11 may 2010
Las notas musicales brotaban del piano de manera solemne, afuera la noche estaba despejada y se podía verla luna en toda su magnificencia, el calor húmedo se podía sentir a pesar de estar en pleno diciembre, pero nada se podía hacer por el clima de aquella isla tropical.

Tres años… tres largos años había pasado y a pesar de eso seguía intentando superar su pérdida. Había recordado en parte la noche en que había perdido a sus padres, pero este hecho parecía no afectarle tanto como la muerte de Ace. Aunque el sabia que tenia que superarlo, no tanto por él sino por Shanks-san que había estado a su lado en todo momento… tenia que hacerlo por él.

Shanks miraba tocar a Zoro ese lujoso piano que le había comprado. El pelirrojo había hecho hasta lo imposible para mantener a su amado pianista lo mas alejado posible de aquellos terribles recuerdos, pero al parecer era imposible… la muerte del cazador había sido marcada con fuego en la mente de Zoro y él se sentía culpable por no haber podido evitarlo y si eso fuera poco tenían que cuidarse de Mihawk que en esos 3 años había estado tras ellos, por suerte este era un momento de descanso, habían logrado perderlo hace un par de meses, aunque eso no significara de que estuvieran completamente seguros.

-Shanks-san…- la música fue interrumpida y la voz del peliverde resonó.

-Que sucede Zoro?

-Quiero regresar.

-Eh?- el pelirrojo no podía creer lo que Zoro había dicho.

-Necesito despedirme, tal vez así pueda seguir adelante.

-Comprendo…- la verdad era que no quería regresar, pero…- prepara todo, mañana en la noche nos iremos.- al parecer no tendría alternativa alguna.


+++


Nuevamente se encontraban en esa ciudad, total y completamente cubierta por la nieve, los adornos navideños se veían por todas partes, las personas caminaban presurosas por las calles cargados de bolsas y cajas de regalos. Los niños se encontraban pegados a los aparadores deslumbrados por los nuevos juguetes que en ellos veían, mientras les decían a sus padres que eso era lo que deseaban para navidad.

Una mueca de total desprecio se mostraba en el rostro del peliverde, por que sin importar el tiempo aunado a lo que había vivido, seguía odiando aquellas fechas y todo lo que ellas conllevan.

Shanks solo observaba las reacciones de Zoro, sabiendo que nada podía hacer, para remediar su malestar provocado por la navidad, lo único que podía hacer era el estar ahí para él.

Por fin habían llegado a ese lugar. Ahí donde habían dejado el cuerpo de Ace ahora se encontraba un edificio de oficinas. Exactamente a las puertas de este se encontraba una mujer morena de mirada azul, la cual lucia un fino y caro abrigo blanco. Tanto para Zoro como para Shanks quedo claro que se trataba de una cazadora.

Antes de que cualquier palabra saliera de los labios del vampiro pelirrojo; Zoro fue el primero en hablar.

-Que es lo que quieres mujer?- el tono de voz que uso Zoro fue en extremo frío.

La morena solo sonrió ante esto.

-Mi nombre es Nico Robín y no creas que vengo a cazarlos, No soy como los D.

La sola mención de la familia pareció molestar en sobremanera a el peliverde, ya que de cierta manera sentía que si Ace no hubiese sido un D tal vez él seguiría vivo, tal vez no hubiese tenido que pasar nada de eso… tal vez aun podrían estar juntos…

“hace tiempo que tu corazón ama a otro… lo se…” las palabras de el moreno resonaron en la mente de Zoro, clavando un cuchillo en su corazón.

-Entonces que es lo que quieres?- esta vez pregunto Shanks al ver a su querido pianista ensimismado.

-Vine por Zoro, por que Leo-san quiere verlo.

Al escuchar ese nombre Zoro se sorprendió, acaso… podría ser…

-El abuelo?- pregunto queriendo estar seguro.

-Hai. Leo-san quiere que estés a su lado.

El pelirrojo no entendía nada de lo sucedía. Mientras que Zoro rememoraba los recuerdos de su abuelo, como cada día festivo, los iba a visitar y con él siempre llegaban oleadas de regalos para todos.

-Por que hasta ahora? Por que no antes?- tenia tantas dudas.

-Podría contestarte todas tus preguntas, pero se que Leo-san estará gustoso de responderlas.- contesto gentilmente la morena.- Entonces bienes?

Zoro miro a Shanks como implorando algún permiso de este con la mirada.

-Si tu lo deseas, por mi estará bien.- dijo el pelirrojo.

Así que Zoro miro a esa mujer con determinación.

-Solo iré si Shanks-san va conmigo.

-Claro, que puede.- Robín sabia que el peliverde haría una petición como esa.

Pero lo que no contaban ni Shanks, ni Zoro era que un par de vigilantes los observaban con el claro propósito de informar de la aparición de dos vampiros, el primero conocido como Shanks y un novicio de nombre Zoro, ambos eran sospechosos de la desaparición y tal vez muerte de un cazador de la familia D y sus problemas parecían no disminuir ya que Mihawk estaba pisando sus talones y solo era cuestión de tiempo, para volverlos a tener acorralados.


+++


Aquel hombre veía aquellos enormes contenedores, en los cuales yacía su familia.

-Solo un poco mas… Zoro no tardara en llegar, así que volveremos a hacer una familia.- murmuraba.

Mientras tanto Nico Olivia se encontraba cepillando el cabello del que ahora consideraba casi un hijo, a pesar de su constante estado de melancolía, el estar con él, le traía un poco de tranquilidad a su apesadumbrado corazón.

-El nieto de Leo vendrá y se que no podemos quedarnos con los brazos cruzados, pero aun tengo miedo, solo espero que cuando el momento llegue, tu estés a mi lado y podamos terminar con esto.- decía en voz baja con el propósito que solo su niño pudiese escucharla.

Olivia por fin veía la salida al final del túnel, pero tenia miedo de jamás poder alcanzarla, pero él le había dicho que pasara lo que pasara, estaría a su lado para dar el último paso.

-Los monstruos no deben existir… ne?- fue lo ultimo que dijo antes de terminar su labor con aquellos negros cabellos de su chico.


CONTINUARA….

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