12 nov 2009

Capitulo II

Todos los días Zoro entrenaba arduamente. La próxima vez que retara a Kuina tenia que vencerla, estaba decidido a ganar.

-Konnichiwa Zoro-kun.- se escucho una voz a lo lejos.

El pequeño peliverde detuvo su frenético ataque a los palos de bambú.

-Konnichiwa Shinta-san.- saludo mas por obligación que por otra cosa.

Himura Shinta era un joven pelirrojo de mirada violácea, corta estatura y complexión delgada y era el único hijo de una pareja de campesinos y hasta donde Kuina le había dicho era su novio.

“Que demonios le ve a ese idiota?” se preguntaba, ya que no entendía como era posible que alguien tan fuerte y hábil como lo era Kuina se fijara en un tipejo como ese.

La noche llego y Zoro decidió dar término a su entrenamiento por ese día.

-Ya terminaste?

El pequeño peliverde volteo sobresaltado.

-Kuina?

La chica sonrió al ver la reacción de su amigo.

-Te asuste? Acaso no te diste cuenta de mi presencia? –una suave y cristalina risa broto de ella.

-Eso no es cierto… yo solo…- sus mejillas se tiñeron de rojo debido a la vergüenza.

Kuina detuvo su risa y entonces Zoro noto que la mirada de su amiga brillaba y un leve rubor adornaba sus mejillas. Ahora sabía a donde se dirigía la situación.

-Viste a Shinta-san ne?.- pregunto algo molesto.

El rostro de la chica termino por cubrirse de un profundo carmesí.

-Hai…- musito. – Y me invito a salir…- se cubrió con ambas manos el rostro.

-Y que le contestaste?

Zoro continúo preguntando ya que su amiga solo con él tenía la plena confianza de tratar ese tema.

-Que si.- una pequeña y aguda risita broto de ella que aun se cubría el rostro aunado de que ahora le daba la espalda al peliverde.

-Y entonces, hay algún problema con eso?

-Hai, es que no tengo nada que ponerme.

Zoro no entendía ya que Kuina tenía suficiente ropa, en su mayoría playeras holgadas y pantalones cortos.

La chica al no recibir contestación de su amigo volteo a verlo, encontrándolo muy pensativo y como si hubiese leído sus pensamientos.

-No seas tonto, tengo ropa, es solo que quiero un vestido y un sombreo para usarlos ese día.

-UN VESTIDO?

-Hai, tonto un vestido, por que si no te habías dado cuenta soy una chica y las chicas usamos vestidos.

-Si tu lo dices… pero yo creo que te vez bien así.- al decir esto desvió la mirada de ella.

-…

El pequeño espadachín no entendía a las chicas y tal vez nunca lo haría.

-Me puedes acompañar mañana al pueblo?

-Para?

-Quiero ir de compras.

-Tengo que entrenar.- Había escuchado cosas horrendas que suceden cuando una chica iba de compras con un chico, así que no aceptaría.

-Onegai…

Zoro simple mente la ignoro.

-Bien, si no me acompañas olvídate de que yo vuelva a aceptar uno de tus retos.

-Oi, eso no es justo.

Ahora la que lo ignoro fue ella.

-Esta bien.

Al día siguiente Kuina y Zoro caminaban por las calles del pueblo hasta llegar a una pequeña tienda de ropa.

La joven encargada ayudo a Kuina a escoger algunos vestidos, para después llevarla a un probador.

Zoro simplemente se quedo sentado, en un sillón que estaba justo en frente de los probadores.

Kuina salió luciendo un entallado y largo vestido rosa, al verla Zoro tuvo que morderse la lengua para no reírse de ella, parecía una gran lombriz.

-Que tal me veo? - el peliverde solo movió la cabeza en forma negativa. – tienes razón, probare con otro.

Volvió a entrar en el probador y a los 10 minutos salió luciendo un vestido rojo con holanes y encaje blancos, cuello alto y casi le llegaba a los tobillos, ese vestido se veía asfixiante e incomodo y al parecer lo era, ya que Kuina sin preguntar nada regreso al probador.

Cuando volvió a salir, Zoro se quedo sin habla, ahora lucia un sencillo vestido blanco de tirantes, le llegaba un poco mas arriba de las rodillas. Ella se veía tan hermosa y grácil que Zoro se sonrojo y desvió la mirada.

-Ese… te sienta bien…- mascullo.

Ella solo sonrió. Ahora solo faltaba el sombrero.

Kuina estaba pagando lo que había comprado cuando Shinta entro a la tienda, pero no estaba solo iba con Kamiya Kaoru, la chica del dojo del pueblo vecino.

Al ver esto la bolsa donde estaba el vestido y es sombrero se cayo de las manos a Kuina y lo único que hizo fue salir corriendo de aquel lugar.

Los días pasaron y Zoro veía como Kuina entrenaba hasta quedar exhausta, pero de la misma manera la había visto llorar.

Cuando Himura se presento en la entrada del dojo pidiendo hablar con Kuina, Zoro fue el primero en salir, tenia una inmensas ganas de darle la golpiza de su vida a ese idiota, pero antes de hacer cualquier cosa apareció Kuina, hizo a un lado a Zoro y se acerco al pelirrojo y entonces con el puño cerrado le dio un certero golpe en el rostro.

-No vuelvas por aquí nunca.- hablo con un tono en extremo frio.

-Demo… Kuina…

Más ella lo ignoro y volvió a entrar el dojo. Al pelirrojo no le quedo más remedio que marcharse, ya que lo que menos quería era el enfurecerla más.

Desde ese día Kuina no volvió a dedicarte tiempo a nada que no fuese su entrenamiento, su familia o Zoro.

La noche de su último duelo, la noche de la victoria 2001 de Kuina y la derrota 2001 de Zoro, la noche en la cual hicieron su promesa de competir para ser el mejor espadachín del mundo.

Esa noche por fin Kuina logro hablar sobre el asunto de Himura.

-Ya hable con Shinta…

-NANI?

-Hai, no quería dejar así como así las cosas, yo necesitaba saber el por que.

El peliverde vio como en el rostro de su amiga se veía la decepción.

-Y bien… que te dijo?

-Que nos quería a las dos.- cerró los ojos mientras dejaba salir un suspiro. – y no lo entiendo.

-No?

-Vamos, no puedes querer a dos personas al mismo tiempo y con la misma intensidad…-guardo silencio mientras por un instante se perdió entre sus pensamientos. –Zoro.

-Eh?

-Prométeme que cuando crezcas que nunca harás lo mismo que Shinta.

-Yo nunca seré como ese baka, yo tengo principios y honor.- se sentía ofendido de que ella lo comparara con ese tipo.

Kuina sonrió complacida ante las palabras de su amigo.

-Zoro, que tal si para la próxima semana salimos?

-EH!?

-Compre un lindo vestido y no es justo que lo tenga guardado, no crees?- mostro una amplia sonrisa a su amigo.

Las mejillas del peliverde se tornaron carmesí, al momento que su corazón aceleraba la marcha, a lo que solo movió la cabeza afirmando ya que si hablaba lo mas seguro es que no pudiese articular ni una palabra entendible.

Lamentablemente para ambos esto último fue imposible llevar a cabo por la muerte de Kuina. Para Zoro su perdida fue demasiado dolorosa, había perdido a su amiga, a su meta a alcanzar, había perdido a su primer amor… por que el en verdad se había enamorado de ella y al paso de los años comprendió que ella había sido la primera y seria la única, ya que no importaba que tan bella fuese la chica, siempre vendría la inevitable comparación y nunca nadie lograría llegar a la altura de ella.

Kuina seria la dueña de su corazón o por lo menos lo fue hasta que conoció a Monkey D Luffy

 

CONTINUARA.....

0 comentarios:

About Me

Mi musica

Naoko. Con tecnología de Blogger.
uhr online relojes web

Entradas populares

Seguidores

Chat

Vistas a la página totales

Suscripción

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner