7 nov 2009

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Capitulo I

La vida de Roronoa Zoro se regia por principios inflexibles y el amor no estaba exento ya que para el espadachín solo habría una sola persona a la cual le pertenecería su corazón.

Cuando el era solo un niño su idea del amor fue fundada debido a la actitud que tenia su querida Kuina ante este sentimiento y que él seguía ciegamente hasta la fecha.

El día que conoció a Monkey D Luffy nunca se imagino que el chico de goma algún día seria mas importante que un simple nakama y aunque aun no aceptara del todo el hecho que se estaba enamorando de su capitán demostraba sus sentimientos a este en la única forma que podía hacerlo, protegiéndolo y estando a su lado en todo momento.

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Tan lejos como si de una estrella se tratara así es como Sanji veía al peliverde, si bien tenia a su lado a Luffy y se sentía tan bien a su lado, no había podido evitar el desear al espadachín y sabia que no era el único ya que se había percatado en la forma en que su amante de goma veía a Zoro y de alguna manera no le desagradaba la idea de poder formar un trió y claro soñar no costaba nada, aunque si le diesen a escoger ente el espadachín y su capitán, escogería a Luffy sin pensarlo mucho.

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A Monkey D Luffy le gustaba comer, sobretodo si era carne, le gustaban las aventuras, el seria el hombre que se convertiría en el rey de los piratas, le gustaba Sanji por que el le hacia de comer, aunque también le gustaban sus besos y caricias que el rubio le daba cuando estaban a solas y le gustaba Zoro y le gustaba mucho aunque no lo tratara como el cocinero, aun así le gustaba su primer compañero.

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Una día cualquiera en el Merry go. Nami platicaba animadamente con Robin la cual había dejado por un momento su lectura para brindarle ese tiempo a la pelirroja. Usopp y Chopper se encontraban pescando si mucho éxito Zoro realizaba su entrenamiento del día y Luffy y Sanji estaban en la cocina,

-Oi Sanji!- llamo efusivamente el chico de goma.

-Nani? Ni creas que te daré algo de comer.- decía el rubio mientras leía un libro de recetas.

-No es eso, es que quiero hablar contigo de algo muy importante.

El rubio dejo a un lado el recetario y concentro toda su atención en su capitán.

-Sobre que?

-Sobre Zoro...

Al escuchar el nombre del espadachín el corazón de Sanji dio un vuelco, tenía el presentimiento de que Luffy lo dejaría por el marimo.

Zoro dejo el enorme martillo que había estado agitando todo ese tiempo, hacia mucho calor y le había comenzado a dar sed, así que sin pensarlo dos veces fue directamente hacia la cocina. Aun con la mano en el picaporte escucho que Luffy decía su nombre y que el estúpido cocinero reprimió una exclamación de sorpresa, así que se asomo por la pequeña ventana que tenia la puerta.

-A ver Luffy estas seguro de lo que me estas diciendo?- se veía algo alterado.

-Hai, a mi me gusta Zoro.- lo decía como si nada.

El peliverde escucho con gran asombro la declaración de su capitán.

-Entonces lo nuestro... a terminado?- en su voz se escuchaba un dejo de tristeza.

-Me gusta Zoro, pero tú también me gustas mucho.- un leve rubor se veía en sus mejillas.

-Entiendo…vaya que si eres un baka... bien por mi no hay problema de que el marimo te guste, mientras no afecte lo nuestro.

-En serio?- no lo podía creer.

Sanji solo afirmo con la cabeza y Luffy se le lanzo a los brazos.

-Por eso me gustas.- dijo el chico de goma antes de pedir de una manera ridícula un beso del rubio.

Zoro había escuchado todo y también lo había visto. Dejo el picaporte y se alejo de aquella puerta sintiendo un gran dolor en el pecho, un dolor ya conocido por el hace años, aunque por razones distintas.

-Kuina...- salió suavemente de sus labios.-Se lo que tengo que hacer gracias a ti, ne?- Sin mas el espadachín reanudo su entrenamiento.

El día continuo de manera normal y tranquila, después de la cena Sanji limpiaba la mesa mientras pensaba lo buen actor que era y que tal vez había exagerado un poco, pero el no podía decirle “A mi también me gusta Zoro” primero muerto antes de que algo así saliera de sus labios, aun tenia una imagen la cual mantener y su deseo por el espadachín no haría que la perdiera.

Hoy le tocaba hacer guardia a Luffy y esperaba con ansias que todos se fuesen a dormir, ya que solo así Zoro le haría compañía hasta el amanecer aunque lo mas seguro era que los dos terminaran durmiendo toda la noche, pero no importaba, lo único que deseaba era pasar tiempo con el peliverde.

El chico de goma espero y espero, todos ya se habían ido a dormir desde hace casi una hora, así que siguió esperando a que su primer compañero llegara y espero, espero, espero y espero hasta que el sol salió y para su total sorpresa el espadachín nunca apareció.

-Ohaiyo capitán-san.- saludo Robin.

-Ohaiyo Robin.- en su voz de escucho un dejo de tristeza, el cual no paso desapercibido por la morena.

-Daujoubu desu ka?- pregunto algo preocupada la arqueóloga.

-Hai, es solo que estoy algo cansado.- respondió mostrando una de sus características sonrisas.

Así que para evitar los cuestionamientos de Robin se dirigió al dormitorio de ellos en donde vio que Zoro dormía tranquilamente en su hamaca y con el pequeño Chopper sobre él.

Luffy miro la escena mientras que sin poder evitarlo los celos se hicieron presentes, aunque el chico de goma los confundió con enojo ya que Zoro no lo había acompañado en su guardia.

Sanji que se encontraba a un lado de Luffy, aun en su hamaca observaba con detenimiento esperando alguna reacción de este.

-OI SANJI QUIERO COMER!!!- exijo ruidosamente pero en ningún momento despego la mirada del peliverde.

Los que aun se encontraban dormidos despertaron de golpe, Usopp incluso se cayó de su hamaca.

-Shimatta! Luffy no podrías ser menos escandaloso?- Pregunto de mala manera el espadachín aun medio dormido.

Chopper con cuidado bajo de Zoro intentando no molestarlo más de la cuenta ya que después de reclamarle al moreno volvió a quedarse dormido. El pequeño reno estaba muy agradecido con el espadachín ya que durante la noche había tenido una pesadilla y Zoro le había permitido el dormir con él.

Usopp se levanto del piso bastante adolorido.

-Luffy, es cierto podrías ser un poco mas delicado al momento de despertarnos? Por tu culpa casi muero por el susto y la caída.

-Wari na... demo ya tengo hambre.-contesto con una sonrisa.

Sanji se levanto y dándole una patada en la cabeza al capitán llamo su atención.

-Deja de molestar y vamos a la cocina.- siseo el rubio.

-Hai!- y sin mas obedeció a Sanji.

Cuando en el dormitorio solo quedo el espadachín, este abrió los ojos al momento que un pesado suspiro brotaba de sus labios. Tenia que ser fuerte, tenia que seguir con lo planeado, no podía darse el lujo de flaquear y tirar a la basura todos sus principios, seria muy difícil el seguir adelante pero no pensaba dar ni un paso atrás.

El desayuno se llevo acabo de manera tranquila aunque todos se preguntaban el porque el espadachín no los había acompañado y en cambio había comenzado su entrenamiento.

Para Zoro el entrenamiento distraería su mente, era la única manera en que podría sobrellevar la situación. Cuando Kuina murió sucedió lo mismo, él entreno tan duro que por un momento olvido su dolor emocional y solo sentía el dolor físico, así ahogo sus penas aquella vez y ahora haría lo mismo.

Los días pasaban rápidamente y pronto se convertían en semanas y para preocupación de todos, la rutina de Zoro de comer y dormir poco y entrenar en exceso había comenzado a hacer estragos en el cuerpo del espadachín y eso no era todo ya que por alguna razón se había comenzado a volver en extremo apático.

Aquella tarde Chopper se acerco al peliverde mientras este levantaba unas enormes pesas.

-Eto... Zoro...- murmuro muy bajito y casi de inmediatamente recibió la mirada esmeralda del peliverde sobre él a lo que el renito mostro un plato que contenía algo parecido al arroz con curry.- yo lo hice y pues... quería que...

Zoro entendió lo que el pequeño doctor deseaba, así que dejando las pesas a un lado se sentó junto al renito al momento que tomaba el plato y comenzaba a comer su contenido. No hubo queja alguna del mal sabor ya que el había comido cosas peores.

-Delicioso. Arigatou Chopper.- fue lo único que dijo al terminar de comer.

El renito se sentía sumamente feliz por el cumplido, aunque de antemano sabia del mal sabor de la comida debido al exceso de vitaminas y minerales que el había agregado.

Luffy veía con algo de envidia al doctor, ya que Zoro le había hecho un cumplido a pesar de que la comida sabia horrible que ni siquiera él se había atrevido a comer mas allá de una simple cucharada antes de salir disparado al baño, aun tenia el estomago revuelto pero para Zoro le había parecido delicioso.

Sanji solo observaba en silencio a su capitán, podía ver perfectamente la envidia, los celos y la preocupación en sus ojos. Acaso el estúpido marimo no se daba cuenta de lo que le pasaba a Luffy por su culpa? No, verdad… ese baka nunca se daba cuenta de nada.

Zoro comenzó a sentir sueño así que dejo de lado su entrenamiento y se dispuso a tomar una pequeña siesta.

Un sueño... fue un hermoso sueño el que tubo Zoro... soñó con Kuina… soñó…

 

CONTINUARA…

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