19 oct 2010

CAPITULO X

+++HACE YA MUCHO TIEMPO ATRAS ++

Después de la monstruosa tormenta a la que su barco fue sometido, milagrosamente este llego a tierra firme. Lentamente y uno a uno los tripulantes y pasajeros de este comenzaron a desembarcar, familias enteras se podían vislumbrar ahora en la costa, mientras que el capitán comenzaba a revisar los daños de su nave.

Entre toda esa multitud se encontraban un pequeño niño y su madre. El pequeño tenia un lustroso cabello del color del firmamento al anochecer, unos brillantes ojos zafiro y una piel tan blanca como si fuese porcelana, mientras que su madre era rubia, con los mismos zafiros por ojos, solo que su piel ya mostraba los estragos del tiempo y el trabajo, ambos vestían ropas viejas y demasiado remendadas, lo cual denotaba su estatus, ambos se habían desecho de sus pocas pertenencias comenzar la desesperada búsqueda de su padre y esposo… Dinev Sei. La pobre mujer había tenido que hacer hasta lo imposible para llegar tan lejos en su búsqueda como para en esos momentos naufragar…

El pequeño veía la desesperación de su madre, pero que podía hacer él? Sabía que cualquier cosa que intentara, ella lo vería con malos ojos.

Mientras tanto un grupo de hombres se dispuso a explorar la isla en busca de algún poblado o algún lugar en donde resguardarse mientras la nave era reparada. Pobres desgraciados, si hubieran sabido lo que les esperaba en aquel inhóspito lugar ni siquiera hubieran tomado en cuenta tan peligrosa idea.

Los exploradores fueron atacados y los sobrevivientes capturados por una pequeña tribu que habitaba la isla.

Los días pasaron y se comenzó a construir un campamento en la playa ya que con el paso del tiempo y el equipo de exploración no daba indicios de aparecer, ya todos temían lo peor y lentamente comenzaban a entrar en pánico.

Exactamente pasaron 2 semanas cuando solo uno del los diez hombres que se aventuraron en la isla regreso, en compañía de los nativos de esta, en extremo delgado y ostentando diversas heridas, este sujeto y sus custodios hablaron con el capitán del navío, el cual escucho atentamente.

Aquella tribu de salvajes solo les pedían que no invadieran el territorio sagrado y que desgraciadamente fue donde el grupo sin saberlo entro, por esa razón ahora como un tipo de compensación por haber entrado a las tierras sagradas, exigían a una mujer que ofrecerían como sacrificio a los dioses a modo de disculpa.

Mientras tanto en la playa encima de una enorme roca que se alzaba en ella, ahí se encontraba el pequeño de mirada zafiro, contemplaba el mar tratando de ignorar los gritos y el alboroto que su madre ocasionaba al exigir la pronta reparación del barco. El pelinegro en verdad amaba a su madre pero sabia a la perfección que ella no estaba bien, en el pueblo donde antes vivían todos le decían que su adorada madre estaba loca y para su desgracia era verdad, pero eso no le había impedido el pasar hermosos momentos a su lado.

El capitán del navío tenia una difícil decisión que tomar y que necesitaba meditar pero el gran alboroto que se escuchaba fuera de su casa de campaña no lo dejaba pensar tranquilamente, así que salió exasperado y entonces vio como aquella loca mujer rubia estaba discutiendo con uno de sus subordinados casi llegando al punto de los golpes.

Esa mujer en toda la travesía no había hecho otra cosa más que ocasionar problemas, insultando, peleando, haciendo escándalos de proporciones históricas, así que sin darle mas vueltas a la idea dijo:

-Llévense a esa mujer.- y señalo a la rubia.

Los histéricos gritos de su madre llegaron a sus oídos y al voltear se percato como unos extraños sujetos se la llevaban prácticamente arrastrando, el pequeño corrió en su auxilio.

-OKAA-SAN!!! DEJENLA EN PAZ!!! – pero antes de lograr alcanzarla, el capitán lo sujeto de uno de sus brazos. – HANASE!!! – intentaba por todos los medios soltarse del agarre de aquel hombre, pero le fue imposible.

Los días pasaron lentamente, la paz y la tranquilidad reinaban en el campamento y gracias a la ayuda de los nativos la reparación del barco estaba a punto de terminar.

El pequeño de mirada zafiro, ahora opaco, se mantenía lejos de todos, desde el día en que se habían llevado a su madre no había vuelto a pronunciar palabra alguna, tampoco había probado alimento o siquiera había tomado agua y nadie se apiadaba de este pobre ser que lentamente se extinguía.

Estaba solo ya no tenia a nadie en este basto mundo, aquellos bastardos dieron en sacrificio a su madre para mantener su seguridad. El pequeño deseaba venganza, su inocente corazón comenzaba a cambiar con gran rapidez y odio, odio era lo único que sentía y pedía a los cielos algún tipo de castigo divino para todos esos cobardes.

Y entonces lo escucho… alguien lo llamaba…

Tan sumido estaba en la voz que lo llamaba, que se alejo del campamento que habían construido en la playa y comenzó a adentrarse en el espeso bosque, no importándole ya su propia seguridad.

Camino hasta llegar a una inmensa roca con extraños jeroglíficos rodeada de grandes y hermosas flores carmesí.

-Quien es? Quien me llama? Que quieres de mi?

+Mi nombre es Adier y solo quiero que toda esa tristeza desaparezca, quiero ayudarte a cumplir tus deseos.+ la voz parecía provenir ahora de todos lados.

-En serio? –  el niño no estaba en lo mas mínimo asustado, incluso se veía feliz al escuchar estas palabras ya que por fin podría vengar a su querida madre.

+Hai… solo tienes que permitirme el tomar tu cuerpo+

-… - esto ultimo desconcertó al pequeño.

+O acaso prefieres el continuar solo… aun eres pequeño, eres un pequeño niño desnutrido y sin nombre ante los ojos de aquellos que te arrebataron lo que mas amabas, pero yo te ayudare, hare que todos paguen por el pecado cometido…+

-Que tengo que hacer?- estaba decidido y no daría marcha atrás.

Nubes de tormenta hicieron presencia en el cielo anunciando el peligro.

Nadie pudo hacer nada, incluso los habitantes de la isla que ya hace generaciones que habían olvidado la existencia de aquel demonio que sus ante pasados habían sellado en la isla no tuvieron manera de hacer le frente.

La sangre lo cubrió todo e incluso tiño el mar, se podían ver los cuerpos cercenados de hombres y mujeres de tocas las edades en la playa, en el bosque, incluso en la cima de algunos arboles.

Al día siguiente el niño despertó en medio de lo que fue una horrible masacre , grito lleno de terror al ver tal escena, al ver sus manos y cuerpo que ya no eran los de un niño de 9 años, sino los de un adulto cubiertos de sangre.

   

+++PRESENTE+++

 

Después de tanto tiempo regresaba a donde todo comenzó, ahí frente a el se alzaba aquella roca cubierta de flores carmesí y que ya no lucia aquellos jeroglíficas que en un principio presentaba.

Miro la luna de manera melancólica.

-Yo era un pequeño niño desnutrido y sin nombre…

Eso es lo que había sido y que tal vez si tenia suerte volvería a ser ya que no quería que volviese a ocurrir una masacre como aquella, a pesar del tiempo que tenia existiendo aun no comprendía como los únicos sobrevivientes de tal horrible suceso fueron niños, pequeños a los que el había arrebatado a sus padres…pequeños a los cuales el cuido hasta verlos adultos y formar familias… pequeños ignorantes los cuales lo aceptaron y lo siguieron como su líder… por ellos y sus pecados tenia que terminar con Adier… tenia que morir…

 

   

CONTINUARA…….

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