19 oct 2010

Capitulo II

Después de mostrarle la mansión a Razzel, el demonio de ojos esmeralda hablo muy seriamente sobre lo que serian sus obligaciones.

-Tu único deber aquí es el de cuidar a Haziel, no puedes hablar con el, no puedes tomarte descansos y como te mencione ayer no puedes tocarlo.

-Si.

-Para cualquier emergencia aquí... – mostrando una simple hoja de papel –... están los teléfonos mas importantes, aunque te aconsejo que cuando Haziel tenga una de sus crisis llames a Thymae.

-Crisis?

-Si, nosotros los llamamos así y no lograría explicártelo, ya que ni siquiera yo lo entiendo. De lo demás no debes preocuparte, hay una persona encargada tanto de los quehaceres domésticos como de los alimentos. Alguna duda?

-Haziel puede salir a algún lugar?

-No y el lo sabe perfectamente, lo mas que puede hacer es salir al jardín, entendido?

-Si.

-Eso espero.

Después de tan amena platica, Tora tenia que regresar a sus tareas diarias.

-Tora ya te marchas?- era Haziel que se había interpuesto en su camino.

-Si Haziel, es hora de trabajar, pero no te preocupes por que aunque no puedas salir no conseguirás escapar del trabajo.- contesto el demonio con un tono de voz casi dulce.

-Que bien, por que no deseo escaparme.- el pequeño ángel mostró una amplia sonrisa.

Para Razzel esta escena resulto mas que extraña, era la primera vez que veía que un Ángel y un demonio se llevaran tan bien, cualquiera diría que incluso eran amigos.

Tora se despide del ángel y sale de la mansión.

Haziel suspira evocando aquellos tiempos en los que asistía a trabajar como todos los demás, a pesar del duro ambiente que reinaba en las oficinas de la empresa, él siempre salía adelante sobre poniéndose a las malas vibras y a los malestares, pero ahora... ahora era distinto, ya ni siquiera tenia las fuerzas para salir a dar un paseo o evitar desmayarse con solo cruzar la puerta principal de esa casona.

Últimamente esta situación lo deprimía, pero solo un poco ya que tenia a su querido Yami que siempre estaba ahí para animarlo, mientras Miren no intentase matarlo de nuevo, todo estaba bien, ya había sufrido su ausencia una vez y no deseaba volver a sentirla, si fuese posible nunca mas.

En ese Instante Haziel recordó que no estaba solo, levanto la vista para ver a su nuevo guardián.

-Creo que no nos han presentado, mi nombre es Haziel, cual es el tuyo?- pregunto, intentando mostrar sus buenos modales.

Tomando en cuenta las instrucciones que le fueron dadas, Razzel no contesto la pregunta del que era ahora su protegido. 

Esta acción hizo sentir pésimo al pequeño ángel, pero tenia que ser fuerte, así que reuniendo todas sus fuerzas hizo a un lado ese sentimiento y mostró una sonrisa.

-Es hora de trabajar.- y caminó hacia el estudio, mientras que Razzel lo seguía.

La primera semana paso sin problema alguno, mas al iniciar la siguiente Razzel se enfrento con algo que no supo como controlar.

Haziel se encontraba sentado tras la computadora, como siempre trabajando. 

Razzel se encontraba leyendo un libro, pero siempre al pendiente del ángel, entonces fue cuando lo noto, Haziel seguía trabajando, pero de sus hermosos ojos grises empezaron a brotar abundantes lagrimas.

-Tengo que ser fuerte, tengo que ser fuerte, tengo que ser fuerte, tengo que...- murmuraba intentando hacer caso omiso a sus lagrimas y a su dolor.

El pobre ángel sentía una terrible opresión en el pecho, mientras un aterrador frió se apoderaba de su cuerpo haciéndolo temblar incontrolablemente.

El guardián de ojos rubí se acerco muy preocupado por lo que estaba sucediendo, estaba a punto de tocarlo, cuando la puerta del estudio fue abierta de golpe.

-NO LO TOQUES!!!- era Thymae que sin mas alejo a Razzel el pequeño ángel- no te preocupes, yo estoy aquí y nada malo te pasara – decía mientras que con sus delicadas manos limpiaba aquellas lagrimas que opacaban el hermoso rostro de Haziel y despues lo abrazo.

Haziel correspondió el abrazo y poco a poco se empezó a sentir mejor.

-Será mejor que vayas a descansar.- propuso la joven.

-Tienes razón.- con un gran esfuerzo se separo de ella y se levanto de su asiento.

Thymae ayudo a Haziel a llegar a su habitación, una vez dentro lo hizo que se acostara en la enorme cama, ella se sentó a su lado y comenzó a cantar una canción algo extraña e incomprensible, mas al parecer el ángel entendía a la perfección.

Cuando la joven de cabello negro estuvo segura de Haziel estuviese dormido, salió de la habitación.

En todo ese tiempo Razzel había estado esperando afuera de la habitación.

-No te preocupes, eso es normal en Haziel.- fue lo único que dijo Thymae usando su típico tono infantil.

“Normal?” pensó Razzel aun con la preocupación por lo que le había sucedido a su protegido.

Al día siguiente Tora estaba sumamente molesto con el guardián.

Todos a excepción de Haziel se encontraba en la estancia, Tora miraba de una forma despectiva a el guardián, la rubia solo miraba divertida por la situación, se preguntaba mentalmente cual seria el castigo de Razzel, aunque no importaba mucho, fuera cual fuera ella estaría lista para cualquier cosa que Tora le ordenara. La joven princesa leía una revista muy ajena a la situación, al parecer no le interesaba en lo mas mínimo.

-Que fue lo que sucedió?- la vos del demonio rompió el silencio.

Razzel contó todo lo sucedido con lujo de detalle, Tora medito un poco, mas cuando iba a pronunciar palabra alguna fue interrumpido por Thymae.

-Tora no deberías de ser tan malo con Razzel.- dijo la princesa dejando a un lado su revista – recuerda que hay que tener tolerancia hacia los demás, eso es lo que Haziel nos a enseñado.- la escena era como si una pequeña niña intentara darle lecciones a un adulto –por favor perdónalo, hazlo por mi, por Haziel y por todo lo bueno en este mundo, sobre todo los dulces.- Thymae le suplicaba a Tora.

-Esta bien, tu ganas.- se rindió a las suplicas de la princesa ya que si no lo hacia ella tomaría represalias con el.

Thymae se acerco a Tora y le dio un efusivo abrazo.

-Gracias.

-Razzel, puedes regresar a tus deberes, pero que no se vuelva a repetir. El guardia obedeciendo fue en busca de su protegido.

-Thymae, podrías soltarme?

-Lo siento es que no puedo evitarlo.- se disculpo la joven.

-Pequeña, no crees que ya no estas en edad para seguir con ese tipo de actuaciones?- por fin hablo la rubia.

-Es cierto, acaso quieres quedar ante Haziel como la salvadora de su guardián?- pregunto Tora.

-No, solo que me gusta actuar así y si de paso obtengo beneficios, que importa.- el rostro infantil de Thymae cubría perfectamente la malicia que la joven tenia.

Haziel se encontraba en su habitación, bastante preocupado por la suerte de su guardián, cuando tocaron a la puerta.

-Adelante.

Razzel entro a la habitación y el pequeño ángel al verlo no pudo evitar preguntarle con la mirada que había sucedido.

-No te preocupes, la princesa intercedió por mi.

El ángel suspiro aliviado y toda aquella preocupación se esfumo.

-Me alegra saber que tu estas bien.- lo decía sinceramente, mientras que una dulce sonrisa se dibujaba en su rostro y por alguna extraña razón esto azoro un poco a Razzel.

 

............... Continuara. ................

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