30 may 2013

Capitulo I

Solo un pendiente  

Nuevamente  aquella noche Furuichi Takayuki no podía dormir, ya había pasado una semana de lo sucedido con los pañuelos y aun su ser no lograba tranquilizarse, a pesar de mostrarse normal frente a todos, de aparentar que estaba arrepentido y que era el mismo de siempre, su interior se revolvía haciéndolo sentir mal.

Porque había tenido que disculparse él?  Cuando los demás lo habían tratado como basura, porque tenía que seguirse humillando ante ellos? Porque seguía soportando toda esa locura?
Oga…

La imagen de su mejor amigo llego a su mente.

Por un momento pensó que por él seguiría soportando el maltrato, que seguiría a su lado como lo había hecho desde que eran niños, pero ya no podía. Cuando iban en quinto grado, quería estar con Oga porque le disgustaba el verlo tan solo, en verdad le molestaba que los chicos del grupo marginaran a Oga, pero ahora todo era distinto, ya que el único marginado era él ya que al no tener fuerza y al poseer aun sentido común, su persona quedaba relegada hacia el último plano, visto como una sanguijuela que vivía a expensas de la fuerza de su amigo, aunado a eso aun continuaban las chicas de las red tails con la firme creencia que era un lolicon…

-Si tan solo fuera fuerte…- un pequeño murmullo broto de sus labios.

Sabiendo que el sueño no regresaría, decidió levantarse, cuidadosamente procurando de no despertar a Alaindelon que seguía durmiendo en su habitación y que gracias a él ahora su familia también lo veía como un degenerado.

Se cambio de ropa y sin hacer demasiado ruido salió de su habitación, verifico que nadie estuviese despierto y así de manera sigilosa salió de su hogar. El aire frió fue lo primero que golpeo su cuerpo, pero que gracias a su chaqueta, solo su rostro sentía la verdadera temperatura del ambiente.

Una caminata a esas horas de la madrugada era lo único que calmaba sus ansias, su desesperación e incluso su depresión, había estado saliendo cada madrugada a dar una vuelta a la manzana todos esos días y no le preocupaba en lo más mínimo el sufrir tal vez un asalto, ningún asaltante era más terrorífico que un demonio y él había tenido mucho de eso.

-Por lo visto  aun sigues insatisfecho, chico.

Escucho justo tras él, no había necesidad de voltear cuando ya sabía de quien se trataba. Todo su cuerpo fue recorrido por un escalofrió y sinceramente ahora prefería el haberse encontrado con un ladrón a que con él.

-Jabberwock-san…- lentamente se volteo a ver al dueño de aquella voz, mientras su cuerpo temblaba por el terror que sentía, ya que el demonio podía estar molesto por haberlo invocado de esa manera.- Yo… yo…- le costaba demasiado el poder hablar.

-Pregunte que a quien había que matar, te pregunte que si mataba a todos, pero me negaste la oportunidad de hacerlo y mira cómo has terminado.- a pesar de que sonaba demasiado tranquilo, su reproche no paso desapercibido por el chico albino.

-Lo siento… yo no… - estaba más que seguro que este sería su fin, justo en ese momento se dio cuenta  de que si el demonio había venido a acabar con su vida y era obvio que él no lo podría evitar,  no caería como un cobarde, así fuera débil y un inútil para las peleas, no dejaría que el demonio le arrebatase el ultimo grano de valentía y  dignidad que aun tenia. Así que su mirada se endureció mientras que veía a los ojos del demonio.- No soy un asesino, lo único que deseaba hacer era el poder demostrar que yo también soy fuerte, sin necesidad de Oga. Sé que fue un error usar el poder de ustedes para hacerlo, pero a pesar de eso no me arrepiento, así que si vienes a acabar con mi vida hazlo de una buena vez y sino entonces lárgate.- había terminado por explotar con la persona menos indicada y él lo sabía, pero ya no importaba, en esos momentos ya nada le importaba, por lo menos había logrado expulsar lo que sentía y ahora estaba preparado para sufrir las consecuencias.

-Tienes suerte chico, mis órdenes no son las de acabar con tu vida. -Se acerco lentamente hacia el albino, el cual en ningún momento retrocedió.  -Solo me enviaron a entregarte esto. - El demonio entrego al chico una pequeña y rustica caja.

-Que…- al abrir la caja noto que dentro de ella había un  pequeño pendiente plateado. – Para qué es esto? – No entendía la razón del obsequio.

-Con el podrás cometer más errores, me gustaría ver hasta dónde llega tu suerte.- Fue el único comentario que le dio antes de desaparecer

Furuichi quedo completamente en shock, ya que jamás, ni en sus más locos sueños. Pensó que algo así le sucedería, miro el pendiente que aun se encontraba en la caja, cuando logro reponerse un poco regreso a su hogar.

Esa noche no pudo dormir, tan solo pensaba en lo que le había sucedido, pensando tal vez que se trataba de alguna broma de mal gusto, pero el que se tratara de Jabberwock-san lo hacía regresar a la aterradora verdad.

A la mañana siguiente como todos los días Oga pasaba por Furuichi para ir al colegio, cuando este salió de su casa, tanto el moreno como bebe Beel notaron al instante aquel brillante pendiente en la oreja izquierda de Furuichi.

-Y eso?- pregunto Oga señalando el pendiente.

-Solo es un pendiente.- respondió como si la pregunta de su amigo fuera la más estúpida del mundo.

Oga estaba a punto de volver a preguntar el porqué del objeto, pero Furuichi ya se encontraba a un par de metros delante de él.

-Vamos date prisa, no quiero llegar tarde! – de cierta manera se sentía ansioso de llegar al colegio y de tal vez poder probar su regalo.

Oga corrió para dar alcance a su amigo, pero había algo mal, era como un mal presentimiento.



CONTINUARA….


Lo unico que dire de este fic.... VENDETTA!!!

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