9 sept 2011

Capitulo IV

Un pacto.


El reloj marcaba las 6 pm y la luz del sol al atardecer que se colaba por la empañada ventana lo hizo despertar sintiendo un intenso dolor de cabeza y cuerpo, mas no tuvo mas alternativa que levantarse, pronto anochecería y ese molesto vampiro vendría a molestarlo.

No sabía como era posible que terminara rodeado de inútiles. Tanto Demian como ese vampiro era asesinos natos, así que no entendía el por que se empeñaban en solo molestarlo y no en terminar con su vida.

Con pereza entro al pequeño baño con el que contaba su destartalado hogar y en el pequeño espejo sobre el lavabo se miro en busca de alguna marca que le hubiese dejado Demian unas horas atrás ya que no recordaba nada aparte de su llegada y su cuerpo era lo único que en parte le decía lo que había sucedido; regularmente encontraría solo leves moretones y un par de rasguños, pero esta vez fue distinto, Esta vez alrededor de su cuello se veía una gruesa línea purpura, casi negra.

Su corazón acelero su ritmo al momento que sus dedos tocaban aquella marca sintiendo solo un leve dolor, se sentía emocionado ya que era la primera vez Demian dejaba una marca así… ahora intentaba recordar cómo y en qué momento sucedió por el tipo de marca cal vez debió de haber usado alguna cuerda, tal vez lo asfixio hasta perder la conciencia, deseaba saber lo que había sucedido, pero sabía que Demian jamás se lo diría.

+++

Noche tras noche había estado observándolo, si bien su personalidad y modales dejaban mucho que desear, el talento que tenia era enorme, a pesar de su actitud negativa los dones que le habían sido otorgados eran inusuales, así que se llegaba a preguntar como seria Keith si este dejara en el olvido las tendencias suicidas que llenaban su mente y esa mirada azul volviera a ver lo hermosa que podía ser la vida, que es lo que crearían esas talentosas manos si lo que ya hacían rayaba en lo sublime… Eran tantas sus dudas, tanta su curiosidad… al grado que había ideado un plan, aunque aun se encontraba indeciso si llevarlo acabo o no.

Pero esa noche cuando vio a Keith y aquella marca en el cuello, lo había orillado a tomar aquella decisión, ya que sabía que tarde o temprano aquel mercenario terminaría tomando la vida del joven pintor y no estaba dispuesto a permitirlo, no cuando Keith tenía tanto que ofrecer…

Keith miraba con cierto recelo al vampiro y el lujoso restaurante al que lo había invitado no hacía más que alterar sus nervios, ya que el excesivo lujo solo le hacía recordar aquella infancia en donde su madre trabajaba para personas de gran estatus, sus ojos habían visto lo despreciables que eran los ricos, había visto la hipocresía en su mayor expresión, en su niñez había visto tantas cosas, que por eso ahora detestaba los lujos, detestaba a esa gente que derrochaba el dinero… sentía una gran repulsión hacia ellos.

-Quiero hacer un pacto contigo.- hablo cuidadosamente Sergei, eligiendo cada una de las palabras que le diría a Keith.

-Te escucho…

-Quiero que me des un tiempo, tal vez un par de años… Deseo el poder mostrarte que hay mas allá del lugar en donde vives, me gustaría mostrarte lugares que jamás has visitado, mostrarte la belleza que este planeta y si aun después de que te muestre todas aquellas maravillas sigues pensando que no vale la pena el vivir, con gusto tomare tu vida.

-No desperdiciare un par de años en tu estúpido plan.- gruño molesto.

-Por favor aunque sea solo uno…- suplico.- acaso no puedo pedir aunque sea ese lapso de tiempo? Cuanto has esperado con aquel mercenario? Cuanto tiempo has desperdiciado en él?

Keith desvió la mirada del vampiro ya que tenía razón, había estado esperando por 3 años alguna acción de Demian, pero este solo parecía divertirse con él. Sus dedos tocaron su cuello aun intentando recordar lo que había sucedido, intentando recordar lo que había hecho Demian para dejarle aquella marca, pero sin éxito alguno.

-Está bien, solo un año… ni un día más.- respondió aun con sus dedos tocando su cuello.

Aquella respuesta no se la esperaba Sergei, así que al escucharla su rostro fue de total sorpresa para después transformarse en una radiante sonrisa.

+++

Se encontraba frente a una computadora portátil, en la pantalla se veía el mapa de la ciudad y un brillante punto rojo. El chip de localización servía a la perfección.

Sabía que era inminente partida de Keith, por esa razón estaba preparado y ahora no importaba si ese ser se llevaba a Keith hasta el fin del mundo, ya que él lo encontraría gracias a ese pequeño chip, le había costado demasiado el poder introducirlo en esa parte de Keith, pero bien había valido la pena no solo el trabajo, sino también el severo regaño que Sei le había dado por haber usado una técnica muy poco ortodoxa para instalarlo, pero le había prometido no volver a usar una sierra eléctrica, claro… mientras no fallara el chip.

-Lo que hago por ese idiota.- se dijo a sí mismo sin despegar la vista del monitor.



CONTINUARA…


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