta vez Keith en verdad moriría, por esa razón
su egoísmo humano le había impedido el hacerle algún daño al joven pintor, pero
esta vez se trataba de una enfermedad, probablemente mortal y ante esta
sospecha Keith se encontraba de muy buen humor, por lo cual él decidió no hacer
nada, si ya no tenía la voluntad de matar a Keith con sus propias manos, no le
impediría a la enfermedad hacerlo.
Aproximadamente unos quince minutos después,
Keith salió del baño, como siempre desnudo y usando la toalla solamente para
secar su cabello, aunque no lo hacía con mucho esmero, ante lo cual Demian solo
sonrió suavemente.
El mayor recorrió con esa intensa mirada
esmeralda el cuerpo del pintor, recordando el cómo lucia hace ya tres años
cuando aquella severa depresión lo ataco ante su ultimo fallido intento por
acabar con su vida, era increíble el pensar que aquel saco de huesos en el que
llego a convertirse Keith, renacería de entre aquella endeble forma y conseguiría
salir adelante.
Pero aunque todo pareciera un relato de superación
personal, nada de aquello hubiese sucedido si él en su desesperación por hacer
que Keith reaccionara y volviera ser el bastardo que había conocido, termino
por romperle en cuello con sus propias manos, aquella fue la última vez que vio
a Sei y descubrió lo que aquel demonio hacia con Keith, no solo le regresaba la
vida, solo borraba el rastro de las heridas, sino que también se llevaba tal
vez como un pago, algún recuerdo de Keith, esto último no lo noto en ese
instante, sino mucho después cuando el joven pintor no recordaba alguna de sus
vivencias durante ese año con el vampiro.
Después de descubrir esto, sinceramente no
le prestó más atención de la necesaria y ante la recuperación de Keith, decidió
consumir su tiempo en base a entrenamiento, así no tendría ni un momento de
siquiera pensar y así fue, gracias a eso ahora Keith lucia un cuerpo torneado,
dejando atrás aquel chiquillo escuálido al que conoció.
-Deja de mirarme así o te arranco los
ojos.- gruño el joven pintor hacia el mayor.
-Como siempre, me encanta tu dulzura después
del sexo.- en la voz de Demian podía escucharse la burla y la diversión que le
causaba el molestar al pintor.
Keith estaba a punto de hacer callar a ese
idiota y de paso borrarle su molesta sonrisa del rostro, pero vio como este
sacaba algo de la mesita de noche, al parecer una fotografía, la cual suavemente
lanzo a la cama. La foto mostraba a un joven rubio de ojos azules, luciendo una
chaqueta de color café.
-Lo conoces? Ese tipo ha estado preguntando
por ti.
-No te metas con el Demian.
-Y porque no?- la advertencia llamo mucho
su atención.
-Porque él es mi hermano.- respondió al
momento que tomaba la foto de la cama. –Donde esta?
Sentía curiosidad ante la respuesta de
Keith, pero de igual manera sentía celos y odiaba eso porque lo hacían sentirse
un ser humano promedio.
-Me deberás una más.
-Solo agrégala a la lista.
Tal vez esta sería una larga noche… por lo
menos eso es lo que Demian presentía.
CONTINUARA….
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