6 jun 2009
CAPITULO VII

Hace ya un par de semanas que Zoro vivía con él, después de descubrir el secreto de su amado pianista, sabia perfectamente que no podía dejarlo solo, por esa razón en todos esos días lo había estado entrenado de manera exhaustiva para que el joven aprendiera todo sobre su condición como vampiro.


La navidad se acercaba rápidamente y el mal humor del joven peliverde crecía de la misma manera. Shanks no entendía el por que de su comportamiento ya en la mente de Zoro no había ningún recuerdo de algún suceso que lo hiciese odiar estas fechas, aunque en esos momentos era lo que menos le preocupaba ya que en estos días había estado sintiendo una presencia mas que conocida para él y no solo eso ya que la ciudad entera apestaba a cazador y no cualquier cazador, sino uno de alta jerarquía, era el nieto de Monkey D Grap y estaba cazando a Mihawk. El vampiro pelirrojo solo esperaba que el joven cazador no se enterara de la verdadera naturaleza de Zoro, aunque lo más probable era que tendría que matar al cazador para asegurar el bienestar del peliverde.

Zoro miraba atreves del ventanal que ostentaba el lujoso departamento de Shanks-san, con sus ojos de un brillante ámbar observaba con total depresión a la ciudad ya blanca por la nieve, su rencor hacia la temporada y hacia las personas que de ella disfrutaban era tan irracional, que ni siquiera él entendía del todo la razón del por que su rechazo hacia la navidad, solo sucedió de un momento a otro. La última vez que había celebrado aquella época había sido en compañía de sus padres.

“Que es lo que Zoro-chan desea para esta navidad?”

La dulce voz de su madre resonó en lo más profundo de sus recuerdos… Un hermanito, era lo que el había contestado…

Una solitaria lágrima corrió libremente por la mejilla del joven pianista, lo que no paso desapercibido para el vampiro pelirrojo que rápidamente se acerco al peliverde e hizo desaparecer con tiernos besos la salada gota.

-Aishiteru

-Ore mo Shanks-san…


+++


Diciembre 18 y él aun no podía terminar con lo que había venido a hacer en esta ciudad y todo gracias a ese molesto cazador que no lo dejaba ni un segundo en paz, aun no entendía como es que se había enterado de su paradero aquel joven pecoso de oscura vestimenta. En ese momento esquivo con dificultad el ataque proveniente de joven cazador, que mostraba una velocidad y fuerza muy superiores a las de un humano normal, incluso superiores a los de un vampiro novicio y no solo eso ya que la expresión que tenia en el rostro era la de un completo psicópata, dando a entender que en el momento en que lo atrapara tendría una muerte muy lenta y dolorosa. En verdad aquel joven cazador era en extremo peligroso.

Ace atacaba con gran ferocidad a aquel viejo vampiro, había tenido que purificar el sitio en donde se encontraban para que el oscuro ser no pudiese usar del todo sus habilidades, un poco de su sangre mezclado con agua bendita y algunas hojas del santo libro, era suficiente como para mantener controlado a cualquier vampiro importando poco su edad y poder.

-SHINE!!!- grito con furia el cazador al momento que se lanzaba con una daga de plata pura y santificada en cada mano en un intento de cercenar alguna parte del vampiro. Lo que no tomo en cuenta que su guardia bajo lo suficiente como para que Mihawk aprovechara a asestarle un golpe que hubiese sido mortal y si no se hubiese movido unos escasos centímetros, lo mas probable es que le faltara la parte el costado izquierdo del torso, pero en cambio solo había recibido algunos cortes producto de las afiladas uñas del vampiro.

Mihawk al ver herido al cazador se debatió entre el eliminarlo o solo huir debido al pestilente olor proveniente de la venenosa sangre del cazador. Nunca en toda su existencia había experimentado algo tan repulsivo, si bien con otros cazadores con los que había lidiado era soportable el olor d su sangre, pero la de este chico era mas de los que su sentido del olfato podía soportar. Así que a fin de cuentas decidió el huir.

Ace al verse solo se maldijo por haber cometido tal error ya que había estado tan cerca de asestarle un buen golpe a ese vampiro, pero había desaprovechado la mejor oportunidad que había encontrado en todos esos días.

-DEMONIOS!!!


+++


Aquella noche de invierno Shanks y Zoro se disponían a cazar, el pelirrojo le enseñaría al joven pianista como elegir una buena victima y como tenia que acabar con ella, para Zoro seria la primera vez que cazaría, aun que aun no asimilaba del todo lo que le estaba sucediendo, el que Shanks-san fuese un vampiro, su nueva condición y muchas otras cosas mas, lo único que podía hacer era el lidiar la situación.

Por extraño que fuese algo en la ciudad le recordaba a Ace y fue en ese instante que una imagen del moreno llego a su mente, pero en ella Ace era un chico apenas entrado en la adolescencia, el cual estaba totalmente cubierto en sangre y en su mirada se veía el mas puro terror.

Zoro sacudió la cabeza para alejar aquella imagen de su cabeza ya que un inmenso sentimiento de culpa lo invadió.

-Te sientes bien?- pregunto el vampiro pelirrojo.

-Hai…- musito.

Mientras tanto el joven cazador caminaba entre las calles de la helada ciudad, ya había detenido la hemorragia causada por el ataque del vampiro, pero aun tenia que desinfectar la herida y vendarla, así que tenia que llegar lo mas pronto posible a la pequeña posada en donde vivía.

Rayos, no recordaba que doliera tanto… no recordaba que… no… no debía recordar eso… tenia que mantener ese recuerdo sepultado en los confines de su mente…

-Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por el bien de Zoro…- se repetía una y otra vez como si de un mantra se tratase.- Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por el bien de Zoro… Lo hago por…- sus palabras murieron en sus labios, al ver a unos metros frente a él a Zoro y a ese vampiro pelirrojo y entonces lo que menos se pudo esperar sucedió.

Shanks beso a su amado pianista, no le agradaba en lo más minino que este se mostrara melancólico y desgraciadamente desde que el joven se mostraba como un bebedor de sangre, su mente que hasta ese momento había sido un libro abierto, ahora se encontraba cerrado para él.

No podía creer lo que sus ojos veían, esto debía de ser una gran mentira… su mente debía de estar engañándolo… Zoro no podía estar…

El joven cazador intentaba engañarse a si mismo, pero le era imposible el lograrlo. Su corazón se rompió en miles de pedazos y de cierta manera sus ojos perdieron su brillo.

Zoro se separo de Shanks-san ya que un dulzón olor llego a él y lo mismo paso con el pelirrojo, solo que para el aquel aroma era como el de un cuerpo en plena putrefacción.

Cuando aquellas pupilas ámbar se encontraron con otras de un opaco negro fue un shock mucho mayor para el joven cazador, que poco importándole la herida de su costado izquierdo comenzó a correr en dirección contraria de donde se encontraba Zoro.

-ACE!!! CHOTTO MATTE!!!- grito Zoro al momento que iba tras el moreno.

Tenia que alcanzarlo, tenia que explicarle como había sucedido todo, tenía… tenia que hacer muchas cosas por que a pesar de que amara a Shanks-san, aun sentía algo por el moreno.

-ACE!!! ACE!!! CHOTTO MATTE!!!

El moreno escuchaba su nombre, escuchaba las desesperadas suplicas, pero su mente había colapsado al igual que su corazón y su cuerpo se movía solo por acto reflejo hasta llegar a un callejón sin salida, no fue hasta ese momento que su mente pareció reaccionar. El se encontraba al fondo del callejón mientras que Zoro entraba a esta lentamente, pero antes de que este pudiese pronunciar palabra alguna…

-Vaya cazador en verdad fuiste de gran ayuda, gracias por alejarlo de Shanks y en cuanto a ti, acabare con lo que empecé hace diez años y te hare pagar por la perdida de mi ojo.- siseo el vampiro.

Aquella voz se escucho tras el peliverde. Ace sabía a la perfección de quien se trataba, así que intento a acercarse al peliverde para alejarlo del peligro.

Todo pareció correr en cámara lenta para el peliverde. Ace corría hacia él, al momento que le decía que se alejara, pero él tenia el vago recuerdo de esa voz así que volteo a ver al dueño de esta y fue en ese momento que el dolor lo invadió y todo se tiño de rojo.

Shanks apenas había llegado a ese callejón, todo gracias a la pestilencia del cazador, pero fue recibido con una escena que ni en su peor pesadilla hubiese visto.

Zoro estaba de pie sin entender lo que sucedía mientras que de un gran corte en su cuello corría profusamente su sangre, lentamente el cuerpo del peliverde se derrumbo en el piso.

Mientras tanto Mihawk yacía en el suelo, teniendo alrededor de diez cuchillos en todo el cuerpo, todos y cada uno de ellos estaba bendito, lo cual le producía un gran dolor, pero no era suficiente para acabar con él.

El joven cazador se encontraba recargado al muro, en sus manos aun quedaban afilados cuchillos con los cuales había atacado al vampiro. Ace tenía la respiración entrecortada y a pesar de la situación intentaba mantenerse preparado para lo que se avecinaba, pero no pudo evitar que el terror comenzara a hacerse presente en él al momento que veía como Zoro se volvía a poner de pie.

Los recuerdos de lo sucedido hace años le llegaban a la mente, la sangre, la violencia, la muerte que tenia la forma de la persona que mas quería y que nuevamente estaba ahí.

Un aterrador grito resonó en el callejón y las calles aledañas.

Para Ace el momento de enfrentar sus peores temores había llegado, era matar o morir en el intento.

El pelirrojo miro a aquel ser en el que Zoro se había convertido, la herida había dejado de sangrar pero aun estaba cerrándose, largos y afilados colmillos se asomaban de manera agresiva, la mirada ámbar brillaba con tintes asesinos.

Mihawk sabía lo peligroso que podía llegar a ser aquel maldito monstruo por esa razón tenia que acabar con él.

Mientras tanto en un lugar seguro una hermosa mujer morena observaba cada movimiento de lo que sucedía, preparada para actuar en cualquier momento, se llevaría sano y salvo a Zoro a cualquier precio.

 
CONTINUARA....

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