5 dic 2010

Capitulo V

Zoro corría por las calles de la ciudad, en una de sus manos llevaba una bolsa plástica con frutas, verduras y algo de carne, tenia que llegar a casa y preparar algo de comer, esperando que Ace esta vez decidiera el comer algo, ya tenia días sin probar alimento o agua y si esto seguía así las heridas que tenia nunca sanarían y lo que era aun peor podría incluso hasta morir y en definitiva él no lo permitiría, no dejaría que Ace se fuera de entre sus manos, por esa razón se estaba esforzando al máximo, viviendo de día como cualquier humano y de noche siendo un vampiro, aunque solo llevaba un par de días así era en extremo complicado y bastante agotador.

Mientras tanto en el departamento del vampiro pelirrojo, Ace se encontraba justo a mitad de la estancia, arrastrándose en un intento mas por huir de ese lugar, no importaba el costo…no importaba si le costaba incluso la vida, él tenía que alejarse de Zoro. Nadie ni siquiera el peliverde entendería sus razones por intentar algo así, Zoro jamás entendería del todo sus sentimientos…

La puerta principal se abrió dejando entrar al peliverde, el cual se llevo tremenda sorpresa al ver a Ace en el piso de la estancia.

-Por que sigues intentándolo? Por que deseas tanto alejarte de mí? – preguntaba al momento que soltaba la bolsa que traía haciendo que toco cayera al piso, se acerco lentamente al moreno y se arrodillo a su lado.- Acaso me odias tanto?- la pregunta salió en un dolido murmullo.

Ace no respondió a ninguna de esas preguntas, ya que él no entendería que lo hacia por su bien, por que a pesar de todo aun lo amaba con toda su alma… nadie lo entendería…

Con sumo cuidado y algo de esfuerzo, Zoro levanto a Ace y lo llevo nuevamente a la habitación que había ocupado todo ese tiempo, lo dejo en la cama y lo cubrió con las sabanas.

-No importa cuantas veces lo intentes, yo jamás te dejare ir.- dijo el peliverde al momento que se sentaba a un lado del moreno.

Como veces anteriores Ace tuvo que morderse la lengua para no responder para que su fachada no se cayera dejando expuesto la mas cruda verdad que había dentro de él, por lo menos cuando Zoro se mostraba como un vampiro delante de él, no era necesario seguir fingiendo tranquilidad… al grado de su mente se nublaba y solo sus instintos lo mantenían activo… solo el pensamiento de matar llenaba por completo su ser… como decirle la verdad a alguien que no quiere ver la realidad.

Zoro dejo la habitación sintiendo un gran dolor en el pecho y aunque las lagrimas estuviesen listas para caer, no lo harían… no era el momento de llorar y decaer, no podía hacerlo cuando aun debía de terminar con los preparativos para el viaje, ya que esa noche se despediría de Shanks-san, agradeciéndole sus cuidados, enseñanzas y apoyo, por que ya no deseaba causarle mas problemas al que se había convertido en casi un maestro para él.

 

+++

 

Shanks observaba en silencio como Zoro ya con maletas listas e incluso había conseguido una silla de ruedas para el cazador, el cual ya se encontraba sentado en esta, con los ojos cerrados y aparentando dormir.

-Shanks-san, en verdad agradezco sus cuidados para con mi persona, pero es tiempo de que me marche, por que ya no quiero causarle mas problemas.

-No causas ningún problema y tanto tú, como el ca… tú amigo, pueden quedarse el tiempo que sea necesario.

El pelirrojo deseaba el convencer a Zoro de que se quedara, ya que tenía el presentimiento que si dejaba que ellos se fueran, lo más probable era que el peliverde comenzara a ser perseguido por otros cazadores o aun pero que el moreno terminara por darle fin a la existencia del joven pianista.

-Gracias , pero he decidido seguir mi camino solo con Ace…

El sonido del timbre interrumpió abruptamente, poniendo en alerta a todos ya que supuestamente nadie sabia de la existencia de aquel lugar… solo las gemelas que a su vez eran vigilantes. Si ambas chicas estaban ahí, Zoro no tendría alternativa más de acabar con ellas, ya que no permitiría que le arrebataran a Ace.

El joven cazador abrió los ojos y miro fijamente al pelirrojo, ambos sabían que se trataba de un cazador y un vampiro, lo cual causaba desconcierto a ambos.

Cuando Shanks abrió la puerta, preparado para cualquier situación. La visión de una mujer morena de mirada azul, la cual lucia un fino y caro abrigo blanco fue lo primero que lo recibió al abrir la puerta; esta mujer estaba acompañada de un hombre, que no parecía tener mas de 40, su cabello era corto de color negro y sus pupilas de un brillante dorado, al igual que las de Zoro cuando se mostraba como un vampiro.

El peliverde que estaba tras Shanks, su mirada esmeralda se poso en el hombre.

-Abuelo…- murmuro el joven pianista, para sorpresa del pelirrojo y del cazador que debido al lugar en donde se encontraba, no había podido ver a los recién llegados.

-Zoro.- Dijo aquel hombre con una gran sonrisa. -Cuanto has crecido en estos 10 años.- en el rostro de aquel ser podía verse el orgullo.

Shanks deseaba saber si lo que Ben le había contado era verdad, así que dejo entrar tanto a la cazadora como a ese vampiro. Los ojos de Ace inmediatamente reconocieron a Nico Robin, pero de sus labios no broto palabra alguna, ya que en esos momentos era mejor el escuchar.

Cuando todos se encontraban sentados en la estancia, el primero en hablar fue Shanks.

-Supongo que he de presentarme.

-No hay necesidad de eso Shanks-san, se perfectamente quien es usted y estoy en deuda por haber cuidado de Zoro. Además en este caso el que debería de presentarse soy yo. Mi nombre es Roronoa Leo y soy el abuelo de Zoro y mi acompañante es Nico Robin.- la aludida solo dio una sutil sonrisa ante la presentación.

-Mucho gusto.- dijo cortésmente el pelirrojo.

-Por que?- pregunto en un murmullo interrumpiendo las presentaciones.-Por que hasta ahora abuelo? Por que no me buscaste antes?- no pudo evitar que eso sonara a una recriminación.

-Por que el día en que tus padres fueron atacados por Mihawk, yo intente hacerle frente, mientras Olivia, la madre de Robin, recuperaba los cuerpos y te suministraba tu medicamento, pero cuando ella intento ir por ti después de poner en un lugar seguro los cuerpos de tus padres; Monkey D Grap ya estaba en la casa debido a que había estado siguiendo a Mihawk y a ti te encontró inconsciente y en mal estado, así que él te llevo y nosotros no pudimos hacer nada para evitarlo.

-Pero…

-La familia D es la mas fuerte entre todos los cazadores, yo soy un vampiro y Olivia estaba muerta ante ellos, así que por mas que deseara ir por ti, estaba fuera de mis posibilidades, ellos te tenían y yo solo podía moverme en las sombras, para que tus medicamentos te llegaran y ellos no descubrieran lo que eres, por que te habrían matado sin duda alguna.- explico Leo.

-Mentira…- los labios de Zoro se movieron, pero no broto sonido alguno, pero su mirada se poso en el moreno que se encontraba en la silla de ruedas.

Ace se había enterado… Ace había sabido que era un vampiro… Ace no lo mato en ese entonces… a pesar de que él era un cazador…

-Perdón por interrumpir, Leo-san me gustaría saber el por que habla usted de unos medicamentos, que supongo que eran las pastillas que Zoro ingería con anterioridad.- intervino el pelirrojo al ver la depresión en el rostro del joven pianista.

-Eso es cierto, supongo que ahora debo demasiadas explicaciones e intentare responder algunas dudas.- dijo preparado para debelar el origen de su nieto.- Desde que tu madre te estaba esperando Zoro, tu padre sabía perfectamente la frágil condición de ella y por consiguiente de la tuya, así que vino a mí ya que los médicos no daban muchas esperanzas de vida para ti. Yo sin pensarlo dos veces acepte el ayudar ya que con el pequeño éxito que había representado el salvar la vida de mi querida Olivia de los brazos de la muerte, tenía la certeza de salvar al más joven integrante de mi familia. Al momento que naciste tus padres, se arriesgaron para sacarte del hospital, aunque te encontrabas en un grave estado. Cuando llegaste a mis brazos estabas prácticamente muerto, así que rápidamente me puse a trabajar, los conocimientos que he estado acumulando con el paso de los años, sobre la composición de los vampiros, cazadores, vigías y seres humanos normales me llevo a lograr mejorar tu condición agregando en tu frágil cuerpo lo mejor de la sangre vampírica, con las ventajas de la sangre humana, trate de no cometer los errores que ocasionaron que mi querida Olivia estuviera vetada de la sociedad, pero al parecer no fueron del todo corregidos, siendo el mas notable de todos que los instintos de vampiro predominaban ante todo lo demás; así tuve suministrarte un medicamento que invente especialmente para ti, esas pastillas están hechas a base de sangre de cazador… de la sangre del clan Nico, cualquier vampiro que las ingiera podría sufrir de malestares horribles, pero para ti solo mantenían tu estado vampírico sellado.

Shanks estaba tan impresionado, era la primera vez que conocía a uno de su especie tan sumergido en la ciencia, ya que regularmente la mayoría volcaba su tiempo, en las artes, los humanos y el cuidarse de los cazadores, pero a pesar de lo deslumbrante de los logros de Roronoa Leo, sabia que eran en demasía peligrosos.

-Si eso es verdad entonces por que la sangre de los D no mato o le ocasiono algo mas severo a Zoro cuando bebió de ella? Se supone que es la mas toxica para nosotros los vampiros y no creo que Zoro este totalmente exento.- pregunto Shanks, bastante interesado en la respuesta.

-Desgraciadamente aun no tengo la respuesta de eso, al parecer Zoro es inmune al veneno de los D… aunque no entiendo del todo la razón, por esa razón Zoro quiero que vengas conmigo y eso incluye a tu amigo.- dijo Leo mirando al cazador que parecía estar totalmente en otro lugar.

-Esta bien.

No hubo más palabras, Zoro había tomado la decisión de marcharse, así que si su abuelo se había logrado mantener oculto por tanto tiempo, tal vez podía de igual manera ocultarlos a ellos también.

La despedida fue corta y en el momento en que la puerta se cerró Shanks ahora más que nunca estaba convencido de que Zoro no estaría seguro con su abuelo ya que había algo en ese sujeto que lo había dejado perturbado.

 

+++

 

La llegada a la mansión Nico sucedió sin contratiempos, siendo recibidos por una mujer de cabellos blancos y mirada azul, idéntica a la joven cazadora, solo que con una notoria expresión de angustia, ella era Nico Olivia.

Por extraño que pareciera, Zoro en verdad se sentía en casa. Olivia-san era tan comprensiva y cariñosa, Robin-san tan inteligente y su abuelo lo consentía hasta en el mas pequeño deseo, por esa razón no se podía negar cuando él le pedía un poco de su sangre o que tomara algunos medicamentos.

Ya había pasado un mes desde que llego junto a Ace a ese lugar, pero a pesar de que todos le facilitaban la vida, tenía su propia cruz la cual solo él tenía que cargar.

Ace día a día decaía más y más a pesar de que literalmente lo obligaba a comer pero no había respuesta de mejora.

-Que sucede? – la voz de su abuelo lo saco de sus pensamientos.

-Nada…- murmuro bastante desanimado, intentando mostrar una sonrisa, aunque fallando irremediablemente.

-Es sobre tu amigo no?

Un suspiro profundo lleno de decepción fue la respuesta.

-Me gustaría hablar con él.- comento Leo.- quiero conocer un poco mas de la persona que es especial para ti.

-Pero él…- no sabia como decir que Ace odiaba de manera enferma a los vampiros, aunque ciertamente en el estado en que se encontraba, era un hecho que su abuelo no corría peligro alguno. – Esta bien.- dijo al fin.

 

+++

 

Leo y Ace se encontraban en lo que era el estudio del primero. El moreno a pesar de estar atado a esa silla de ruedas, se mantenía impasible frente al vampiro, sabiendo que no podía confiar en él, pero aun así debía de mantener la calma.

A fuera de la habitación y resguardados tras la puerta de caoba se encontraban Zoro, Robin y Olivia, los cuales escuchaban con atención lo que sucedía en el interior del estudio.

-He deseado tener esta charla contigo, joven cazador, desde el día en que tu nombre llego a ser de vital importancia en la vida de Zoro. Así que solo tengamos una amena charla.- dijo de manera amable, ignorando por completo aquella mirada negra que brillaba con la intensidad que solo el odio puede dar.

-Bien, entonces quiero saber que hay detrás de todo esto.- quería saber a lo que se enfrentaba.

-Lo que quieres escuchar es algo muy personal.

-Tu eres el que deseabas la charla, no yo.- dijo de manera tajante.

-Lo único que deseo es lograr salvar la vida de mi familia con ayuda de la ciencia y eso no pudo entenderlo mi creador.- prácticamente siseo lo ultimo.- Yo era un hombre humilde con una familia que dependía totalmente de mi, aunque debo de aceptar que la propuesta de vida eterna que Mihawk me propuso fue demasiado tentadora incluso para poder resistirme.- pareció hundirse en sus recuerdos.- La tentación fue demasiada y pague mi pecado con creces, yo no sabia que mi mujer era parte de una familia de cazadores, jamás pensé que el amor de mi vida hubiese estado a punto de matarme y ese no fue mi único problema, ya que Mihawk me deseaba para si mismo, acabo con mi esposa y la mayoría de mis hijos, solo pude salvar a uno y ocultarlo de los ojos de mi creador, yo también me tuve que ocultar, así comencé a aprender sobre medicina y con el avance de la ciencia aprendí genética y muchas cosas mas que para Mihawk eran inaceptables. A pesar de las adversidades pude cuidar de mi familia… la poca que tenia, deseaba el poder otorgarles esta vida eterna que poseo pero con nulas desventajas.

-Tus intenciones son estúpidas y erróneas, solo eres un traidor que desea enmendar las cosas de la peor manera posible.- comento de manera tranquila Ace.

Tras la puerta de madera, Olivia se disponía a retirarse, aquel joven cazador estaba comenzando a hablar con la mas pura verdad y ella no quería escuchar, no deseaba escuchar lo que ella tenia la obligación de saber… ella había fallado irremediablemente como cazadora y el moreno se lo recordaba sin siquiera proponérselo.

Zoro escuchaba atentamente cada palabra y Robin solo se había quedado ahí por si Leo necesitaba ayuda, ya que ella sabía lo intratable que podría ser Ace.

-Los vampiros jamás entenderán el por que de las acciones de un cazador, jamás entenderás que ella te amaba.

-MIENTES!!! SI ELLA EN VERDAD ME HUBIESE AMADO, JAMÁS HABRÍA INTENTADO MATARME!!!- rugió con fuerza Leo, esas palabras lo habían enfurecido.- Los cazadores tienen una mentalidad retrograda y salvaje, ellos no entienden que el ser vampiro no es malo, al contrario es una ventaja en el ámbito del conocimiento.

-Puede ser que tengamos una mentalidad retrograda, pero ningún cazador que se aprecie de serlo aceptaría el estar junto a un vampiro.- sin ser consiente de ello, Ace había lastimado a Zoro, que a pesar de esto seguía sin perder palabra alguna.

-Entonces si yo te hiciera la propuesta de estar al lado de Zoro por toda la eternidad, la rechazarías?

-Si, prefiero la muerte a estar una eternidad ligado a un vampiro.

Las lágrimas habían comenzado a brotar de aquellos ojos que en esos momentos aun conservaban su color esmeralda. Zoro no podía creer que esos fueran los verdaderos sentimientos de Ace.

-Entonces no sientes nada por él.- declaro Leo intentando calmarse.

-Si quieres la verdad…- murmuro.- Yo amo con todo mí ser a Zoro y mi deseo es estar a su lado, lo que me resta de vida - contesto rápidamente y sin siquiera titubear.

Las lágrimas aun estaban presentes, pero ya no el dolor. El corazón del peliverde comenzó a latir con fuerza al escuchar la respuesta del moreno.

-No entiendo del todo tu respuesta cazador.

-Claro que no lo entiendes por que eres un vampiro.- una imperceptible sonrisa apareció en sus labios.- El amor de un ser mortal puede llegar a ser eterno, pero el amor de un vampiro es solo una ilusión que el paso del tiempo diluye, por eso rechazo totalmente el vivir eternamente al lado de Zoro, ya que ni siquiera concibo la idea de dejar que el tiempo acabe con lo que yo siento por él.

La puerta de madera se abrió dejando entrar a Zoro, el cual aun con el rostro lloroso se acerco rápidamente al moreno para terminar abrazándolo. Ante esto Leo dio por terminada la charla y sin decir palabra alguna, abandono el estudio y fue directamente a su laboratorio, seguido por Robin.

-Ahora que hacemos?- pregunto la morena.

-No hay alternativa, hay que matar al cazador, lo único que necesito es su sangre, lo demás no me interesa.

Leo estaba furioso; le había ofrecido al cazador lo que cualquier otro humano desearía, lo había hecho por el bien de Zoro, pero ahora comprendía que el moreno solo seria un obstáculo en sus planes, así que era mejor el eliminarlo ahora, antes de que llegase a contaminar la mente de su nieto.

-Bien, yo me encargare de eso.- dijo Robin con una gran sonrisa.

 

+++

 

Zoro y Ace estaban en la habitación que ellos compartían, el peliverde estaba tan feliz de saber ahora los verdaderos sentimientos de Ace, así que tomaría una decisión que tal vez afectaría a su abuelo, pero si con ello podía estar un poco mas al lado de Ace, lo demás no importaba.

El moreno no había dicho palabra alguna y como siempre se mantenía imperturbable en frente de Zoro, aunque tal vez era el tiempo de dejar las cosas en claro.

-Ace, yo solo quiero estar a tu lado, por esa razón he decidido el tener una vida como un humano mas, no me importa si a pesar de eso tu sigues sin dirigirme la palabra, no importa…ya que yo se que lo que te he hecho no tiene perdón, pero solo permíteme estar a tu lado.- esperaba darse a entender, esperaba que Ace comprendiera que el también lo amaba.

-Si te quedas a mi lado, algún día mis instintos prevalecerán a lo que siento por ti y terminare matándote con mis propias manos.-a pesar de lo cruel de sus palabras, era la verdad.

-Si puedo morir en los brazos de la persona a la cual amo, no me importara.-dijo completamente seguro de sus palabras.

-Si eso es lo que deseas, quien soy yo para negarme.

Ante la mirada sorprendida del peliverde, una sonrisa sincera apareció en los labios del moreno, como en los viejos tiempos, ante lo cual al ya no poder soportarlo más brindo un efusivo abrazo a Ace y unió sus labios en un exigente beso… como en los viejos tiempos.

 

+++

 

Ya había tomado la decisión por esa razón se encontraba en el laboratorio de su abuelo, el cual se encontraba analizando una muestra de sangre y a su lado se encontraba Olivia-san, que estaba al pendiente de lo que él necesitara.

-Que es lo que deseas Zoro?- pregunto sin quitar la vista de su trabajo.

-Abuelo, he tomado la decisión de dejar de ser un vampiro y vivir una vida lo mas normal posible como un ser humano al lado de Ace, así que ya no ayudare mas en los experimentos.

-No estaba tan equivocado, ese cazador es el culpable de lo que dices. Zoro, acaso no te interesa el ayudarme a revivir a tus padres?- su mirada dorada se poso en el peliverde ahora si centrando toda su atención en este.

-Yo supere hace mucho tiempo su perdida, incluso el recordar como fue que en verdad murieron, no cambio este hecho, en verdad agradezco el que hayan hecho todo lo que estaba en sus manos para salvar mi vida, pero no quiero hacer algo de lo que ellos no han decidido.

-Zoro, en vedad no te dejes llevar por las palabras del cazador, el solo esta esperando el momento justo para acabar contigo.

-No me importa yo con gusto doy mi vida por poder estar un día o diez años al lado de Ace, además tengo derecho a decidir sobre como quiero vivir; Abuelo tu tuviste la oportunidad de decidir tu camino, si lo hiciste bien o mal, no importa ya que al fin de cuentas fue tu decisión, así que yo he tomado la mía y no me importa si eso me causa la muerte, estoy feliz con lo que he decidido y no pienso cambiar de opinión.

-Siento escuchar eso, pero como comprenderás, no puedo dejarte ir, no cuando ya estoy cerca de lograr mi objetivo.- volteo a ver a la mujer que estaba a su lado.- Olivia, ya sabes que hacer.

La mujer de blancos cabellos negó con la cabeza, armándose con el poco valor que aun le quedaba.

-No lo hare, Zoro-kun tiene razón.

Mientras tanto en la habitación del peliverde, ella había entrado sigilosamente esperando atrapar desprevenido a su presa, pero para su desgracia Ace estaba en total alerta, por esa razón ahora un arma 9mm apuntaba a la cabeza del joven cazador que se encontraba sentado en la cama.

-Hasta que al fin muestras lo que en verdad eres, por lo menos no paso esto estando casados.- comento un poco sarcástico el moreno.

-No creas que a mi me agradaba mucho la idea de casarme con alguien como tu.

-Lo se, así que por que no disparas en vez de enfrascarnos en una charla banal.

El sonido del disparo resonó por toda la mansión llegando incluso al laboratorio en donde se encontraban Zoro, su abuelo y Olivia.

-Al parecer Robin es mucho más confiable que tú.- dijo Leo

-Nani?- Olivia no podía creer lo que estaba escuchando.- Acaso le pediste a mi hija que matar a Ace!- ella sabia que a pesar de que el joven moreno se mostrara tranquilo e incluso débil, eso no significara que en verdad lo fuera, era casi un suicidio atacar a un D.

Zoro no había escuchado lo que Olivia había dicho, ya que había salido rápidamente del laboratorio de su abuelo y ahora corría con tal desesperación, rogaba a los cielos para que Ace estuviera bien… Ace no podía dejarlo en este momento, no ahora… no cuando al fin todo había quedado claro entre ellos…

Abrió la puerta de su habitación esperando ver la peor de las escenas, pero solo encontrando a Ace sobre la morena mientras que tenía un arma posicionada directamente en la sien de la mujer.

-Necesitas mas preparación.- dijo al momento que liberaba a Robin.

Olivia llego con el alma en un hilo, pero al ver a su hija sin ninguna herida, la tranquilidad llego a ella.

-Robin…- se acerco a ella e intento ayudarla a levantarse.- me alegro que estés bien.

-Por favor madre, no te entrometas en esto.- rechazo la ayuda.- tengo que terminar con lo que Leo me ordeno.- se puso de pie y en guardia, al momento que sacaba otra arma de entre sus ropas y apuntaba nuevamente al cazador.

Olivia quiso detener a su hija, pero era demasiado tarde, 5 disparos salieron del arma y aunque Ace estaba preparado para esquivarlos, a pesar de que no estaba al 100%, no le fue posible hacerlo ya que todos y cada uno de ellos perforo el cuerpo del peliverde que se había interpuesto sin siquiera pensar en las consecuencias y que ahora caía al piso mientras que la sangre brotaba de las heridas.

Ace cayo de rodillas, cerrando los ojos y tapándose los oídos mientras que aquellos horribles recuerdos llegaban a su mente, el terror lo comenzaba a invadir y sus instintos exigían ser liberados.

Ante la mirada aterrada de Olivia, Zoro se puso de pie, dejando en el olvido toda humanidad y solo mostrando el lado mas salvaje que podía tener un vampiro.

Pobres de aquellas mujeres, madre e hija terminaron siendo descuartizadas por aquella bestia sedienta de sangre, poco importo que Olivia hubiese hecho su mayor esfuerzo para salvar a Robin, no sirvió de nada que ambas fuesen cazadoras, nada las había preparado para enfrentarse ante tal monstruo.

La bestia arrasaba con todo a su paso, llegando hasta el laboratorio en donde Leo tubo que hacerle frente a su propia creación, el cual estaba fuera de control y destruía lo que le había costado años de investigación y trabajo, mientras que el fuego se hizo presente y se expandió por todo el laboratorio, saliendo de este y rápidamente propagándose por la mansión gracias a las alfombras, libros y un sinfín de material inflamable que había en ella.

Ace había logrado resistir a su ataque de pánico o por lo menos eso esperaba, así que al notar el fuego, con pasos temblorosos fue en busca del peliverde, encontrándolo en lo que quedaba de la estancia, devorando lo poco que quedaba de aquel vampiro. Que gran ironía, había visto su fin a manos de su propia creación, por quien había ido incluso en contra de la naturaleza, solo para cumplir su utópica idea.

No había nada de Zoro en aquel oscuro ser y Ace lo sabia… era ahora o nunca, tenia que terminar con esto, así que hizo un profundo corte en una de sus muñecas, haciendo que la sangre brotara a raudales, el olor de su sangre fue lo suficientemente fuerte como para llamar la atención del vampiro, el cual se abalanzo en su contra, hundiendo de manera brutal sus dientes en la muñeca del moreno, succionando con vehemencia lo que para él era un exquisito manjar.

Por parte de Ace no hubo resistencia… no esta vez, había perdonado a Zoro desde lo mas profundo de su corazón, así que mantenía totalmente restringidos sus instintos, a pesar de que aquella bestia ya que había arrancado su brazo izquierdo y el dolor lo golpeaba casi nublando su mente, no quería perder la conciencia, no hasta que su corazón dejara de latir o fuera devorado por su atacante.

La conciencia regreso de golpe a Zoro, dejando atrás su condición como vampiro y regresando a ser un humano normal, pero cuando lo hizo se topo con la peor de las escenas posibles, ahí en el piso se encontraba un moribundo Ace, ya sin ambos brazos y con una horrible herida en el cuello, el peliverde miro hacia todos lados, buscando ayuda, pero solo viendo enormes paredes de fuego por todos lados, tomo con mucho cuidado entre sus brazos a Ace.

-Gomen nasai, gomen nasai, gonen nasai…- repetía una y otra vez mientras que las lagrimas resbalaban por sus mejillas, cayendo en el rostro del moreno, el cual tenia los ojos cerrados y respiraba ya con mucha dificultad.- Resiste, yo te sacare de aquí…

-No…- su voz apenas fue audible, abrió los ojos mostrando una mirada ya apagada que anunciaba que tan cerca estaba de las puertas de la muerte.- aquí es… donde… todo termina… permíteme morir en tus…- un ataque de dolor pudo mas que sus deseos de decir adiós, su cuerpo ya no resistió mas y simplemente sucumbió.

Su corazón pareció detenerse en ese instante, el tiempo y el espacio careció de total sentido para él, al grado de ni siquiera notar que alguien gritaba su nombre. El fuego llego a él, pero no hubo reacción alguna, por lo menos así podía seguir a Ace. Al cielo, al infierno o en una reencarnación, no importaba a donde, el seguiría a Ace.

 

+++

 

De la mansión de la familia Nico solo cenizas quedaban, el fuego se lo había llevado todo y por poco a él también. Había llegado demasiado tarde y por más que hubiese querido salvar a Zoro, le fue imposible.

Shanks se reprochaba el no haber sido mas eficaz en su plan de rescate, pero que podía hacer… cuando encontró a Zoro que estaba aferrado al cuerpo sin vida del cazador, por mas que lo llamo, por mas que intento llamar su atención, todo fue en vano ya que lo que había visto solo había sido un cuerpo vacio.

El vampiro pelirrojo miro el oscuro cielo y por primera vez se cuestiono que tan valida era su existencia en este mundo y en que momento un vampiro puede cruzar los limites de lo permitido entre los de su raza. Por ultimo solo deseaba que donde quiera que su amado pianista estuviera, que fuera feliz…

Una lagrima roja acompaño su deseo.

 

 

FIN

 

como siempre agradezco que hayan llegado hasta esta el final de este fic, que si bien siento que no me quedo como yo quería, si expreso de cierta manera la idea principal y como siempre pido disculpas no si se entendió, pero ya es costumbre en mi XP

0 comentarios:

About Me

Mi musica

Naoko. Con tecnología de Blogger.
uhr online relojes web

Entradas populares

Seguidores

Chat

Vistas a la página totales

Suscripción

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner