27 sept 2009

 

CAPITULO IX

Zoro entro al departamento con un par de bolsas. Había ido de compras ya que ahora tenia que preparar comida tanto para Ace como para él, solo esperaba que el moreno ya estuviera consiente para que pudiese comer algo. Dejo todo lo que había comprado en la lujosa y prácticamente nueva cocina y al terminar fue a ver a Ace.

Camino a la habitación que ocupada el moreno volteo a ver el reloj de pared 3:45, faltaban por lo menos 4 horas para que Shanks-san despertase, siendo tiempo suficiente para que el aroma a comida se disipara ya que sabia lo mucho que le desagradaba al pelirrojo el olor de cualquier platillo.

Abrió lentamente la puerta de la habitación, intentando hacer el menor ruido posible, esperando ver al durmiente moreno, pero en cambio lo único que vio fue la cama desordenada y vacía.

La noche por fin había llegado y Shanks fue literalmente despertado gracias a la desesperación del joven pianista, así que lo mas rápido que pudo salió de su ataúd y fue a la estancia en donde el peliverde se encontraba bastante alterado y antes de que el pelirrojo pudiese preguntar lo que sucedía.

-No esta… se fue… Ace se fue…-dijo Zoro sintiéndose miserable ya que ni siquiera pudo cuidar bien de él, Ace había hecho tanto por él y en cambio él era un total inútil.

Para Shanks la huida del cazador era en extremo extraña y de cierta manera una alarma ya que sin saber en donde se encontraba él moreno, este podría hacerle algún daño a Zoro.

-Te ayudare a buscarlo.- ofreció amablemente el pelirrojo al ver el deplorable estado emocional de su amado pianista.

-Arigato…- murmuro.

Así que esa noche Shanks le ordeno a Zoro que no saliera del departamento y que descansara un poco, mientras tanto él se encargaría de buscar al cazador.

Su búsqueda fue tediosa ya que toda la ciudad apestaba a cazador y parecía que este hubiese sido tragado por la tierra. Así que decidió ir con Ben ya que él tal vez tuviese alguna información pero poco antes de llegar al bar se encontró a un muy mal herido Mihawk.

-Hisashiburi Shanks.

-Que haces aquí? – pregunto, olvidando la búsqueda del cazador.

-Acaso no lo sabes?- sonaba mas a sarcasmo que a pregunta. – Lo sabes, pero no te preocupes dejare al pequeño monstruo ya que después de lo sucedido tengo la certeza que el cazador terminara de hacer mi trabajo.

-Nani?

-Ese cazador esta loco, por poco acaba conmigo y eliminara a cualquier vampiro que se cruce en su camino, lo se por que esos ojos no eran los de un simple cazador.

A pesar de lo sucedido Shanks creía totalmente en la palabra de Mihawk no en balde habían vivido juntos poco mas de un siglo.

+++

Robin había estado espiando al joven cazador desde el instante en que lo había visto salir de aquel edificio de departamentos, durante esos días había estado algo tentada en hablar con Zoro he intentar convencerlo en ir con ella, pero la presencia de Ace y él vampiro la habían hecho desistir, así que buscaría un momento mas apropiado para hacerlo.

Ace prácticamente corría entre la multitud, aun tenia muchas cosas que hacer, a pesar de que ya tenia el lugar y las armas, aun tenia que dejar esa nota y hablar con ellas por esa razón corría sin importarle nada ya que tenia que hacer todo antes de que anocheciera.

Robin no puede seguir su paso entre la multitud, así que termina por perderlo de vista , aunque de cierta manera sabe lo que el moreno se propone, así que no tenia mas alternativa que llamar a Leo y preguntarle lo que debía de hacer.

-Ese idiota.- mascullo bastante enojada.

+++

Leía una y otra vez la nota que Kuina le había dado.

“Vino un hombre y dejo esto para ti.” Le había dicho Kuina esa mañana al ir al dojo.

Te estaré esperando a las 5:00 pm en el edificio en construcción de la zona norte de la ciudad con la dirección xxxxx.

P.D.A

Era lo que la nota decía. El joven peliverde analizo un poco la situación, por que Shanks-san le había prohibido el salir en búsqueda de Ace… por lo menos el solo. Zoro sabia de antemano que tanto Ace, como Shanks-san no se llevaban nada bien, pero el pelirrojo nunca le había dejado en claro la razón, así que sin mas preámbulos decidió ir a donde estaría Ace.

Zoro entro a la zona en construcción tal y como la nota lo decía, aunque algo tarde ya que se perdió ya que a pesar de vivir en esa ciudad, no la conocía por completo, pero por fin había llegado. Justo en la entrada se encontraban clavadas en el suelo cubierto de nieve dos de las tres katanas que Ace le había regalado por su cumpleaños, así que el joven peliverde tomo ambas espadas y se adentro mas en la inconclusa construcción y entonces Ace apareció frente a él.

El joven cazador tenia en una de sus manos la katana que faltaba, su rostro se mostraba sin expresión alguna.

-La hora ha llegado.- rompió el silencio Ace. – Es momento de acabar con la escoria…- una maligna sonrisa se formo en sus labios. – es momento de acabar con los vampiros.

Para Zoro estas palabras sonaron como su sentencia de muerte.

Shanks recorría a toda velocidad la ciudad, maldiciéndose mentalmente por no haber convencido a Zoro que se quedara en casa y que este desistiera en la búsqueda del cazador. En todos esos días había tenido que prácticamente encerrar al peliverde para que este no saliera en ningún momento del departamento.

“Solo quiero ver a Kuina y Tashigi para decirles que dejare de ir al dojo por un tiempo.” Ese había sido el pretexto del peliverde para poder obtener el permiso de Shanks, pero ahora se arrepentía terriblemente al haberlo dejado salir.

Las calles estaban atestadas de personas haciendo las compras de navidad como siempre hasta el ultimo momento así que no tenia mas alternativa que saltar entre los edificios buscando desesperadamente alguna señal de su amado pianista y no fue hasta llegar a un suburbio en donde se estaba construyendo un edificio que escucho la voz del peliverde.

Así que intento entrar a la construcción sin éxito alguno ya que al parecer el cazador había puesto una barrera alrededor de esa zona.

La mirada carmesí vio como Zoro corría lleno de terror, confusión y dolor, en cada una de sus manos llevaba una katana. Las cuales al parecer no le servían de mucho ya que estaba siendo perseguido por el cazador

-Pelea vampiro.- siseo Ace antes de abalanzarse en contra de Zoro que solo intentaba esquivar los ataques de la espada que portaba el moreno.

-DÉJALO EN PAZ!!! MALDITO CAZADOR!!!- grito Shanks deseando el poder traspasar aquella barrera para así poder acabar con ese estúpido cazador.

Ace solo volteo a ver al pelirrojo y sus labios se movieron sin emitir sonido alguno, pero dejando en claro el mensaje.

“Todo es tu culpa” era lo que había dicho el cazador antes de proseguir con sus ataques.

Las katanas que llevaba Zoro fácilmente fueron lanzadas lejos de él, con solo un movimiento de la espada que traía Ace, así que Zoro intento correr lo mas lejos posible, pero debido a su desesperación tropezó, lo que lo hizo caer en la nieve y ahora solo le quedaba esperar la muerte, así que solo cerro los ojos al ver como Ace, su amigo y primer amor levantaba la katana preparándose a dar el golpe final, pero este nunca llego, así que abrió los ojos algo esperanzado a que Ace saliera de esa locura.

La espada se clavo en el piso, ante las miradas atónitas de Zoro y Shanks.

-Esto ha llegado a su fin…- murmuro Ace. –Acepto el resultado…

De entre sus ropajes saco una pequeña arma calibre 22.

-Aishiteru Zoro, siempre lo he hecho y siempre lo hare.- dijo mientras revisaba su arma y terminaba apuntando al peliverde. –Pero hace tiempo que tu corazón ama a otro… lo se…- sus cabellos ocultaron la mirada del cazador.- aun así no puedo dejar de amarte y desear protegerte de todo, así que lo único que puedo hacer por tu bien y el mío es…

Un disparo resonó en la noche y la bala solo paso rozando la mejilla de Zoro provocando una herida en esta.

-Zoro… mi Zoro esta muerto y yo tengo que seguirlo.- un par de lagrimas resbalaron por sus mejillas mientras que esta vez él cañón de su arma estaba pegado a su sien.

Shanks sabía perfectamente lo que el cazador haría y lo que esa acción afectaría a Zoro.

-ZORO!!! NO MIRES!!! NO MIRES!!!! – gritaba a todo pulmón en un intento por desviar la atención del peliverde.

-Aishiteru Zoro… mi amor por ti será eterno…- volvió a decir para simplemente terminar apretando el gatillo.

Pequeños copos de nieve comenzaron a caer desde el cielo pero ante los ojos de Zoro estos simplemente eran invisibles.

Rojo…nuevamente todo era rojo y de alguna manera le parecía estar viviendo nuevamente aquella pesadilla que se ocultaba en su interior. Nuevamente perdía a una persona especial, nuevamente lo único que parecía escuchar sus oídos era los villancicos, nuevamente sus ojos derramaban incesantes lágrimas y su cuerpo se mantenía inmóvil ante la escena.

-AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!- grito horrorizado.

Por suerte la barrera había desaparecido así que Shanks corrió hacia Zoro, tomándolo en un fuerte abrazo, mientras este gritaba con todas sus fuerzas. A pesar de sus palabras, el peliverde parecía que jamás se calmaría y aunado a eso, el sonido de sirenas llamo su atención, sabiendo que se trataba de patrullas o tal vez alguna ambulancia, así que decidió tomar a Zoro entre sus brazos y llevárselo, a pesar de que este se resistía a irse dejando el cuerpo inerte de Ace.

Así que no teniendo más alternativa, Shanks tuvo que hacer que el joven perdiera la conciencia y así poder llevárselo.

Al ver que el vampiro se llevaba lejos a Zoro, ella por fin salió de su escondite y se acerco al cuerpo que yacía en la nieve, saco una jeringa llena de un liquido ámbar de uno d sus bolsillos, así que rápidamente administro el liquido justo en el cuello del moreno y ahora solo restaba esperar la llegada de la ambulancia que ella había preparado para el traslado.

-Supongo que esto a cancelado nuestra boda no?- pregunto dulcemente al cuerpo del que hasta entonces había sido su prometido. – ah es cierto… casi lo olvido, Feliz navidad Ace.- dijo al momento que la ambulancia ya había llegado y que un par de paramédicos salían de ella.

CONTINUARA…

14 sept 2009

 

Capitulo VIII

Aquella fría noche de invierno, la nieve se tiño de rojo gracias a la sangre de los pobres humanos que se cruzaron en el camino de aquel sediento ser, el cual bebía de forma bestial la sangre de inocentes desmembrándolos en su desesperado intento por saciarse.

Shanks no tenia alternativa, tenia que detener el avance del peliverde y en una situación así, no podía ser indulgente ya que no se trataba de su amado peliverde, sino de un hambriento vampiro, aunque obviamente intentaría solo detenerlo y si le era posible le daría un poco de su sangre, tal vez de esa manara Zoro regresaría a la normalidad.

Mientras tanto la mente del joven cazador estaba paralizada por el más intenso terror experimentado por segunda vez en su vida, pero al parecer sus instintos como cazador hacían que su cuerpo se moviera, ya que había ido tras Zoro y ahora se encontraba presenciando una batalla entre aquel vampiro pelirrojo y Zoro.

-ZORO SI AUN TIENES SED BEBE DE MI!!!- gritaba con desespero el pelirrojo, pero su amado pianista no parecía reaccionar y solo se dedicaba a atacarlo.

Ace al escuchar esas palabras, sabía que era un error fatal el hacer que el peliverde bebiera sangre de un vampiro ya que esta no lo detenía, lo único que lograba era el despertar más a la bestia que dormía su interior. Solo había una solución pero…

Su razón y sus instintos estaban teniendo una batalla dentro del joven cazador. La razón cubierta con el terror que le producía la situación y los instintos armados con sus ganas de pelear y acabar con cualquier vampiro que este frente a él.

Mientras tanto en la azotea de un edificio c encontraba una mujer morena, entre sus manos tenia un rifle de francotirador un M40, el arma apuntaba directamente a la cabeza del cazador.

-Ace, sabes lo que tienes que hacer, así que hazlo o tendré que lastimarte y no quiero hacerlo ya que aun le eres de mucha utilidad a Leo.- murmuraba muy molesta, solo esperando la reacción de Ace.

En ese instante Shanks comenzó a percibir nuevamente aquel desagradable aroma producto de la sangre del cazador, así que sin poder evitarlo volteo a verlo presenciando como el cazador se producía algunas heridas en su brazo izquierdo y que de las cuales ya corría el carmesí liquido que terminaba cayendo en la nieve. Antes de que el pelirrojo pudiese entender el por que el moreno se hacia eso Zoro ya se había abalanzado en contra del cazador.

Ace sentía como aquellas garras lo tomaban con excesiva fuerza y como esos agudos colmillos se hundían en su piel, como su sangre era succionada rápidamente y lo peor de todo era como volver a revivir esa situación… era como…

El vampiro pelirrojo sabia que tan venenosa podía ser la sangre de un cazador proveniente de la familia D ya que no importaba la fuerza o habilidad de un vampiro, si este llegaba a beber un poco de aquel prohibido liquido estaba mas que destinado a la muerte, pero ya era demasiado tarde, Zoro ya estaba bebiendo de el cazador ya no había salvación para él.

Los colmillos se volvieron a clavar en él, solo que esta vez fue su cuello la victima del ataque, parte de él quería matar a ese engendro pero no podía por que se trataba de Zoro, así que por mas que deseara degollarlo, partir ese cuerpo en miles de pedazos y quemar los restos, no podía, por que amaba a Zoro.

Aquella mirada ámbar desapareció y volvió a recobrar ese tono esmeralda, Zoro que hasta ese momento había estado controlado por los instintos básicos de un vampiro, recobro la razón y al notar lo que estaba haciendo se separo del moreno, lo miro con una enorme preocupación y esos recuerdos que tenia sellados en lo mas profundo de su ser salieron a flote.

-Ace… yo… yo…- Zoro no sabía que decir o hacer y aquella opaca mirada no ayudaba en mucho.

-Por fin despiertas…- una pequeña sonrisa apareció en sus labios pero en realidad su rostro mostraba todo el pánico sentido mientras que varias lagrimas ya surcaban sus mejillas. –Pensé que esta vez moriría… pero no puedo… aun no…- pronuncio muy bajo al momento que su vista se nublaba, sus labios se movieron pero ya de ellos no broto sonido alguno.

“Aun tengo que matarte…” fue lo único que se mantuvo en su mente antes de perder la conciencia.

+++

Mihawk había tenido que retirarse debido a la gravedad de sus heridas. Por culpa del molesto cazador tenia que dejar vivo a ese monstruo, pero por el momento no podía hacer nada más que alejarse de ese sitio y recuperar sus fuerzas.

Ya habría otra oportunidad de acabar con el peliverde.

+++

Se habían escapado aquella noche desobedeciendo totalmente la orden del abuelo de nunca salir de noche, pero es que el estreno de aquella película había valido la pena ya que en el colegio seria de lo único que se hablaría y ellos no podían terminar exiliados solo por no haber estado en el estreno.

Después de la película y camino de regreso fueron interceptados por un grupo de vándalos o por lo menos eso eran ante los ojos de Zoro y Luffy, pero Ace sabia que se trataban de vampiros.

Ace intento por todos los medios el liberar de aquella situación a su hermano y al peliverde, mas no tuvo éxito alguno así que fueron llevados a la fuerza a un oscuro callejón.

Los tenían rodeados y no tenían manera de cómo escapar, para Ace la seguridad de Zoro y Luffy era primordial, así que haciendo uso de todas sus habilidades hizo frente a ese grupo de vampiros, haciendo uso de todo lo aprendido en sus entrenamientos, aunque desgraciadamente su abuelo aun no lo dejaba portar armas, siempre alegando lo joven que aun era.

A pesar de todas sus habilidades, esto no fue suficiente y aquellos oscuros seres solo estaban jugando con ellos. Entre él y Zoro intentaba el cuidar al más pequeño de los tres pero todo era en vano ya que Luffy prácticamente les fue arrebatado y de un solo golpe lanzado en contra de una de las paredes. Zoro y Ace se abalanzaron con furia en contra de sus atacantes en un intento de llegar a donde se encontraba Luffy, mas solo Ace logro llegar hasta su hermano.

Luffy yacía inconsciente en el piso de aquel sucio callejón mientras el veía horrorizado como el brazo de uno de esos vampiros atravesaba el estomago de Zoro y la sangre de este corría libremente. Ace veía como el peliverde mantenía los ojos abiertos y en su rostro se denotaba la sorpresa mesclada con el dolor, aquel brazo salió con brusquedad del cuerpo del peliverde, haciendo que este cayera al piso como si de un muñeco de trapo se tratara, que sin mas con una patada quitaron de su camino el cuerpo inerte del pobre chico.

No sabia que hacer, deseaba ir junto a Zoro pero sabía que si se alejaba de Luffy, este moriría en manos de aquellos seres, así que no tenia mas alternativa que usar la única arma efectiva que tenia en contra de ese grupo de vampiros. Así que con lagrimas en los ojos y haciendo uso de sus uñas e incluso sus dientes, comenzó a hacer una herida en su muñeca izquierda, con la esperanza de que su sangre pudiese ayudarlo en aquellos momentos.

El agudo olfato de los vampiros comenzó a percibir el desagradable olor proveniente del futuro cazador, así que decidieron el dejar de jugar y acabar con los chicos de una vez por todas.

Justo antes de que los vampiros comenzaran con su ataque en contra de ambos morenos. Ace vio con gran sorpresa como Zoro se ponía de pie y aquel orificio que ostentaba su estomago ya no sangraba y había comenzado a cerrarse, fue en ese momento que noto que la mirada esmeralda de su amigo había desaparecido, dando paso a una fría y aterradora mirada amatista… No quería creerlo… Zoro no podía ser… Zoro no debía ser… pero por más que Ace se intentara engañar, aquellos colmillos que se mostraban amenazantes, no mentían.

Zoro era un vampiro…

Uno a uno de aquellos oscuros seres terminaron siendo las presas del peliverde, el cual los terminaba por descuartizar al intentar beber del carmesí liquido y ante tal violencia la sangre de esos seres de la noche lo cubrió todo.

El moreno estaba totalmente paralizado ante lo que sus ojos veían, pero el terror en su mas pura expresión se apodero de todo su ser cuando aquellos ojos ambarinos se posaron en él. Todos los vampiros que los habían atacado ahora solo eran polvo en el piso… Ace solo pensó que ese seria su final.

Zoro se acerco lentamente al moreno, el cual permanecía inmóvil al estar lo suficiente mente cerca comenzó a lamer el rostro de Ace ya que este se encontraba totalmente empapado con la sangre de los vampiros que habían sido eliminados por el peliverde.

Lagrimas comenzaron a surcar su rostro al momento que sentía como aquellos agudos colmillos perforaban la delicada piel de su cuello. El y Zoro morirían o por lo menos eso era lo que pensaba Ace ya que su sangre era en extremo venenosa para un vampiro y Zoro era…

La pérdida de sangre estuvo a punto de hacer mella en su cuerpo, por poco y pierde el conocimiento pero justo en ese instante en que su visión se torno borrosa el cuerpo de Zoro cayó al piso.

“Esta muerto” fue lo primero que llego a su mente antes de que una bomba estallara en todo su ser.

El miedo se mezclo con el dolor de perder a una persona importante, la tristeza, la desesperación, la impotencia, el odio, el amor…

-Zoro…- murmuro mientras se agachaba y tomaba entre sus brazos el cuerpo de su amigo… de su primer amor… -No me dejes… - esta vez el miedo que sentía era el de perderlo. –Zoro… no te puedes morir… Zoro…

Monkey D Grap había estado buscando a sus nietos durante toda la noche, temiendo lo peor ya que la ciudad estaba siendo asediada por vampiros novicios.

Y fue en un callejón totalmente pintado del rojo de la sangre en donde encontró a sus nietos y a Zoro, pero sabia que algo terrible había pasado, lo sabia por la forma en que Ace tenia a Zoro entre sus brazos, por la inconsciencia de Luffy y…

-Jii-chan… Zoro esta vivo…- dijo Ace con una enorme y distorsionada sonrisa. –él esta vivo…

Los días pasaron lentamente en aquel hospital.

Luffy estaba en casa ya que él no había sufrido mas que algunas leves contusiones, mientras que él aun estaba en ese lugar por la perdida de sangre que había sufrido y algunas fracturas, su abuelo cada día que iba a visitarlo, siempre le preguntaba sobre lo que había sucedido y siempre recibía la misma respuesta.

-Yo los mate, a todos y cada uno de ellos yo los mate, escoria como esa no debería de existir.- alegaba orgulloso el chico ante la preocupada mirada de su abuelo.

De cierta manera una parte de Ace había muerto esa noche… esa noche su cordura desapareció pero a pesar de eso mantenía total silencio con lo sucedido con Zoro.

Cada tarde después de las visitas de su abuelo Ace pedía permiso a los médicos para que le permitieran ver a Zoro, el cual estaba en una situación crítica debido a su frágil condición y desde aquella noche había estado en un coma profundo y los médicos no auguraban nada bueno para el chico peliverde.

Ace solía pasar horas sentado en una silla viendo al inconsciente peliverde que se encontraba rodeado de diversos cables.

-Tu y yo debimos a ver muerto.- decía Ace muy bajo.- Ahora por eso tendré que entrenar mas y si algún día vuelves a ser un monstruo ten por seguro que solo uno de los dos terminara con vida… te lo prometo Zoro…

+++

Shanks estaba sumamente preocupado y algo asombrado por su amado pianista ya que este había regresado a tomar sus medicamentos, se negaba a beber de su sangre y simplemente había vuelto a ser un simple humano ante el desconcierto de ambos

-Zoro onegai, bebe un poco o te sentirás mal ya que…

-No puedo Shanks-san… yo no puedo…

Nuevamente la mente del chico era un libro abierto para él, pero eso no facilitaba las cosas ya que la mente del peliverde era un completo caos.

-Doushite?- preguntaba en un intento por que Zoro le aclarara la situación. –Si es por el cazador, no te preocupes, él estará bien, solo necesita descansar un poco.

-Por que esta no es la primera vez que pasa…

-Nani?

-Con lo sucedido recordé que hace cuatro años yo estuve a punto de matar a Ace… justo como… - el sentimiento de culpabilidad no dejo que terminara.

Shanks solo abrazo al peliverde, antes de que este rompiera en llanto. Ahora entendía el por que de la decisión de Zoro y esta vez la aceptaría sin hacer reclamo alguno.

A pesar de que Shanks y Zoro se encontraban en la estancia del lujoso departamento del pelirrojo y él se encontrara en una de las habitaciones de este… a pesar de eso Ace estaba consiente y pendiente a todo lo que sucedía a su alrededor. Esos días en total reposo lo habían ayudado en extremo y ahora ya se encontraba mejor, así que el momento de salir del hogar del vampiro pelirrojo había llegado, así que la mejor hora para salir era el medio día.

Ace sabía que el momento había llegado, el tiempo de cumplir su promesa había llegado y estaba más que dispuesto el seguir hasta sus últimas consecuencias.

CONTINUARA…

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