31 mar 2010

Capitulo II


No lo podía creer, no estaba seguro si quiera de que lo que estaba viendo era real…NO!!! ESO NO podría ser real!!!Debía ser una broma de mal gusto hecha por alguien malvado!! O un mal sueño o un hechizo maligno que lo hacía ver ilusiones!!! Oh como desearía que fuese eso!!

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Hacía apenas unas horas que había llegado a su casa nuevamente y había visto realmente poco a Italia, mucho menos de lo que a él le gustaría. Casi todo el día fue una larga platica de cosas casi sin sentido con Austria, acerca de sus tierras, la economía que decaía después de esa guerra, pero la verdad no le puso ni la mas mínima atención ya que su mente se encontraba en la sonriente y tierna cara de Italia, después de treinta largos años…Por fin la había visto y aunque hubiese cambiado tanto, seguía queriéndola, porque ella era lo más hermoso que había visto en su vida…

-Entendiste?- Con voz tranquila y a la vez molesta Austria se refirió al joven quien asintió.

-Sí, hare lo que sea necesario.- Se levanto del sillón en el que estaba y se dio media vuelta, comenzó a caminar por los pasillos directo a su habitación aun teniendo su mente ocupada en su amada Italia, cuando choco con alguien.

-¡Ah! ¡Sacro Imperio Romano!-Se sorprendió la castaña.- ¡¡Así que era cierto que regreso!!- La joven Húngara lo abrazo fuertemente.- ¡¡Me alegra que hayas regresado!!- Entonces lo soltó y le sonrió ampliamente.-¿Hay algo que pueda hacer por ti?-

-Quiero tomar un baño y dormir un rato, ¿le puedes pedir a Italia que me prepare el baño?- Lo último lo susurro casi, sonrojándose.

-Lo siento, pero salió a hacer las compras, puedo hacerlo yo si quieres.- La cara del rubio se nublo un poco.

-Está bien.-

Elizabeth sonrío un poco, entre tristeza por ver al pequeño tan deprimido y pervertides 100% pura.

-Bien, enseguida se lo preparo.-Le volvió a sonreír (claro ya habiendo borrado los malos pensamientos de su mente), Entonces se fue de ahí.

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Se encontraba en aquella bañera solo, ahora únicamente estaba perdiendo el tiempo jugando con el agua, soplaba el jabón que quedaba en la tina y revolvía su cabello, pensativo.

-Italia ah cambiado.- Se sonrojo.- Antes la veía tierna, ahora…creo se ve, hermosa…se ha puesto demasiado bonita…-Sentía humo salir de sus orejas el solo pensar en Italia en ese momento intimo…

-----Imaginación del SIR-----

La puerta se abre lentamente y entra una avergonzada Italia.

-Anno…Sacro Imperio Romano, quería verme? – La joven entra en el baño tímida.-Ne-necesita algo?

-Italia…-Susurro y sonrío galante, ella se sonrojo.- No era nada en realidad.- Una voz seductora había salido de su garganta haciendo a la niña sentirse casi desfallecer por el sonrojo.

-Y-Yo ya no tengo deberes que hacer…así que.- Italia juega con sus dedos y se sonroja más si todavía puede.- Etto…pues…P-puedo bañarme contigo? Es que…Yo quiero estar con El Sacro Imperio Romano…

-----Imaginación del SIR *FIN*-----

-No no!! Debo alejar de mi mente esos pensamientos impuros con Italia!! Ella es aún demasiado inocente…-El rubio miro sonrojado a sus regiones vitales, sentía un cosquilleo en el vientre.-QUE ES ESTO!!!???

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Se encontraba caminando hacia su habitación estaba realmente cansado, después de treinta años de pelear casi sin descanso quien no estaría cansado? Seguía algo concentrado en un algo que no sabía que era, pero que era realmente importante y que estaba relacionado con Italia.

Entonces choco otra vez con alguien

-Fíjate por donde…Italia!!??-

-Ah, Sacro Imperio Romano.-

-Italia por qué andas caminando en toalla por ahí!!?? Y sin cubrir tu pecho!!-Enseguida el chico tomo la toalla que descansaba en sus hombros y al coloco en el pecho de Italia.

-Ah? Solo iba a tomar un baño…-

La breve imagen mental de lo que había imaginado hace poco el cruzo por su mente y sin decir más, salió corriendo antes de que Italia pudiese decir o siquiera pensar cualquier cosa.

Llego directo a encerrarse a su cuarto, su pobre corazón de adolecente se salía de su pecho, sus mejillas estaban más rojas que los tomates que comía el hermano de Italia y sus piernas parecía que tenían hipotermia. Pero es que no podía deshacer de su mente la hermosa e inocente carita de Italia sonrojada, su tierna y blanquita piel expuesta de aquella forma, incluso había visto por un instante los rosados pezones. Una vez más estaba sonrojado hasta las orejas y con el corazón a mil. Mejor decidió irse adormir o seguramente iría a "acompañar" a Italia en su baño.

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Sus ojos se abrieron pesadamente, miro hacia la ventana, pero no pudo adivinar qué hora del día era ya que estaban cerradas…que raro, el no las había cerrado la noche anterior…en fin no le dio importancia, volvía a conciliar el sueño pero un aroma extraño se adentro en el, aun adormilado, tanteo lo que había junto a él, era tela…pero no era de su ropa o de las sabanas…tenia encajes…Pudo abrir sus ojos curioso, esas parecían las ropas de…

-Italia!!!-Miro avergonzado las prendas.

-Ah, Sacro Imperio Romano, ya despertaste!-Se acerco lentamente y dejo la pequeña bandeja en la mesita de noche junto a la cama, luego miro lo que el rubio tenía en sus manos.-P-perdón, se me olvido recogerlas en la mañana.-

El rubio abrió sus ojos totalmente avergonzado, Italia había dormido con el por la noche? Bueno tampoco era algo raro, antes lo hacía seguido, pero…ahora parecía que la cosa era diferente. Solo esperaba que ella hubiera dormido vestida o seguramente le daría un infarto.

-E-está bien pero…-Se sonrojo y miro a otro lado.

-Pasa, algo?-

-No…nada.- Miro el suelo y luego la bandeja de plata que Italia había traído, traía comida servida en una fina vajilla, eran unas patatas, unas salchichas cortadas a un lado, junto a eso un huevo estrellado, un vaso de jugo y uno de leche, todo al parecer habías sido preparado cuidadosamente y para qué negarlo tenía un olor exquisito. Al parecer Italia noto que el rubio veía interesado la comida.

-La prepare para el Sacro Imperio Romano.- Ella sonrió y tomo la bandeja y colocándola sobre las piernas encobijadas del otro, tomo una cuchara y llenándola con comida la dirigió a la boca del niño.- Abre grande~-Canturreo alegre y el otro realmente sonrojado abrió apenas sus labios. Cuando hubo masticado y tragado ese bocado, claro disfrutando el exquisito sabor de la comida preparada por su querida Italia, hablo algo avergonzado.

-G-gracias…- Estaba a punto de decirle que él podía comer solo, pero la verdad no le incomodaba en lo más mínimo que la castaña lo alimentara, de hecho era casi como un sueño, se sentía como si ella fuese su esposa o algo parecido, sus mejillas se encendieron por ese pensamiento y es que la verdad esa era su prioridad en la vida…Y al parecer iba por buen camino…Cuanto le alegraba que hubiese vuelto de esa guerra de la que creyó no sobreviviría.

Termino y ella levanto todo y con cuidado limpio la boca del rubio. Estaba cuidando de él como si estuviese enfermo o herido…ahora que lo pensaba estaba un poco herido pero…no era para tanto ¿o sí?

Sin dar aviso tomo a Italia de la mano y la recostó en la cama, poso un beso casto en los tiernos labios y le sonrió

-Gracias por la comida.-Sumamente sonrojada y avergonzada se levanto de la cama, sin decir nada más y sonrojadita, solo como ella sabe, se retiro.

-S-Si quieres algo solo llámame, vendré enseguida.- Sonrió con su tono asustadizo y a la vez servicial de siempre y salió de la habitación con pasos apresurados, esto entristeció un poco al SIR ¿porque si ya se habían declarado sus sentimientos habían regresado a la vieja rutina de amor unilateral? ¿Enserio esos 30 años de guerra habían hecho que los sentimientos de Italia hacia el cambiaran? ¿Acaso lo había dejado de amar? ¡No! No era eso, ¿Tal vez aun no podía creer que estuviesen juntos y por eso se pone nerviosa? Si seguramente sería eso ¿o lo había…sustituido?…

Paso la mañana normal, no salió de su habitación, al parecer las heridas "superficiales" de ayer no eran tan leves como creía, solo salió a dar un paseo a los jardines, intento interceptar a Italia por todos los medios posibles a lo largo del día, pero estaba demasiado ocupada. Por eso le pidió a Austria que le diera el resto del día libre, al fin y al cabo ya eran las 12:00 pm, el acepto a regañadientes, pero por fin se pudo hacer de un rato con ella.

-Italia, vallamos a caminar juntos.- Dijo sonrojado y avergonzado, después de todo el seguía siendo malo para demostrar lo que sentía a pesar de que él quería hacerlo, ella acepto con una amplia sonrisa.

-Claro!!-Le tomo de la mano y ambos comenzaron a caminar por el pequeño bosque que se encontraba afuera de la casa. El corazón del sacro imperio romano latía desbocado, la mano de Italia era tan suave y pequeña…Nunca la había rozado de esa manera, entonces dudo aquello de que Italia se avergonzaba aun por su relación…ahora que lo pensaba, se habían dicho que se amaban, pero nunca establecieron una relación formal por ningún medio.

-Italia…-Dijo avergonzado, siempre que le hablaba se sentía torpe y vulnerable; y es que él no era así, si lo fuera no hubiese regresado pero…-Nosotros somos….N-No…No…

-Novios?- Completo naturalmente la joven sonriendo, el simplemente asintió sonrojado.-Si…El Sacro Imperio Romano, me beso…así que lo somos, ¿no?

El rubio se sonrojo hasta las orejas, eso era verdad…entonces por qué lo dudo? Un aire tibio recorrió el lugar, había un silencio hermoso, ninguno ya no decía nada, solo se encontraban tomados de la mano y recargados uno en el otro, bajo la sombra de un gran árbol de un aroma agradable…cuanto había extrañado esa paz… Ella se estaba quedaba dormida, sus ojos se cerraban y su cabeza caía en el hombro del SIR, el sonreía ante esto, seguramente ella estuvo toda la noche cuidando de él, estaba a punto de darle un beso y agradecerle por ello cuando la encontró dormida en su regazo, solo pudo sonreír cariñosamente.

-Te amo, Italia…No importa lo que pase de ahora en adelante, yo te amare siempre…-Susurro esperando por una respuesta que tal vez no llegaría a sus oídos. Poco después el también cayó en los brazos de Morfeo.

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Aquella rutina se había extendido por casi un mes, todo parecía un sueño, cada mañana el lo despertaba y desayunaban juntos en la cama del Sacro Imperio Romano, ella atendía sus quehaceres y el hacia algunos papeleos y algunas pocas cosas que le correspondían como nación, de lo demás se encargaba Austria, después de la comida el e Italia se adentraban en el bosque y platicaba sentados bajo un frondoso árbol de duraznos, entonces ambos cerraban sus ojos y tomaban una siesta, lo repetía una vez más, todo parecía un sueño…pero como todo de todo sueño el Sacro Imperio Romano tuvo que despertar...

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Fue una larga siesta, ya estaba atardeciendo…sus ojos se abrieron y lo primero que pudo divisar fue el pequeño cuerpo de Italia tendido aun en sus piernas, sus respiración era pasible así que seguramente seguiría dormida, acaricio su cabello lentamente esperando que aquella caricia la despertara, así fue, las castañas orbes se abrieron lentamente y ella le sonrió.

-Te quiero Sinsei Roman…-Extendió su mano y tomo el rostro del otro y lo acerco para darle un suave beso, ambos disfrutaron del tierno contacto uno que tal vez no se repetiría…

-¿Quieres tomar un baño? – La castaña se levanto de un salto y desperezándose espero a que el otro lo hiciera también.

-Eh?...Si…-Respondió lentamente algo avergonzado, se sentía como si ambos estuvieran en una novela romántica, era tan hermoso…El se levanto con cuidado, no había prisa.

-Podemos bañarnos juntos??- Pregunto risueña la niña mientras tomaba ambas manos del rubio que como siempre se sonrojo, aun después de un tiempo juntos, no podía evitar sonrojarse por todo lo que ella hacía, pero no le molestaba, siempre agradecía los roces de Italia…Cuando su mente proceso lo que le habían dicho sintió humo salir por sus orejas, su lengua se trabo y sus manos temblaron levemente

-ah..yo..si…-Ni siquiera estaba seguro de lo que había dicho, solo sintió como Italia lo jalo de vuelta a la mansión que era su casa, el aun no se enteraba de nada solo seguía los pasos de la castaña.

En cuando llegaron al baño ella preparo con cuidado la bañera y comenzó a quitar su ropa con cuidado, de hecho ella se veía muy emocionada y feliz, y ver eso era más importante que la vergüenza que sentía por aquella situación porque el AMABA a Italia sobre todas las cosas, ademas, lo único que harían seria bañarse ¿no?. El quito lentamente su oscura capa y sus demás prendas, aun acosta del morbo que sentía ni una sola vez volteo a ver a Italia desvestirse.

-Nee Sinsei Roman! – Pronuncio alegre llamando la atención del otro que volteo sonrojado.- Vamos a meternos.- Italia tomo la mano del rubio y este vio algo que lo dejo fuera de si…

No lo podía creer, no estaba seguro si quiera de que lo que estaba viendo era real…NO!!! ESO NO podría ser real!!!Debía ser una broma de mal gusto hecha por alguien malvado!! Un mal sueño o un hechizo maligno que lo hacía ver ilusiones!!! Porque si fuese real todo lo que había pasado hasta hora…las sonrisas…los besos…las caricias…las palabras de amor…todo no sería más que…

-Ocurre algo?- El retrocedió un par de pasos y alejo bruscamente su mano de aquellos finos dedos…no ahora el ya no veía esas manos como finas y hermosas, ahora las veía sucias e impuras.

-Italia tu…- Su cara se contrajo en una mueca de repulsión e incredulidad…su mente no lo aceptaba no lo procesaba…se sentía mareado…se sentía extraño, repugnante…impuro…y quien estaba frente a él lo veía igual o peor…por que el ya no veía a la tierna y adorada niña que le había robado el corazón con una sonrisa…no…él lo único que veía era un enfermo, desviado e indeseable NIÑO…-tu…

-Sacro Imperio Romano…yo.-Extendió su mano para rozarlo, el solo retrocedió un par de pasos más y grito con todo lo que le dieron sus pulmones.

-NO TE ME ACERQUES!! NO QUIERO VERTE MÁS!!- Cerro sus ojos fuertemente esperando que todo fuese una pesadilla que en cuanto el abriera los ojos todo volvería a la normalidad que aquel mal sueño se desvaneciera, pero el temor de que todo fuese real y que al abrir sus ojos siguiese en aquel horrible momento le impido abrirlos. Unos sollozos comenzaron a llenar la habitación, no eran suyos, eran de aquel horrible NIÑO que estaba frente a él, aquel llanto ya no le sonaba doloroso y melodioso como antes, ahora se escuchaba como un sonido surgido desde el infierno…se hubiese compadecido si Italia no fuera lo que era.-POR QUÉ NO TE PUDISTE QUEDAR COMO UNA NIÑA!! PORQUE NO ERES UNA NIÑA!!?? TE ODIO!!!

Aun sin atreverse a abrir sus ojos pudo distinguir el sonido de las ropas haciendo fricción, unos apresurados pasos, gimoteos, lagrimas cayendo al suelo, la puerta cerrándose…y sus propia soledad.

Sabía que todo había sido demasiado hermoso para ser verdad, sus lagrimas no dejaban de salir y aquel vacio en su pecho y estomago se hacía presente, formando un dolor insoportable.

Su sueño se convertía en pesadilla…y su amor se convertía en odio.

Le hubiese gustado morir en la guerra…así hubiese muerto con la ilusión de un amor real…

Debía tomar un baño, tal vez así aquella sensación de impureza se iría, tal vez si lavaba cada centímetro de su piel hasta que sangrara dejaría que aquella odio hacia si mismo se fuera.


Continuara.

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