30 ago 2009

 

CAPITULO XIII

Los ojos de un shinigami podían ver el nombre y el tiempo de vida de un ser humano, pero en raras ocasiones esos espectrales ojos veían cosas que incluso dejaría paralizado de terror a un dios de la muerte y para Ryuk era la primera vez que veía algo así, no solo era el hecho de haber visto que el escaso tiempo d vida d un ser humano corriera d manera tan lenta, al igual d ver tantos nombres sobre puestos uno tras otro, lo que le aterraba de aquel humano era aquella oscura aura que lo envolvía, la cual era idéntica como la que el templo intentaba ocultar… por primera vez en su existencia Ryuk estaba temeroso sobre su seguridad en el mundo humano.

+++

Raito caminaba por el templo mientras que su mente trabajaba a gran velocidad en busca de una salida a su enorme problema. Aun no podía creer que Iori tuviese toda esa cantidad de información sobre él y la death note. Había estado tan absorto en su batalla en contra d L que no se percato que tan astuto enemigo estaba tan cerca, ahora su destino estaba en manos de su onii-sama y por ordenes de él tenia que ver a Kusanagi Kyo… tenia que decidir una fecha para su combate, todo gracias a las ansias que tenia Iori de vengarse de su otou-san…

Demonios! Kusanagi lo haría trizas si peleaba en contra de él y a menos de que lo convenciera de que el pelear por el honor de los clanes era una estúpida idea, no podría escapar a una batalla más que perdida ya que sin la ayuda de la death note, no tenia oportunidad de ganar.

En ese instante algo llamo su atención, como si alguien lo llamara… era solo un murmullo, pero le era imposible ignorarlo así como así ya que parecía provenir de su interior… como si alguien pidiese su ayuda. Esto causo un poco de pánico en el castaño ya que era la primera vez que le sucedía algo así… aquella voz le prometía poder a cambio de su ayuda, quería que se deshiciera de una persona.

- Kushinada Yuki …- salió de los labios de Raito en un murmullo.

+++

A unos días de lo sucedido Matsuda se sentía mal al tener que por un lado comportarse como enemigo de Kyo y por el otro ser su mejor amigo, por esa razón se encontraba en el departamento del castaño, como siempre intentando de alguna manera el sanar esas heridas que su señor se empeñaba en hacer cada vez mas profundas, pero no podía recriminarle nada a su señor ya que lo que sufría Kyo era muy poco a lo que Iori-sama había tenido que soportar.

El joven detective se encontraba sentado el sofá, mientras Kyo que estaba acostado en el resto del sofá y usando las piernas de Matsu como almohada, solo se dedicaba a ver un punto vacio de la habitación, las lagrimas habían dejado de brotar hace ya mucho y su mente solo c concentraba en las suaves caricias que Matsu hacia en su cabello. Por un instante las pupilas castañas se perdieron en aquella profunda mirada negra.

Por que no había sido él? por que había tenido que ser Iori? Por que no se había enamorado de Matsu? Con él hubiese podido ser feliz, no tendría por que estar pasando por tanto dolor y simplemente seria feliz.

Kyo se incorporo sin apartar la mirada que su amigo y lentamente fue acercando su rostro al de él, Matsuda ver la acción del castaño simplemente cerro los ojos esperando ansiosamente aquel beso.

Ese era el secreto que ambos compartían y que nadie, incluido Iori-sama, sabían de su existencia. Matsuda guardaba el secreto por que su vida podría llegar a su fin si su señor se llegaba a enterar y en el caso de Kyo guardaba el secreto solo por las apariencias ya por que por mas que le gustara Matsu, lo que sentía por él jamás llegaría a ser amor a pesar de lo que ambos disfrutaban aquellos encuentros que desde la adolescencia habían empezado.

El beso comenzó lento y bastante suave, como si d un rose se tratara para terminar volviéndose apasionado. Matsuda podía sentir la necesidad que Kyo por ser amado y él no le negaría en lo absoluto nada, eso era lo que pasaba por la mente al momento que era recostado en el sofá, así que sin más se dejo llevar, mientras tanto Kusanagi continuaba con el beso esta vez acompañado de suaves caricias.

Al termino del beso, el joven policía coloco sus manos en los fuertes hombros de su amigo en un gesto dulce a la vez que Kusanagi se perdía jugando con sus cabellos negros hasta descender y sentir lo terso de su cuello, le gustaba mucho esa piel y la forma en que encontraba refugio entre sus brazos, así que con sutiles movimientos comenzó a despojarlo de su camisa de vestir desabrochando cada uno de los botones a la vez que volvía a besarlo dulcemente. Al terminar de retirar cada prenda de Matsu entre apasionados besos y caricias, observo en todo su esplendor el cuerpo de su amigo, notando que no había cambiado mucho desde la última vez que lo habían hecho.

Kyo retiro rápidamente sus ropas ante la oscura y apenada mirada del joven policía, quedando completamente desnudo frente a él, para el castaño era como desnudar su alma ante una de las personas mas importantes en su vida. Se posesiono encima de el cuidando de no lastimarlo, ya que lucia tan delicado en esa situación que no podía evitar tratarlo con suma delicadeza.

Beso de nuevo sus labios mientras sus manos bajaban y subían recorriendo los delgados brazos del moreno hasta que se colaron por su abdomen donde esas caricias le provocaron una leve risita nerviosa por parte de Matsu y que hizo sonreír a Kyo ya que sus reacciones seguían siendo las mismas, sustituyo sus manos por su lengua haciendo un camino desde el cuello hasta el ombligo provocando unos cuantos espasmos al detective. Continuo deleitándose con el cuerpo de su amigo, esta vez haciendo círculos en el área de los pezones, obteniendo un claro gemido lleno del más intenso placer.

Kusanagi miro la cara de Matsu, él cual mantenía los ojos cerrados y se encontraba completamente ruborizado. Kyo no podía negar que le encantaba esa inocencia que su amigo aun conservaba, no importando la edad que tenia. Lo beso en la frente, bajo lentamente y deposito otro pequeño beso solo que esta vez en la punta de la nariz y por ultimo se apodero de su boca.

Nuevamente con su lengua Kyo volvió a recorrer todo el cuerpo de su amigo, mientras lo comenzaba a preparar para lo que vendría a lo que Matsu solo intentaba relajarse intentando el disfrutar del momento sin recordar a Iori-sama.

Cuando el castaño noto que amigo estaba listo, retiro rápidamente sus dedos y los remplazo por su miembro. Entraba de manera lenta y lo mas suave posible ya que no quería causar demasiado dolor a Matsu, mientras que su mente se preguntaba nuevamente por que no había sido él… por que no se había enamorado de Matsu ya que el joven policía era un hermoso ser, un ángel que había perdido sus alas, pero no así su corazón.

A pesar de que el acto no era producto del amor, ambos se entregaban totalmente en ese momento.

Las envestidas eran mas rápidas y profundas conforme los minutos corrían, ambos estaban el limite y justo en ese momento una marejada del mas puro placer lleno los sentidos d ambos…

Cuando se recuperaron de tan intensa sesión Kyo se separo d su amigo, pero antes de que palabra alguna brotara del castaño Matsuda hablo.

-Kyo… ya no podemos seguir haciendo esto…- murmuro.

-Matsu… acaso tu… tienes a alguien especial?

Esto si que tomo con la guardia baja a Touta y solo respondió sin siquiera pensarlo.

-Hai… estoy enamorado d alguien…

-Y dime quien es esa persona afortunada?- pregunto Kyo lleno d curiosidad.

Y como anterior mente contesto sin pensar en las consecuencias, diciendo el nombre d la primera persona que se le ocurrió.

-Ryuga Hideki.

Definitivamente esa respuesta lo había sacado de un apuro, pero lo había metido en otro.

+++

Corría presurosamente por los pasillos del edificio en donde vivía... Como demonios había olvidado algo tan importante? como había olvidado la visita que haría Iori-sama?

Lo peor de todo era que Ryuuzaki le había hablado de que tardaría un poco en llegar, solo esperaba que Iori-sama no se moleste con su descuido y sobre todo suplicaba a los cielos que no se enterara de donde había estado.

Llego hasta el piso en donde vivía y ahí vio a su señor, se encontraba recargado en la pared, a un lado de la puerta, vistiendo de manera informal, fumando tranquilamente un cigarrillo, así que presuroso fue hacia la entrada de su hogar y abrió la puerta.

-Lo siento Iori-san, como vera yo no me encontraba en casa y Ryuga me dijo que no tardaría en llegar, así que si gusta esperarlo…- como siempre tenía que actuar como si no se conocieran.

-Esta bien.- contesto con el cigarrillo en la boca y sin más entro al hogar del joven policía.

Matsuda cerró la puerta y no pudo evitar el que un suspiro de alivio brotara de él mientras se encaminaba a la estancia pero…

-Donde estabas?

Esa pregunta hizo que su calmado corazón diera un vuelco al igual que su estomago, pero tenia que mantener la calma por todos los medios posibles. Miro a Iori-sama que se encontraba sentado en uno d los sofás que tenia.

-Yo estaba…- su mente se debatía entre decir o no la verdad ya que cualquier opción que eligiera lo mas seguro es que terminara con un castigo.

Iori solo observaba al pelinegro, lo conocía perfectamente y sabia lo que pasaba por su mente en esos momentos.

-Como se encuentra Kusanagi?- pregunto mientras su llamas convertían en cenizas lo que quedaba de su cigarrillo

-EH!!! – su corazón pareció detenerse con aquellas palabras.

Iori-sama lo sabía… Iori-sama sabía la verdad… Iori-sama lo mataría por su atrevimiento…

-Esta algo deprimido…- murmuro muy bajo.

-Y por lo que veo aun te sigues acostando con él.

Matsuda había palidecido y temblaba presa del más puro terror.

-Apestas a Kusanagi.- comento el pelirrojo sin más.

Vio su vida pasar delante de sus ojos al momento que su cuerpo simplemente se arrodillaba frente a su señor.

-Gomen nasai Iori-sama… gomen nasai… gomen nasai…

Yagami saco otro cigarrillo de la cajetilla que tenia guardada en uno de sus bolsillos, lo llevo a sus labios y lo encendió con una flamita que brotaba d su dedo índice.

-Dai, acaso pensaste que no sabia lo que pasaba entre Kusanagi y tu? Lo se desde hace mucho, por eso tuve que matar a Sato.

Esto si que fue una gran sorpresa para Dai, recordaba perfectamente ese día, como Sato lo había golpeado hasta casi matarlo y gracias a esa golpiza paso casi un mes en coma, pero ahora Iori-sama le estaba confesando el por que había matado a Sato.

-El estúpido shinobi vino a delatarte conmigo, pavoneándose del castigo que te había dado y esperando una recompensa de mi parte, pero lo que no contaba era que nadie toca lo que es mío, además no permitiría que nadie se enterara, por que eso en verdad hubiese significado tu muerte por traición.

El joven shinobi no podía creerlo. Iori-sama sabía lo de él y Kyo… lo sabia desde hace ya mucho tiempo atrás.

-Iori-sama… yo… pienso que merezco un castigo… por mis actos…- murmuro Dai, sintiéndose miserable por haber querido ocultarle algo a su señor, siendo que este solo se había dedicado a cuidar de su tonto ser.

-Dai, suficiente castigo tienes con mi maldición, acaso no es suficiente el saber que tarde o temprano morirás por mi causa, que por mi culpa tu tiempo de vida prácticamente ha sido recortado a la mitad.

Para Iori no importaba el tiempo que pasara, aun seguía recriminándose el destino d su querido shinobi ya que gracias a él aun estaba en este mundo… gracias a él y a…

-Yo… eto…

-Dai quiero que me digas absolutamente todo lo que sucedió con Kusanagi.- ordeno el pelirrojo.

-Hai, Iori-sama.- contesto y tomo asiento.

+++

L sabia que estaba sumamente retrasado, solo esperaba aun encontrar a Iori-san. De uno d sus bolsillos saco la llave que Matsuda-san le había dado ya que si vivían juntos era lógico que el tuviese una llave del departamento. Abrió la puerta y se adentro en su falso hogar. Al parecer Iori-san aun estaba ahí.

-Que has dicho?- resonó la grave voz del pelirrojo.

L ya estaba en la estancia cuando…

-Le dije que estaba enamorado de Ryuga…- dijo Matsuda.

El joven detective en todos los años que tenia, nada lo había preparado para una situación así.

-Nani?- fue lo único que broto d sus labios de esa manera llamando la atención de ambos hombres.

Para Iori la situación fue algo divertida, pero para Touta, lo único que deseaba era que la tierra c lo tragara.

 

CONTINUARA….

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