25 dic 2010

Capitulo V

 

Aproximadamente una semana había pasado desde que Haziel decidiera enclaustrarse en su habitación y no permitiera el acceso a nadie, preocupando de sobremanera a Thymae y Tora, ya que eran muy raras las veces que el ángel se comportara de esa manera.

 

Razzel no sabia lo que estaba sucediendo con su ángel y al parecer nadie iba a explicárselo.

 

Todo iba de mal en peor.

 

Tora y Thymae no cesaban de discutir, el primero deseaba deshacerse del guardián, pero la joven princesa no se lo permitiría.

 

-PERO COMO ES POSIBLE QUE ME HUBIESES OCULTADO ALGO ASÍ!!!- gritaba furioso el demonio.

-YO NO TENGO LA OBLIGACIÓN DE HACERTE SABER TODO LO QUE PASA AQUÍ Y ADEMÁS YO NO SABIA NADA DE LO QUE HAZIEL SENTÍA!!!

Los dos ya llevaban alrededor de tres horas discutiendo, encerrados en el estudio y Miren harta de todo se sentó en un sillón de la estancia con alrededor de 20 catálogos de ropa masculina, ya que necesitaba que algo le hiciese desaparecer el estrés.

Lamentablemente para ella apareció el guardián en la estancia arruinando por completo su plan.

-Disculpe...- Razzel trato de utilizar el tomo mas respetuoso que tenia -... solo quería preguntarle que es lo que esta sucediendo?

La rubia pensó en una respuesta corta, directa y que no estuviese plagada de mentiras.

-Tora y Thymae pelean por tu culpa, Haziel no quiere salir se su habitación... creo que eso también es tu culpa y...

-Por mi culpa?

-Si, por tu culpa, por haberte enamorado de Haziel y hacer que el sintiera amor por ti, acaso estas ciego? Al verte Haziel conmigo el sintió celos y por esa razón se encerró en su habitación, mas obvio no puede ser.

Razzel tardo un par de minutos en asimilar las palabras de Miren, una ves procesada la información el guardián salió de su trance y subió a toda velocidad al segundo piso, necesitaba hablar con su ángel y aclarar todo este embrollo.

El guardián estaba a punto de tocar la puerta pero Thymae lo detuvo.

-Yo en tu lugar no haría eso.- dijo la princesa con bastante calma.

Razzel no entendía las palabras de Thymae, así que esta saco de uno de sus bolsillos un pequeño dulce, uno de esos que tanto le gustaba comer y sin mas lo lanzo hacia la puerta, al hacer contacto el dulce con la puerta este se desintegro.

Una vez dada la explicación el guardián opto algo menos peligroso.

-HAZIEL, ABRE LA PUERTA, POR FAVOR, NECESITO HABLAR CONTIGO!!!- gritaba a todo lo que sus pulmones daban.

Dentro de la habitación, Haziel se encontraba sentado en medio de la enorme cama, su vacía mirada gris estaba perdida en algún punto del lugar, mientras acariciaba continuamente a su pequeño gatito.

Al escuchar la voz de su guardián detuvo su labor y fijo su mirada en la puerta.

-Razzel...- murmuro, intento bajar de la cama, pero el sujeto de cabello blanco se lo impidió.

-Acaso piensas dejarme solo? Además, no  puedes perdonarlo, el te hizo daño... vamos no te separes de mi, yo haré que ese dolor que sientes desaparezca para siempre.

El pequeño ángel olvido su intento de levantarse de la cama y tan solo se recostó en ella, cerro los ojos dejando escapar un par de lagrimas.

-Yami...- murmuro Haziel.

-No te preocupes, te prometo que muy pronto dejaras de sentir dolor alguno... miau... muy pronto.- abrazo posesivamente al ángel, mientras comenzaba a ronronear.

Pasaron 5 días y Razzel no se había apartado de la puerta ni un solo instante, se quedaría ahí hasta que esta se abriera.

La joven princesa a pesar de no compartir la idea del guardián, siempre estaba al pendiente de cualquier cambio.

La puerta se abrió dos semanas después de que Razzel decidiera quedarse en el pasillo a esperar.

El guardián se levanto del piso y se dirigió hacia la puerta, pero antes de abrirla en su totalidad, Thymae y sus dos demonios se encontraban en el lugar.

El primero en entrar fue Razzel y lo que vio lo dejo pasmado.

Haziel yacía sobre la enorme cama, vestido con una blanca pijama, en su rostro no había expresión alguna y su mirada estaba vacía, a su lado se encontraba sentado un sujeto vestido de blanco, su largo cabello era del mismo color que el de sus ropas, de su cabeza sobresalían un par de orejas gatunas y al parecer también tenia una cola, aquel ser poso su helada mirada azul en el guardián.

-Creo que llegas un poco tarde.- dijo el desconocido en tono burlón.

Al ver entrar a los a par de demonios y a la princesa, la mirada azul del desconocido brillo de una forma extraña.

-Tu eres... Zio.. – Al parecer Tora lo conocía.

-No, ahora mi nombre es Yami, te agradecería que olvidaras el anterior Tora.

-Que le has hecho a Haziel?- pregunto el guardián mientras intentaba contener su ira.

-Me he alimentado de el, he tomado su poder y...- acariciaba de manera muy dulce el rostro del pequeño ángel -... estaba a punto de acabar con el.

-MALDITO!!! – Razzel ya no podía contenerse mas.

-No grites por favor, si deseas que te lo regrese solo tenias que pedirlo.- Yami tomo por el cuello a Haziel y sin consideración alguna lo lanzo como si de un muñeco se tratara.

Thymae lo tomo en el aire, debido a la fuerza cayó al piso con todo y el ángel, ahora que ella tenia a Haziel entre sus brezos, intentaría salvarlo.

-Como es posible que tu...- Tora se veía confundido.

-Que yo haya sobrevivido, eso ya no importa.- claro, eso ya no importaba, el no confesaría que estuvo a punto de desaparecer por culpa de el demonio de ojos verdes y el... el gran Zio, el devorador de almas mas poderoso había tenido que sellarse a si mismo dentro de un gatito recién nacido para poder salvarse... no, jamás lo diría –Lo que importa es mi venganza.

Razzel sin poderse contener mas comenzó un ataque directo en contra de Yami.

Miren intento detenerlo, mas no pudo; aunque ella no entendía nada, pero sabia perfectamente que ese sujeto era en extremo peligroso.

Yami con solo la expansión de su energía había logrado detener el ataque del guardián y lo había lanzado en contra una de las paredes de la habitación haciendo un enorme orificio.

-Es inútil guardián, incluso Tora y Miren entienden que no podrán contra mi, ahora poseo un nivel muy superior a cualquiera de ustedes.

Thymae intentaba traer de vuelta a Haziel, ya que este se encontraba perdido en esa inmensa oscuridad, que no era otra cosa mas que la soledad que su corazón sentía y en esos momentos lo estaba devorando.

El pequeño ángel tenia mucho frió y miedo, pero no podía regresar, no soportaría ver a Razzel con otra persona que no fuese él, así que ya no regresaría, pasase lo que pasase el había decidido quedarse en ese lugar para siempre, pero repentinamente empezó a escuchar una voz apenas perceptible, sin duda alguna era Thymae mas esta vez en su voz se podía apreciar que ella necesitaba ayuda, en pocas palabra se escuchaba desesperada.

-Por favor vuelve con nosotros, te necesitamos... – se escuchaba en un murmullo.

-No.- fue la respuesta de Haziel.

-Por favor regresa o estaremos perdidos...

-No.- volvió a responder.

-Tora y Miren no pueden con él y Razzel lo intento y ahora esta inconsciente, por favor regresa...

Mientras tanto Yami se preparaba para un ataque final, acabaría con todos en un solo movimiento, estaba reuniendo toda su energía en sus manos formando una esfera y sin mas miramientos la lanzo.

Una fuerte explosión hizo temblar todo el lugar, la mansión no resistiría por mucho tiempo, se derrumbaría.

Yami se iba a retirar su venganza había terminado.

-Todos se encuentran bien?- Era la voz de Haziel, el había creado una barrera para protegerlos.

-Si.- contento Thymae.

-Por favor salgan de aquí, yo me haré cargo de el y Thymae por favor cuida de Razzel.- esto ultimo se escucho como una suplica.

-Pero tu no estas en condiciones de hacerle frente.- Tora estaba preocupado por el ángel ya que se había dado cuenta de que Haziel apenas y se mantenía en pie y no solo eso, sus ojos seguían vacíos el pequeño ángel estaba ciego.

-No te preocupes yo estaré bien.

Así que evitando perder mas el tiempo todos salieron del lugar, Tora tuvo que cargar al guardián que aun se encontraba inconsciente.

Apenas y habían salido de la mansión estando en un lugar seguro el lugar  se vino abajo.

Las horas pasaron varios humanos se acercaron al lugar del desastre ayudando a los jóvenes que habían logrado escapar de la casa, había sido un temblor realmente fuerte y aunque ninguna otra casa había sufrido daño alguno ellos habían tenido mala suerte.

Policías, bomberos y algunas ambulancias llegaron al lugar, mientras la policía hablaba con el mayor de lo jóvenes, los paramédicos revisaban a las dos chicas y atendían al otro joven que aun estaba inconsciente y al parecer el era el único en verdad herido.

Saldo del terremoto fue una casa derrumbada, un herido y al parecer dos muertos, eso fue lo que anoto en su libreta un reportero de un diario que en esos momentos se encontraba ahí.

 

....... Continuara. ....................................................................................................................

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