7 nov 2010

CAPITULO XVIII

En los casi siete años que había vivido en la mansión de la familia D y no podía negar que sus dieciséis años vivía sumamente feliz, si bien no todos lo habían recibido con los brazos abiertos y de alguna manera seguía sin llevarse bien, poco le importaba ya que mientras Ace-sama y Luffy-sama lo aceptaran era mas que suficiente.

Aquella tarde en la lujosa habitación de Luffy-sama y este se encontraba en la amplia cama escuchando atentamente lo que él contaba sobre su día en el colegio.

El chico pelinegro escuchaba con atención lo que su amigo le contaba y en lo mas profundo de su corazón maldecía su frágil condición, pero Zoro le hacia la vida mas fácil como Ace, entre ellos dos a veces le hacían olvidar su estado por completo.

-Hoy, Vivi-chan me invitó a un viaje a la playa, pero rechacé la propuesta.

-Doushite?- no podía creer que el peliverde hubiese rechazado una propuesta como esa.

-Por que no me gusta alejarme mucho de mi hogar.- dijo mostrando una gran sonrisa.

-Baka…- mascullo Luffy aparentando enojo pero de cierta se sentía feliz ante la respuesta.

Después de pasar parte de aquella tarde entreteniendo a Luffy-sama, era hora de terminar sus deberes tanto del colegio como de la mansión. La bruja pelirroja que era la hija menor del ama de llaves siempre le ordenaba el limpiar el ático cada semana ya que según ella, nada de lo ahí guardado tenia que tener ni una mota de polvo.

-Baka no onna.- gruño al momento que subía al ático.

Antes de siquiera poder comenzar a sacudir las telas que cubrían la gran mayoría de los objetos a ahí guardados, un par de brazos lo envolvieron.

-Yamete kudasai Ace-sama… tengo que terminar de limpiar aquí y aun tengo que hacer tarea.- suavemente intentaba quitarse de encima al pecoso.

-No me importa, yo solo quiero estar con Zoro.- dijo usando un tono en exceso infantil al momento que estrechaba mas su abrazo.

-Onegai Ace-sama, no quiero que me reprendan o mis notas bajen.

-Pues despido a quien se atreva a decirte algo y sobornamos al profesor para que tus notas sigan impecables.

-El dinero no lo resuelve todo Ace-sama.

-Lo se, pero ayuda bastante.

El peliverde no entendía la extraña manera de pensar del moreno y menos aun su manía por estar pegado a él, así que dejo de intentar zafarse del agarre del chico y solo lo ignoro  dando comenzó la limpieza del lugar, era complicado el incluso caminar debido al lastre que llevaba tras el, pero siempre que Ace-sama se comportaba de esa manera, el ignorarlo era lo único que podía hacer hasta que el moreno se cansara.

-…- un murmullo incomprensible salió de los labios del moreno.

Zoro detuvo su labor ya que él había entendido lo que el moreno había dicho y estaba totalmente sorprendido.

-Ace-sama…

-Kimi ga suki dakara saa…- volvió a repetir esta vez mas claro.

El corazón del peliverde comenzó a latir con fuerza y un ligero rubor se apodero de sus mejillas, intento nuevamente el soltarse del abrazo del moreno y esta vez los brazos se retiraron sin forcejeo alguno. Ace pensaba que eso solo significaba el rechazo, que Zoro no sentía lo mismo que él, un par de lagrimas comenzaron a surcar su rostro, se sentía mal… un idiota…

-Ore mo Ace-sama.- dijo al momento que lo abrazaba esta vez.

Al chico moreno le parecía todo tan irreal como si de un sueño se tratase… Zoro lo amaba… Zoro correspondía sus sentimientos, era tan feliz.

Un beso sello la confesión y lo que restaba de aquella tarde la pasaron ellos dos y sus sentimientos en aquel ático.

Los días pasaban lentamente y ambos chicos lo disfrutaban al máximo de su recién descubierto amor, importándoles poco lo que pensara de ellos la gente. Luffy estaba contento por que Zoro se veía sumamente feliz, de igual manera sentía algo de celos por su onii-san ya que a él también le gustaba mucho el peliverde, pero sus celos eran demasiado pequeños siquiera para ser tomados en cuenta, él quería mucho a Ace y Zoro como para desearles algún mal.

La nieve lo cubría todo, el invierno había llegado a la ciudad y a Zoro no le gustaba el frio, pero en esta época él recordaba vagamente haber conocido a Ace-sama… en esta época él conoció lo que era un hogar. Pronto llegaría la navidad y él había aprovechado aquel tiempo libre para ir de compras, si bien no tenia mucho dinero eso no le impediría regalarle un pequeño juguete a Luffy-sama y algunos dulces para Ace-sama. Llego a la gran mansión de la familia D pero antes de siquiera poder llegar a la entrada, escucho el inconfundible sonido de disparos.

Zoro abrió rápidamente la puerta principal viendo los cuerpos sin vida de varios sirvientes. El pánico estallo dentro de él, así que tirando a un lado la bolsa que llevaba consigo corrió hacia la habitación de Luffy-sama y ahí vio el frágil cuerpo del moreno recostado en la cama a simple vista parecía dormir, pero una visible mancha en rojo en aquellas blancas sabanas gritaban la terrible verdad.

Nuevos disparos se escucharon en el jardín, así que intentando suprimir el dolor que le había causado ver esa escena y nuevamente corrió solo que esta vez hacia el lugar de donde provenían los disparos.

El basto y hermoso jardín que debía de estar solo cubierto por la blancura de la nieve, era un mar de sangre, los cadáveres de los hombres que custodiaban la mansión estaban diseminados por todo el lugar dando a entender que esto había sido un ataque sorpresa.

Zoro estaba en shock, todo esto parecía una terrible pesadilla… Luffy-sama estaba… entonces en ese momento la imagen de la persona amada llego a su mente.

-Ace-sama…

Aquel sicario tenía en la mira al chico peliverde, las órdenes habían sido claras, acabar con todas las personas de la mansión de los D.

Cinco disparos resonaron y para el peliverde todo paso tan rápido… ROJO… cinco heridas de las cuales brotaba la sangre a raudales.

-Zoro… daijoubu ka?- murmuraron aquellos labios al momento que de su comisura se veía ya un hilillo escarlata.

-Ace-sama…- el peliverde sostuvo a un moribundo Ace.

-No pude… proteger a Luffy… pero se que él… me perdonara… si con esto… salvo a Zoro…

-Ace-sama… Ace…- por más que lo llamara este ya no respondía.- ACE!!!

Sus gritos se escuchaban por todo el jardín al instante que cada uno de los atacantes era descuartizado por invisibles cuchillas y ahí se encontraba Zoro en medio del nevado jardín con el cuerpo sin vida se Ace-sama entre sus brazos, gritando incesantemente por ayuda y rodeado por un mar de muerte.

El peliverde veía incrédulo como el cuerpo de la persona amada comenzaba a desaparecer de entre sus brazos. Una mancha negra comenzó a tragarse todo lo que ahí había, claro todo menos al peliverde, que al no poder soportar el dolor de la pérdida aunado a la fría nada en la que ahora flotaba y que al verse solo en ese oscuro lugar su corazón no pudo más y termino por romperse en cien fragmentos.

En una esfera transparente que parecía protegerlo de todo se encontraba Portgas D. Ace que solo se había dedicado a observar lo que sucedía ante sus ojos, había visto todo lo que paso el torque en aquella primera existencia.

Por un momento reino la oscuridad para después dar paso a millones de imágenes.

El joven de fuego fijo su mirada en una de ellas en donde se veía como un monje pelirrojo arrullaba a un bebe de finos cabellos verdes, poco después sus ojos se centraron en otra imagen en donde un niño peliverde que se encontraba en lo alto de un muro observaba sin expresión alguna en su infantil rostro a un niño moreno que jugaba en un hermoso jardín, nuevamente su atención cambio a otra imagen en la que se presentaba la inconfundible figura de 01 y uno de los tantos fragmentos del torque, ambos destruyendo un lugar de alta tecnología. Entre ese mundo de imágenes encontró una correspondiente al Zoro que él había conocido, el espadachín estaba atado por los brazos a una cruz de madera y a unos metros en frente de él se veía a un Luffy luciendo una gran sonrisa. De manera inconsciente él deseo estar en el lugar de su pequeño hermano ya que por mucho que intentase ocultarlo el estaba enamorado el primer compañero de Luffy, fue amor a primer vista que conforme mas conocía al espadachín mas profundo se volvía ese amor, pero él había callado ya que como siempre anteponía la felicidad de Luffy a la suya.

-El pasado no se puede cambiar, pero mientras este mundo exista hay todo un mar de posibilidades… ne? Ace-san.

Esa voz era de…

-Zoro-chan?

En ese momento tres pequeñas luces como si de luciérnagas se tratasen aparecieron frente a él al instante que todas las imágenes desaparecieron y la luz se hizo.

Ace aun dentro de aquella esfera flotando a escasos centímetros de la nada observo como aquella mancha ya había devorado toda la isla, a excepción de donde se encontraban los cuerpos de sus otros yo junto con el torque.

El torque del dragón al ver que el joven de fuego había salido de la nada con una barrera protectora supo que esto era gracias a los tres pequeños fragmentos que flotaban alrededor del moreno.

Al torque se acerco al moreno y aquellos tres seres rebeldes.

-Por que se empeñan en llevarme la contraria, acaso no ven que cuando todo regrese a la nada podremos dar un nuevo inicio a las cosas, no más sufrimiento y dolor por causa del destino…

Una de las luces se detuvo frente al torque y lentamente tomo la forma del pequeño monje.

-Nosotros no deseamos eso, solo queríamos proteger a las personas importantes de nuestra vida.- con ligeros movimientos se alejo del torque y se acerco al cuerpo sin vida del kyuubi.

-Es cierto, aunque yo pase por demasiadas penas, de igual manera conocí la felicidad a su lado…- dijo otro de los fragmentos que había tomado la apariencia de un joven ataviado con una toga negra, sus verdes cabellos estaban recogidos en una coleta en su nuca, pero algunos mechones parecían rebelarse y de su espalda brotaban un par de alas como las de un murciélago, este joven tomo en sus brazos a Eden.

-Y yo sin poder evitarlo y mucho menos decirlo me enamore perdidamente de él y mi felicidad solo se basaba en que el fuese feliz.- el ultimo de los tres fragmentos era triple zero que lucia una capucha la cual impedía ver incluso su rostro. Con gran solemnidad se acerco a 01 y simplemente lo tomo de la mano.- Aquí estoy capitán…

-Ustedes no entiende que podemos darle a ellos una mejor vida?- el torque les preguntaba a sus fragmentos.

-Lo sabemos, pero esta no es la manera.- respondió Zoro-chan.- Ahora sabemos lo que somos y lo que en realidad podemos hacer. - agrego con una gran sonrisa

- El torque del dragón no es mas que un objeto que sirve para borrar y poder reescribir la realidad, de poder cambiar el destino y eso es lo que haremos.- Agrego el Zoro alado.

-Eso es cierto.- dijo triple zero al momento que acercaba su rostro al de 01.

Los otros dos peliverdes hicieron lo mismo y depositaron un tierno beso en los labios de Eden y Ace-kun.

Ace se quedo pasmado al ver como Eden, 01 y Ace-kun daban signos de vida.

01 abrió los ojos lentamente viendo el rostro semi-transparente de triple zero, tanto él como Eden y el pequeño kyuubi miraron como esas personas tan importantes para ellos volvían a ser solo unas pequeñas luces.

-Es momento de luchar por nuestra felicidad capitán.- dijo triple zero.

-Mientras existan nuestros respectivos mundos, tendremos miles de oportunidades para estar juntos.- esta vez era el Zoro de Eden que revoloteaba de un lado hacia otro.

-Recuerda Ace-kun… confía y espera…- la dulce vos de Zoro-chan llego a lo mas profundo del chico-zorro.

-SI!!!- exclamaron los tres al unisonó.

El plan era sencillo, solo tenían que acabar con la vida de torque y ellos tres estaban dispuestos a hacerlo por que sus respectivos peliverdes se los habían pedido un una muda petición.

El torque comenzó el ataque en contra de ellos que por mucho que se parecieran a su amado Ace-sama ellos jamás llegarían a ocupar su lugar, así que no habría remordimiento alguno al eliminar a uno de ellos ya que los fragmentos que contenían los sentimientos hacia ellos estaban fuera de él, pero el torque no contaba que aun quedaba la esencia del dueño del cuerpo. Por mucho que había estado preparando la mente de Roronoa Zoro con visiones, confundiéndolo para que no hubiese resistencia alguna al momento de tomar el control, a pesar de todo aun quedaba un tenue rastro de la esencia del espadachín que le impedían usar sus poderes a todo su potencial.

Ace que tan solo era un espectador de tan cruenta batalla, por un instante le pareció ver que aquella roja mirada del torque desaparecía y volvía a ser de un hermoso esmeralda, no había duda alguna ese era Roronoa Zoro.

-DETENGANSE!!!- grito a todo pulmón al ver como las llamas de 01 y el kyuubi se unían junto a la energía de Eden en un solo ataque mortal.

MALDICION!!! Tenia que salir de aquella segura esfera, tenía que salvar al espadachín… tenia que salvar a su amado Zoro.

Una resplandeciente luz, como si de una explosión se tratase se vio a lo lejos. Luffy veía incrédulo aquella luz proveniente de aquella isla de la cual habían huido a petición de su hermano mayor, un agudo dolor se hizo presente en el corazón del chico de goma el cual solo deseaba que Ace y Zoro estuviesen bien.

Todo había terminado, el troque como tal ya no existía y ahora todo debía de regresar a la normalidad. La exuberante isla nuevamente estaba ahí como si nada hubiese pasado y el joven de fuego se encontraba en aquel claro viendo como en sus manos se desmoronaba lo que parecía ser una gargantilla en forma de dragón.

Ríos de lágrimas surcaban el rostro del moreno ya que no había podido hacer nada para salvarlo…

Zoro…

Lo que quedaba de lo que una vez fue el torque ahora era polvo que el viento se llevaba.

   

CONTINUARA………….

0 comentarios:

About Me

Mi musica

Naoko. Con tecnología de Blogger.
uhr online relojes web

Entradas populares

Seguidores

Chat

Vistas a la página totales

Suscripción

Enter your email address:

Delivered by FeedBurner