12 oct 2013
Espero que disfruten de los fanfics y lo único que pido son comentarios, por que gracias a ellos, puedo continuar escribiendo.


Advertencia
la mayoría de estos fics son de temática yaoi, osea que son relaciones entre 2 chicos, si no te agrada, simplemente abandona el sitio


nyu
^w^




Glitter Words








Glitter Words
new 





Glitter Words






Glitter Words


Capitulo III

A la mañana siguiente


Alex abrió sus azules ojos muy lentamente, la luz que se colaba por la vieja ventana empañada lastimaba sus ojos aunado al intenso dolor de cabeza que sentía, producto de la resaca que padecía en aquellos momentos. Paso una de sus manos por su rubio cabello mientras que su mirada comenzó a vagar por todo el sitio, en un intento por que su cerebro se ubicara, por lo menos estaba vestido y eso ya era algo bueno.
Se removió un poco, haciendo que la cama rechinara suavemente conforme a su movimiento y fue cuando una de sus piernas toco lo que parecía el cuerpo de alguien más, que se percato que no estaba solo en aquella habitación y mucho menos en aquella cama. Lentamente volteo a ver a su acompañante y al toparse con ese rostro masculino, enmarcado por oscuro y revuelto cabello negro, su corazón por poco y se detiene por la sorpresa de ver a Keith dormir plácidamente a su lado.

Por un momento pensó que tal vez este era solo un sueño mas como los que regularmente solía tener, pero los recuerdos de la noche pasada regresaron a él, desde el momento en que se encontraron hasta que con el paso de los tragos… aproximadamente 3 o 4…  él perdió la conciencia.

Olvidando por completo su malestar, se levanto de la cama, observo por un pequeño momento el cuerpo completamente relajado de Keith y su rostro tranquilo, una sonrisa y un tenue rubor se notaron en su rostro poco antes de caminar hacia la salida de la habitación.

La noche de ayer le había molestado ver a Keith con horrenda ropa vieja, ahora que observaba en el basurero en donde vivía hizo que su sangre hirviera de enojo e incluso  con algo de confusión ya que no entendía cómo era posible que Keith rechazara el tener una mejor calidad de vida, prefiriendo vivir en la más vil ruina. Así que no se quedaría con los brazos cruzados, haría hasta lo imposible por mejorar la vida de Keith, así este se opusiera.

Aun con el dolor de cabeza comenzó a analizar ese viejo departamento haciendo notas mentales de lo que había que mejorar o reparar, aunque se asombro que el lugar contara con luz eléctrica y agua corriente, incluso había agua caliente.

Cuando llego a lo que supuestamente era la estancia se quedo maravillado al ver una exorbitante cantidad pinturas colgando en las paredes, cada una con una increíble belleza, nada de lo que había encontrado en Europa se comparaba en lo más mínimo, Observó con detenimiento cada uno de los cuadros hasta llegar a uno en donde se visualizaba una escena otoñal, con una mujer sentada en el césped teniendo de fondo un gran lago

Al reconocer a esa mujer del cuadro, el seño del rubio se frunció con disgusto y enojo, ya que no podía evitar odiar a Natasha Jennings, la madre de su amigo y que en ese cuadro mostraba un dulce semblante. Aquella mujer había sido un demonio con un angelical rostro y sinceramente esperaba que se estuviera retorciendo en el infierno ya que solo la muerte y después la nada, eran muy poco castigo por todo el mal que había hecho.

Alex jamás olvidaría aquella golpiza que Natasha le había propinado a Keith y de la que fue testigo por accidente, había intentado el que sus padres hicieran algo, pero jamás tuvo pruebas suficientes como para que ellos le creyeran, incluso Keith lo llego a amenazar alegando que su madre no había hecho nada malo… Aun le dolía en el alma tan solo recordar ese momento.

Se alejo de ese cuadro al momento que noto un par de lágrimas surcando su rostro, así que las limpio de manera furiosa con sus manos e intento volver a enterrar ese recuerdo y proseguir con su idea de por lo menos remodelar ese basurero.

-Tal vez un color azul cerúleo quedaría bien con bordes blancos hacia el techo, el suelo y las columnas.- pensó en voz alta.

Mientras tanto en la habitación Keith fue despertado por un acceso de tos, acompañado con sangre, lo cual hizo que manchara la cama y parte de su ropa, para él lo único molesto de aquello era que arruinara su sueño.

El dolor en el pecho, la dificultad para respirar y el metálico sabor de la sangre en su boca ya comenzaban a ser habituales, así que ni siquiera le preocupaba en lo mas mínimo su estado de salud, solamente se quejaba de que la enfermedad fuese muy lenta para acabar con su vida.

-Keith? Estas despierto? –Se escucho la voz de Alex desde afuera.

Al recordar que el rubio se encontraba ahí, aun con la tos y sin pensarlo demasiado rápidamente se levanto, tomo la tela que cubría su cama y que ahora estaba toda manchada de sangre, al igual se quito la playera que traía puesta y corrió había la ventana en donde la abrió y lanzo todo afuera, aunque él se quedo un poco más de tiempo en la ventana ya con poca tos, para cuando esta termino escupió hacia afuera la sangre que le había quedado en la boca.

Lo que menos deseaba era que Alex se enterara de lo que le sucedía seguramente le haría un drama como  cuando era niño y sinceramente no estaba como para soportar los desplantes de su amigo de la infancia que sin duda alguna terminaría por callarlo de un buen golpe.

El joven rubio entro a la habitación y a ver a su amigo que estaba junto a la ventana, mostrando por completo su torso bien desarrollado, no pudo evitar que su rostro mostrara no solo su sorpresa, sino también los grandes deseos que tenia por tocar, el poder sentir su piel contra la de Keith.

-Deja de mirarme de esa manera o te golpeare.- advirtió Keith prácticamente gruñendo, ya que conocía perfectamente esa expresión y no en las mejores circunstancias, por esa razón odiaba que lo vieran de esa manera.

-Yo… yo lo siento.

Alex bajo la mirada muy avergonzado como nunca se había sentido. Desde pequeño y al estar al lado de Keith comprendió que jamás le gustarían las chicas, por lo menos no de la manera como le gustaban a Keith, así que cuando comprendió que a él le gustaban los chicos y en especial su amigo, simplemente acepto lo que era, incluso sus padres habían aceptado su condición y hasta ese momento había tenido una vida libre de cualquier sentimiento negativo, pero ahora al ver la mirada recriminatoria de Keith sentía que debía reprimir sus reacciones, ya que no quería que su amigo se alejara de él.

-He visto que aquí tienes muchos cuadros…- Alexander intento cambiar de tema. – y me gustaría saber si… tal vez…

-Puedes llevarte lo que quieras.- dijo Keith un poco menos a la defensiva.

-En serio?- estaba bastante asombrado por la desinteresada actitud de Keith sobre sus obras. – Es que me gustaría hacer una exposición de tus cuadros. Mis padres tienen muchos amigos con galerías que estarían muy interesados en exponer tus obras.- explicaba rápidamente apenas recordando el respirar.

-Mientras yo no tenga que hacer nada, puedes hacer lo que quieras con los cuadros.

Si sus pinturas mantenían ocupado a Alex, Keith gustoso le las daría, solo que no quería verse involucrado a esas cosas de las presentaciones, fiestas con asquerosa gente rica o lo que se hiciera.

-Está bien, no te preocupes, yo me encargare de todo.- su carácter jovial había regresado, dejando atrás el amargo y vergonzoso momento que había pasado escasamente unos minutos atrás. –Tienes hambre? Quieres que vaya por algo de comer? Que es lo que quieres? – pregunto con una gran sonrisa.

-Lo que sea, mientras no sean verduras.- respondió Keith de mala manera, pero correspondiendo la sonrisa de su amigo con una propia.

Mientras tanto al otro lado de la ciudad se encontraba Demian frente a una pequeña iglesia, con paso lento y observando cada detalle de la elaborada estructura del edificio, entro. Jamás había entrado a un sitio así, jamás había creído que existiera un ser omnipresente y muy superior a lo que cualquier ser humano pudiese imaginar, pero como siempre que emprendía una labor fuera de sus estándares, era por causa de Keith, gracias a él había conocido a ese demonio de nombre Sei, así que si los demonios y los pactos con ellos existían, podría tal vez existir un ente divino que pudiese brindarle su ayuda y así poder liberar a Keith de aquel maldito pacto realizado por su propia madre.

El mercenario se encontraba tan sumido en sus pensamientos sentado en aquella incomoda banca de madera sin saber qué hacer, solo deseando poder conseguir un poco de ayuda en algo que se salía completamente de sus manos.

-Ellos solo traerán paz y aceptación a tu alma, ellos no pueden ayudarte mas allá de eso ya que no intervienen en las decisiones humanas, lo bueno o malo que suceda entre los humanos es solo por causa de sus propias decisiones ya que el destino como tal no existe.- una melodiosa y juvenil voz proveniente a su lado logro sacarlo de sus pensamientos.

Volteo rápidamente y fue en ese momento en que su mirada verde se tomo con unos ojos violáceos, pertenecientes a una chica de tal vez no más de 15 años, vestía un uniforme escolar azul oscuro y gris, tenia recogido su largo cabello negro en una coleta alta, ella le sonrió de manera traviesa.

-Yo puedo ayudarte con Sei, si tú me ayudas a mí.- dijo suavemente como no queriendo que nadie más que él escuchara sus palabras.



CONTINUARA………..

About Me

Mi musica

Naoko. Con tecnología de Blogger.
uhr online relojes web

Entradas populares

Seguidores

Chat

Vistas a la página totales

Suscripción

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner